Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

D O S

El primer día del turno compartido ambos nos encontramos un poco ansiosos. En el mal sentido. Supongo que ambos habremos tenido miedo a cagarla frente al otro, porque preferimos estar en silencio gran parte de la jornada.

El inicio fue a las 2:00 pm, y Javier se retiró a eso de las 4:30 pm diciendo que le hubiera gustado acompañarnos en mi primer día en el turno contrario, pero que se encontraba demasido cansado para seguir de pie. Sus ojeras lo delataban, su forma de arrastrar los pies me hizo sentir un poco culpable. Se merecía un descanso urgente. Rius se había apresurado a decirle que no hacía falta preocuparse por mí, que ambos estaríamos bien.

El turno transcurrió con prisa, pero se volvía más tedioso escuchando el infinito traqueteo de los muchos relojes antigüos distribuidos por toda la tienda.

Rius me pidió que acomodara la mercancía nueva en los estantes, mientras él terminaba de limpiar las decoraciones cerca del mostrador. Dijo que me llamaría cuando llegara algún cliente. Aquello era lo que más me entusiasmaba del trabajo: ayudar a alguien a retomar en sus manos una parte del pasado.

Había descubierto que la tienda tenía mucha variedad de mercancía; desde pequeños bolígrafos y libretas, hasta pesados instrumentos musicales. La gran mayoría eran objetos funcionales, pero había alguno que otro, por lo regular de más años que los demás, que se vendían como simple decoración para coleccionistas. Aunque pocas, resultaban ser piezas intrigantes.

Desempolvé una pieza curiosa entre mis manos: un sacacorchos reluciente. Atrajo mi atención, mientras pensaba en un lugar apropiado para él.

—¿Dónde puedo acomodar esto? —le pregunté a Rius cuando me rendí. Él alzó la vista y sus ojos capturaron de inmediato la herramienta en mis manos.

—Eso no es una antigüedad, es parte de nuestros materiales —se burló, estirándose para arrancarla de mi agarre—. ¿Dónde la encontraste?

—De la caja que me dijo el jefe.

—Ese idiota, debió dejarla por error —masculló, dirigiéndose a la oficina improvisada de Javier para depositar el sacacorchos en un cajón del escritorio—. Mira, aquí están algunos materiales que ocupamos a veces, como cartulinas o tijeras. Es el primer cajón de la izquierda.

—Entendido.

—Bueno, creo que ya has acomodado bastante. Regresa la caja a la bodega y vuelves aquí, ¿okey?

Hice lo solicitado. Cargué la caja sintiéndola evidentemente más liviana y fácil de mover. Rius me sonrió una vez que regresé al mostrador, y aquel gesto se sintió caluroso para mí.

—¿Tienes hermanos? —su voz sonó sin que me lo esperara. Mucho menos con una pregunta así.

—Una hermana, sí.

—¿Convives con ella?

—Uhm, es mayor que yo y hace años ya no vive en el país. Así que no.

—Ya veo...

Rius también había dejado de lado el trapo y limpiador con el que estuvo sacudiendo el polvo de las decoraciones. Ahora ambos estabamos lado a lado, recargados en el mostrador. La tienda hubiera estado vacía de no ser por el insistente ruido de los relojes.

—¿Tú no tienes?

—Dos, pero no son de sangre. Pasé toda mi niñez y adolescencia con ellos. Crecí a su lado.

—Eso es muy tierno. Yo nunca tuve amigos así de cercano, por como hablas de ellos parece que les tienes mucho aprecio.

—Bueno, nos vimos crecer. La nostalgia es inevitable, me siento un niño cuando estoy junto a ellos.

Le di un vistazo mientras hablaba, encontrándolo con una expresión risueña. Fue la primera vez que vi su sonrisa tan radiante.

—¿Todavía son amigos?

Como lo suponía, tras mi pregunta su mirada se oscureció un poco.

—No todos.

Y me pareció entender por su tono de voz, que no hablaría más. Lo comprendí y acepté. Las amistades son dolorosamente efímeras.

~ VIERNES... ~

~ ♡ ~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro