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10: Pruebas de habilidad

Capítulo dedicado a TheKrivosheeva por el mejor comentario del capítulo anterior. (¡¡Lean la nota al final de este capítulo!!)


Capítulo diez: Pruebas de habilidad




-¿Profesor?

Todo está muy oscuro. Empujo la puerta del aula y entro. Miro a ambos lados, temblando por el miedo y el frío característico de las mazmorras. No sé cómo hacen los Slytherin para vivir en este piso, y me pregunto cómo la estará pasando Maddy. Debo hablar con ella pronto. Tengo que saber si los rumores son ciertos.

-¿Profesor Snape? ¿Es usted?

Entre la oscuridad se distingue una figura aún más negra que su alrededor. No sé cómo eso es posible, pero así es. Suspiro, porque ya recordé lo que tengo que hacer.

-¿Instructor?

Snape sale de las sombras y camina hacia mí.

-Leyla -dice, apenas despegando los labios-. Toma asiento.

-No quisiera ser molesta, instructor, ¿pero puede prender una vela o algo? -Inspecciono su rostro, pero realmente no puedo distinguir ni su nariz ganchuda-. No veo nada. En serio que no quiero arruinar su aura de Conde Drácula o lo que sea, pero ya tiendo a golpearme con las cosas cuando hay luz.

Suspira, cansado, y una vela aparece sobre una mesa que está entre nosotros. Si no hubiera prendido esa llama, ya me habría chocado contra esa mesa.

-¿Qué clase de control tienes sobre tus poderes? -me pregunta.

Me siento sobre una silla que acabo de encontrar y pienso bien la respuesta.

-En realidad, no mucho. Cuando me enojo se salen de control, y también pasa si tengo emociones muy fuertes. Pero a fin del curso pasado, ya sabe, con lo del troll y la Piedra... -Él asiente, así que me ahorro la explicación.

-Me han contado que pudiste levitar, impulsarte con el viento de tu propia creación. Eso lleva muchísima concentración y dominio del poder.

-O más bien una casualidad, diría yo. Instructor -agrego.

-Está bien, estas clases no serán tan formales.

Yo miro alrededor, aunque no hay mucho para ver por la oscuridad, y pienso en un club clandestino de artes oscuras. Mi cara delata mis pensamientos, o de verdad está leyéndome la mente, porque dice:

-El director está enterado de estas reuniones y del contenido que te brindo, así que no debes preocuparte. Si trabajas bien hasta te excusaré de algunas tareas de Pociones, para que puedas practicar.

-Oh... gracias.

Esto es realmente muy extraño. ¿Será Snape, o vivirá otra persona dentro de él? Eso me hace acordar a Quirrell y su nuca, con Voldemort debajo de su turbante.

-¿Confías en mí, Leyla?

No contesto. Sus ojos negros, a pesar de ser opacos, reflejan la luz de la vela.

-Bueno, usted es un profesor, ¿verdad? No debería desconfiar. -Sé que eso no significa nada. Suspiro. -Sí, confío en usted, instructor.

La vela se apaga y quedamos a oscuras. Escucho el ruido de unas gotas cayendo en la piedra, como si provinieran de una gotera, y temo haber sido yo. Cuando habla, su voz retumba por toda la mazmorra, rebotando en la piedra.

-Concéntrate. Cierra los ojos.

Como si aquí abajo se viera algo con los ojos abiertos...

-Junta todas tus fuerzas en un solo lugar. Trata de llevar todo a tus manos. Que la magia corra por tu sangre. Siente el poder.

A medida que me da las instrucciones siento el cambio. Mis venas comienzan a vibrar, mis manos brillan en la oscuridad, al principio con una luz leve, luego más y más fuertes.

-Te dije que cerraras los ojos -me recuerda, y le hago caso. Todo vuelve a estar oscuro, y no sé si seguiré emitiendo luz-. Siente el latido de tu corazón. Piensa en él como si fuera magma, lava en un volcán.

Mi cabello comienza a ondear y abrasa mi cuello. Mis manos también queman, y extiendo mis brazos para alejar el calor. El viento que sentía en mi cabello ahora comienza a dar vueltas, como encerrándome en un tornado, y mi túnica también ondea. Pronto un papel me golpea la cara y me quita de mi estado de concentración.

-¡Au! Creo que me corté.

Todo se detiene, como congelado, y queda estático. Snape vuelve a prender la vela y veo su cabello despeinado y sus ojos brillantes, ya no más opacos. Su expresión es extraña, pero no puedo descifrarla.

-Sí, el papel me cortó en el dedo -confirmo, e instintivamente me llevo el dedo a la boca. Lo retiro de inmediato-. Lo siento... eso fue asqueroso.

-Leyla... Tienes más potencial del que jamás imaginé. Hiciste mucho más de lo que te pedí. No es algo malo, pero hay que aprender a controlarlo. Pueden ocurrir muchos accidentes. Por ejemplo -señala el fondo-, la gotera aumentó tres veces su tamaño.

-No de nuevo... En el verano hice como seis goteras bastante grandes en mi habitación en casa de los Malfoy.

-Hablaré con Lucius para decirle cómo arreglarlas. No te preocupes. Solamente tienes que concentrarte ahora en aprender a controlarlo.

-De acuerdo...

-Llevará tiempo. Ya es tarde hoy, así que tomarás esto -saca una botella con un líquido verde espeso- regularmente, cada día. Si se acaba, ven a buscar más.

-¿Está hecho de sapo revuelto o qué? -pregunto, mirando la botella.

Una esquina de su boca se eleva en algo parecido a una sonrisa.

-Luego te informaré nuestro próximo encuentro. Mientras tanto, la poción debería ayudarte a controlar tus poderes, pero también depende de ti.

-Prometo... intentar mantenerlos a raya.

Cuando salgo del aula de Pociones, con el frasco bien escondido en mi túnica, mi estómago gruñe. La cita con Snape (eso suena espantoso) empezó siete y media, y no tengo idea de cuánto tiempo pasó. Pudo haber sido media hora, dos horas... Perdí la noción del tiempo en medio de tanta magia. Aún no puedo creer que yo haya hecho todo eso, y vi apenas una parte.

En el camino al Gran Salón me encuentro con Lavender y Parvati yendo de la mano en medio de una conversación.

-Leyla -me dice Lavender con aparente tono inocente-, ¿dónde has estado?

Es evidente de dónde vengo, ya que acabo de subir la escalera y estamos en la planta baja.

-Fui a hablar con mi primo. -La peor excusa del siglo, lo sé. Lo más probable es que él esté cenando y me arruine mi historia.

-¿Segura? -Ninguna parece creerme-. Parece más bien que vienes de una aventura interesante.

-¿Eh?

Lavender me mira de arriba abajo y señala mi cabeza.

-Estás toda despeinada, y hasta jadeas.

-Tonterías -digo al pasarme una mano por el cabello, y evito reírme al pensar en cómo habrá quedado el cabello grasoso de Snape-. Vamos a comer algo, muero de hambre.

En la mesa de Gryffindor me siento al lado de Hermione apenas la encuentro, ya que quiero librarme lo antes posible de Lavender y Parvati. Ya tendré suficiente de ellas en el dormitorio.

-¿Dónde has estado?

-Luego, luego -digo-. Muy complicado.


...


La última clase de la semana es la sexta hora del viernes. Historia de la Magia. Tener dos bloques con Binns es lo peor que podría pasar, pero al menos puedo mantenerme despierta durante las dos horas pensando en las pruebas de Quidditch. Harry en la cena de anoche mencionó que hoy prueban a los nuevos jugadores, y me sorprendí de que Wood no me dijera nada. Vamos a tener que ajustar un par de cosas en el trato que hice.

-Goloric el Apestoso abatió... -dice Binns con su voz monótona cuando suena el timbre. Todos nos levantamos a la vez, arrastrando las sillas hacia atrás, y nos apiñamos para salir primero. Todos salvo Hermione, que está terminando de tomar apuntes de la frase eclipsada del profesor.

Tal como estoy corro hacia la pista de Quidditch. Harry me alcanza pronto.

-No corras -jadea.

-Tienes razón -digo al frenar-, lo más probable es que me caiga y no pueda siquiera hacer la prueba. Maldito Wood, ni siquiera me dijo...

-Quizás se olvidó -dice Harry y se encoge de hombros.

-Oh, pobre dulce, pequeño e inocente Harry -me río-. La vida no es tan simple. Allí lo vi. Vamos.

Wood no está demasiado entusiasmado de verme.

-Sí, me enteré -le digo con tono acusador antes de que abra la boca-. Lo lamento, pero también tendré que comentarle esto a mi hermana Karen...

En realidad, Karen lo amaría si se enterara que me hizo una pequeña maldad, pero creo que aún no sabe la hermosa relación de hermanas que tenemos.

-No, no, lo lamento, en serio que olvidé decirle a alguien que te avisara.

-Por supuesto.

Pronto llega el resto del equipo y otros que desean probar suerte. Eso incluye a George y Angelina. Había olvidado que esa maldita estaba en el equipo. Lauren también está entre la multitud, pero dudo mucho que sepa montar una escoba.

Tú tampoco sabes jugar bien, Leyla.

¡Shhhh!

Wood nos organiza a todos en grupos según el puesto al que aspiremos, y veo que hay pocos para cazadores. Y en ese grupo están incluidas la Zorra Johnson y Katie Bell. Con Katie no tengo problema, es como un ángel. El amigo de Wood, cuyo nombre aún es un misterio, está en la fila para bateadores. Me gustaría que ganara su puesto, sobre todo porque él me ayudó con el trato, pero dudo mucho que lo consiga; los gemelos Weasley son demasiado buenos.

Por suerte, varios quedan eliminados después de la simple prueba de dar una vuelta por la pista volando en la escoba. Sorprendentemente no resulto ser tan mala y, como sobreviví esa primera vuelta, quedo en la prueba final.

-Creo que solamente queda el equipo original, Oliver -dice Katie.

-Lo sabía.

-No, aún quedan Eric y Leyla.

Oh, así que se llama Eric.

-¿Tú nos quieres destituir a nosotros, Eric? -dice Fred, y George pone cara de princesa detrás de él

-Pues mira, chavita -dice George como las chicas en las telenovelas que el señor Weasley quería que su esposa mirara-, a nosotros no nos quitas el puesto, ¿eh?¿Comprendes? Somos in-cre-í-bles. -Remarca sus palabras chasqueando los dedos en cada sílaba.

-Choca esas, brother -se une Fred.

-Oh, sí.

-In-ven-ci-bles.

No aguanto la risa, pero Angelina parece avergonzada. Digo, Zorra Johnson parece avergonzada. No entiendo cómo puede andar con él y no amar sus chistes.

-Bueno, bueno -dice Wood-. Eric, ¿seguro que no quieres aplicar como cazador?

Ambos me miran y Eric sacude la cabeza.

-No, no. Además, tienes un trato con ella. Yo estaba presente -le recuerda, y yo sonrío. Eric no me cae nada mal.

-Está bien -dice Wood-. Entonces debemos ver cómo funciona el equipo. Chicas -les dice a Zorra y a Katie-, agarren la Quaffle. Yo iré a los postes, y Harry... vuela alrededor. No tenemos la Snitch aquí, pero haz como que la persigues. Fred y George, quédense abajo y denle un bate a Eric.

-Sí, ¿sabes cómo te vamos a dar, chava? -sigue Fred, pero George le da el bate como una persona normal.

-Yo creo que Leyla debería venir también -propone Katie-. Así vemos cómo funciona el equipo.

Wood pone los ojos en blanco. Parece cansado de todo este tema, pero me manda a volar con las otras cazadoras.

-Gracias -le digo a Katie.

-Mira, tampoco te creas la gran cosa -me dice Zorra-, solo estás aquí porque los otros son peores, no porque seas mejor.

-Cierra la boca -le espeto.

-Chicas, por favor... -dice Katie, y Wood hace sonar el silbato cuando se acomoda frente a los aros. Zorra tiene la Quaffle y saca. Los gemelos, alias las divas de telenovela, sueltan una Bludger, y Harry pretende seguir una Snitch inexistente.

-¡Leyla, atenta! -me dice Katie al lanzarme la Quaffle. La atrapo, milagrosamente sin caerme, y se la devuelvo luego de que avance unos metros. Ambas nos hacemos varios pases hasta que llegamos frente a los aros.

-¡Hola! -dice An... Zorra-. ¡Yo también juego!

Pero en realidad ninguna intenta marcar un tanto, porque no me quiero arriesgar a errar por mucho y las tres preferimos ver a Eric haciendo su prueba. Tiene fuerza, pero no tiene una figura tan consistente como los gemelos. En un momento casi le pega a Harry en con el bate, que luego se le escapa y pasa a pocos centímetros de mi cara.

-¡Lo siento!

Las cazadoras seguimos haciéndonos pases, y Wood mira desde su escoba. Eric va mejorando, y en su puesto juega mejor que yo en el mío, pero su competencia es más dura. Wood da fin al juego.

-Lo lamento, Eric. -Le palmea el hombro. -Era difícil.

-Está bien -dice, encogiéndose los hombros. Ya estamos todos en tierra de vuelta y volvemos al vestuario. En el camino los gemelos vienen hacia mí y dan saltitos a mi alrededor.

-¡Chava, sabíamos que tú lo lograrías!

-¡Eres increíble! ¡Matadora! ¡Los chicos mueren por ti!

-En-vi-dia. Súper envidia.

-Ahora sí, en serio -dice George, volviendo a hablar como siempre-, lo has hecho bien. Sabía que ganarías tu puesto.

-Por favor, chicos, gané porque el resto era un desastre.

-Bueno, pero igual fuiste mejor que ellos, no lo olvides.

Al final llegamos al vestuario y Wood y yo estrechamos la mano.

-Bien hecho. Debo admitir que eres mejor de lo que esperaba.

-Gracias.

-Igual le hace falta coordinación -murmura Zorra, pero nadie le hace caso.

-Bienvenida al equipo -me dice Katie y me abraza, y luego Harry levanta los pulgares con una sonrisa.

Yo también sonrío. Logré lo imposible. Leyla Blair es cazadora en Gryffindor. Y en cualquier momento saldrá de cacería de zorras.




-


¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo y los haya hecho reír un poco. Si es así, no olviden votar y dejar su comentario.

Recuerden, las actualizaciones son semanales, casi siempre los viernes.

También haré las dedicatorias de ahora en más al mejor comentario del capítulo anterior. Es decir, al mejor comentarista en este capítulo le regalaré la dedicatoria del próximo.

Saludos,

Madame Weasley.

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