Capítulo 8
LIAN.
-Yo me encargo de la parte de adelante y tú lavas la de atrás-. Espeta Diego.
Fuimos a buscar una manguera y baldes con agua y jabón.
Este día nos ofrecimos a lavarle el auto a Maco. Una manera de disculparnos por coger su auto sin decirle nada.
-Claro claro-. Le respondo y conecto la manguera.
Después de un rato Diego se encuentra cepillando los neumáticos. Me le acerco disimuladamente.
-Te falta cepillar por aquel lado-. Le señalo y haciéndome el loco le mojo la espalda con agua.
-¡Coooñoo!-. Diego se levanta rápidamente y sigo disimulando estar serio.
-Perdón amigo no fue mi..-. Mojo de nuevo pero esta vez colocando mi dedo en la boca de la manguera para que salga el agua a chorros. Aún disimulando
-LIAAN-. Me río a carcajadas mojando a Diego esta vez sin disimular.
-Con que así están las cosas-. Diego agarra el balde con el que estaba cepillando los neumáticos.
Al verlo intento correr pero me lanza todo el agua que contenía el balde y me moja toda la espalda.
-AAAAAHG-. Grito-. ¡El agua está fría, está muy fría joder!-. Diego suelta una carcajada satisfecho.
Después de seguir jugando con agua como niños chiquitos nos quitamos las camisas.
Las chicas que pasaban nos miraban en plan coqueto y diego espeta.
-Como que me dieron ganas de mudarme a esta ciudad.
Asiento riendo secándome el rostro con el dorso de la mano.
...
Luego de lavar el auto, pasamos a ducharnos y comer algo.
-Bro, tengo el presentimiento de que voy a quedarme aquí mucho tiempo-. Suelta Diego de repente mirando su comida.- Por lo de ser sospechosos y eso.
Sólo le doy un bocado a mi comida esperando a que prosiga.
-Lo que quiero decir es-. Hace una pausa y me mira.- Que no quiero ser una carga.
Niego con la cabeza.
-No lo eres.
-Hablo de que al menos tengo que ayudar.. Buscando un trabajo o algo-. Dice y da otro bocado a su comida.
-Entiendo y, conozco esa cara así que sé que no cambiarás de opinión.
Asiente riendo.
-Yo tenía un trabajo pero dejé de ir con esto que pasó..- Diego me mira sorprendido.
-Uuuy, eso ya pasó a la historia.
-Así es, por eso iré a buscar trabajo contigo. Ya estaba a punto de pensar en lo mismo.
Diego asienta.
-¿Cuando vamos?
-Para mañana es tarde, pero primero quiero que conozcas a Ray-. Diego asiente.
Terminamos de comer y salimos hacía el hospital donde se encontraba Ray.
Estos se la llevaron de maravilla. Sin dudas se cayeron muy bien, bromearon tanto sobre mis actitudes que cualquiera pensaría que estaban a punto de hacerse en los pantalones. Ray nos había avisado que ese día le daban de alta. Que regresaría hasta cuando la operación. Me sentí muy frustrado al respecto. Aún no he logrado nada con Adnes.
Luego de eso fuimos en busca de un trabajo.
Estuvimos en muchas partes, ya casi que nos dábamos por vencidos hasta que visualizamos una tienda de comida rápida.
En la entrada decía que estaba cerrado pero la puerta estaba abierta.
-Pase usted.-. Le digo a Diego dándole paso para que entrara
-Después de usted-. Responde haciendo el mismo gesto. Rompimos en carcajadas.
Entro yo primero.
Sólo se encontraba un señor sentado en la mesa con sus brazos apoyados en la mesa y las manos en su cabeza.
-Está cerrado-. Espeta molesto.
-Si.. Lo sentimos es que venimos a hablar con el encargado.
Voltea a mirarnos y me da la impresión de que él es el encargado. Luego hace una seña para que prosiga.
-Queríamos ver si necesitan trabajadores-. El señor nos mira confundido. Luego relaja su expresión.
-No son de por aquí-. Negamos al mismo tiempo y este agrega.
-Es que ya nadie quiere trabajar aquí. Es culpa de.. Esos pandilleros que vienen a fastidiar.
Diego y yo intercambiamos miradas pero seguimos escuchando.
-No querrán trabajar aquí chicos, es mejor que se vayan.. Es mejor que cierre este lugar-. Se le oye muy triste.
Observo a Diego y asienta con la cabeza. Le respondo asentando.
-Queremos el trabajo-. Nos mira confundido como si estuviéramos locos pero de un momento a otro asienta.
-Esta bien, necesito que me sigan.
Nos explicó lo que se debía de hacer y como se hacía el trabajo y todo lo que teníamos que saber sobre los clientes. Nos entregó el uniforme que era una camisa y una gorra que tenía grabado "Burger floss". Comenzamos ese mismo día y no llegaron los pandilleros. Le avisé a Maco donde estábamos para que no se preocupara.
El día estuvo bien y trabajar con tu mejor amigo es lo más genial del mundo. Nunca nos aburríamos en los tiempos libres. Al final del día limpiamos el lugar y el dueño nos pagó lo trabajado más un extra por el buen desempeño. Se lo agradecimos.
Ya nos encontrábamos de regreso a casa.
-Esto nos alcanza para mucho más que ayudar en tu casa-. Espeta Diego feliz.
Asiento.
-Que harás con lo que te quede-. Pregunta Diego después de un momento.
Me tomo un momento para pensar y asiento.
-Ya sé que haré-. Agrego sonriendo.
Diego me mira esperando a que le diga que es eso que haré y agrego.
-Cuando lo haga te lo diré.
-Me dejas intrigado-. Espeta.
-Es un detalle para Adnes.
-Por lo menos.. Una pista.-. Se ríe.
Llegamos a casa exhaustos. Le entregamos parte del dinero a Maco que no quería aceptar pero al final cedió.
-Hey Li, se me había olvidado decirte que traje tus cosas-. Me avisa Maco y asiento.
-Muchas gracias Maco.
Luego fuimos a dormir.
Antes de acostarme saco de mi bolso el marco de fotos y la carta. coloco en la mesita el marco de fotos y la carta la guardé en mi billetera. Al acostarme me quedo mirando un rato el marco anhelando que Adnes esté haciendo lo mismo.
-Descansa-. Susurro al marco y me vuelvo para arroparme.
...
-Un pie, y después el otro.
Me levanto y me voy a la ducha. Pongo música para afrontar este día con las buenas vibras.
Al salir de la ducha me coloco una camisa polo a rayas, un pantalón negro y unos converse blanco y negro.
Me peino semi de lado y me doy una charla como motivación mientras lo hago.
Salgo y Diego ya se encontraba listo.
-Te acompaño-. Me avisa y salimos.
Fuimos a la biblioteca más cercana en donde estaba atendiendo un señor de baja estatura y el cabello todo blanco.
-En qué puedo ayudarles-. Dice en cuanto nos acercamos.
...
Ya estamos en la casa de Adnes y Diego se queda perplejo mirando lo grande que es.
-Wow-. Espeta y niego con la cabeza riendo.
-Espera aquí mientras yo voy-. Asiente.
-Vale, anda.
-Como me veo(?
-Guapetón-. Y hace una seña con la mano que me causa risa.
Empiezo a caminar a la entrada lentamente y me paro. Volteo y Diego me hace señas para que siga. Me estoy poniendo muy nervioso.
Llego a la puerta de entrada y toco el timbre.
Espero pacientemente.
La puerta se abre después de un rato. Adnes me recibe.
Me mira confundida.
-Hola-. Saludo y empiezo a carraspear. Estoy de nervios.
-Hola..-. Responde y nos invade el silencio.
-Te traje esto-. Le extiendo la bolsa que contenía los libros y Adnes duda un momento pero la agarra.
-Es para ver si logro ayudarte a recordar algo..-. Agrego mientras Adnes saca los libros.
-Los tres libros de Never never..-. Dice algo nerviosa.
-Sé que es uno de tus favoritos y me di de cuenta de que no los tienes en físico-. Le digo y bajo la mirada.
-¿Cómo lo sabías?
-Estuvimos haciendo un trabajo del instituto juntos-. Hago una pausa.- Escucha Adnes.. Sólo quiero que me dejes ayudarte a recordar.
-Y por qué querrías eso(?-. Pregunta y se me viene a la mente la promesa que hizo en el auto cuando me preguntó cual era mi mayor miedo.
-Porque así, podrás recordar quien soy.
Duda un momento y asiente.
-Esta bien. La verdad es que necesito ayuda.. Siento que no puedo hacer esto sola-. Dice Adnes y le dedico una sonrisa.
-Y que tal si empezamos por el inicio-. Adnes se ríe por la estupidez que acabo de decir y asiente.
-Esta bien, empecemos por el inicio-. Suelta una carcajada y muerde su labio inferior para detenerla.
Verla así me llena de vida.
-Pero como iniciamos(?-. Pregunta y saco mi teléfono.
-Bueno, agregamos nuestros números para estar en contacto-. Adnes asiente.
Le dicto mi número y ella me dicta el suyo.
-Tu nombre es..(?
-Lian-. Adnes lo escribe en su teléfono.
-Listo.
-Puedo ver(?-. Adnes me mira confundida pero me muestra su teléfono.
Esta vez no había puesto mi nombre en corazones amarillos. Sentí que algo se rompió dentro de mi pero fingí una sonrisa.
-Vale, ya esta.
Hay otra pausa.
-Bueno, estamos en contacto..-. Digo retirándome lentamente.
-Esta bien-. Dice cerrando su puerta.- Gracias por los libros.
Asiento, le dedico una sonrisa y me regreso con Diego.
-¿Como estuvo?-. Pregunta cuando me acerco.
-Estuvo bien, supongo-. Le respondí a Diego y repetía para mis adentros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro