Capítulo 35
Iruka observo el rostro del Uchiha, en busca de alguna reacción, este frunció el ceño ligeramente y aparto la mirada de la ventana.
-¿Estas bien? –
Sasuke no respondió, el sonido del timbre se volvió molesto.
-¿Por qué no abren la puerta? – Naruto apareció vestido y con el cabello arreglado -¿Sucede algo? – pregunto al ver el semblante de ambos.
El castaño forzó una sonrisa – La señorita Hyuga está aquí –
El rubio soltó un suspiro – Me imagino que la abuela la mando, después de todo no he ido a su casa a disculparme –
-¿Qué piensas hacer? –
-Deja que pase –
Sasuke abrió los ojos de sorpresa y miro a Naruto como si de un extraño se tratase.
-Tengo que decirle la verdad, ella es una buena chica, no se atrevería hacer algo malo – Naruto tomo la mano del Uchiha y le planto un beso en su dorso – Confía en mi –
-Confió en ti, es solo que no estoy muy seguro de confiar en ella –
-No te pido que lo hagas –
El azabache observo los ojos azules de su amado, le gustaba ese brillo particular que solo podía ver cuando el verdadero estaba presente. Le traía una sensación de comodidad y de confianza.
-Está bien –
Naruto sonrió y le dio un beso corto en los labios – Deja que pase – dijo cuando se separó del Uchiha.
Iruka lanzo un suspiro y abrió la puerta -Buenas noches, señorita Hyuga –
Hinata hizo una leve reverencia – Buenas noches, Iruka –
-Por favor, pasa – El castaño se hizo un lado para que ella pudiera pasar, ella no se hizo esperar y entro.
Lo primero que vio fue a un joven de cabellos negros, siendo abrazado por la persona que seria su prometido. No supo como reaccionar y se quedó estática en un rincón, varias cosas vinieron en su mente, que la empezaron a molestar.
Naruto la saludo con una sonrisa -Hinata, me alegra que hayas venido –
Hinata correspondió la sonrisa – Buenas noches, Naruto... ¿Quién es el? –
Sasuke sonrió levemente – Mi nombre es Sasuke, un gusto – tuvo la tentación de decir algo más, pero se detuvo, quería que el rubio diera ese paso y no negara la relación.
-Es un gusto, Sasuke –
-¿A que has venido? – Pregunto el Namikaze y la invito a sentarse.
Hinata se sentó y se acomodo la falda para que sus rodillas no se vieran, luego puso las manos encima de sus piernas y trato de mantenerse erguida.
El azabache lo noto y sonrió con burla, haciendo que Hinata se sintiera avergonzada. Naruto no le dijo nada y se sentaron juntos enfrente de ella.
-Iruka, trae algo de café –
El secretario puso una mueca, quería escuchar lo que diría la señorita Hyuga y el pleito que se iba a formar, pero la mirada del rubio lo hizo desistir y fue a la cocina a preparar los refrigerios.
-¿Podemos hablar a solas? –
-Lo siento, de hecho, también tengo algo que decirte – Naruto entrelazo sus dedos con los del azabache – Hinata, no puedo casarme contigo porque estoy enamorado de el –
Silencio, la sala quedo totalmente en silencio, solo se escuchaba el tintineo de la cuchara donde Iruka removía el café.
La señorita Hyuga apretó la orilla de su falda y bajo la cabeza, no supo que decir. Desde que conoció al Namikaze se enamoró y quería formar lazos con él, por eso cuando supo que se iban a comprometer, la hizo muy feliz, pero ahora que sabia esta verdad, su anhelo se convirtió en ira.
-Un... un hombre no te puede dar hijos – menciono, haciendo que el rubio se sobresaltara -¿Quieres que el apellido Namikaze desaparezca? –
"Lo sabía, no es tan santa como la describió Naruto" pensó Sasuke mientras apretaba la mano del rubio.
-Hinata...-
-¿Es así como quieres mantener el legado de tu padre? Ellos se sacrificaron para tenerte con vida y así es como les pagas –
-¡Suficiente! – El grito de Naruto hizo que Hinata se callara - ¡Tu no conociste a mis padres, ni sabes lo que ellos deseaban para mí! Además ¡No deseo conservar el apellido Namikaze para el beneficio de mi abuela! –
Hinata cerro los ojos fuertemente mientras las lágrimas resbalaban de sus mejillas, las palabras quedaron atoradas en su garganta y se le dificultaba respirar. No quería ser la villana ni la víctima, ahora mismo su cabeza era un enredo que no sabía que decisión tomar.
-El café está listo- Iruka apareció con una bandeja donde la tetera estaba encima y varias tazas.
Sasuke lo miro de reojo -Tu... si que sabes aparecer en momentos tensos –
El castaño no supo si sentirse ofendido o halagado.
-Perdóname, ahora mismo mi cabeza es un lio y digo estupideces. Deseo que no tengas una mala imagen de mi – Hinata se levantó del sillón – Es mejor que me vaya y no los interrumpa – limpio sus lágrimas y corrió hacia la puerta.
Naruto quiso detenerla, pero el azabache se lo impidió. Solo lo soltó, cuando ella se fue y se cruzo de brazos mirando con molestia al Namikaze.
-¿Sientes algo por ella? –
-Si sintiera algo por ella, me hubiera casado. Es solo que fue una gran amiga en mis tiempos de niñez –
-Creí que yo era tu mejor amigo –
-Mas que amigos, fuiste mi primer amor –
Sasuke sintió su rostro arder y aparto la mirada -No cambies el tema –
-No la cambie, Hinata estudio conmigo la primaria y la secundaria por esa misma razón la aprecio como una amiga –
Iruka asintió con la cabeza y salió de la sala para dejar de nuevo todo en su lugar, no tenia ganas de quejarse ya que sentía que sus palabras no valían nada.
El azabache sonrió levemente y apoyo su cabeza en el hombro del rubio – Entiendo, pero aún así creo que hay que darle algo de espacio para que acepte la situación –
-¿Ahora por qué sientes compasión por ella? Vi que te burlaste cuando se sentó –
-Oh, eso fue porque hizo un gesto gracioso, comportarse como una señorita para que le agrades, sin saber que tus gustos están en otro lado –
El rubio lanzo una carcajada y beso el cabello de su amante, a veces se le olvidaba que era demasiado cruel.
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