19
El Alfa pelinegro observaba con determinación a la pequeña familia que disfrutaba de la comida en el restaurante del hotel, los tres parecían felices que por un momento pensó en permanecer oculto y hacer cómo si no hubiera visto al castaño.
— Cariño, no debes jugar en la mesa, — advirtió el Omega al ver que su pequeño traía el teléfono de Niall.
— Tú papá tiene razón, — soltó Niall, — vamos, termina tu comida y podrás seguir jugando, — el rubio y el pequeño iniciaron un ligero forcejeo que terminó por derramar el jugo sobre el mantel.
— Perdón, perdón — dijó Niall rápidamente, el Omega ya les había advertido que dejaran el jugueteo. Liam rió mientras un amable mesero se acercaba a detener el desastre.
— Niall, cuida de Max, iré al sanitario y podemos irnos — dijo Liam, que de pronto se sentía observado.
— Pierde cuidado Li, que el tío Niall cuidara de Max, — aseguró el Alfa rubio, Liam acarició la mejilla de su hijo y se levantó con dirección al baño.
Apenas entró, sintió cómo alguien lo tomaba por el brazo, siendo interceptado por el Alfa, el Omega abrió mucho los ojos de la impresión. — Zayn— murmuró casi tembloroso. El Alfa levantó su barbilla, deslizó sus dedos por el cuello del Omega atreviéndose a desabrochar algunos botones de su camisa.— ¿Qué haces?— preguntó el castaño asustado apenas logrando respirar tanto por el tacto del pelinegro cómo por su presencia.
— Me mentiste— soltó con un deje de enojo,— No tienes un Alfa, no llevas marca.
— ¿Co-cómo me has encontrado?— exigió Liam mirando por ayuda.
— No, tú me encontraste a mí, — dijó el Alfa dejándose hipnotizar por el aroma del Omega, — esté es mi hotel, — hizo una pausa, — Liam, aquél niño, ¿Es nuestro hijo?— preguntó, aunque no tenía dudas, había observado el rato suficiente cómo para ver las similitudes.
— Zayn, por favor déjame ir, — suplicó Liam, — Nosotros nos iremos, lo prometo.
— Liam, ¿Es o no nuestro hijo?— trató por segunda vez, el Omega evadió su mirada.
— Zayn, no me hagas sufrir más,— suplicó con la voz temblorosa y las lágrimas a punto de derramarse por su rostro.
— Liam, durante estos años he estado muerto en vida,— le confesó el Alfa, — no desaparezcas otra vez, por favor Liam, — suplicó dejando salir sus lágrimas, el Omega sintió que en cualquier momento podría desmayarse, no sabía que hacer, no sabía si el Alfa era peligroso.
— Liam, por favor bebé, espérame en tu habitación, hablemos, — suplicó el Alfa, — por favor, — insistió dejando un casto beso sobre los labios del castaño, antes de salir del lugar.
Al Omega le tomó un tiempo salir, miró su reflejo, estaba pálido, cuando se recompuso un poco, volvió a la mesa.
— Niall escuchá, — dijó aprovechando que el niño volvía a prestar atención al celular, — necesito que cuides a Max, tengo un dolor de cabeza un poco fuerte y necesito recostarme un poco, ¿Sí?
— Sin problemas Li, ¿Quieres que te pida una pastilla?— preguntó el rubio.
— No, mira, — estaba muy nervioso, — sólo cuida a Max, ¿Si?— no queriendo alarmar al rubio añadió, — no lo lleves a mi habitación hasta que yo te envié un mensaje diciendo que estoy mejor, ¿De acuerdo?
— Si Liam, cuenta conmigo, — dijó Niall serio, — déjame acompañarte, de pronto te veo cómo pálido, — añadió preocupado.
— No, no tranquilo, — dijó Liam, — seguro se me pasa rápido, sólo ay no me hagas caso, diviértanse, — añadió dejando un beso en la frente de su pequeño.
[...]
Zayn ya estaba en la habitación cuando Liam entró, al confesarle ser el dueño no le pareció extraño que pudiera acceder con facilidad, el Alfa lo condujo hacía el sofá, con las piernas temblorosas el Omega lo siguió.
— Liam, mi Liam — dijó Zayn acercándo sus manos para besar sus nudillos, — Cada aliento que tome después de tí, fué cómo si no estuviera respirando, perdí toda mi alma, desde que nos separamos, — el Omega no pudo contenerse más y se arrojó a los brazos de Zayn rompiendo en llanto, ambos se abrazaron apretadamente sin tener suficiente, el Alfa miró directamente a los ojos de Liam, entonces
reclamó su boca en un beso posesivo, empujándo su lengua dentro de la boca del castaño, gimió un poco al ver que este lo correspondía.
Se separaron jadeando por aire, pero a los segundos volvieron a besarse, era tanta la necesidad que tenían él uno del otro.
— Amor, — murmuró el Alfa inhalando el olor del castaño, — ¿Tenemos un cachorro?— volvió a preguntar.
— Sí — está vez Liam no lo podía negar, ambos volvieron a llorar mientras se abrazaban, el pelinegro enmarcó el rostro del castaño.
— ¿Por qué no me lo contaste? ¿Por qué me has dejado vivir un infierno sin ti?— preguntó el Alfa.
Liam trató de tomar un poco de aire antes de hablar, ya que el llanto se lo impedía.
— Zayn, ellos me dijeron que no podías saberlo— empezó.
— ¿Quienes?— preguntó el Alfa, su mente ya sospechando.
— Hamza, y Vadhir,— dijo Liam, — ellos... ellos trataron de hacer que abortara, — añadió con la voz rota, — Hamza dijo que si tenía ese bebé todos moriríamos, que si yo no me alejaba te matarían, trajo a un médico, él me inyectó algo, luego... luego escape pero no me dí cuenta que venía un auto...— lloró de nuevo, — Vadhir me llevo a un hospital, ahí volvió a repetirme lo mismo, que tú tenias que casarte, me dejó ir cuando le prometí que jamás sabrías de mí y del bebé, Zayn, yo también he sufrido, — soltó el Omega.
— Todos van a tener que responder ante mí, — dijó el Alfa, — te lo juro, — prometió.
— No ha sido fácil Zayn, primero, mi padre no me aceptaba, fue complicado, yo no sabía que hacer, yo he vivido apartado, temiendo que en cualquier momento alguien intentaría llevarse a mi hijo.
— Nuestro — susurró el Alfa.
Liam lo miró dudoso. — Zayn, yo quiero que el crezca en un mundo diferente al tuyo, te amo, — confesó,— siempre te voy a amar, pero por favor, déjanos marcharnos, en cualquier momento...
— Shh, — lo tranquilizó el Alfa,—Amor, eso ya no es posible, — ambos se miraron, Zayn sintiéndose culpable, quería estar con su familia pero no quería dañarlos, ellos no tenían que vivir con miedo pero el mundo de la mafia no era algo que pudieras abandonar de la noche a la mañana.
— ¡Papi! ¡Papi!— escucharon la dulce voz del pequeño en la puerta y Liam se alarmó, trato de hacer que Zayn se ocultara.
— Déjame conocerlo, — imploró el Alfa, Liam asintió y abrió la puerta, el pequeño entró y lo miró sorprendido.
— ¿Tu quién eres?— lo miró fascinado, — Yo me llamo Max— se presentó estirando su pequeña manita.
El Alfa limpio rápidamente sus lágrimas, se inclinó a su altura y estrechó su mano, — Yo me llamó Zayn, — ambos se sonrieron.
— ¡Max te dije que no molestaras a tu papá!— reprendió Niall entrando en la habitación, se congeló al ver al otro Alfa y al lloroso Omega, —¿Liam?
— Niall él es Zayn — el rubio se puso en alerta al escuchar el nombre, Liam ya le había contado de él, — Zayn él es Niall, es cómo un hermano y él es médico.
Se estrecharon la mano brevemente. El pelinegro volvió su atención al pequeño y el rubio se acercó con el Omega.
— Liam, ¿Todo bien?— insistió el rubio, este asintió, — Vinimos porque Max insiste en ir a la piscina, le pedí esperarte pero vino corriendo.
— Necesito que sigas cuidando de Max, — murmuró Liam— la piscina está bien, ahí hay gente, — añadió, — hablaré contigo después, ¿Sí? — el rubio asintió.
— ¿Te gusta este lugar?— preguntó el Alfa al pequeño pelinegro, este sonrió fascinado.
— Sí, es la primera vez que me quedo en un hotel, — explicó emocionado, —La piscina es enorme, papi, ¿Podemos ir?— tanto el Alfa como el Omega sonrieron por la alegría en su rostro, Liam concedió el permiso y Niall se encaminó a la puerta.
— Un placer conocerte Zayn — dijo Max despidiéndose, el Alfa no pudo evitar abrazarlo y dejar un beso sobre su cabello, el pequeño correspondió el abrazo, tanto Niall cómo Liam se conmovieron por la escena.
— Un placer conocer Max, — susurró Zayn, Liam dejó que el Alfa se recompusiera, Niall se llevó al niño, Zayn habló nuevamente, — Has hecho un gran trabajo con él, Liam.
El Omega sonrió. — Sin él no habría podido seguir viviendo, — confesó— ha sido un infierno estar sin tí, el fué mi salvación, no sabés cuántas veces pensé en terminar con mi vida, terminar con todo.
— Te prometo que a partir de ahora no tendrás que ir sólo Li, — dijó el Alfa tomando sus manos, — seremos tú, yo y Max.
— Pero tú estás casado — soltó Liam, en su voz no había reproche, pero si algo de inseguridad.
— Ustedes son mi única familia, no desaparezcan por favor, dame una oportunidad para arreglarlo todo — pidió el Alfa, — por favor, acéptame de nuevo Liam, debes saber que no marque a ningún Omega, este ha sido un negocio más que un matrimonio, él sabe que no tiene mi amor, sólo te he amado y pensado a ti todo este tiempo.
— Zayn, — Liam pasó las manos por sus cabellos acariciándolo, en sus brazos no sentía temor, pero tenían que ser inteligentes, — tampoco he dejado de amarte, no te he olvidado.
— ¿Querías olvidarme?— preguntó el Alfa besándolo nuevamente.
— ¿Creés que sería posible?— atacó Liam,— Max, es una copia de ti, tiene tus ojos, el color de tu pelo, no podría olvidarte.
— Entonces, ¿Me das otra oportunidad?— habló el Alfa, — Arreglaré las cosas, no tendrás que vivir con miedo, lo prometo, — insistió.
— Está bien, — dijo Liam, — está bien, vamos a luchar por nuestro amor y por nuestro hijo, pero por favor no te pongas en peligro, yo no quiero que...
— Shh, — dijó Zayn, — Organizaré todo, todo estará bien, confía en mí, — el Omega asintió.
— Confío en tí, Alfa — y con ello el pelinegro sonrió, Liam lo había aceptado de nuevo y no los defraudaría.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro