Los tres llegaron a un establecimiento de comida rápida. Escogieron una mesa cerca de la ventana ya que les gustaba mirar afuera mientras comían y así estaban pendientes del auto.

Una mesera se acerco a ellos -Buenas tardes ¿Qué desean comer? – pregunto con una sonrisa.

Menma sin mirar la carta, respondió -Ramen con carne de cerdo –

-De acuerdo ¿Ustedes caballeros? –

-Lo mismo -Contesto Iruka -¿Sasuke? –

-Una hamburguesa estaría bien –

La mesera asintió y se retiro. 

-¿No crees que ya es tiempo de darle lugar a Naruto? – pregunto el castaño al ver al rubio tomar fotografías con el celular.

-¿Sin disfrutar mi ramen? No gracias –

Iruka soltó un suspiro -Esto no tiene sentido, normalmente no tardan –

Menma apunto hacia el azabache -Todo es culpa de el –

Sasuke alzo una ceja ante su acusación -¿Mia? ¿Por qué? –

Iruka puso una mano en su barbilla -Tengo una leve sospecha... ¿Tiene que ver con amor? –

El rubio asintió.

Sasuke se sonrojo levemente y miro hacia otro lado. Solo sus personalidades sabían lo que sentía Naruto por él, pero Naruto lo negaba, es como si no quisiera tener una relación.

-¿Por qué Naruto no quiere salir conmigo? –

Iruka que bebía agua, casi escupió por tal pregunta. Se limpio el liquido que resbalaba de su barbilla -Quiere quedar bien con la abuela –

-Esa bruja no se merece que la respeten – contesto Menma y le tomo una foto al logo del restaurante – Por culpa de ella es porque Naruto esta así –

Iruka y Sasuke miraron al rubio esperando alguna respuesta a ese comentario, pero antes de que Menma respondiera, el teléfono vibro en sus manos.

-Hablando del rey de roma...- le paso el teléfono al castaño -contesta tu -

Iruka acepto la llamada -Soy Iruka ¿Qué sucede? –

-Buenas tardes, la señora Namikaze pide la presencia del joven Namikaze – contesto el mayordomo -También ha pedido que venga bien vestido –

-¿Hay algo importante el día de hoy? –

El mayordomo miro a la señora y a la joven Hyuga platicando en la sala -Es algo muy importante... digamos que es sobre la compañía – susurro lo ultimo -Lo estaremos esperando – colgó.

-¿Qué quería? –

Iruka miro al rubio y luego al azabache. Tenía una ligera sospecha de que algo malo iba a ocurrir.

-Naruto, quieren que vaya a la mansión y bien vestido –

Menma tuvo un mal presentimiento y antes de que confirmara sus sospechas, la mesera llego con una bandeja con sus respectivos pedidos.

-Lamentamos la tardanza, como verán hay muchos clientes que atender – dijo y dejo sobre las mesas los tazones humeantes de ramen y un plato con la hamburguesa -Disfruten su comida –

Menma tomo la mano de la mesera -Disculpe, creo que lo llevaremos a casa –

-Oh entiendo, en unos minutos se los traigo – la mesera volvió a poner los platos sobre la bandeja y se retiró.

-Lleva a Sasuke a casa, yo me encargo – Menma se levanto de la silla – Tomare un taxi –

Iruka y Sasuke también se levantaron de sus sillas, el azabache sentía que algo le ocultaban y no sabía el porqué.

-¿Estas seguro de resolver esto? – pregunto el castaño -No esa no es la pregunta ¿Sabes lo que esta pasando? –

-Tengo mi sospecha – miro al azabache – Mejor lleva a Sasuke a la villa, sabes lo que tienes que hacer –

Sasuke supo que hablaba del diario así que asintió.

La mesera llego con el pedido y se lo entrego al secretario con una sonrisa.

-Gracias, quédese con el cambio –

Los tres salieron del restaurante a toda prisa. Menma alzo una mano para detener el taxi y cuando uno se detuvo, se subió sin dirigir una palabra.

-Vamos – Iruka tomo la mano del azabache que se quedo perplejo por el extraño comportamiento del rubio.

"Si queremos ser felices, tenemos que deshacernos del mal"

Menma tecleo unas palabras más en la aplicación de notas mientras el taxi se dirigía a la mansión. No se había cambiado de ropa ni siquiera se había acomodado el cabello hasta sentía que apestaba.

Si las cosas resultaban como sospechaba, ya era tiempo de que actuaran. No dejaría que controlaran la vida de Naruto como antes si por algo fueron creados, fue para protegerlo, aunque hay uno que no esta de acuerdo.

-Ya llegamos –

Menma aparto la mirada de la pantalla y observo la reja de la mansión.

-Espéreme aquí – le entrego un billete y bajo del auto.

La reja se abrió automáticamente y el rubio entro. Todo a su alrededor estaba silencioso ni siquiera el canto de las aves se escuchaba.

Cuando llego a la mansión fue recibido por el mayordomo que se lo quedo viendo con confusión.

-¿No le dio el mensaje su secretario? –

Menma asintió – Si, pero estábamos comiendo en un establecimiento de comida rápida y no me dio tiempo de cambiarme, además no quería hacer esperar a la abuela –

El mayordomo no respondió, se hizo un lado para que el rubio pasara. Sin necesidad de que lo guiaran camino hacia la sala donde se escuchaba la risa de una mujer.

-Buenas tardes –

Tsunade miro hacia su nieto y no pudo evitar fruncir el ceño al ver su vestimenta.

-¿Qué te sucedió ahora? –

Menma no respondió, solo miro a la joven que estaba a lado de su abuela. Esos ojos grises los conocía perfectamente, ella era la primera niña que conoció en Estados unidos, cuando se mudo con Iruka.

-Naruto, ha pasado tanto tiempo – dijo la joven con una sonrisa tímida -Has crecido tanto –

Su cabeza empezó a doler, Naruto quería despertar.

-Si, veo que sigues igual – dijo Menma, apretando los dientes – Me...alegra –

-¿Te sientes bien? Te veo pálido –

-En realidad... no, no me siento bien –

Tsunade se levantó del sillón y tomo del brazo al rubio – No hagas que me arrepienta de haberte escogido – susurro en su oído – Así que compórtate –

Con esas palabras, Menma pudo controlar el dolor de cabeza y tomo la mano de su abuela.

-No te preocupes, tengo en claro lo que tengo que hacer – aparto su mano suavemente -Señorita Hyuga ¿A que se debe esta visita? – le regalo una pequeña sonrisa que no llego a sus ojos.