Estuve toda la mañana con Anyi escuchando como tocaba las teclas del pequeño piano, sonreí al ver lo feliz que se veía jugando así.

— Hola KyuWon — una de las enfermeras me saludó.

— Hola Unnie — sonreí — ¿Ya es hora? — asintió y me levanté despidiéndome de Anyi con un beso en la mejilla.

Salí de la sala de niños y me dispuse a caminar hacia la consulta de mi mamá, era hora del almuerzo así que debería estar desocupada y lista para ir a comer algo. Llegué y aún estaba atendiendo a un paciente, me senté en la banca.

Miré hacia el pasillo y vi a Min YoonGi de nuevo, venía caminado en mi dirección. Sonreí cuando me vio, hizo el mismo saludo de esta mañana y se sentó a mi lado.

— Ah — suspiró — Me duelen los pies.

Protestó y echó su cuerpo hacia atrás pegando su espalda a la pared.

— ¿Qué hacías?

— Visitar a unos pacientes — respondió — Tuve que tomarles la presión y revisar que estuvieran tomando bien sus medicamentos.

— Ya veo — lo miré. Tenía los ojos cerrados, su cabello laico caía sobre sus cejas — Oh, tienes un lunar en la mejilla. Es lindo.

Frunció el ceño y abrió los ojos.

— ¿En serio? — sacó su celular y abrió la aplicación de la cámara — Vaya, no me había fijado.

Parpadeé varias veces, ¿no se mira al espejo? ¿Cómo es que no se había dado cuenta de ese lunar en su mejilla?

— No eres muy observador Min YoonGi.

— YoonGi.

— ¿Eh?

— Somos amigos, ¿no? — asentí — Entonces dime solo YoonGi — sonrió.

Tiene unos dientes muy pequeños, su sonrisa es adorable. Min, digo YoonGi es muy adorable.

Miré mis pies y hice un puchero, tenía hambre y mi mamá aún no terminaba con aquel paciente. Escuché mis tripas quejarse.

— ¿Eso es hambre? — rió — Vamos, te llevaré a comer algo.

— Me gustaría, pero no puedo salir del Hospital sin permiso de mi mamá — hago un mohín.

— Es cerca, no se dará cuenta.

Dice y antes de que pueda hacer o decir algo toma mi mano y me hace caminar detrás de él por el pasillo hasta llegar a la salida del Hospital.

Me digo a mi misma que no hay problema si no hago nada indebido. Además, mi amigo está conmigo.

YoonGi camina delante de mi buscando algo con su vista, me pregunto qué será mientras camino detrás de él con mis manos aguantando el haza de mi bolsita.

— Oh — exclama y me mira — Debe ser aquí, es el nombre que me dijeron. Dicen que la comida aquí es muy buena.

Toma mi mano nuevamente para entrar al restaurante, se ve bastante emocionado por comer aquí. Pregunta varias veces si será verdad lo que le dijeron, me abstengo de decirle que le dijeron la verdad. He venido varias veces y la comida es deliciosa, pero no digo nada. Solo sonrío mientras lo miro revisar el menú.

— ¿Qué vas a pedir? — me pregunta.

— Mm... — pienso un poco y al final elijo.

Él se encarga de llamar al mesero y pedirle su pedido y el mío. Aprovecho para sacar mi celular ya que lo había sentido vibrar hace un rato pero no había atendido por estar escuchando a YoonGi. Descubrí algo hoy, me gusta escucharlo. Abro la aplicación de mensajes y me encuentro con un mensaje de mi mamá.

— Es mi mamá — comento por lo bajo pero él parece escucharme.

— ¿Se dio cuenta? — asiento — Dile que estás en el baño.

— Eso es una mentira — digo y tecleo en mi celular — Las mentiras no son buenas, puedo terminar castigada.

— Eso depende — alzo mi vista y lo observo. Me está mirando — Quiero decir que las mentiras son algunas veces, mucho mejores que la verdad.

— No estoy de acuerdo — digo y guardo mi celular al enviarle un mensaje a mi mamá diciéndole donde estaba.

Lo veo reír mientras niega. He descubierto otra cosa hoy, a YoonGi le gustan las mentiras.