Luego de minutos en silencio, Sirius y James regresaron al Gran Comedor. El heredero rebelde de los Black tenia una de sus manos sobre el hombro del Heredero Potter.

Ambos se sentaron en la mesa de Gryffindor para molestia de Lord y Lady Black. Antes que el director Dumbledore siguiera con la lectura, las puertas del Gran Comedor se abrieron dejando ver a una extraña chica con cara de confusión.

Estaba empapada de pies a cabezas, su ropa muggle ( short de mezclillas con medias negras y botas de similar color junto a una blusa de tiras color melocotón), su cabello estaba suelto revuelto con unos rastrillos de hierba. Sobre sus hombros había una mochila blanca con cuerdas tejidas con cuentas multicolores

Los adultos rápidamente esgrimaron sus varitas ante la chica.

—¿Creo que necesito un medico?— dijo la chica antes de toser agua. Miro a sus alrededor antes de caer desmayada en el piso del Gran Comedor.

El director bajó de su asiento y el Auror Moody avanzaron hasta chica inconsciente. Los más curiosos se pusieron de pie en sus lugares para ver como se desarrollaba la escena.

—¿Sera una seguidor de Voldemort?— le susurró Alastor al Albus.

—Viste ropa muggle— contestó Dumbledore — No luce de más de quince años la chica.

—¿Está herida?— preguntó Euphemia Potter desde su lugar. Dumbledore miro a la chica y noto un feo corte en su brazo izquierdo, desde el dorso de su mano hasta la mirad del brazo.

Un destello apareció en el lugar y una nota cayó en las manos de Euphemia Potter.

"Estimados hijos de la magia. Hemos traído a la chica del otro lado debido a que el futuro se entrelaza con ella.

No le quiten el anillo de plata, tiene una runa que le permite ustedes entenderla y ella a ustedes.

Y por favor, si alguna de las familias es amable de acogerla, la chica estará agradecida

Att: Las Moiras"

Lady Potter bajó la nota después de leerla.

—Hay que llevarla a la enfermería— dijo la profesora McGonagall.

—Tiene razón profesora McGonagall— contestó el director— Madame Pomfrey, si es amable de guiar el camino.

La chica fue cargada como un costal de papas por Moody que camino detrás de la sanadora. En el movimiento la pulsera de hilo rojo se deslizó por su muñeca izquierda.

Peter fue el único que notó ese detalle, y con Accio disimulado, la pulsera llegó a sus manos, guardando la pulsera en el bolsillo de su túnica.

—¿Quién será esa muchacha?— preguntó Walburga.

—Una niña de muggles seguramente por su forma de vestir— comentó Druella.

—Grandioso, otra sangre sucia— pensó sarcásticamente Lady Black.

En la mesa de Gryffindor Sirius silbó ante la chica.

—Wow que chica— dijo Sirius— Y esas piernas.

—Ugh— hizo una mueca Lily— Deja de sonar como un babosos pervertido.

—Yo solo digo la verdad— se defendió— Incluso luciendo un desastre esta sexi.

—¡Sirius Black!— le retó Lady Potter— Es una señorita, ten más cuidado con lo que dices de ella.

—Si, señora Potter— bajó la cabeza como perro regañado.

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Luego de una hora, y un secado exprés de ropa mediante magia. El Auror, el director, la sanadora y la chica regresaron al Gran Comedor.

La chica ya curada y con el cabello recogido en un recogido con un pañuelo azul.

—Se que debe estar confundida señorita— dijo Dumbledore.

—Claro que lo estoy— dijo algo mordaz— Estaba en una lancha camino a la Isla Santay con mis compañeros magos cuando caigo y termino en Hogwarts.

La chica se cruzó de brazos para luego ver al estudiantado.

—No digo que Hogwarts este mal— agregó— Digo, soy de Castelobruxo y han mencionado Hogwarts algunas ocasiones que me causo curiosidad, pero jamás pensé llegar aquí arrastrada por las Tejedoras del destino.

—El destino funciona de una extraña manera— comentó la Lord Potter. El rápidamente noto que siguió parte del protocolo sangre pura, como toda señorita tenia el cabello recogido pero no llevaba guantes.

—Algo cultural en su continente— pensó Fleamont.

—¿Por que no se presenta?— pidió el director.

—Mi nombre es Edith Sofía Luzardo García, tengo 17 años y soy de Ecuador, en especifico Guayaquil— se presentó Edith— Soy de padres no magos, pero desde que supe de mi magia he estado bajo el cuidado de un Ayllu mágico. ¿Alguna pregunta?

—¿Estas soltera?— preguntó Sirius y Lily le dio una patada en la espinilla.

—No me interesas, tienes cara de mujeriego— contestó Edith. Regulus se cubrió la mano para no reírse.

Edith miro al director preguntaba donde se sentaba.

—Siéntese junto a nosotros, señorita Luzardo— ofreció Lord Potter. Edith caminó hasta la mesa de los Gryffindor.

Edith se quitó su mochila se la apoyo en su regazo. Peter miró a la chica extrajera y sacó la pulsera roja de siete nudo.

—S.e te cayó— dijo tímido extendiendo la pulsera, Edith lo miró con la expresión seria para luego sonreír.

—Gracias— recogió su pulsera Edith.

—¿Y para que es?— preguntó Lily.

—Previene el mal de ojo— contestó Edith ajustando su pulsera en la muñeca izquierda.

El director dio paso al almuerzo, Edith miro todo y luego dijo:

—Alguien le puede enviar una nota a mis papis, no quiero que piensen que me secuestraron esta vez.— dijo y todo el comedor la vio raro.