Era sábado y como siempre me preparé para ir con mamá al Hospital a ver a mi pequeña preferida. Estaba muy feliz porque pronto le harían la cirugía y podría ver.

Sonreí frente al espejo cuando terminé de vestirme, me había puesto un vestido blanco con mi chaqueta negra preferida y una boina del mismo color. YoonGi habla mucho de mis boinas, ¿le gustarán? Al menos hoy no dirá que llamo mucho la atención por el color de mis zapatos. Son blancos.

Bajé las escaleras y casi me caigo sobre JungKook quién iba subiendo al mismo tiempo en que yo bajaba.

— Hey, choque mortal.

Sus manos en mi cintura fueron las que impidieron ese choque mortal como él mismo había dicho. Reí y le di un beso en la mejilla, JungKook me gusta mucho, en el sentido de amigo claro. Es amigo de mi hermano pero es también un mejor amigo para mi, lo adoro.

— ¿Vas al Hospital con tu mamá? — asentí y él sonrió — Vale, que te vaya bien. Dile a Anyi que le mando un fuerte abrazo.

Me soltó y se hizo a un lado para que yo bajara y continuó su camino hacia la habitación de mi hermano. Abrí la puerta en el momento justo en que TaeHyung iba a tocar.

— Telepatía — rió entrando — Si cuando yo lo digo, los aliens existen.

Dijo y subió las escaleras sin decir nada más. Parpadeé y negué, este chico. Mi mamá bajó las escaleras y ambas entramos al auto para ir al Hospital.

— Mañana es mi cita con YoonGi — le dije — Estoy nerviosa...

— Es normal — quitó la vista un momento de la calle para mirarme — No te preocupes, si es un buen chico sabrá apreciarte tal y como eres.

— YoonGi es un chico genial.

(...)

Había llegado al Hospital hacía un rato ya. No había podido entrar a ver a Anyi porque le estaban haciendo algunas pruebas. Me senté en el banquillo de la consulta de mi mamá y esperé mirando hacia todos lados buscando a YoonGi.

Suspiré cuando pasaron horas y no lo vi por ningún lugar, ¿estará visitando pacientes? Saqué mi celular y le escribí un mensaje preguntándole donde estaba, me respondió al instante.

YoonGi 🐱
Estoy enfermo

Leí el mensaje y me preocupé. Lo llamé para poder saber como estaba y que era exactamente lo que le pasaba.

— ¿Qué te duele? — pregunté y escuché su risa al otro lado.

— Me duele la cabeza, tengo fiebre y estoy comenzando a soltar mocos.

— ¡Es un resfriado! — dije — ¿Tomaste medicina? — afirmó — ¿Tu mamá te hizo sopa?

— No...

Fruncí el ceño por su respuesta y me apuré en preguntar.

— ¿Está trabajando?

— Está muerta, no creo que pueda hacerme la sopa...

Mi corazón se sintió oprimido y una gran pena se apoderó de mi, me imaginé a YoonGi solo y sentí mucha lástima. No tiene mamá, debe sentirse muy triste.

— Yo te haré sopa — dije y sonreí — Mándame la dirección de tu casa.

No me gusta mentir, de verdad que no. Pero esta vez fue necesario, mi mamá no iba a dejarme ir a la casa de YoonGi si le decía que estaba solo. Así que decidí decirle que me iba a casa porque estaba aburrida. Salí del Hospital y me dirigí hacia la casa de YoonGi, era casi el mismo trayecto que la mía pero un poco más lejos. Llegué a un complejo de edificios y miré el número en la pantalla de mi celular, me subí al elevador y marqué el piso correspondiente. Al estar frente a la puerta toqué varias veces y un YoonGi medio dormido apareció tras ésta.

— Pensé que estabas de broma cuando dijiste que vendrías — me miró y se hizo a un lado.

Entré al apartamento, era un poco oscuro por el color de las paredes pero la luz proveniente de las ventanas le daba algo de claridad. Todo estaba bien, por lo que veía el vivía cómodo.

— ¿Esperabas verlo todo desordenado? — me preguntó y me giré hacia él.

— La verdad es que sí — asentí — Deja ver.

Me acerqué a él y puse mi mano en su frente para comprobar la fiebre, tenía. Pero estaba segura de que era baja. Mis ojos se encontraron con los de él y me di cuenta de que me estaba mirando fijamente, hice lo mismo.

— No bajas la mirada, me gusta.

Dijo y se separó caminado hacia una puerta, lo seguí y me paré en esta. Como lo imaginé, era su cuarto.

— Tu recuestate, te haré una sopa deliciosa.

Me di la vuelta y fui para la cocina, tardé en encontrar las cosas pero al fin puede poner la sopa en el fogón. Me apoyé en la meseta y sentí mi corazón palpitar un poco más rápido de lo habitual, sonreí. Serví la sopa cuando estuvo lista y entré a su habitación, me senté en la cama y la puse frente a él.

La miró con el ceño fruncido.

— Vamos a probar, ¿segura que sabe bien? — alzó una ceja.

— ¡Por supuesto!

Rió por lo bajo y tomó una cucharada, degustó por un momento y siguió comiendo.

— ¿Está rica?

— Está mala, me la como porque tengo hambre.

Bajé la cabeza con un puchero, intenté lo mejor.

— Es mentira, está deliciosa.

— Malo.

Sonreí y lo observé comer, cuando terminó llevé el plato a la cocina y lo fregue. Volví a su cuarto y no lo vi, ¿a dónde fue? Salí de la habitación.

— ¿YoonGi? — lo llamé.

— Estoy en el baño, salgo ahora.

Me senté en el sofá a esperarlo, al rato salió cambiado de ropa y con el cabello mojado. Se estaba duchando, se sentó frente a mi y me miró, yo sonreí.

— Gracias...

— Eres mi amigo YoonGi.

— Ya no quiero ser tu amigo, quiero ser algo más. Pero te lo digo mañana en nuestra cita.