GouFubu II
Axel abrió la puerta de casa y anunció su llegada con un tono de voz notoriamente cansado, pero que albergaba un tenue deje de alegría y ganas de ver a su cónyuge, había sido un día duro y le apetecía pasar la noche junto a él.
Al fin y al cabo, Shawn es alguien muy dulce, y aunque no suela expresarlo verbalmente, le alegra y anima todas las noches.
Dejó sus pertenencias en la mesa del salón y arqueó una ceja al no recibir respuesta de su marido, pues era habitual que le recibiera con un abrazo y un beso, aun así, prefirió no darle importancia e ir a la habitación que compartían, encontrándose con Shawn en la cama, usando su teléfono con auriculares, probablemente por eso no le había oído.
Acercó su mano al hombro de Shawn, quien se encontraba mirando la dirección opuesta, meciendo un poco su cuerpo para llamar su atención, provocando que se levantase rápidamente y dejando los auriculares a un lado al saber que Axel ya había vuelto a casa.
—¡Axel! Perdona, no te he oído llegar— se excusó y procedió a abrazar al recién llegado con mimo, como siempre acostumbraba a hacer, pero no le besó.
—¿Ya estás acostado? Normalmente vas a dormir un par de horas más tarde.
—Mmm, ha sido un mal día, estoy cansado—se quejó mientras se aferraba un poco más a Axel.
El pelicrema acarició la cabeza del más bajo suavemente mientras sonreía levemente y habló:
—¿Quieres que me acueste contigo para abrazarte y me cuentas?
Axel no es el tipo de persona que sea muy cariñoso, simplemente no le sale ser así, pero siempre se esfuerza por ser el novio que Shawn merece, ¿y qué mejor forma de hacerlo que esforzarse por ser igual de comprensivo y cariñoso que él?
—Porfi—dijo con un tono aniñado.
El delantero de fuego besó la frente del príncipe de la nieve y se separó del abrazo para quitarse la ropa y ponerse el pijama para acostarse junto a Shawn. Una vez se hallaban juntos en la cama, el entrenador del Alpino se aferró a su marido y apoyó su cabeza en el pecho de este, echando en gemido cansado mientras Axel le devolvía el abrazo.
—¿Qué ha pasado?
—Njord se ha lesionado en el entrenamiento, por lo que no podrá jugar el próximo partido y estoy preocupado por él. Además he perdido el autobús y no tenía dinero encima para llamar a un taxi, así que he tenido que venir a casa andando las dos horas de camino.
Shawn suspiró una vez más, se acurrucó más entre los brazos de Axel, no sabía cómo, pero él siempre le hacía sentirse protegido y cuidado en todo momento y por último, sonrió en cuanto sintió la mano del más alto acariciando su cabellera.
—Vaya... pobre Njord, ¿te parece bien si vamos el sábado a verle?— Shawn asintió— Y, ¿por qué no me llamaste? No tenías que haber venido caminando.
—No quería molestarte...
—No me molestas.
Shawn negó con la cabeza.
—Da igual, en realidad... no quiero seguir pensando en eso... solo quiero quedarme abrazado a ti sin preocuparme por nada, por favor...
—Como quieras—contestó Axel echando una suave risa mientras seguía acariciando el cabello del defensa.
Estuvieron callados durante varios minutos, Shawn simplemente cerró los ojos y se ocultó en el pecho de Axel, quien seguía acariciando el pelo del otro, sabía que Shawn no solo era un chico sensible, sino que ya había sufrido mucho durante su vida, por lo que quería hacerle feliz como pudiese, y no tenía molestias en cumplir la petición que la había dado en aquel momento.
—¿Cómo les va a Mark y Nathan? Ya sabes, ahora están juntos y eso—. Preguntó el desanimado defensa.
—No he hablado mucho con Mark, pero se les ve felices, me alegro de que hayan podido acabar juntos, se les notaba el deseo desde lejos —rió— pero fue un paso complicado.
—¿Y Nelly?
—Está encantada, creo que ella sabía que acabaría pasando y lo ha superado enseguida.
Ese comentario hizo reír a Shawn, definitivamente Nelly era testaruda y podía olvidarse fácilmente de sus sentimientos por Mark si quería. El silencio volvió durante unos segundos.
—Oye Axel...
—Dime
—Lo de Mark ha acabado bien, pero yo... no quiero separarme de ti, me hace feliz estar a tu lado... quiero —se paró un momento— quiero estar contigo para siempre.
Axel mantuvo el silencio un rato, se sentía culpable de haber estado ausente durante años, siempre había amado a Shawn, pero hasta hacía poco no se había atrevido a estar junto a él. Axel suspiró.
—Yo tampoco, me gusta la vida que tenemos juntos... y también me hace feliz estar contigo.
El famoso goleador era de pocas palabras en comparación a su novio, quien era capaz de ablandar el corazón de cualquiera, pero, sin embargo, Axel era mucho de acciones. Axel dejó de acariciar el cabello de Shawn y precedió recostarse por completo en la cama, apegando más a Shawn a su cuerpo con la idea de dormir así. Le gustaba sentir a Shawn a su lado, era—de forma irónica— cálido.
—Te amo, Axel.
—Y yo a ti, Shawn.
El peliplata subió la cabeza para juntar sus labios con los del contrario para dar por finalizada la charla. Ahora se sentía mejor, hablar con su marido mientras se abrazaban y este le mimaba era realmente consolador para el defensa, y sabía recompensarlo con los besos tan dulces que Axel tanto amaba.
Fuego y hielo son una combinación aparentemente demasiado opuesta, pero en momentos etéreos y singulares pueden conectar muy bien, y Axel y Shawn lo saben mejor que nadie. Habían chocado algunas veces, se habían entendido muy bien otras tantas, se habían echado de menos más veces de las que quisieran admitir, habían estado juntos por horas para recuperar el tiempo perdido, pero, al final del día, ambos saben que son una pareja unida, que por varias circunstancias debieron estar un tiempo separados, pero que ahora pueden estar juntos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro