Sasuke se sorprendió al saber lo que había ocurrido mientras Naruto estaba inconsciente. Kurama y Menma se habían ido por su propia cuenta, de Menma lo esperaba, pero de Kurama no, después de todo era una personalidad obsesiva, que le encantaba romper las reglas y hacer lo que se le daba la gana.

-Yo también me sorprendí, pero Menma lo convenció para irse – dijo Naruto.

Sasuke asintió no tan convencido y se acostó a lado del rubio.

-¿Y qué hay de Jiraiya y Naruko? – pregunto el azabache al darse cuenta que sus nombres no fueron pronunciados.

-Al parecer ellos quieren hacer algo por última vez –

-Esta bien, ya estoy acostumbrado a sus ritmos –

Sasuke se arrepintió de haber dicho esas palabras.

Al día siguiente se encontró con la sorpresa de que Naruto, no era Naruto. La postura decía todo y también la sonrisa en su rostro.

-¿Jiraiya? –

El rubio agrando su sonrisa, parecido al del gato de Cheshire.

-El mismo, me alegra verte –

-Lo mismo digo – Sasuke se sentó a lado de la camilla - ¿Y qué es lo que deseas hacer? -

Jiraiya no lo pensó mucho -Quiero ir a la biblioteca, supe que hoy hay un pequeño evento –

El azabache alzo una ceja - ¿A la biblioteca? –

-Así es –

-No puedes salir, Naruto todavía está muy herido –

-Solo será por un rato, además no me moveré mucho –

Sasuke lo pensó, por una parte, quería que Jiraiya cumpliera su último deseo, pero por otra estaba preocupado por la herida del rubio.

-Cuando cumpla mi último deseo, me iré –

El azabache soltó un suspiro -Hablare con Iruka – dijo mientras se levantaba de la silla y caminaba hacia la puerta -Trata de no hace movimientos bruscos – advirtió antes de salir de la habitación.

Jiraiya se puso más contento.

Solo espero media hora para que la puerta se volviera a abrir, en esta ocasión era el doctor.

-Buenos días ¿Cómo amaneció? –

-Con ganas de salir –

El doctor asintió con la cabeza y se acerco al rubio -Lo escuche, normalmente no hago este tipo de favores, menos cuando el paciente este herido de bala – puso una mano sobre el pecho del rubio y empezó a palpar por toda la zona - ¿Le duele? –

Jiraiya soltó un quejido involuntario -Solo si lo toca y a veces se me dificulta respirar –

-La bala dio cerca del pulmón, fue un milagro que eso sucediera, las probabilidades son muy bajas –

-Hay personas en el cielo que me están cuidando –

-Le aseguro que si – el doctor le dio una ultima ojeada antes de retirar la mano – Puedes salir, solo por este día. Trata de no hacer movimientos bruscos, como correr o brincar –

-No se preocupe doctor, estaré sentado la mayor parte del tiempo –

-Eso espero –

La puerta se volvió a abrir, Sasuke e iruka aparecieron con una maleta.

-Ya está todo listo, cuídenlo – aviso el doctor y se retiró.

-Me alegra saber que estas bien – dijo Iruka mientras abría la maleta – Te ayudare a cambiar de ropa –

-Puedo hacerlo solo –

-Insisto –

Jiraiya no se hizo de rogar ya que no quería desperdiciar el tiempo, así que dejo que el castaño lo vistiera.

-¿Y de que se trata la dichosa reunión? – pregunto Iruka.

-Cuando lleguemos lo veras –

Iruka odiaba las sorpresas, no le gustaba que lo hicieran esperar y la espina de la duda se clavaba en su cerebro.

Cuando termino de vestirlo, lo ayudo a bajar de la camilla. Jiraiya tomo su brazo y se apoyó, todavía sus piernas no respondían del todo y sus rodillas se doblaban de la nada.

-Ahora si pareces un anciano – dijo Sasuke y se puso a su lado para ayudarlo.

-Soy un anciano –

-Mentalmente –

Jiraiya no respondió y se dejó llevar por sus compañeros.

Salieron del hospital con tropiezos y caminaron hacia el auto. Iruka le abrió la puerta del copiloto y lo ayudo a sentarse.

-Hay muchas bibliotecas en Estados Unidos ¿A cuál quieres ir? –

-Yo te guiare, no te preocupes –

El castaño no replico nada y espero que Sasuke se subiera. Cuando lo vio abrocharse el cinturón, arranco el auto.

Jiraiya empezó a guiarlo, tomaron varias rutas y varios desvíos. Poco a poco Iruka supo reconocer el lugar, era el pueblo del colorado, donde Naruto creció.

-Jiraiya... tu...- El castaño lo miro de reojo - ¿Es tu aniversario? –

-No lo sé –

Sasuke miro hacia la ventana las hermosas casas de madera, por este lugar vivían sus abuelos, nunca supo que sucedió con la casa, si fue vendida o destruida.

-Estaciónate aquí –

Iruka obedeció y se estaciono a un lado de la carretera. Jiraiya abrió la puerta y salió sin previo aviso.

-¡Jiraiya! – Grito Iruka al ver como un auto pasaba al lado del rubio -¡Ten cuidado! –

Jiraiya alzo una mano y siguió con su camino. Sasuke también bajo, no quería que el cuerpo de su amado resultara lastimado otra vez.

Los dos se detuvieron enfrente de una estantería, había varios libros con títulos extraños y portadas con doble sentido. Sasuke no supo reaccionar al contrario de Jiraiya que observaba los libros como si fueran un tesoro.

-Todavía siguen aquí a pesar de los años –

-¿Tu los escribiste? –

-Así es – Jiraiya tomo su mano y lo llevo hacia la entrada de la biblioteca.

Varias personas estaban reunidas en la sala, a lado de ellos había un poster con el rostro de un hombre de cabellos blancos y dos rayas rojas debajo de sus ojos.

-¿Ese eres tú? –

-Lo era – Jiraiya suspiro – Tenia miedo de no recordar mi rostro, me alegra que todavía me recuerden –

Sasuke asintió, la dichosa reunión se trataba sobre el aniversario de sus libros. No era de sus gustos, pero no era malo reconocer una obra.

Jiraiya tomo un folleto y se lo dio al azabache – Te recomiendo que leas el Icha- Icha, es una serie de libros que te ayudaran en tu vida sexual –

-Demasiada información – aun así, guardo el folleto en su bolsillo – Jiraiya, siempre me has caído bien, me recordabas mucho a mi abuelo –

-Me alegra saber eso, yo siempre he querido tener nietos, pero lamentablemente no pude llegar a enamorarme –

Sasuke tomo su mano – Estoy seguro de que sería un gran abuelo –

Jiraiya sonrió – Gracias Sasuke y cuida mucho a mi muchacho – dijo – Ya lo hemos atormentado mucho – cerro los ojos y cayo inconsciente en el suelo.