Capitulo 3
Naruto supo que estas personas eran muy importantes, no por nada su abuela se los presento, ahora se arrepentía de no estar presentable.
-Mucho gusto, joven Namikaze – un hombre de mediana edad extendió su mano como saludo – Mi nombre es Sarutobi, soy el director de la Universidad Konoha –
Naruto estrecho su mano -El gusto es mío, Sarutobi, espero que me pueda ayudar con algunos consejos –
-Estaré a su disposición – lo soltó - ¿Cuántos años tiene, joven Namikaze? –
El rubio no era tan tonto, para adivinar que estaba hablando sobre su vestimenta -Tengo 25 años – respondió con un tono casi amigable.
Sarutobi asintió con la cabeza.
Tsunade que observaba la escena, carraspeo la garganta para atraer la atención de los presentes.
-Bien, la razón por los que les llame es por que mi querido nieto, se encargara de la empresa Uzumaki en el futuro–
Varios hombres al escucharla lanzaron el grito.
-¡Es muy joven! –
-¡Se ve que no tiene experiencia! –
-¿¡Ya vistes como esta vestido?! De seguro se fue de fiesta anoche –
-¡Piense en la empresa! -
Naruto puso los ojos en blanco "¿Hola? Estoy enfrente de ustedes"
-¡Silencio! –
Al escuchar el grito de Tsunade, se callaron.
-Es verdad que mi nieto es muy joven y no sabe sobre negocios. Por esa misma razón he decido que aprenda a trabajar y que mejor lugar que en la Universidad Konoha ¿Qué opina señor Sarutobi? dijo que necesitaba un ayudante -
Sarutobi pensó unos minutos antes de responder.
-Es verdad, necesito un ayudante y que mejor uno joven -
El rubio sonrió en agradecimiento.
-Entonces ¡Ya está! Sarutobi trabajara con mi nieto para que aprenda a como sobrellevar una empresa ¿Alguien está en contra? -
Los presentes se miraron los unos a los otros y al ver que nadie tenia el valor de oponerse, tuvieron que asentir de mala gana.
Tsunade sonrió satisfecha -Bien, ya que no hay nada más que decir, pueden retirarse -
Uno por uno se levantaron de sus asientos no sin antes de echarle una ojeada a la vestimenta del rubio.
Sarutobi cuando paso a su lado, golpeo levemente su espalda -Te estaré esperando, muchacho – dijo con una sonrisa.
Naruto inclino levemente la cabeza por respeto -Estaré ahí –
-Espero que te vistas más...presentable – recordó.
-Lo hare –
-Bien, nos vemos dentro de dos días –
Sarutobi miro sobre su hombro, Tsunade al sentir su mirada, asintió como respuesta. El anciano la imito y salió de la sala.
Naruto e iruka lanzaron suspiros de alivio.
Tsunade le dio un sorbo a su café antes de preguntar.
-¿Por qué estas vestido de esa forma? –
Iruka fue el que contesto -Su maleta...su maleta se perdió y no tenía que ponerse, así que pedimos ropa prestada en la lavandería –
"Que rápido eres para inventar, Iruka" Naruto pensó, mientras asentía a las palabras de su tutor.
-Que curioso ¿Y cuándo se te perdió la maleta, exactamente? –
Naruto iba a responder, pero Iruka lo interrumpió de nuevo.
-Se le perdió creo que anoche, la verdad no nos dimos cuenta -
-¿y no le dio tiempo de comprarle un nuevo traje? –
-¡No! Ya sabe su nieto, es muy flojo para levantarse temprano –
Tsunade alzo una ceja y miro hacia el rubio -¿Es verdad eso? -
-¡Si! Pero no te preocupes, abuela, cuando empiece a trabajar, seré más responsable – Naruto sonrió grandemente -Confié en mi –
Tsunade lo miro dudosa, Sarutobi era un hombre importante en los negocios y no toleraba ningún error, por lo que decidió advertirle a su nieto.
-Sarutobi es un hombre muy serio y estricto, así que espero que no lo molestes con tus idioteces y si llego escuchar alguna queja sobre ti, no dudare en quitarte de mí testamento, la familia Namikaze no tolera ningún error ¿Entendiste? –
Naruto asintió lentamente, grabando las palabras de su abuela en su mente y corazón. No podía decirle sobre su situación, no podía gritar la verdad, aunque quisiera, ya que no tenia más familia, solo su abuela y tutor que dependía de los Namikazes.
Iruka inclino levemente la cabeza -Yo me hare cargo, señora –
-Pueden retirarse –
El castaño tomo la mano de su protegido y lo saco a rastras de la sala.
********
-¡¿Se fue sin decir adiós?! –
La voz de Sakura sonó del otro lado del teléfono.
Sasuke todavía se encontraba en la habitación del antro, sentado en la cama algo adolorido del trasero. Los billetes que el rubio había dejado en la mesa, estaban regados en el suelo, destrozados como si no tuvieran valor.
-Si, el muy imbécil se fue y me dejo dinero como si fuera una prostituta –
-Si que tienes mala suerte con los chicos, pero ¿Por qué rayos te acostaste con él? ¿No se suponía que solo iban a bailar? -
Sasuke se mordió los labios -Acepto que por una parte fue mi culpa, pero no pude resistirme - suspiro al recordar esos ojos azules como el mar, sus caricias, sus besos y su voz. Fue atraído como las ratas al escuchar la flauta de Hamelín, para ser luego devorado por un lobo.
-Al parecer si te gusto -
El azabache frunció el ceño - Es verdad que disfrute del sexo, pero tampoco significa que estaré buscándolo como un perro-
-Solo decía, tampoco es para que te enojes ¿Quieres que te vaya a recoger? -
-No, tomare un taxi, necesito despejar mi mente-
-Entiendo, pero no te preocupes, se que encontraras a tu alma gemela -
-Tch- Sasuke colgó, sin despedirse de la peli rosada. El no creía en la dichosa palabra "alma gemela" ni en el "amor" . Solo estaba interesado en divertirse y ser deseado, por esa misma razón le encantaba salir con varios hombres para después desecharlos. Pero nunca pensó, que alguien lo abandonara y le diera dinero sin decir una palabra.
"Por lo menos una nota" pensó el azabache, mientras se vestía.
"Si algún día nos volvemos a encontrar, juro que te romperé ese lindo rostro"
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