Capítulo 38
Sasuke no movió ni un músculo, el frío del arma se lo impedía. Los ojos del hombre solo lo observaban a el a pesar de que su vida también estaba en peligro.
-Baja el arma ¡Ahora! – grito Kurama mientras le quitaba el seguro a la pistola.
El hombre ni se inmuto, no le importaba morir con tal de cumplir su propósito.
-Nadie se mueva o le disparo – advirtió el hombre al ver como Itachi se movía lentamente hacia él.
Kurama se dio cuenta de que algo andaba mal, quito la pistola de su cabeza haciendo que el azabache se llenara de pánico.
-¿Qué quieres? –
El hombre sonrió levemente -Al parecer te diste cuenta – dijo – No es necesario que derramemos sangre, solo dile a tu amante que se vaya lejos de aquí con su familia, el dinero que la señora Namikaze le ofreció se le entregara para que pueda vivir –
-¿Y yo tengo que casarme con la señorita Hyuga? –
El hombre asintió con la cabeza – Es parte del trato –
Sasuke miro de reojo al rubio y se dio cuenta de sus ojos, el brillo que caracterizaba a Naruto apareció en sus iris.
-De acuerdo, si ella lo desea – sin previo aviso, volvió a alzar el arma, pero esta vez se apunto a si mismo en el pecho – Se quedara sin heredero –
El hombre reacciono después de que un cañonazo se escuchara en el aire.
Sasuke soltó un grito, encogiéndose, pero no se oyó a si mismo; le pitaba los oídos y los temblores se fueron intensificando al imaginar lo peor. Levanto la cabeza, que parecía pesarle mil toneladas; las lágrimas recorrieron sus mejillas al ver el cuerpo de Naruto en un charco de sangre.
-¡Mierda! – la mano del hombre empezó a temblar y tiro el arma a un lado -Tiene que ser una maldita broma –
El azabache se arrastró lentamente, sus rodillas se llenaron de sangre al igual que sus manos, pero no le importo. Tomo el rostro de Naruto con ambas manos y lo recostó sobre sus piernas.
-Hermano – Itachi se acerco con un pedazo de tela – Deja que le ponga esto, esta perdiendo mucha sangre –
Sasuke no contesto, empezó a acariciar los cabellos de Naruto mientras que las lagrimas caían sobre su rostro.
Itachi se mordió los labios, puso la tela sobre la herida y lo ato con fuerza para que la sangre dejara de salir.
El hombre no se movió de su lugar, no sabia como explicar lo sucedido.
-¡Arriba las manos! –
Varios hombres uniformados salieron de la nada y apuntaban con sus armas al sospechoso. El hombre obedeció y se recostó en el suelo con ambas manos detrás del cuello.
-¡Sasuke! –
El castaño corrió hacia el Uchiha, pero se detuvo al ver lo que sostenía con cuidado. Todo a su alrededor se detuvo, sus oídos solo escucharon el latido de su corazón, ni siquiera escucho la voz de Kakashi que estaba a su lado.
-¡Rápido! ¡Traigan una ambulancia, tenemos cuatro heridos! –
Iruka perdió el conocimiento en ese instante.
Cuando abrió los ojos, se topo con el techo blanco del hospital. El sonido de la maquina atormento sus oídos; luego de estar acostado por unos minutos, se levantó rápidamente al recordar lo sucedido de anoche.
-No te muevas –
Una voz lo detuvo de sus acciones y miro hacia el intruso. Kakashi estaba sentado en el sillón, su apariencia se veía algo cansada algo que preocupo al castaño.
-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? –
-Un día – respondió el peli-plateado – El doctor comento que te desmayaste por el shock-
-¿Cómo esta Naruto? Dime ¿Está muerto? –
Kakashi se levantó del sillón y se acercó al secretario – No esta muerto, pero si esta gravemente herido. La bala no dio ningún órgano importante, pero perdió mucha sangre y la bala todavía sigue adentro –
-¡Mierda! ¡Si llega a morir, deseo que ese hombre se pudra en la cárcel! –
Kakashi lanzo un suspiro -Iruka, ese hombre no le disparo –
El castaño detuvo sus insultos y alzo una ceja.
-¿De qué hablas? –
-El testigo me conto que fue Naruto que se disparo a si mismo –
Iruka se quedó sin habla, no podía creer lo que Kakashi le dijo. Naruto no era tan imprudente para tomar ese tipo de decisiones, puede que una de sus personalidades haya hecho eso e hizo lo que pensó que era correcto.
-Tengo que hablar con Sasuke –
-No puedes, tienes que descansar –
-Tengo que decirle algo urgente -
El castaño se quito los cables del brazo y con ayuda de Kakashi camino hacia la puerta.
Al salir de la sala, se encontró con muchas personas en el pasillo. Los doctores y enfermeras iban de un lado a otro, con papeles o pacientes en brazo.
-¿Le avisaste a su abuela? –
Kakashi negó con la cabeza -Ella es una sospechosa, tu mismo me lo dijiste –
-Kakashi, tengo un plan, pero primero quiero saber si Sasuke está de acuerdo –
-Entiendo – El peli-plateado lo tomo de la mano y lo llevo hacia la habitación de cuidados intensivos.
Sasuke se encontraba en la sala de espera, lucia muy cansado. Sus ojos estaban hinchados y su cabello estaba hecho un desastre.
-Sasuke...-
El azabache no reacciono al escuchar su nombre, se mordió las uñas de los dedos y su pierna empezó a temblar.
Iruka soltó un suspiro y se separo del agente. Camino hacia el Uchiha y se sentó a su lado.
-Oye, necesito que me escuches –
Sasuke le dio un vistazo rápido antes de seguir mirando hacia la puerta.
El castaño tomo su mano – Tengo un plan, pero vas a tener que abandonar muchas cosas –
-Naruto... ¿Lo tendré que abandonar? –
La voz quebrada del azabache hizo que el corazón de Iruka se estrujara.
-No ¿Amas mucho a Naruto? –
-Tu sabes que si –
-Entonces, escucha...-
Tsunade paseaba nerviosamente en la sala. Estaba preocupada, no había escuchado ninguna noticia y ya se estaba tomando mucho tiempo.
Hasta que el sonido del teléfono se escucho que pudo suspirar de alivio, estaba confiada, esos hombres nunca le habían fallado.
Acepto la llamada sin mirar el número del usuario.
-¿Se deshicieron de él? – pregunto.
-¿Señora Namikaze? –
Tsunade frunció el ceño al escuchar una voz desconocida -¿Con quién hablo? -
-Señora Namikaze, le hablo desde el hospital K, lamento informarle que su nieto Naruto Namikaze falleció el día de hoy -
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