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Capítulo 6

—Yo quiere leer— pidió Edith. Alice le entrego el libro, Edith sacó un par de lentes de pasta gruesa de su bolso.

—¿Usas lentes?— preguntó Remus.

—Solo para lectura— sonrió Edith.

Septiembre y Octubre paso volando como un pajarito huyendo del invierno.

Pronto sería Samhain.

—¿Y celebran Samhain en tu país?— preguntó Regulus.

—Bueno, el 31 es día del Escudo Nacional, pero los primeros días de Noviembre si celebramos rituales a nuestros antepasados— contestó Edith— Y hacemos ofrenda al Dios Inti o Dios Sol.

Cordelia revisó que la carta que le había escrito a Lady Malfoy estuviera impecable.

El heredero Malfoy le había entregado el segundo día de clases una carta enviada por Lady Malfoy, la bruja más importante de la sociedad mágica en palabras de Pansy y Daphne, Cordelia sintió nervios al saber que tal bruja le estaba escribiendo a ella.

Narcissa sonrió contenta mirando a Lily. Lily para evitar decir algo mordaz, pellizcó un párrafo de pastel de caldero y comió.

Druella y Cygnus sonrieron, sabiendo que Narcissa seria reconocida como una importante bruja en la sociedad.

Por supuesto, Cordelia hundió sus garras en la oportunidad de relacionarse con la bruja más importante de Gran Bretaña.

Las cartas con Lady Malfoy eran entretenidas.

Cordelia expresó con agrado sus clases en Hogwarts, los libros acerca de las tradiciones mágicas y las Vías Antiguas, que compartía y comentaba fervientemente con la señorita Granger.

Lady Malfoy expresó complacida como la joven bruja nacida de muggles estaba dispuesta a abrazar las Vías Antiguas y honrar a la madre magia.

—Una nacida de muggles que se interesa en nuestras tradiciones es algo en tomar en cuenta— dijo Walburga.

—¿No hay mucho interés de los nacidos de muggles por la Vías Antiguas?— preguntó Petunia.

—Casi nulo— contestó Walburga— Una verdadera decepción.

—Vaya que tiene un enrome déficit en la sistema educativo— dijo Edith.

También se le fue extendida a las dos una invitación para el baile de Yule tradicional de la sociedad Mágica, y que este año seria en Malfoy Manor, y también las invitaba a hospedarse en las vacaciones de invierno con los Malfoy.

Al recibir la invitación, Cordelia acudió a Pansy y Astoria.

—¡Debes mandar con una modista!— dijo Pansy— ¡Es tu primer evento en la sociedad mágica!

Petunia sonrió emocionada, se sentía como si fuera algún tipo de escena de la novela de Austen o como Anna Karenina.

—¿Es normal que vayan a dormir a casa de extraños?— preguntó Edith.

—¿Por que lo dices?— preguntó ofendido Lucius.

—Osea, mis padres no me dejan dormir en la casa de mi amiga— contestó Edith— Y eso que somos amigas desde los 5 años. A veces creo que mis padres me quieren mantener encerrada, porque nunca me dejan hacer pijamadas con ella.

—¿Tal vez se preocupan?— dijo la señora Evans— Como padres es nuestro deber saber con quienes se juntas nuestros y las influencias que pueden tener en ellos.

El color se le fue a Cordelia cuando Pansy anunció esas palabras. Su primer evento, el primer paso para demostrar que era una dama digna de cortesía y demostrar que es una candidata perfecta para un enlace matrimonial.

—Creo que no podré asistir— expresó Hermione, las cuatro tomaban el desayuno en su habitual charla— Mis padres tienen una cena en Houston, y me llevarán con ellos y mi nana.

Hermione hablaba mucho de su nana, su tía abuela materna, la mujer que era la que la recogía de la escuela y pasaba todo el día con ella antes de que llegara su carta de Hogwarts.

—Es una pena— dijo Cordelia tomando su té.

—Bueno, regresando a lo importante— continuó Pansy— Madeimoselle Jacqueline es la modista de Lady Zabini, te daré su dirección. Tienes que mandar a confeccionar tu vestido con ella.

—Algo muy importante— dijo Narcissa.— El tipo de tela, los detalles.

—El corte del vestido— siguió Petunia— Algo que favorezca a su altura y contextura, sobre todo el color, algo que resalte su tez y tono de cabello.

—Algo en color lavanda y pastel hará que ese cabello pelirrojo resalte— sonrió Narcissa a Petunia, haciendo sonreír a la otra rubia.

—¿Tienes alguna idea?— preguntó Daphne.

—Si— contestó Cordelia. Durante el mes tía Petunia le había enviado revistas muggles y Cordelia aprovechó para hacer sus recortes de vestidos.

La mayoría eran de la princesa Diana. Ella eran tan bella que Cordelia soñaba en ser tan bella y perfecta como la princesa de Gales.

—¿Al fin lograra casarse ese fiestero?— preguntó Lily.

—Pobre de su futura esposa— negó con la cabeza Petunia.

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Severus suspiró, la junta de maestros siempre era aburrida. Él solo daba su informe, casi siempre quejándose de la falta de delicadeza de esos alcornoques y su falta de interés en las pociones.

Regulus sonrió levemente, sabia que Severus no era paciente con los niños.

—¿Han visto los ensayos de la señorita Potter?— preguntó Flitwick.

—¡Nunca en mis años de maestra he visto ensayos tan bien elaborados!— declaró emocionada Sprout— En mi materia coloca dibujos tan lindos de las plantas mencionadas, es una pena tener que devolverle sus ensayos, si fuera por mi, me lo quedaría para mi.

—En el mio también hay dibujos con el texto—dijo McGonagall tomando su té.

—Siempre es un deleite ver ensayos bien hechos— dijo la profesora de estudios muggles— En cambio, hay ensayos cuyas letras parecen garabatos que no se entienden nada.

Muchos de los profesores asintieron con la cabeza.

—Usa tinta con brillos— agregó Severus disgustado. El brillo en sus ensayos le provocaban un dolor de cabeza— O con olor a frutas.

—Bueno, no hay nada en el reglamento que lo prohíba— señaló Sprout.

—Lo se, pero..... esos brillos— hizo una mueca Severus.

—Deberían prohibir las tintas con brillos, son molestas— hizo una mueca Snape.

—Eres un ser de sombras, Snape— dijo Petunia— Cualquier cosa con destello te fastidia.

—Como tu— le respondió Severus.

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Theo buscó un libro de herbología, el ensayo se le estaba complicando un poco. La herbología no era lo de él, el era más de runas.

Le fastidiaba que tuviera que esperar hasta el tercer año para acceder a esa materia.

Lily asintió con la cabeza, era una materia tan interesante, ella siente que no lo ha visto todo.

Molesto camino hacia la señora Prince para que le guiará hacia el libro. En las mesas notó a Potter sentada con Granger. Ambas una a lado de la otra compartiendo un libro y anotando cosas en sus pergaminos.

Potter alzó su vista como un cervatillo en alerta, sus ojos verdes lo miraron fijamente y regresó su vista a su pergamino. Theo notó que el libro que las dos niñas era el libro que necesitaba, con la frente en alto se acercó a las dos.

—Lady Potter, señorita Granger— dijo Theo, el olor a frutas llegó ha él.

—Heredero Nott— saludaron ambas.

—¿Desea algo?— preguntó Potter con una sonrisa ligera en su rostro.

—El libro que ustedes están leyendo es el libro que necesito para mi ensayo.

—Nosotras ya terminamos de leerlo— Potter miró a Granger, la chica de cabello castaño asintió con la cabeza, los ojos verdes de Potter lo miraron nuevamente, ella cerró el libro—Si gustas puedes usar esta mesa, solo tenemos que hacer la conclusión al ensayo.

—Estaban bien ellas solas, ese niño solo las haría demorar más— refunfuñó James con los brazos cruzados.

—¿Estas celoso, Potter?— preguntó Marlene con un deje de burla.

—Por supuesto que lo estoy— contestó muy serio — Es mi dulce corazón de quien hablamos, esos chicos son mocosos salidos del infierno.

Euphemia cubrió su boca con su mano, evitando reír.

—¿Estarán cómodas?— preguntó algo cauteloso, su abuelo le decía que las niñas prefieran estar cerca de otra niña cuando se trataba de estudiar.

—Si, por supuesto— sonrió Granger— No eres un ruidoso Gryffindor como para distraernos.

Toda la mesa de rojo y dorado se mostró seriamente ofendidos.

—Que niña para más mala— dijo Sirius.

—Dice la verdad— contestó Bellatrix— Sobre todo tu, Siri.

Potter soltó una risita que ocultó detrás de su mano, Theo notó ciertos destellos en el dorso de su mano. El libro se le fue entrega y el empezó a realizar su ensayo, las voces bajas de Potter y Granger no eran tan chillonas como para distraerse.

El olor a frutas era reconfortante. ¿De donde venia?

¿Por que debemos leer la parte del mocoso?— pensó Sirius.

Luego de unos minutos escuchó como las dos guardaban sus cosas en sus bolsos.

—Ya hemos terminado— dijo en voz baja Potter, Theo alzo su mirada viéndola.—Suerte con su ensayo, Heredero Nott.

Las dos niñas se despidieron y salieron de la biblioteca con los brazos entrelazados. Theo parpadeó un par de veces, ni Draco ni Blaise le deseaban suerte con sus deberes, algo contrario, ese par de vagos esperaban a que él terminará para comparar respuestas

—Siento que tengo un deja vú— dijo Remus mirando a James y Sirius, este ultimo lanzándole un besito.

No parece nada hetero— pensó Edith de Sirius.

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Hermione admitió que otoño en Hogwarts era la cosa más maravillosa de la vida. Los colores cálidos y el aroma a calabazas le calentaba el pecho en una sensación hogareña.

—La estación favorito del año— dijo Peter— Sobre todo porque no están fría pero tampoco tan calurosa. Y el olor a calabaza.

—Mi estación favorita es la temporada de mangos— dijo Edith

—¿Mangos?— dijo confundido Peter.

—Cuando se ponen de un color naranja amarillento— sonrió ella— Adquieren un sabor muy dulce, y es mas delicioso con una pisca de sal.

Aquel día su grupo de amigas, que palabra más más dulce, ella jamas había tenido amigas, decidieron ir cerca del lago a comer galletas mientras platicaban de sus planes de invierno. Pansy y Daphne había insistido a Cordelia que hablara sobre su vestido para el baile de Yule de los Malfoy.

Muchos le dieron la razón, antes de Hogwarts se les había hecho hacer amigos.

Cordelia dijo que seria una sorpresa.

Las cuatro estaban sentada en una manta de color melocotón mientras comían galletas y Cordelia les enseñaba los vestidos de su álbum de recortes, casi todos eran de la nobleza británica, antiguas fotos de la princesa Ana y los más recientes de la princesa de Gales.

—Luce como una diosa— dijo Daphne en una foto de la princesa usando la tiara Cambridge Lover's Knot.

—Esa corona, es una preciosidad de perlas y diamantes— comentó Petunia— La antigua Reina María de Teck la usaba mucho, una verdadera delicia.

—¿Es tan bella?— preguntó Narcissa desde la mesa de Slytherin.

—Un espectáculo de joyería— contestó Petunia.

—Es una princesa, es obvio que luzca tan perfecta— añadió Hermione. Las cuatro estaban tan absortas en los vestidos y joyas que cuando escucharon dos voces gritando acercándose a ellas alzaron la miradas apresuradas.

Un pelirrojo de Gyrffindor, Hermione reconoció como Ronald Weasley, estaba siendo perseguido por una Gryffindor de su mismo año, una niña de cabellos negros sueltos y con un marco de lentes.

En un movimiento rápido, la chica tacleo a Weasley, cayendo ambos al suelo. La chica estaba sobre Weasley, desde donde ellas estaban vieron como ella lo agarro del cuello de su túnica y lo agitaba con fuerza.

—Como siempre los Gryffindor haciendo un espectáculo— comentó Walburga. Muchos Gryffindor se ofendieron ante las palabras de Lady Black.

Molly Weasley apretó los labios en molestia ante niña que tacleo a su hijo.

—¡Eres una bestia, Weasley!— gritó la niña, tenia una bolso colgando de su hombro.

—¡No sabíamos que tuvieras algo valioso en tu bolso!—se trató de defender.

—¡Eso no les da el derecho a ti y tus estúpidos amigos de lanzar mi bolso como si fuera una pelota de playa!— la niña agarró a Weasley— ¡Han destruido algo de mucho valor para mi!

La niña se levantó, dejando a Weasley levantarse, en un movimiento rápido le dio un puñetazo en la nariz. Weasley salió corriendo apretando su nariz y con los ojos llorosos.

—Bueno, se lo tiene merecido— dijo Lily, toda la mesa la volteo a ver. —¿Que? Si hubiera tenido oportunidad de golpear a Tauper por mi Barbie secuestrada por un zorro, lo habría hecho.

—Lo tiraste de un árbol— le recordó Petunia.

—El idiota se cayó— respondió Severus y Lily asintió con la cabeza.

Las cuatro estaban boquiabiertas por el espectáculo de que acaban de ser testigos. La niña de Gryffindor las vio con los ojos llorosos.

—¡¿Qué me ven?!— gritó.

—Nada— dijo Cordelia— Pero debo preguntar. ¿Hay algo en que podemos ayudarte?

La niña de su bolso sacó una peculiar caja musical. En forma de jaula con la base roja había dos pajaritos, ambos maltratados y rotos.

—Weasley y los estúpidos de sus amigos acaban de dañar mi cajita musical—dijo con la caja musical en sus manos.

—Pobre niña— dijo la señora Aurora.

—Se nota que no educaron bien a ese niño, eso es de malandros— dijo Edith. Molly miro mal a la joven bruja.

Cordelia se levantó y con cautela se acerco y la tomo con suavidad de sus brazos y la sentó junto a ellas. De su bolsillo sacó un pañuelo y le secó las lagrimas.

—¿Por que no nos acompañas?— dijo con un tono dulce y cálido Cordelia—Come un poco y luego iremos con nuestra prefecta, ella sabrá que hacer.

—¿Por que me ayudas?

—Porque en este mundo las mujeres debemos apoyarnos mutuamente— sonrió Cordelia— Soy Lady Cordelia Potter, y ¿Cuál es tu nombre?

Muchas mujeres asintieron con la cabeza, en este mundo salvaje deberían cuidarse mutuamente.

—Ese niño debería pagar por arreglo de la cajita— dijo Edith.

—No sabemos si esa niña ha molestado a Ron— contestó Molly.

—Nada justifica el daño a la propiedad privada— dijo Lily seriamente— Y ese golpe se lo ganó.

Molly apretó los labios muy molesta.

—Eowyn Fraser— respondió ajustándose los lentes.

—Es un gusto, Eowyn.

El día paso normal, claro excepto en la noche en que Troll invadió las mazmorras en pleno banquete de Halloween.

— Fin del capitulo— dijo Edith.

—¿Cómo demonios entró un Troll a Hogwarts?— preguntó James molesto.

—Tienen un serio problema de seguridad— comentó el señor Evans. 

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