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👑🌹 Capítulo 36

Kelsey.

Acaricio el cabello de Phillip con delicadeza, con la intención de que vuelva a dormirse, pero no consigo que cierre los ojos. Poco después de que Axel y Jayden se marchasen, se despertó, y se ha estado negando a dormir hasta ver que su hermano vuelve junto a él.

Lipy se encuentra con su cabeza sobre mis piernas y, a su vez, sus piernas sobre las de Ann. La pelirroja lleva cerca de dos horas mirando una fotografía de ella y su hermana juntas en la pantalla de su móvil, es la que peor está pasando este tiempo de espera en el que no hemos tenido ni una sola noticia de los demás.

Aparto una de sus manos del dispositivo y entrelazo mis dedos con los suyos. Ella posa sus ojos en los míos, tiene la mirada decaída. Me muestra una pequeña sonrisa que dura apenas unas milésimas de segundo para agradecerme mi acto.

El hermanito de Axel se remueve en el sitio, incómodo, buscando una mejor postura. Este termina por posicionarse boca arriba. Con la mano que tengo libre, le aparto el flequillo de la frente y continúo tocando su pelo, suavemente.

—Duérmete, anda —le pido al niño.

Él mueve la cabeza en respuesta negativa y yo suelto un suspiro de rendición. El repentino sonido de la puerta abriéndose y golpeando la pared del pasillo, hace que los tres nos sobresaltemos.

—¡Cierra la puerta! —grita la voz de Axel.

Al instante, Phillip se levanta de encima de nosotras y corre como alma que lleva el diablo hacia la entrada. Cuando llega, este se queda estático en el sitio. Escuchamos la puerta cerrarse de un portazo. Ann y yo nos levantamos del sofá y nos vamos acercando poco a poco a Lipy para ver qué es lo que pasa, ya que la pared del corredor sobresale un poco y nos impide ver lo que ocurre en el recibidor.

Justo antes de que podamos llegar hasta a él, Axel y Jayden aparecen en nuestro campo de visión cargando el cuerpo ensangrentado de Andriu. Ellos dos se agachan con cuidado y la dejan en el suelo. El dilatas se posiciona enfrente de la cabeza de la pelo azul, de rodillas, para después sostenerla entre sus manos y dejarla sobre sus piernas.

Axel se pone a un costado, apretando la herida que Andriu tiene en su abdomen.

—¿Qué le ha pasado? —pregunta Ann en un hilo de voz apenas audible.

Al dirigir la mirada hasta a ella, puedo ver que se ha puesto pálida. Su respiración se ha vuelto agitada y pesada. Cada vez le cuesta más llenar sus pulmones de aire. Su pecho sube y baja con rapidez y su expresión me indica que está a punto de llorar, pero ni una sola lágrima sale de sus lagrimales.

—¡Kelsey, ven aquí! —pide mi novio con desesperación.

Me acerco a ellos y me arrodillo enfrente de él, en el otro costado de la pelo azul. Ella tiene los ojos abiertos, pero los párpados le empiezan a pesar, ya que se nota que está haciendo todo lo posible por no cerrarlos. Estos se mantienen fijos en los de Jayden en todo momento, y los de él en los de ella.

—Rómpele la sudadera —me ordena, sacándome de mi embobamiento.

Él mete sus manos bajo la prenda y presiona la herida desde ahí. Yo las dirijo hacia la parte que está más cerca de la contusión, donde la tela se ve rota debido a la bala que le han metido en el estómago. Meto mis dedos en el agujero de la misma y tiro de ella con fuerza para resquebrajarla.

A pesar de que los hilos están bastante bien cosidos, consigo romperla del todo. Axel me ayuda a apartar la prenda del abdomen de Andriu y, acto seguido, se queda observando el orificio de bala de cerca, para poder ver en qué estado se encuentra.

—Joder... —murmura él.

—Deja de quejarte y haz algo de una puñetera vez —espeta Jayden, con los nervios a flor de piel—. Tú sabes de medicina y esas mierdas. ¡Haz algo! ¿A qué esperas?

El dilatas no aparta la mirada de la de la chica a la que ama. Las lágrimas comienzan a rodar por su rostro hasta chocar con los pómulos empalidecidos de la pelo azul.

Axel ignora sus gritos y continúa mirando con detenimiento la herida. Pone sus manos a ambos lados del orificio y estira un poco la piel, con la intención de ver mejor el interior. Al poco tiempo, él niega con la cabeza y empieza a llorar. Aparta la sangre que sigue saliendo, manchándose al completo con ella mientras sigue negando.

—No puedo... —confiesa con la voz quebrada—. Es... es demasiado profunda. Su estómago está mal y ha perdido mucha sangre, yo no puedo hacer nada...

—Me tienes que estar jodiendo —dice Jayden desviando la vista hacia a él—. ¡Hemos venido aquí por ti! ¡Porque podías salvarla!

—¡En ningún momento he dicho eso! —grita Axel de vuelta—. Solo he dicho que el hospital estaba demasiado lejos como para que ella llegase con vida.

Un llanto desconsolado se hace presente en el lugar. Al dirigir los ojos hacia mi derecha, veo como Ann se tapa la boca mientras llora sin cesar. Bajo la vista hacia Phillip, él mantiene una expresión facial neutra, como si no sintiese nada con lo que está presenciando. Voy a abrir la boca para decirle algo, pero no hace falta. Él camina hasta el sofá y se sienta en una esquina para luego quedarse mirando un punto fijo del suelo.

—¡Tienes que salvarla! —insiste el dilatas—. Por favor, Axel...

Jayden apoya su frente contra la de Andriu.

Las manos de Axel comienzan a temblar mientras decide volver a presionar la herida para evitar que nuestra amiga siga perdiendo sangre. Me quedo petrificada ante la situación que estamos viviendo. No soy capaz de reaccionar, ni siquiera sé qué hacer.

Le doy las manos a Andriu, quien no tarda en darme un suave apretón. Yo se lo devuelvo mientras siento como los ojos se me llenan de pequeñas lágrimas.

—Es...tais en bue...nas manos. —La voz de Andriu hace acto de presencia.

Jayden alza su cabeza y la mira con confusión. Axel también pone su atención en ella. La pelo azul coge una bocanada de aire entre quejidos de dolor y, luego, expulsa el aire con lentitud.

—Confiad... —prosigue dificultosamente—. Con...fiad en...

Esperamos pacientes a que continúe hablando, pero eso no pasa. Un último suspiro sale de sus adentros, una última lágrima resbala por su piel, a la vez que sus párpados se cierran para no volver a separarse nunca más.

Jayden jadea, mientras ahoga los llantos en el fondo de su garganta. Sus ojos azules se empañan y se enrojecen debido a las lágrimas. Axel aprieta sus manos, dejando escapar todo el dolor acumulado en su interior. Mis mejillas se humedecen, y lo único que logro hacer es apretujar la mano de Andriu, quien ya ha dejado de ejercer fuerza sobre la mía.

Un golpe seco provoca que dirija la mirada hacia la dirección de la que proviene. Ann se ha caído de rodillas al suelo. Su rostro está totalmente paralizado, es como si hubiese visto pasar un fantasma. Sus ojos siguen expulsando esa agua salda que termina recorriendo sus pómulos sonrosados. La pelirroja mira el cuerpo de su hermana sin vida con miedo y espanto. Está destrozada y no puede asimilar lo que está viendo.

Cuando vuelvo la vista hacia Axel, veo que este se levanta del suelo, vacilante, como si no pudiese sostenerse en pie.

—Andrea, cariño... por favor... —solloza Jayden contra la frente de nuestra amiga—. Vuelve... ¡Vuelve!

Me separo del cuerpo de Andriu al no ser capaz de verla en ese estado. Williams camina con rapidez hacia la salida del local. Cuando está fuera, cierra de un portazo, haciendo vibrar las paredes ligeramente.

Me seco la cara con las mangas de mi sudadera mientras me levanto y, después, me encamino hacia la misma dirección que mi novio. Tras abrir la puerta, me le encuentro pateando un cubo de basura que hay justo enfrente de la entrada. Busca algo por el suelo, y cuando ve una vara de metal, la recoge y empieza a golpear con rabia todos y cada uno de los desperdicios que él mismo ha esparcido al desahogarse con el cubo.

Me acerco a él con rapidez y le tomo del brazo para que pare, pero él continúa desquitándose con la basura.

—¡Basta! —chillo entre lágrimas.

Él estampa la vara metálica contra el suelo y, a continuación, rodea mi cuerpo con sus brazos, uniéndonos en un doloroso abrazo. Llevo mis manos a su espalda y le pego a mí. Axel esconde su cara en mi cuello y llora desconsoladamente contra él, humedeciéndolo. Su cálido aliento choca contra mi piel y sus atormentados gritos inundan mis oídos.

Aún no me lo puedo creer. Han matado a Andriu. Esto hace que llegue al punto de preguntarme lo que ha pasado con Fred; él no ha vuelto con ellos.

—Kelsey... ella estaba embarazada —confiesa con la voz entrecortada.

Abro los ojos de par en par al escucharle. Una punzada se aloja en mis costillas y las ganas de llorar aumentan en mí.

—Me prometí protegerla... —sigue hablando—. Y... y no lo he cumplido...

Le abrazo con mucha más fuerza, apretando mis párpados.

No tengo ni la menor idea de qué decir, estoy igual de dolida que el resto y no sé siquiera cómo actuar. Me pasaría la vida abrazada a él para darnos el mutuo apoyo que necesitamos, aunque eso no arregle nada de lo sucedido hoy. Estamos así cerca de diez minutos, el suficiente para que los dos recuperemos el ritmo normal de nuestros corazones y el de nuestras respiraciones. Al poco tiempo, él rompe el silencio.

—Tengo algo más que contaros —admite, separándose de mí—. Es sobre Fred.

El corazón me pega un vuelco al escuchar su nombre. Solo espero que él no haya muerto también, eso ya sería demasiado para todos nosotros.

—¿Está bien? —indago, tragando saliva.

Axel baja la mirada, sin darme una pista que responda a mi pregunta. Tras darme la mano, me hace caminar hacia el interior del local, nuevamente. Cierro la puerta a mi espalda sin deshacer nuestro agarre y luego nos acercamos al cuerpo de Andriu, quien ahora está acompañado de su hermana. La pelirroja acaricia el rostro de su hermana como si de cristal se tratara, con mucho cuidado. Jayden, se ha apartado de ella unos centímetros. Está sentado en el suelo, con las rodillas flexionadas, los brazos rodeándola y su mirada fija en las dos hermanas.

Apenas llegamos hasta a ellos y Ann se gira un poco para poder tenernos en su campo de visión.

—¿Dónde está Fred? —inquiere ella, sorbiéndose los mocos.

El dilatas se ríe sin gracia. La pelirroja, tras echarle una rápida mirada a Jayden, la pone de nuevo en mi novio.

—Fred era el arma secreta de los Árticos —responde Axel—. Él se llevó a Andriu con el objetivo de que fuésemos en su busca, incluida Kelsey. Pero como ella no vino, intentaron matarme para atraerla; Andriu lo evitó. Todo fue una trampa de la que tu novio ha sido partícipe.

Me quedo anclada en el suelo ante sus palabras. No puede ser que eso sea verdad, él era nuestro amigo... ¿Cómo ha sido capaz de hacernos algo así?

Ann pasa por el mismo proceso de asimilación que yo; no termina de creérselo.

—¿Qué mi hermana esté muerta es por su culpa? —solloza la pelirroja.

Axel agacha la cabeza para evitar contestar. De igual forma, Ann se toma es acto como una respuesta afirmativa.

—Escuchadme —interviene la voz de Jayden—. Mi tío me acaba de mandar un mensaje.

Todos dirigimos la mirada hacia a él. Este tiene el móvil entre sus manos temblorosas, leyendo en la pantalla lo que su tío le ha enviado.

—Me está contando lo que ha pasado, incluido lo de Fred —prosigue, apartándose las lágrimas con una de sus manos—. También me ha pedido que me asegure de que el testimonio que deis en comisaría sea el de siempre. Un suicidio.

—Me niego a decir que mi hermana se ha suicidado —objeta Ann con los dientes apretados.

—No eres la única que no está de acuerdo con esto, yo tampoco quiero mentir sobre la verdadera causa de su muerte —comenta el dilatas—. Pero si queremos seguir con vida, si queremos seguir con nuestro plan de destrucción, hay que hacerlo. Lo que no voy a permitir es que se salgan con la suya, que la muerte de Andriu haya sido en vano.

Expuesta su opinión, bloquea la pantalla de su móvil y lo aprieta entre sus manos, como si quisiera romperlo.

—Ellos quieren que nos rindamos, que bajemos la guardia —agrega—. Pero os digo una cosa, esto no va a acabar así. Si tiene que acabar con la muerte de alguien, que sea con la de los jefes, Bastian y Elias, no con la de ella. —Señala el cuerpo de Andrea con la mirada.

Los ojos del dilatas viajan de Axel a mí, y de mí a Ann, esperando a que digamos algo que a él le haga saber que estamos de su lado, que vamos a continuar con la rebelión que teníamos planeada. Los segundos pasan y ni una voz se hace notar, sin embargo, la pelirroja acaba por asentir con la cabeza. A esto se une Axel, quien no muy convencido, imita la acción de la chica.

Una vez que todos han decidido sobre lo que hacer, posan la vista en mí, con un brillo de esperanza en sus iris.

Turner nos ha traicionado, Andriu ha muerto como consecuencia de esto. Hay una cosa que tengo muy clara, y es que no pienso dejar que esa gente siga haciendo de las suyas. Además, Andrea ha muerto por salvar la vida de Axel. Supongo que, si dejamos de guardar las apariencias y nos dejamos llevar por lo que realmente sentimos y denunciamos lo que en verdad es un asesinato, todo lo que hemos hecho hasta ahora se dará por perdido. Aún nos queda mucho para lograr nuestro objetivo, destruir una mafia que ha arruinado muchas vidas, entre ellas, las de Jayden y el resto.

Andriu forma parte de esta revolución, sería horrible tirar todo por la borda ahora. Dejar que ella haya muerto para nada. Estaba luchando como todos nosotros. Esto no termina aquí.

Asiento, sumándome a la idea de Jayden.

La guerra solo acaba de empezar.

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