Todo el Gran Comedor miró a Edith con una expresión interrogante.

-¿Secuestro?¿Esta vez?- preguntó Lady Potter preocupada.

-Es una experiencia algo rara. Involucra a mi, de 16 saliendo de mis pasantías y con tiempo apretado, un ladrón que hizo pasar por taxista y yo terminando en el hospital con el hombro dislocado y una pierna enyesada porque salte del taxi en movimiento- contestó Edith

-¿Por que saltaste?- preguntó Bellatrix.

-Era yo terminando en un hospital o era mi cuerpo apareciendo en la vía Perimetral- Edith hizo una mueca- Ahora tengo miedo de subirme a los taxis solas.

-Me das miedo- le dijo Sirius.

-Gracias, es un don natural- sonrió Edith.

Luego de que Edith contara su traumática, todo mundo almorzó. Edith de vez en cuando miraba a su alrededor, notó que su postura estaba algo encorvada, así que se esforzó en enderezarla.

Como lectora de firmas mágicas se enfocó en algunos, la pelirroja de ojos verdes tenia un naciente núcleo oscuro envuelto de magia blanca. Edith arqueó una cela. ¿Una bruja gris? pensó intrigada.

Cuando todos terminaron, Sirius fue obligado nuevamente a sentarse a sus padres.

-Yo quisiera leer- pidió Alice.

Lo que había quedado del verano fue totalmente ocupado para Cordelia.

Entre sus labores domesticas y la lectura de materiales básicos para su ingreso a Hogwarts, Cordelia apenas tenia tiempo para jugar con las Barbies que Sammy Smith le había regalado.

"La sociedad mágica y como encajar en ella" era el libro favorito que Cordelia consiguió en el callejón diagon.

-Un buen libro para empezar- dijo Madame Longbottom para luego ver a Dumbledore- Una verdadera pena que lo eliminaran del plan de estudio

Euphemia y muchas otras damas asintieron con la cabeza.

El tema de los estándares que debe seguir una señorita fue el tema que más atención le prestó.

Esa sección estaba marcada por post it y resaltada con plumas de brillitos. (Cordelia había escrito a Gringotts por un traslado de diez galeones a dinero muggle y con ello compro cosas para ella)

-Oh, la plumas de brillantes y con el olor a fruta- dijo Lily medio triste.

En la escuela muggle le gustaba usarlas, pero en Hogwarts había optado por usar tintas normales para hacer que sus trabajos apréciese más serios.

Lo primero, Cordelia no estaba tan perdida a lo que se refiere la etiqueta. Tenía una buena postura, además en la tranquilidad de su habitación se podía practicar las reverencias protocolarias dignas de una dama perteneciente a una casa importante.

Muchas damas asintieron con la cabeza, cosas esenciales que fueron bien instruidas por la tía muggle de la pequeña Cordelia.

Petunia sonrió para si misma y luego maldijo.

¿Por que Lily tuvo que ser la bruja de la familia?

Segundo. Supo de la importancia del cabello de una bruja, según lo leído, la magia de una bruja se concentra en su cabello. Así que para debilitar a una bruja podría cortarle el cabello, y bueno, era un crimen cortarle el cabello. Así que un pase a prisión estaba asegurado.

-Oh lo mismo me enseñaron a mi- dijo Edith- En mis tierras nos han dicho que el cabello de una bruja es algo sagrado, un hilo que nos conecta a nuestro antepasados. Desde entonces he cuidado mi cabello con mi vida, además eso y que la cuidad que vivo es el noveno circulo del infierno me asolaría por el calor si lo tuviera suelto

-Tienes un bonito cabello- contestó Peter- No es que me fijará mucho en tu cabello cuando llegaste, solo que luce suave.

-Gracias- sonrió Edith.

En su visita al callejón diagon se le fue entregado un cepillo de oro con relieves de polillas que había pertenecido a la familia Herondale (la familia de su abuela Euphemia), Cordelia podía sentir la magia vibrar por dedos cuando en las noches se dedicaba a cepillarse el cabello en las noches mientras susurraba plegarias a la Madre Magia.

James sintió un patada en el hígado.

-Si ella tiene el cepillo de los Herondale- dijo James abatido- Morimos antes de su tercer cumpleaños.

Lily sintió su corazón estrujarse ante la mirada de James, ella sin mucho que hacer, solo apoyo su cabeza en el hombro de su prometido y entrelazó sus dedos con los de él.

Aquellas plegarias vinieron un pequeño libro acerca de las tradiciones. Al parecer era común que las brujas jóvenes pidieran bendiciones a la Madre Magia mientras almacenaban magia en su cabello.

-Madre Magia, permíteme que cuando crezca sea una mujer bella.- dijo Narcissa.

Madre Magia, permíteme que cuando crezca sea una mujer bella.

-Madre Magia, dame sabiduría.- dijo Marlene.

Madre Magia, dame sabiduría.

-Madre Magia, bríndame felicidad.- dijo Andrómeda mirando a su esposo e hija.

Madre Magia, bríndame felicidad.

En el ambiente en el gran comedor se sintió una oleada cálida de magia.

Un siseo resonó en la mente de Lily.

-«Lily, Lily Lily »- escucho una voz suave, hipnótica y antigua dentro de su mente.

Petunia sintió algo de magia rozarle los dedos y apretó los labios. ¿Cómo Lily podría ignorar tal sensación?

Estúpida, su hermana era una estúpida ante negarse tal experiencia.

El cabello suelto era un tabú para las damas mágicas. Así que cuando la niña alcanzaba cierta edad, casi siempre diez u once, empezaba a llevar el cabello recogido.

Así que Cordelia hizo un álbum con varios recortes de revistas que enseñaron a una misma como hacerse diferentes recogidos.

-Awww un catalogo de peinados- dijo la señora Evans. - Eso lo heredo de Petunia, ella acostumbra hacer álbum de recortes de todo lo que le gusta. Incluso hizo uno exclusivo para su vestido de novia.

- Fotografías de Grace Kelly, de la princesa Margaret en sus vestidos de novias- contestó Petunia llamando la atención de muchas Slytherin- También tiene muestras de sedas, encaje y otras telas.

-Wow, admiro tu dedicación- dijo Edith- Yo aduras penas puedo mantener mis apuntes legibles para mis maestros.

-Es una pena no poder verlo- dijo Narcissa. Petunia sonrió, le agradaba la bruja de ojos muy azules y cabello de oro.

Parte de su tiempo se dedicaba a practicar sus peinados. Trenzas, enroscados sencillos y otros más complicados. Cordelia se compró una infinidad de lazos y listos bonitos, pasadores transparentes, broches de flores y de mariposas. Incluso fue un paso más a allá y consiguió esas "donas" para ayudar con el volumen del cabello.

Tercero. Las jovencitas y damas usaban guantes todo el tiempo (menos en la intimidad del hogar y en la presencia de esposo e hijos), así que nuevamente soltó varias libras en la compra de muchos guantes de encaje (negro, gris, blanco y diversos colores) o los había elaborado a partir de viejos vestidos o faldas que ya no le quedaron y la tela era preciosa.

-Eso ya es una gran diferencia con la sociedad mágica Latinoamérica- dijo Edith viendo sus manos.

-Tengo algo de ropa cuando era joven, ya que solo tiene ese cambio de ropa le vendrá algo de ropa durante su estancia- dijo Lady Potter mirando a Edith- Creo que casi tenemos la misma figura. Te quedará bien.

-Muchas gracias por amabilidad, Lady Potter- Edith inclino su cabeza en un gesto modesto de agradecimiento.

Bellatrix sonrió, la bruja extranjera llevaba poco tiempo pero le caía mucho mejor que Evans.

Así que la última noche de agosto, Cordelia había empacado todo con sumo cuidado. Dejo la ropa que utilizaría al día siguiente. Alimento a su preciosa Hedwig y nuevamente hizo sus plegarias a la Madre Magia mientras se cepillaba el cabello.

Oh Madre Magia, guíame hacia mi destino .

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1 de septiembre llegó y Cordelia no podía contener la emoción.

Se baño, lavó su cara y se empezó a alistarse

Aquella mañana tía Petunia se haría cargo del desayuno mientras Cordelia se preparaba para su viaje.

El conjunto de hoy era una blusa de mangas largas color blanco muy sencilla con el cuello de encaje, la falda era de color verde botella que le llegaba seis dedos por debajo de las rodillas y marcaba su apenas visible cintura con un cinturón de la misma tela y una hebilla circular de plata.

Los zapatos eran unos bajo con apenas un ligero tacón para darle una mejor postura.

Cordelia reconoció su cabello en trenza que se enroscó hacia atrás y sujeto con varios pasadores. Dejo unos mechones que enmarquen sus mejillas (las cuales peñiscó un poco para dar el efecto de sonrojo)

Una ligera bruma salió del libro, y como si fuera una bola de cristal aprecio la imagen de Cordelia descripta por el libro.

Muchos se quedaron boquiabiertos, la niña mezclaba buen la belleza juvenil que había sido Euphemia Herondale y el intrigante color de ojos de Lily Evans.

-Les salió bonita la niña- dijo Edith encantada. Parecía un hada de un libro de cuentos.

-Se nota que fue hecha con amor- rio Sirius, Walburga le pellizcó el brazo a su primogénito por su falta de decoro.

Sirius, con el ceño fruncido se masajeo la zona lastimada.

-Hoy debemos dar una primera buena impresión- se dijo a si misma antes de guardar sus guantes de encaje blanco en su pequeño bolso que colgaba en uno de sus hombros.

-El primer paso de la niña ante la sociedad mágica- dijo Druella- Y con la preparación que se auto educo lo hará perfecto.

Fleamont sonrió al saber que el señorío de los Potter esta en buenas manos.

Bajó y se encontró con la mirada de aprobación de tía Petunia ante su atuendo.

Como siempre el desayuno fue silencioso.

Dudley había tenido la gentileza de bajar su baúl hacia la puerta donde estaba esperando el taxi donde la llevaría a ella ya tía Petunia a King Cross.

-Un niño bien educado- dijo Adrian.

-Claro, yo lo educaré- sonrió Petunia.

El taxi hizo una mueca de sorpresa ante la lechuza pero Cordelia sonrió.

El viaje hacia la estación fue silenciosa, Cordelia se aferró a su bolso que contenía sus guantes, Una habitación propia que había sido regalo de Sammy, un pequeño juego de espejo de mano y peine (hecho de resina transparente con flores dentro) que había sido un regalo de cumpleaños por parte de Dudley y un bálsamo labial con olor a cereza (aquello era el único cosmético permitido para una señorita de su edad)

-El bálsamo nunca debe faltar- dijo Narcissa.

-Sobre todo para que les tiene los labios resecos- agregó Edith tocándose sus labios. Ella rebuscó en su bolso, sacando un espejo y su bálsamo de coco.

Peter se sonrojo ligeramente al notar que ella tenia unos lindos labios.

Cuando llegó a la estación el corazón de Cordelia latía frenéticamente pero mantuvo su serenidad.

Ya con los guantes puestos empujó el carrito entre el andén 9 y 10.

Cordelia apretó ligeramente el boleto del tren en su mano derecha.

-Llego el momento- dijo tía Petunia con una de sus manos sobre sus hombros. Cordelia se giró para ver a su tía quitarse el collar de perlas que siempre usaba, desde que tenía uso de razón siempre lo había visto decorar su cuello.

Tía Petunia le colocó el collar y Cordelia se sintió abrumada.

-Este collar fue el regalo de bodas que mi padre le dio a mi madre- empezó a decir tía Petunia a la vez que le enroscaba los mechones de sus mejillas para que tuvieran mejor ondulado- Fue mío cuando me comprometí, y ahora te lo doy un ti Para que tengas algo de los Evans contigo.

-¡Si!- dijo Petunia - El collar es mío.

Lily se entristeció, siempre pensó que pasaría a ella.

-¿En serio? ¿Por un collar?- preguntó James.

-Por supuesto que si- dijo Bellatrix- No es por las joyas, es por el estatus. Las hermanas mayores merecen la joya principal.

-Gracias tía Petunia - dijo Cordelia conmovida ante el presente de su tía -Prometo que cuidaré este collar.

- Es hora de decir adiós - tía Petunia beso su frente- Nos vemos en el verano.

-Hasta el verano- sonrió Cordelia.

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Podía ver desde su compartimento como los padres se despedían afectuosamente de sus hijos y el corazón de Cordelia ardió en celos.

El beso en la frente que le había dado tía Petunia fue cálido, pero no era similar a los reconfortantes abrazos de lo que ella era testigo.

Las lágrimas bajaron por las mejillas sonrojadas de Cordelia imaginando a sus padres despedirse de ella entre abrazos y palabras de aliento.

Otra vez, James Potter se sentía miserable. Desde la mesa de Slytherin, Severus Snape disfrutaba leer los sentimientos de impotencia de Potter.

Como si fuese el caramelo mas dulce que ha probado.

Rápidamente se secó las lágrimas de sus mejillas y enderezó la postura.

Sacó su espejo de mano para comprobar que no hubiera rastro de su silencioso llanto.

Hedwig estaba a su lado dormido en su jaula.

-¿Disculpa?- Cordelia miró a la chica en el marco de la puerta. -¿Esta ocupado este compartimento?

-"Es de padre muggles"- Cordelia pensó al notar los pantalones de mezclilla, suéter café y zapatos bajos. No tenía el pelo recogido por lo que su encrespado cabello castaño parecía una nube alborotada y tampoco llevaba guantes.

-¡Hey! ¿Qué tiene contra los pantalones de mezclilla?- preguntó Edith.

-No algo común para las brujas- explicó Narcissa.

-Oh, bueno, yo no puedo vivir sin los pantalones de mezclillas. Yo los amo- contestó - Lo malo es que tener muslos gruesos hacen que se desgasten más rápido.

Muchas nacida de muggles, sobre todo las de muslos gruesos le dieron la razón.

-No, eres bienvenida a acompañarme si te gusta- Cordelia reclamando el asiento desocupado frente suyo.

-¡Gracias!- sonrió la chica y Cordelia pudo notar que sus dientes eran prominentes, como los de un conejo. Pobre, de seguro una ortodoncia esta en su futuro. La chica se sentó frente a ella y profundizó su mano- Hermione Granger.

-Lady Cordelia Potter- obedeció Cordelia el saludo. Hermione abrió sus ojos impresionada.

-Leí sobre ti!- su voz chillona hizo levantar a Hedwig.

-Lo se, pero es algo de lo que no me gustaría hablar.

Fleamont frunció el ceño. ¿Por que su nieta era mencionada en libros?

Algo había, no sabia que, pero lo averiguaría.

-Lo entiendo- le dio una mirada de disculpa.

El compartimento hubo silencio hasta que Hermione volvió a preguntar.

-¿Por qué llevas guantes?

-Es parte del protocolo.

-¿Protocolo?

-Acaso no leíste el libro sobre etiqueta social.- arqueo Cordelia una ceja.

Hermione negó con la cabeza desordenando aun más sus rizos.

-El protocolo que muchas señoritas de familias mágicas deben seguir- explicó Cordelia.

-Bueno, mis padres son muggles- se encogió de hombros Hermione- Así que no debo preocuparme.

-Es muy indignante la falta de respeto que tienen los nacidos de muggles ante nuestra tradiciones ancestrales- dijo Madame Longbottom con seriedad.

Euphemia le dio la razón. Lily le agradaba mucho, era una chica muy lista y amable, pero su falta de preparación para su futuro rol como Lady Potter era evidente y aun más su poco compromiso en aprenderla.

-¿No tienen las sesión de incorporación?- preguntó Edith.

-¿Sesión de incorporación?- cuestionó Lord Nott.

-Si. Cuando un niño de familia no mágica tiene su primer brote de magia, un mago va y explica todo a los padres- contestó Edith- Claro, primero ven si el hogar es seguro para el niño, sino, desmemorian a los padres y los niños son entregados a una familia mágica.

-¿No es algo cruel?- dijo la señora Evans.

-Mamá, evitan que esos niños vivan un infierno en su hogar- contestó Petunia.

-Evitamos que sus núcleo sufran daños y se vuelvan Obscurials- agregó Edith.

Dumbledore se mostro afectado por eso.

-Y si los niños se quedan en sus hogares al ver que son seguros, inician dos semanas completas de presentación del mundo mágico, como se incorporará a su rutina ya establecida. Crean redes de comunicación- finalizó Edith.

-¿A ti te separaron de tu hogar?- preguntó Peter.

-No, mis padres lo tomaron bien- dijo Edith- Soy su preciosa hija a quien aman y sobreprotegen.

-A Tom le podría interesar- pensó Lord Nott.

-¿Así que no quieres encajar en el mundo mágico?- levantó una ceja Cordelia.

-Si quiero encajar -exclamó Hermione decidida.

-¿Has escuchado de los New Bloods*?- siguió el interrogatorio Cordelia y Hermione negaron con la cabeza- Bueno, son aquellos nacidos de muggles que siguen la voluntad de la Madre Magia y esta los recompensa volviéndolos un farol para un nuevo legado dejando mágico atrás su pasado muggles.

-¿Tendría que renunciar a mis padres?

-No si tu quieres.- Cordelia miro a los ojos a Hermione y pudo notar determinar en ellos. -Déjame contarte sobre cómo nacieron los New Bloods

Muchos nacidos de muggles se mostraron curiosos. Nunca habían pensado mucho en eso.

" Se cuenta que Salazar Slytherin, mucho antes de unirse a los demás fundadores, había rescatado a una bruja que había estado a punto de ser vendido a un Harem en el medio Oriente. Se dice que la bruja había nacido un pueblo muggle y que siempre oculto sus poderes hasta que cuando tenía 16 años hizo magia accidental y sus padres la vendieron a unos piratas.

Salazar rescató a la bruja y le enseñó el camino la voluntad de la Madre Magia. Y esta bruja lo había seguido religiosamente que un día apareció un cepillo de oro y sangre en sus manos . La mujer había dejado atrás su pasado muggle y se unió en matrimonio a Lord Slytherin. "

-¿La esposa de Slytherin fue una New Blood?- dijo Sirius.

-¿Quién crees que escribió "La guía de una dama en la sociedad mágica."?- contestó Bellatrix- Animal.

Sirius le frunció el ceño.

-Es una lastima que ese libro ya no se pueda conseguir tan fácilmente- se lamentó Walburga- Por supuesto, que tenemos dos copias en las bibliotecas de los Black.

- ¿No es la historia de amor más encantadora del mundo?- Dijo Cordelia con una de sus manos cubierta de encaje sobre sus mejillas.

Cuando había leído eso por primera vez se quedó fascinada de la imagen de Lord Slytherin como un caballero de armadura brillante rescatando a una doncella de un destino como esclava.

-Se escucha como el mito de Perseo y Andrómeda- suspiro Lily.

-Si-asintió con la cabeza Hermione.-¿Crees que puede llegar a ser una New Blood?

-Por supuesto, puedo ver tus ojos desbordar determinación- sonrío Cordelia.- Como Lady de la casa Potter seré tu apoyo en este camino.

-Es ganar ganar- dijo Lord Black- La heredera Potter se consolida mejor en la sociedad y la señorita Granger se convierte en una tentadora opción para cualquier familia sangre pura para renovar líneas mágicas.

-Como sucedió con mi hija y yerno- agregó Cygnus Black- Edward al ser New Blood y casarse con mi preciosa Andrómeda han tenido a una maravillosa niña metamorfomaga, la primera en seis generaciones de los Black.

La pequeña Nymphadora estornudo y su cabello paso de castaño oscuro a un rosa chicle.

-Muchas gracias, Cordelia.

-De nada- dijo Cordelia sacado el peine de su bolso- Ahora hay que conseguir un poco de agua. No puedo dejarte con ese cabello que parece una nube masacrada.

-Fin del capitulo- dijo Alice.

-Uff será un fuerte trabajo, por el cabello rizado es un campo de batalla para los peines- dijo Edith- Ósea, el mío no es ni lacio ni ondulado. Tiene una severa crisis de identidad, lo bueno es que muy manejable.