Pasaron dos horas desde que Hinata se marchó, durante ese tiempo se quedaron sentados en el sillón viendo la televisión mientras esperaban a los padres del Uchiha.
-¿No creen que es muy tarde? – pregunto Iruka mientras cenaba los bocadillos que había preparado - ¿Seguro que van a venir? –
Sasuke saco su teléfono y encendió la pantalla, no había ningún mensaje ni una llamada perdida.
-Ellos me dijeron que vendrían –
Naruto le dio un beso en la mejilla - ¿Por qué no les llamas? –
El azabache asintió, pero cuando estaba a punto de llamar, el celular vibro en sus manos y el número de su hermano resaltaba en la pantalla.
-Son ellos – Sasuke acepto la llamada sin dudar – Hermano ¿Ya vienen en camino? –
-Lo siento, nos adelantamos –
Sasuke quedo en shock al escuchar una voz desconocida, lentamente giro la cabeza para mirar al rubio, este estaba viendo la televisión con una sonrisa sin darse cuenta del asunto.
-Más te vale que no digas nada si no quieres ver los cuerpos de tus padres flotando en el mar –
El azabache se mordió los labios - ¿Qué es lo que quieres? – susurro, el sonido de la televisión se combinaba con su voz.
-¿Qué te parece si hablamos en persona? Se perfectamente que deseas ver a tus padres y hermano así que te daré ese privilegio –
-¿Dónde? –
-En el puerto de Tokio, el contenedor es color rojo con el número 9 escrito. Aquí te estaremos esperando pacientemente y no se te olvide venir solo –
Sasuke iba a responder, pero el hombre había colgado.
-¿Qué sucede? – Naruto había apartado la mirada de la tele y se fijo en el rostro de su amante -¿Sucedió algo? –
-Yo... ellos se perdieron – contesto Sasuke, tratando de que su voz no se quebrara en ese instante – Los voy a ir a buscar - se levantó del sillón, pero una mano lo detuvo.
-Voy contigo –
-¡No! –
Tanto como el rubio y el castaño se sobresaltaron por el grito repentino del Uchiha. Sasuke se dio cuenta de su error, la desesperación lo había invadido en ese momento, lanzo un suspiro para aliviar su corazón y dibujo una pequeña sonrisa en sus labios.
-Lo siento, es solo que no quiero que te pelees con mi hermano en el camino y seria genial que prepararas algo, ya sabes para aligerar el ambiente –
Naruto sonrió levemente y le dio un beso corto en los labios al azabache – Esta bien, entiendo, prepararemos la cena para tus padres y tratare de vestirme más formal –
A Sasuke se le estrujo el corazón en ese instante, bajo la cabeza y abrazo al rubio haciendo que su rostro se escondiera en su pecho.
El rubio correspondió el abrazo - ¿Seguro que no quieres que te acompañe? –
-No te preocupes, estaré bien – el azabache se aparto y sin mirar al rubio camino hacia la salida – No tardo – abrió la puerta y salió de la mansión.
Naruto borro su sonrisa, no era tan tonto para adivinar que algo andaba mal – Iruka, llama a tu nuevo amigo y dile que venga con refuerzos –
Iruka escupió el café y miro al Namikaze sorprendido - ¿Cómo lo sabes? –
-Los escuche, pero ese no es el asunto ahora, siento que Sasuke me está ocultando algo y tengo que averiguar que es – Naruto tomo su saco y las llaves del auto – Lo voy a seguir, cualquier cosa me llamas –
Iruka asintió con la cabeza y cuando el rubio desapareció por la puerta, tomo su teléfono y marco el numero del agente.
No tardo ni diez segundos, cuando la llamada fue aceptada.
-Hola ¿Ya extrañas mi voz? –
El castaño se sonrojo levemente, pero no era tiempo de coquetear – Necesito que me ayudes –
-¿Sucede algo? –
-Todavía no, pero sucederá –
Kakashi se quedó en silencio por unos minutos, poniendo a Iruka más nervioso.
-¿Hola? –
-Entiendo, iré para allá... dime tu dirección –
Iruka suspiro de alivio y contesto el lugar donde residía.
Sasuke había tomado el primer taxi y se dirigía al puerto. Las manos le sudaban y sentía que su corazón le iba a salir de su pecho, esperaba que esos hombres no hayan lastimado a sus padres o hermano, ellos no tenían la culpa de nada.
El teléfono volvió a sonar, Sasuke se limpio el sudor de sus manos en el pantalón y acepto la llamada.
-¿Ya vienes en camino? –
Era la misma voz.
-Si, voy solo como tú me dijiste –
-Buen chico, tus padres deben estar orgullosos de criar a un hijo tan obediente – el hombre sonrió y empezó a rodear a los padres inconscientes del azabache.
-Quiero hablar con ellos –
-Oh, lamentablemente están durmiendo – aparto un mechón de pelo del rostro de Itachi – Por cierto, tienes un hermano muy atractivo –
-¡Mas te vale que no le hagas daño! –
-No te preocupes, el problema es contigo. Enojaste a alguien muy importante por estar metiéndote en su camino –
Sasuke sabia de quien se trataba, esa mujer estaba muy obsesionada de controlar a su nieto como se le plazca, no lo trataba como un ser humano sino como un títere.
El hombre no recibió ninguna respuesta, por lo que soltó un suspiro y empezó a jugar con el cabello de su víctima – Si te sirve de consuelo, será una muerte rápida, ni siquiera sentirás dolor – soltó una carcajada.
El azabache colgó y tiro su teléfono por la ventana, no sabía quehacer, no quería morir ni separarse del rubio, pero tampoco quería perder a su familia.
El chofer del taxi lo observo por la ventanilla y pregunto con voz preocupada - ¿Todo esta bien? –
Sasuke cerro los ojos – Problemas familiares –
El taxista supo que no debía de entrometerse y miro hacia la carretera. Aun así, se le hacía extraño que una persona fuera al puerto a estas horas de la noche.
Cuando llegaron al puerto, Sasuke bajo del taxi rápidamente, sentía que el alma se le escapaba de su cuerpo y busco con la mirada el contenedor correcto.
-¡Oye! – grito el chofer - ¡No me has pagado! –
El azabache hizo oídos sordos y corrió hacia la izquierda, desapareciendo de la vista del taxista.
El chofer apago el auto y cuando estaba a punto de correr detrás de él, una mano se posó en su hombro.
-Yo te lo pagare ¿Cuánto es? –
El hombre miro sobre sus hombro, topándose con unos ojos color azul, no sabía si era por la luz, pero sus ojos tenían un brillo color carmesí.
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