FINAL
Somos libres.
Los gritos de victoria y regocijo resonaban en todos los alrededores del edificio, al igual que en interiores de casas que veían el anuncio de la nueva ley en las noticias.
Somos libres.
Habría una fiesta en uno de los depósitos utilizados anteriormente para las reuniones secretas del MDL, TaeHyung y YoonGi iban, pero la otra pareja no.
Solo bastó mirarse una vez más para estar de acuerdo en que querían celebrar solos.
Somos libres.
Una vez que se calmó al menos un poco el ambiente, JungKook y JiMin se escabulleron de la celebración a las afueras de los Tribunales y en silencio buscaron un taxi que los llevara a su habitación en el campus.
Habían pensado mucho salir de aquel lugar y tener un apartamento propio, pero los recuerdos que albergaban aquellas cuatro paredes ocupaban un lugar especial en la vida de ambos chicos.
Pero ahora eran libres, ahora podrían tener unas nuevas cuatro paredes y llamarle hogar.
Somos libres.
Durante el viaje en el taxi, el cuerpo de JiMin se estremecía sin parar y la mano de JungKook sobre su pierna no hacía más que alterarlo más.
Y sabía por el fuerte agarre del mayor que JungKook se sentía igual que él.
La entrada a la habitación fue llena de temblorosas manos y respiraciones agitadas. El sonido seco de la puerta cerrándose a sus espaldas y el click de la luz encendiéndose fue suficiente para que ambos chicos se lanzaran uno sobre el otro en un desastroso pero apasionado beso.
Manos jalaban cabellos mientras otras jalaban y quitaban prendas, gemidos eran ahogados en la boca del otro y el calor en aquella pequeña habitación fue aumentando con cada segundo que pasaba.
Cuando sus cuerpos no adornaban una prenda más, JungKook tomó a JiMin por detrás de las piernas y lo alzó. El ojiazul inmediatamente enrolló sus piernas alrededor de la cadera del mayor, jadeando al sentir aquel miembro duro rozar contra su entrada y se dejó cargar hasta la cama.
JungKook acostó con suavidad a JiMin en la cama y se acomodó entre sus piernas, sosteniéndose con los codos para no aplastar a JiMin y se tomó un instante para mirarlo.
JiMin era el regalo más preciado que le había dado la vida, no había duda.
El ojiazul miró sin vacilación directo a los ojos del mayor y sintió un nudo formarse en su garganta al sentir la intensidad con la que lo miraba JungKook.
Allí, viendo directo a aquellos ojos oscuros, recordó aquel día en que lo miró por primera vez, desde el piso del C.A.E.
Recordó lo grande y fuerte que se veía allí de pie. Recordó lo listo que se veía para golpear al guarda que lo había lanzado al piso. Recordó como su cuerpo se había estremecido al escucharlo las palabras que cambiarían su vida para siempre.
"Quiero a este."
Las lágrimas empezaron a picar en sus ojos una vez más y vio como JungKook alzó una de sus manos para limpiar con su dedo la lágrima rebelde que se le había escapado.
—Te amo tanto. — empezó JungKook y las lágrimas salieron libres de los ojos de JiMin al escuchar la emoción en la voz de su pareja. —Eres lo más bonito que existe y por fin podré demostrarle al mundo lo orgulloso que estoy de amarte.
JiMin ahogó un sollozo y jaló a JungKook del cuello para estampar sus labios en un beso desesperado, moviendo sus caderas en un suave vaivén.
JungKook soltó un gruñido al sentirlo y tomó al menor de las caderas para acariciar y apretar.
Sin separarse del beso, JungKook estiró una mano y buscó a ciegas en el mueble al lado de la cama. Soltó un gruñido frustrado al no encontrar la botella y se separó del beso para buscarla con facilidad.
Una vez que la tuvo en su mano, se agachó para lamer los labios abiertos de JiMin y sonrió al escucharlo gemir suavemente.
Exprimió un poco de lubricante en dos dedos y después de frotarlos entre ellos para calentar el gel, asomó los dedos a la entrada del menor y se agachó para tragar el gemido ahogado que salió de su garganta al introducir la totalidad de ambos dedos.
Solo los movió un poco antes de que JiMin hablara.
—K-Kook, ya, por favor. — dijo JiMin. JungKook iba a objetar, no quería lastimarlo, a través de los años se había memorizado cada centímetro del cuerpo de JiMin y sabía que faltaba preparación. — Mi amor, t-te necesito ya, por fav-vor.
JungKook solo asintió y después de lubricar generosamente su miembro, se alineó a la entrada de JiMin.
—Te amo. — murmuró JungKook antes de entrar de una sola estocada en JiMin y el ojiazul se estremeció, soltando un grito ahogado.
Un segundo después, JungKook empezó a mover sus caderas para entrar y salir del menor. JiMin enrolló sus piernas en sus caderas y con sus pies empujó a JungKook hacia él para intentar hacerlo entrar más.
Quería sentirse lleno de él, lleno de JungKook. Quería sentir que eran uno solo.
JungKook soltó un gemido grueso y empezó a entrar en él con fuerza, sosteniendo las caderas de JiMin entre sus manos.
Mientras entraba y salía, observó a JiMin; su pecho brillando por el sudor, su cabello hecho un desastre y sus manos jalando su cabello mientras mordía con fuerza su labio.
JungKook cerró sus ojos y se agachó para poder besar a su chico, pero se detuvo en seco al sentir las mejillas húmedas de JiMin.
—Bebé... — murmuró JungKook preocupado y limpió las mejillas de JiMin, lo que solo provocó que el ojiazul llorara con más fuerza. JungKook intentó salir de él, pero las piernas de JiMin lo apretaron con fuerza.
— ¡No! — exclamó JiMin y abrió sus ojos. JungKook sintió su corazón estrujarse al ver rojos y llenos de lágrimas a aquellos ojos que tanto amaba. El mayor abrió la boca para hablar, pero JiMin se adelantó. — No salgas, no me estás lastimando.
—Pero no llores, pequeño. — murmuró JungKook y su voz se quebró.
—Es que te amo tanto. — susurró JiMin, sonriendo mientras lloraba y tomó entre sus manos las mejillas de JungKook. —Sí cambiaste el mundo, mi amor.
JungKook sintió las lágrimas picar en sus ojos al escuchar el orgullo de su JiMin al decir aquellas palabras.
Que JiMin estuviera orgulloso de él era lo que más deseaba en el mundo.
— ¿Recuerdas la vez que me dijiste que temías que te dejara ir si alguna vez llegabas a ser libre? — preguntó JungKook recordando la ocasión y JiMin asintió. —Todo lo que he trabajado estos años ha sido para poder darte una vida libre, para nosotros poder ser libres. Jamás te dejaría ir.
JiMin sonrió y dejó rodar un par de lágrimas más antes de posar sus manos sobre los hombros de JungKook.
—Ahora muévete y hazme el amor, por favor, porque siento mi pene va a explotar.
JungKook soltó una carcajada que quedó ahogada cuando JiMin rodó sus caderas, creando una presión nueva en el miembro del mayor.
—Por favo—¡ah! — empezó a reclamar JiMin pero sus palabras se ahogaron en un gemido al sentir la fuerte estocada que le propinó JungKook.
—Berrinchudo. — murmuró JungKook y empezó a atacar la entrada de JiMin.
—Así m-me amas— ¡a-ah, mierda! — de nuevo JiMin fue interrumpido por las estocadas fuertes de JungKook y clavó sus uñas en los hombros del mayor.
Una oleada de placer golpeó a JungKook al recordar la primera noche que estuvieron juntos, las marcas salvajes que quedaron por días marcadas en sus hombros y se corrió al sentir de nuevo aquel pequeño dolor sobre la piel de sus hombros.
De alguna manera, logró bombear el miembro de JiMin mientras se corría y el menor sintió su orgasmo llegar con la combinación de la mano de JungKook sobre su miembro a la vez que lo sentía correrse en su interior.
JungKook cayó como muñeco de trapo sobre el pecho del menor, sus pechos chocando por las respiraciones agitadas de ambos.
JiMin sonrió cuando JungKook se quedó allí acostado, creyendo que se había quedado dormido.
—Quiero adoptar muchos niños. — murmuró JungKook y JiMin sintió como dejó pequeños besos en sus hombros.
JiMin alzó una ceja y reprimió una sonrisa mordiendo su labio.
— ¿Qué acabas de decir? — preguntó acariciando la espalda ancha de JungKook, a pesar de que había escuchado a la perfección.
—Cuando nos casemos, quiero adoptar muchos niños.
— JungKook. — murmuró JiMin y sonrió. —Tienes 20 años recién cumplidos y yo apenas tengo 18.
—Ya lo sé. Pero nos casaremos pronto y empezarás a estudiar o lo que quieras hacer y luego adoptaremos muchos niños. — dijo JungKook como si fuera lo más obvio de la vida, levantando la cabeza.
—Esperemos a que legalicen el matrimonio entre libres y ex esclavos y lo hablaremos, ¿de acuerdo? — dijo JiMin sonriendo y rió al ver a JungKook fruncir su ceño. — No llevo ni un día de ser libre... — dijo y su cuerpo se estremeció; le costaba trabajo creer que aquello realmente estaba pasando. — Pero tan pronto se pueda, lo haremos.
—Hmm, okay. — dijo JungKook y puso los codos en la cama para separarse del cuerpo de JiMin y elevarse sobre él. — ¿Me regalas un abrazo?
— JungKook, tu pene está en mi interior y estás encima mío, básicamente ya nos estamos abrazando. — bromeó JiMin sonriendo e ignorando las ganas de llorar al recordar cuando vivían en la casa de la madre de JungKook y le vivía pidiendo permiso para abrazarlo. JungKook hizo un puchero y JiMin rió antes de jalarlo del cuello para pegarlo a su cuerpo. Cuando lo tuvo apretado a él, repitió las palabras que tanto se habían dicho después de pedir los abrazos:
—Mis abrazos son tuyos. Todo yo soy tuyo.
Con el cuerpo de JungKook, caliente y fuerte sobre el suyo, JiMin empezó a quedarse dormido y una sonrisa invadió su rostro al identificar las palabras que venían resonando en su cabeza por toda la tarde.
Somos libres.
Muchas gracias por todo, hemos llegado al final de esta historia, espero les haya gustado y entendieran las analogías arheeee.
En mi opinión, todo el tiempo me imaginé la lucha de la comunidad LGBT para ser libres, que si bien no eran esclavos, estaban oprimidos y no podían expresar con libertad como se sentían. Ahora falta luchar por la adopción pero ¡Ya somos libres!
Muchas gracias, nos leemos
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro