05
No tenía nada que hacer. Solo miraba el arete que estaba sobre mí escritorio.
Habían pasado unos días desde aquella noche.
Solo podía pensar en ella y mis ganas de verla otra vez no faltaban. Yo quería saber más de ella, su nombre, edad, en qué trabajaba o si estudiaba. Mí mente solo hacía suposiciones sobre ella.
En mis manos estaba el arete que ella había dejado en mí departamento. Era plateado, con un diamante que brillaba. El objeto parecía costoso, no cualquiera tendría una joya así. Así que ya sabía algo sobre ella...era de una buena familia.
Quería creer que ella lo dejó allí a propósito, para poder encontrarnos otra vez. Pero solo eran fantasías mías. Ni siquiera sabía su nombre como para buscarla.
—¡Jeon Jungkook! —di un brinco del susto. Me di la vuelta y allí estaba mí compañero.
—¡Carajo, hombre! No grites. —le reté.
—Era la única manera de llamar tu atención. ¿Acaso estás sordo? —contraataco— Te llamé un montón de veces e incluso te mandé mensajes a tu teléfono.
—Lo siento...
—Jeon... ¿Que te pasa? —no respondí— ¿Es por la mujer de la otra vez?
Tampoco respondí.
Mí colega y yo nos volvimos cercanos saliendo a beber todas las veces que venía a Busan. Él siempre intentaba subirme el ánimo. Decía que debía romper mí matrimonio, que piense en mí mismo. Y claro que quería hacerlo, el problema era mí hijo. Yo quería ser o tratar de ser un buen padre y separarme era una terrible idea.
—No puedes estar así todo el tiempo ¿Por qué no la buscas?
—Lo haría si supiera su nombre.
Era algo que jamás me pasó. Me sentí flechado al instante, por su carisma, belleza y actitud.
—¿Sabes? —lo miré— Jamás te ví así con una mujer. Ni siquiera con...tu esposa.
Mí esposa. No sé porque no sentía ningún tipo de remordimiento. La engañé y es terrible, pero no me sentía mal.
—Debería sentirme mal —revolví mí cabello
Mi amigo me miró con una mezcla de sorpresa y curiosidad.
—¿No te sientes mal por engañar a tu esposa? —preguntó, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. Yo negué con la cabeza, sintiendo una mezcla de emociones.
—No sé, es como si algo dentro de mí hubiera cambiado.
Mi amigo asintió lentamente, como si estuviera procesando mis palabras.
—Necesitas encontrar a esa mujer—dijo otra vez—. Necesitas saber si lo que sientes es real o si es solo una fantasía.
Yo asentí, sabiendo que tenía razón. Tenía que encontrarla, tenía que saber más sobre ella.
—¿Y si no la encuentro? —pregunté, sintiendo un destello de duda. Mi amigo sonrió.
—Entonces seguirás viviendo en este limbo, sin saber qué podría haber sido. Pero si la encuentras... quién sabe qué puede pasar. —me miró fijamente— ¿Vale la pena el riesgo?.
Yo asentí, sintiendo un impulso de determinación.
—Sí, vale la pena —mi amigo sonrió y me dio una palmada en la espalda.
—Entonces, empecemos a buscarla. ¿Dónde la conociste?
Yo pensé por un momento, pero no podía recordar nada. No sabía su nombre, su edad, su trabajo... nada. Solo sabía que la había conocido en un bar y que había sentido una conexión intensa con ella. Mi amigo vio mi expresión y sonrió.
—Estas jodido...
...
Aquellas tres semanas en donde permanecí en Busan, volví todas las noches a aquel bar. Con la esperanza de poder volver a verla, pero no la vi.
Estaba de camino hacia Seúl, para continuar mi labor. Ya comenzaba a dolerme la cabeza de solo pensar en lo que me esperaba al llegar a casa. Mi único anhelo era poder ver a mi hijo otra vez.
Mientras viajaba no podía sacarla de mi mente. Me preguntaba qué habría pasado si la hubiera visto de nuevo en el bar, si habríamos podido hablar y conocer más el uno del otro. La imagen de su sonrisa y su mirada seguía grabada en mi memoria.
Tarde un par de horas llegar a la ciudad. Y al llegar a casa, tomé mis maletas y entre.
Mi esposa se acercó con una sonrisa forzada.
—¿Cómo estás? —me preguntó, como si no supiera qué había pasado.
—Cansado. —dije y subí a ver a mi hijo.
A penas me vió y me abrazó con fuerza, y por un momento, olvidé todo lo que había pasado.
Después de pasar un rato con mi hijo, bajé a la sala y me senté en el sofá, perdido en mis pensamientos. Mi esposa se sentó a mi lado.
—Jungkook...yo necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué? —pregunté, mí voz era fría y distante.
—Lo que ha estado pasando con nosotros últimamente —la miré y fruncí el ceño—. Estás muy distante conmigo y no sé la razón.
—Tengo mucho trabajo, lo único que pienso es en el trabajo, vivo por mí trabajo —ella bajó la cabeza—. Estoy muy cansado.
—Eso lo sé, Jungkook. Pero...nuestra relación siento que se enfrió —confesó ella, con su voz llena de preocupación— ¿Es algo que he hecho? ¿Es por nuestro hijo?.
Yo negué con la cabeza, sintiendo una mezcla de emociones.
—Santo cielo ¿Cómo podría ser Dohyun?
Ella parecía arrepentida por mencionar a nuestro hijo.
—¿Entonces?¿Qué es?
Yo suspiré, no sabiendo cómo explicar mis sentimientos. Ella se sentó a mi lado, tomándome la mano.
—Me siento confundido...
—Hablemos sobre eso.
Yo miré su mano, sintiendo una sensación de culpa. ¿Cómo podía hablarle sobre mis sentimientos cuando la había engañado a ella?
—Puedes confiar en mí, Jungkook — dijo, como si leyera mis pensamientos—. Soy tu esposa, tu pareja. Quiero ayudarte.
"No, no puedes". Dijo mí interior.
Mi mirada se cruzó con la de mi esposa, y por un momento, sentí una punzada de culpa. Pero mi mente seguía en otro lugar, en otro tiempo, con otra persona. La búsqueda de respuestas y la verdad sobre mis sentimientos estaba solo comenzando.
La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el tic-tac del reloj en la pared. Mi esposa apretó suavemente mi mano, tratando de conectar conmigo, pero yo me sentía lejos.
Nuevooo cappp.
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