Capítulo 17
—Yo quiero leer— pidió Dhalila.
Eowyn no le tenia miedo al infierno por que ya vivía en el. Solo que llevaba el nombre de Wools.
Muchos adultos fruncieron el ceño. Aquello no se escuchaba bien.
Su verano hasta el momento era una completa mierda. Sentía que el orfanato le estaba absorbiendo la energía, entre apenas tener que buscarse tiempo par hacer las tareas de vacaciones y evitar estrangular a sus compañeros de Wools hacia que su deseo de volver a Hogwarts la hicieran parecer una ansiosa.
Muchos le dieron la razón, a veces regresar a casa era horrible.
Sirius frunció los labios, los recuerdos en Grimmauld Place no eran lo mas acogedor del mundo. Su madre con su varita esgrimada proporcionándole crucios. Estar sentado en el estudio de su padre, rodeado de cartas y sermoneándolo.
Pero ahora, esa voz que le susurraba incendiar el orfanato se encendido como una hoguera.
Eowyn despertó sobresaltada cuando noto una sensación pegajosa en su trenza. Su larga trenza estaba cubierta de algo que olía a pegamento y harina.
En el Gran Comedor se escuchó un jadeo de parte de muchas brujas.
—Eso es completamente indignante— dijo Madame Longbottom claramente disgustada.
—Una completa ofensa hacia una bruja— agregó Euphemia Potter con una mirada de frialdad.
Gritó al ver a su preciado cabello siendo arruinado y una estúpida risa la hizo mirar hacia al frente.
Mary, una huérfana de 15 años la miraba con completa burla. En los dedos de esa estúpida había rastro de pegamento.
—Esa pequeña hija de....— dio Bellatrix.
—Bellatrix— advirtió su madre evitando un arrebato.
Cuándo Eowyn pudo procesar lo que sucedía estaba que empujaba a Mary hacia una pared. Sus manos se acertaron a los delgados brazos de Mary, le clavaba las uñas.
—¡Suéltame, anormal!— chilló Mary. Eowyn afianzó su agarre, quería sangre.
Mary en un movimiento rápido le dio un puñetazo en el ojo derecho a Eowyn haciéndola tambalear.
Las demás chicas del cuarto jadearon ante el golpe. Pero Eowyn se levantó y saltó sobre Mary, con sus manos sobre el cabello de Mary y empezó a jalar los mechones de cabello.
—¡Que le de más fuerte!— animaba Marlene— La pequeña perra inicio todo. Que pague por lo que hizo.
Lily asintió con la cabeza muy molesta. No era muy afín de la violencia, pero si no queda de otra.
—¡Suéltame, suéltame! — chillona como un cerdo a punto de ser sacrificado. Eowyn dejo el cabello y sus manos se enroscaron sobre el cuello de Mary.
—¡Tu!— dijo Eowyn clavando sus uñas. —¡Te voy a matar, asquerosa perra!
—No creo que la vaya a matar— dijo Andrómeda un poco preocupada por como se desarrollarían las cosas
—Pero que le saque el alma a cachetadas— animo Edith. —Se lo merece la pequeña perra.
Eowyn vio los ojos miedosos de Mary. Esa asquerosa se había atrevido a atentar contra su fuente de magia. Y merecía saber con quien se metía.
No sabe cuanto tiempo paso hasta que fue jalada a la fuerza. La matrona Liliana la tenía cogida del pescuezo y la arrastró hasta la habitación de castigo donde la hizo arrodillarse ante un puño de granos de arroz con las rodillas descubiertas.
—¡¿Y por que solo a ella?!— se indigno Lily. —¡Que la otra también sea castigada! ¡Ella lo inicio!
—Evans tiene razón— dijo Cissy— La otra niña merece un castigo. Aunque Eowyn no, ella solo se defendió.
—¿Por que granos de arroz?— preguntó un Slytherin.
—Si no son granos son tapas de botellas— contestó Severus— Y eso que es uno de sus métodos mas "leves" de castigo.
—¡Mary me atacó primero!— se defendió Eowyn arrodillada sobre los granos. Tomó la punta de su trenza embarrada. —¡Mire lo que le hizo a mi cabello!
—Eso solo cabello— respondió mordazmente la matrona— Volverá a crecer, no seas una exagerada.
—Pero esa maldita— gruñó Bellatrix.— ¡¿Como se atreve a decir que solo es cabello?!
—Los muggles tienen una dis...— trató de explicar Dumbledore.
—¡Una mierda!— interrumpió Edith— Eso no justifica anda. Al contrario, da mucho mas razón para jamás dejar a un niño mágico al cuidado de muggles.
Eowyn quería gritarle que no solo era cabello. Que para ella era importante por ser símbolo de ser un bruja y su fuente de magia.
La mano derecha de la matrona llegó con unas grandes tijeras y la temible regla de madera.
—No, no, no— negó con la cabeza Bellatrix con horror— ¡Esa puta no se atrevería!
Eowyn fue obligada a mostrar las palmas de sus manos y mientras el frío golpe de la madera sobre sus manos se repetía, su cabello era cortado.
Las lágrimas fluyeron sobre sus mejillas al escuchar el sonido del metal pasar por su maltratada trenza.
—Te quedaras dos horas reflexionado acerca de tu salvaje conducta — dijo la matrona dejándola sola.
Ya en soledad observó el cabello esparcido en el suelo y Eowyn se desmayó.
—¡¿Lo ven?!— se mostro Edith furiosa, su lado animaga queriendo salir a flote por el dorado de sus ojos. Ella molesta dio una fuerte palmada a la mesa— ¡Y es por eso que separamos a los niños de hogares de mierda! No puedo creer que una sociedad tan antigua como ustedes permitan que niños estén desprotegidos en el mundo muggle donde su integridad mágica y física queda comprometida. ¡¿Cuantos niños han estado en esas circunstancia y ustedes jamás han hecho nada?!
Edith estaba respirando profundamente, claramente molesta. Su magia revoloteaba sobre ella como un ligero toque.
Peter, con un impulso, tomó la mano de Edith. Ella lo miró sorprendida ante su osadía de tomarla de la mano. Pero de pronto se encontró respirando mas tranquila y su magia estabilizándose.
—Pido perdón por este pequeño arrebato de furia— se disculpo Edith ya mas calmada— Es que, es horrible saber que hay niños a la merced de la ignorancia de nuestros dones.
Aquello fue la semilla, de un cambio, lento, pero cambio.
Dumbledore percibió la magia de la chica, algo salvaje pero firme. Propia de la lectura de firma mágicas.
Una chica a tener de cuidado.
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Cordelia estaba eufórica de encontrarse con sus amigas en el callejón Diagon.
Había pactado que día ir todas juntas luego de que llegarán su lista de útiles.
Lily, en una parte de ella, sabia que fue lo mejor para Delia haberse quedado con Petunia.
Su hermana cuidó y amó a Cordelia como si fuese de ella. Al menos no estaba en la horrible situación que la pobre de Eowyn.
Lamentablemente ese día, Tía Petunia no podía llevarla a que coincidía con una reunión de padres en el colegio de Dudley.
Así que Sam se ofreció a llevarla al callejón, debido a que tenía su propio auto y se movilizaba con mayor facilidad.
—La ventaja de conocer a alguien que tiene carro— dijo Ted tratando de ser ameno. —Siempre puedes contar que te ayuden.
—¿Entonces me prestarías las llaves de tu auto?— sonrió Sirius.
—Ni en tus mas locos sueños te prestaría mi auto— contestó Ted serio.
Tía Petunia accedió encantada.
Cordelia se había vestido lo más apropiado posible. Con sus guantes y cabello recogido se dirigió al callejón Diagon.
Sam tenía un estilo muy peculiar. Había días en que usaba vestidos de verano muy cómodos y otros días vestía como una chica gótica, chaquetas de cuero, pantalones ajustados y botas que pareciese capaz de romperle la cara a alguien.
—Crisis de identidad— rio un Ravenclaw.
—O algunos tienen un estilo muy aburrido— dijo Lily.
—Y tu pareces una hippie con sus vestidos de mangas acampanadas y botas largas— comentó Petunia.
—Y tu como si fueras Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany— dijo Lily.
En todo el camino, Sam puso su repertorio de música que era tan variada como su estilo de vestir.
Pasaba del rock, a las baladas románticas a música disco.
—Que le guste Bowie, Que le Bowie— pedía James con los dedos cruzados— Que le guste Queen, que le guste Queen
— Que le guste Black Sabbath, que le guste Black Sabbath— pedía Sirius de igual modo.
Cuando llegaron al callejón, Sam le incidió a Cordelia que no se separará de ella.
Al entrar pudo notar de inmediato a Hermione y sus padres. Cuando ambas se vieron no dudaron en abrazarse.
—Es bueno volver a verte— dijo Cordelia abrazando a Hermione.
—Yo digo lo mismo.— sonrió Hermione. Cordelia notó como llevaba unos sencillos guantes café que hacía juego a su falda del mismo tono y contrastaba con su bolsa color beige. Su cabello estaba recogido en un trenzado francés que se enroscaba en su cuello.
Muchas damas asintieron la cabeza ante la descripción de como la señorita Granger se estaba adaptando al uso de los guantes y el cabello recogido.
Cordelia saludo a los señores Granger y los presento a Sam.
—¿Ya llego Eowyn?— preguntó Cordelia.
—Aún no— contestó Hermione.
Cordelia frunció los labios. No sabía mucho de Eowyn durante el verano, solo pequeñas cartas que decían que todo estaba en orden.
—Esperemos que hagan pronto ese mapeo genealógico y saquen a esa pobre niña de ese agujero del averno— comentó la señora Evans.
Ambas se sentaron acompañadas por una taza de té. Sam empezó a hablar de algo con los señores Granger, tal vez pasó una media hora hasta que Eowyn entró al Caldero.
La felicidad de Cordelia de ver a su estimada amiga se apagó cuando la vio, llevaba unas gafas de sol y su cabello estaba casi rozando sus hombros.
Cordelia se levantó de su asiento y caminó hasta Eowyn, ella estaba parada recta, como si nada de su imagen la hiciera flaquear. Cordelia con cuidado le quitó la gafas de Sol, ella contuvo un chillido ante el horrible morado en su ojo derecho.
—Esperemos que la niña se quede con una buena familia— dijo Druella Black
—Los señores Granger son adultos, esperemos que actúen listamente— agregó Walburga— Al menos si la van a dejar con muggles, que sean con ellos.
Hermione también se acerco a ella con Sam y sus padres por detrás.
—¿Qué te hicieron?— preguntó Hermione con los dientes apretados de rabia.
—Me metí en un pleito, una de las chicas del orfanato me colocó algo pegajoso en el cabello mientras dormía— contestó Eowyn colocándose nuevamente las gafas, las puntas de su cabello están desiguales, como si lo hubieran cortado con una completa malicia.
—Pero tu cabello pudo haber sido lavado con algo— dijo Cordelia buscando una explicación.
—¡Exacto!— dijo Lily claramente molesta.— Agua tibia, acondicionador, aceite de bebé. cualquier cosa pudo haber salvado su cabello, pero no, esa puta tuvo que cortarlo.
Los señores Evans miraron a Lily algo impactados a su hija casi nunca maldeciría o soltaba palabras tan vulgares.
—La matrona me lo cortó— contestó seca. Su voz se notaba vacía, estaba completamente pálida, muy enfermiza.
—Sin duda el día de hoy te sacaremos de ese horrible lugar, mi pobre niña— dijo la señora Eliza viendo a Eowyn, luego giro su cabeza para ver a su esposo— Llama a nuestro abogado, luego de hacer las compras en el callejón iremos directamente a Wools con él. Si nos niegan la salida de Eowyn los amenazamos con una demanda.
El señor Granger salió del caldero sacando un teléfono móvil de su sacó, diciendo que ellas avanzar al banco.
Arthur mostro interesado eso que llaman teléfono móvil.
—Los tienen donde quieren— dijo Ted con una ligera sonrisa— Ninguna institución de alberge infantil se permitiría entrar en una demanda, pondría en peligro sus apoyos gubernamentales. Así que no les quedará de mas que entregar a la niña sin resistencia.
—Que bueno que te tenemos como el abogado de la familia— dijo Bellatrix a su cuñado.
Sam le pasó a Cordelia una liga de cabello para disimular el crimen que había cometido ese orfanato ante la fuente de magia de Eowyn.
—Iremos directo a hacer la prueba de herencia— dijo Cordelia con mucha seriedad— Encontraremos la forma de sacarte de ese agujero del averno.
—¡Si por favor!— dijo Edith aun un poco molesta.
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Luego de solicitar la prueba de herencia hacia Ragnork fueron conducidos hacia una pequeña oficina.
El goblin dijo que la prueba costaba 10 sickles de platas, lo cual Cordelia expresó que fueron debitados de la bóveda de ella antes que Eowyn dijera algo
Los señores Potter asintieron con la cabeza, en algo se parecía Cordelia a James y eso era en ayudar a sus amigos en lo que podía.
Sabían que ese pequeño aumento de su mesada que había pedido iba destinado en ayudar a sus amigos. No eran tontos, pero decidieron no decir nada.
—Debe dejar caer tres gotas de sangre sobre el pergamino— dijo el goblin pasándole una daga a Eowyn. Ella se quito los guantes y Cordelia notó las marcas rojas en sus palmas, Eowyn se pinchó el dedo y dejó caer la sangre sobre el pergamino.
Eowyn se llevo el dedo pinchado a los labios para quitar el resto de sangre.
Cordelia se paró para ver los resultados de la prueba.
Nombre: Eowyn Sarah Fraser
Lady Fraser de Glencoe
Padres:
*Caín Eithan Gordon (mestizo)
*Linda Amelee Fraser (muggle; Fallecida)
Estado de sangre: Mestiza.
Propiedades:
*Fraser Hall ( Glencoe /Escocia)
Bóvedas:
*Bóveda Fraser.
*Fondo Gordon: 50.000 galeones.
—Oh con razón el Fraser se hacia conocidos— comentó la profesora McGonagall— Pero pensé que la niña era de la rama familiar muggle.
—¿Rama muggle?— preguntó Lily.
—Muchas familias mágicas escocesas tiene conexiones muggles por la historia y legitimad de los clanes escoses de antaño— respondió la profesora. — Aunque es casi inaudito que surja un amigo o bruja de esa rama muggle.
—Aquí dice que mi padre es un mago— dijo Eowyn señalando el apellido Gordon— Pero sale el apellido de mi madre en mi registro.
—Oh si, la familia Gordon es una de las familias influyentes en Canadá— dijo Ragnork — Y al parecer su padre es un hombre demasiado promiscuo por el fondo Gordon es una medida establecida por el jefe de familia en el registro internacional.
—Un mago que jamás haya velado por su heredero o heredera, es lo más bajo que puede caer un mago— dijo Lord Nott.
—También tenemos que tener en cuenta la naturaleza del trabajo de la señorita Fraser— comentó Crouch.
—¿Eso significa? — preguntó la señora Granger.
—Que los Gordon estaban preparados en caso que el señor Caín engendrara un bastardo, le darían 50.000 galones con tal que jamas reclamara el apellido— explico el Goblin— Un viajero que acostumbra a saltar de lecho en lecho, y al aparecer su fallecida madre fue una única desafortunada en quedar embarazada.
—Al menos dejo algo el infeliz ese— dijo Petunia.
—Un hombre de vicios de seguro— arrugó la nariz la señora Evans.
Cordelia notó como Eowyn apretó sus manos.
—Así que, me puedo quedar con esa fortuna y jamás tener que tratar con los Gordon— dijo Eowyn. Ragnork asintió con la cabeza— Perfecto, quiero el dinero.
—¿Pero porque es Lady Fraser si la madre de Eowyn era una muggle?— preguntó Cordelia. Esto cambiaba el panorama para Eowyn.
—La señorita descendiente la rama squib de los antiguos Fraser— dijo Ragnork— Al ser la primera bruja en casi en dos siglos luego de la desaparición de la rama mágica de la familia durante la Rebelión Jacobita se convierte en la dama de las propiedades que quedaron congeladas esos años.
—Vaya cambio— dijo Regulus— Uno grande. Pasar de huérfana a dama de una casa escocesa importante en un solo día.
—Uno muy grande— asintió con la cabeza Sirius. Ahora la niña estaba en la linea de fuego. Con ese titulo pronto habría personas que buscarían un alianza en busca de beneficios.
—¿Y eso significa?— preguntó Eowyn.
—Que desde este momento es Lady Fraser de Glencoe— explicó Ragnork— Se le van a liberar las bóvedas y el circulo de señores Escoses deberán entregarle sus propiedades y por supuesto al ser menor de edad deberá pasar su custodia a la ultima familia con que los Fraser se unieron políticamente.
—Esperemos que sea una buena familia que guie y proteja a la pobre señorita Fraser— dijo Augusta.
—¿Y cuanto demorará aquello?— preguntó Cordelia— Lady Fraser ha estado por casi cinco años en un orfanato donde su integridad física se ha visto envuelta y deberá salir de ese lugar el día de hoy.
—Tendremos que hacer un registro completo que demorara todo un día— hablo Ragnork.
—Ella vendrá con nosotros— dijo el señor Granger— Puedo proporcionar nuestra dirección para comunicar el resultado del registro.
—La señorita Granger tiene una suerte de tener padres tan compresivos— dijo Orión
—Y dispuestos a ayudar— agregó Cygnus.
—Perfecto— contestó Ragnork .
Cordelia tomó la mano de su amiga, Eowyn se aferró a ella con los dedos afianzando su agarre.
—¿Y el cepillo de sangre de los Fraser?— preguntó Eowyn.
—No existe, la ultima Lady Fraser no dejó a guardar su cepillo— contestó Ragnork.
—Oh eso es una verdadera pena— dijo Lady Potter— El cepillo mágico de una bruja es muy importante.
—Tal vez tenga suerte y tenga uno propio— comentó Lily.
—He ahí el detalle— murmuró disgustada Eowyn— Gracias por ayudarme señor Ragnork. Que su oro fluya con prosperidad.
—Lady Fraser, que sus enemigos tiemblen a sus pies.
—Y fin del capitulo— dijo Dhalila cerrando el libro.
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