Edith soltó un gemido ante el ardor del puro bajar por su garganta mientras extendía su cantimplora.

—¿Lo puedes tapar? Por fis— preguntó a Peter extendiendo su cantimplora. Él asintió con la cabeza tomando la cantimplora, curioso olio levemente y frunció el ceño ante el fuerte olor y luego cerró la tapa.

Edith se colocó los lentes y empezó a leer.

Cordelia sentía su cuerpo sentirse como el plomo, su mente estaba lucida pero su cuerpo no le respondía.

¡Oh no! Estaba muerta y vagaría como un fantasma por el resto de la eternidad.

Cordelia abrió sus ojos y reprimió un gruñido ante la luz del día. Con cuidado se sostuvo de sus brazos como para estabilizarse de donde estaba acostada, viendo a su alrededor se fijó que estaba en la enfermería.

Lily soltó un gran suspiro de alivio, James frotó la espalda de Lily también aliviado.

Los señores Potter y Evans junto Petunia también lucían aliviados. Sirius, Remus y Peter también lucían con un peso menos.

Notó que su cabello caía un perezoso trenzado a un lado. Cordelia como pudo se levantó con el tobillo izquierdo doliéndole levemente.

—Señorita Potter— escuchó a Madame Pomfrey llamándola, Cordelia alzó su mirada al ver a la enfermera acercase a ella. —¿Qué hace levantada? No, no, no. Usted necesita descansar, tres días inconsciente deben ser agotadores.

—¿Tres días?— dijo Lily ya mas calmada, aunque estaba hecha un desastre. Sus nariz y el alrededor de sus ojos están rojos por el llanto.

—Al menos no pasó a mayores ese feo asunto— comentó Edith tratando de confortarla.

—¿Tres días?

Madame Pomfrey la tomó de los brazos y la regresó nuevamente a la cama. El tobillo la molestaba y la cabeza tenia la sensación de agujas picandola.

¿Que era esa criatura con la que se enfrentó?

Al menos estaba viva, eso era bueno.

Cordelia se pasó los dedos por su trenza y miró a la enfermera buscando respuesta.

—La señorita Granger fue la encargada de cepillarle y trenzarle el cabello mientras estuvo dormida— explico Pomfrey pasándole una vaso de agua.

Cordelia sintió alivio al saber que su querida Hermione cuidó de ella, era lo más cercano que tenia. Ella y sus demás amigas.

—Eso es lo bueno de los amigos— dijo James mirando a sus amigos— Siempre podemos contar con ellos.

Lily miro a Marlene y Alice, las tres se sonrieron, luego miro por unos segundos a Severus.

A pesar del tiempo y las palabras, Sev siempre fue su otra mitad.

—La niña tienen razón— dijo Edith con una leve sonrisa— Noe es el amor de mi vida, mi alma gemela. Si un día asesino a alguien, a ella le llamaría para ocultar el cuerpo.

—¿Por que las chicas hacen promesas de amistad sobre cadáveres?— preguntó Ted.

—Luego te explico— contestó Andrómeda.

Permaneció casi una hora hasta que sus amigas entraron a la enfermería por cinco minutos por orden de Madame Pomfrey.

Eowyn fue la primera en lanzarse sobre ella, con el rostro pálido como papel, y envolvió en sus brazos con mucha fuerzas que pareciese que quería exprimirla.

Cordelia tuvo que darle unas palmaditas en la espalda y pedirle que la soltará porque la estaba apretando muy fuerte. Eowyn la soltó con los ojos brillando en lagrimas.

—Casi me da algo cuando nos enteramos que estabas en la enfermería y herida— empezó a explicar Hermione sentada a la derecha de Cordelia, apoyó su cabeza en el hombro de ella. Cordelia le dio suaves palmaditas en las manos de Hermione.

Edith recordó vagamente a Noe visitarla en casa luego del incidente del taxi, toda llorosa como una viuda, siendo Edith que la termino consolando, aun con la pierna enyesada

—Sus amigas se notan que son buenas niñas— dijo la señora Aurora— Tan preocupadas.

Petunia recordó a su compañera de mecanografiara, como todas las fueron a visitar al hospital dándole palabras de aliento.

—Gracias a la Madre Magia solo tengo una fea migraña y un tobillo lastimado— respondió Cordelia.

—Deberías conseguirte algo para defenderte— dijo Eowyn extendiéndose boca arriba como un gato a los pies de Cordelia— Algo con filo e impregnado de veneno.

—Un pasador de cabello— apoyó la idea Pansy. — Así cuando alguien trate de lastimarse solo lo empuñas y ¡Chas!— hizo el ademan de apuñalar algo.

Daphne negó con la cabeza ante tal descabellada idea.

—Una agujeta de sombrero— dijo Lily.

—¿Agujeta de sombrero?— preguntó Remus.

—Bueno, cuando ya las mujeres podían salir sin chaperón a la calle en la época aumentaron los acosos— empezó a contar Lily— Y como en esos tiempo aun se usan esos sombreros con detalles se necesitaba una agujeta para sujetarlo, así que se convirtieron en una herramienta de defensa.

—Genial— sonrió Bellatrix ante el ingenio.

—Si, pero se crearon prohibiciones de ellas— agregó Petunia.

—Que mal— dijo Bellatrix.

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Luego de la vista de las chicas durmió un rato más, Madame Pomfrey le dio algo para el tobillo que la hizo dormir unos minutos y cuando despertó tuvo una charla con el director.

—Es una total pena que te hayas envuelto en tal situación— dijo con tacto. Cordelia permaneció todo el mundo con la postura recta y tomando nota de todo.

—¿Qué era eso que quería matarme?— dijo Cordelia con voz firme— Esta vinculado a Voldemort ¿verdad?

El director asintió con la cabeza. Cordelia apretó los labios, había leído de Voldemort. El-que-no-debe-ser-nombrado. El señor Oscuro.

James se mostró pálido, Peter con cuidado le pasó la cantimplora de Edith, James la abrió y dio un largo trago.

—Oye— dijo Edith— Dale suave al puro, que no me responsabilizó por ardor al pecho o una fuerte chuchaqui.

—¿Chuchachi?— dijo Sirius

—Resaca— corrigió Edith ante de continuar leyendo.

Dumbledore siguió hablando. Que lo que se llevó era algo que un viejo colega le pidió cuidar.

Que fue el que le envió la Capa de Invisibilidad de su padre.

¿Por que Dumbledore tenia la Capa en su poder? se preguntó Cordelia con sutileza.

Fleamont meditó lo mismo que su nieta. Sabia que la capa debió ir de inmediato a su bóveda en Gringotts al fallecimiento de James y Lily, con discreción miro a Dumbledore.

¿Que hacia él con la capa de los Potter?

Que su mamá había creado una especie de encantamiento que la protegía.

Runas.

Voldemort mencionó a su madre como una Maestra Rúnica

Todos el Gran Comedor miró a Lily, quien estaba bebiendo un poco de agua.

—¿Qué?— dijo aun con la voz medio llorosa.

—Runas que evitar la muerte de la niña— dijo un Gryffindor de ultimo año — De seguro fue magia de sangre, magia oscura.

El tono del chico claramente era de prejuicio, Lily molesta sacó su varita y con un movimiento el chico que se dio contra la cabeza en la mesa del comedor, los mas cercano jadearon ante el gemido de dolor del chico.

—Provócame y veras que tan sanguinaria puede ser— contesto Lily con los dientes apretados. Edith se persigno ante lo pesada que podía percibir como lectora de firmas mágicas.

El director se despido de ella diciéndole que no sintiera a mal no por proteger la piedra.

Cordelia arrugó la nariz con disgusto, el mismo gesto de su tía Petunia, ante la frase del director.

No era deber de ella de proteger esa cosa.

Lily apretó las manos y Petunia arrugó la nariz ante el comentario del director.

—Exacto, no era su deber— dijo Petunia.— Para eso están los adultos.

—Pero debió intentar algo — dijo un Ravenclaw.

—Vuelves a decir una estupidez como esa y te clavo mi tacón en uno de tus ojos— amenazó Petunia, ella no era alguien violenta, pero no tenia paciencia con los idiotas.

—Que sexy— pensó Rabastan ante la mirada azulada con emitía fiereza.

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La siguiente visita fue más agradable y sorpresiva.

El guardabosque Hagrid la sorprendió con un regalo precioso. Un álbum de fotos de sus padres.

—Eso es muy amable— dijo Lady Potter.

—Hagrid siempre es amable— contestó Sirius— El té que prepara es buenísimo.

Cordelia pasó sus dedos por una foto en particular. Sus padres sonriendo y cargándola de bebé, una pequeña bebé.

Su madre tenia el cabello rojo sangre y brillantes ojos esmeraldas, trenzado suavemente cayendo en armonía y elegancia. En la fotografía, ella de bebé se aferraba al cabello rojo.

Luego estaba su padre, alto y con el cabello despeinado. Con sus ojos almendrados brillando de felicidad y orgullo envolviendo a su madre con uno de sus brazos.

Cordelia agradeció el obsequio con una sonrisa suave y los ojos brillando en lagrimas.

James y Lily se miraron, al menos su hija tenia una fotografía de esos.

Para la noche un paquete de dulces llegaron a ella, Cordelia los dejó de lado al recordar las palabras de Tía Petunia de no aceptar dulces de extraños.

—Es algo que nos enseñas desde pequeños— dijo Remus.

—¿Que niño aceptaría dulces de un extraño?— preguntó Narcissa.

—Créame señorita Narcissa— comentó Edith— Así se han llevado varios niños donde vivo.

Claro, hasta que Madame Pomfrey los examinó y les dijo que si podía comerlos, con moderación.

Bueno, si una experta en la salud le decía que podía comer dulces, los comería.

—Bueno, al menos un dulce en esa situación ayuda— comentó Peter— Para dejar pasar la mala experiencia.

—Sobre todo con moderación— agregó Lily.

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—¿Le entregaste de forma discreta la caja de dulces a Lady Cordelia?— preguntó Theo al elfo frente a él.

—La señorita Potter descansaba— contestó el pequeño ser— Pero le fue entregado la caja.

Theo asintió con la cabeza y se dirigió a su sala común.

Dhalila sonrió desde su asiento ante el caballeroso gesto de su hijo.

Aster miró a Potter y sonrió, James por su parte lo miró feo.

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Cuando al fin fue dada de alta, fue justo para el banquete de despedida. Su casa celebró haber ganado la Copa de las Casas.

Muchos de los Slytherin sonrieron al saber que nuevamente resultaron victoriosos.

Cuando las notas de los exámenes fueron entregadas, Cordelia quedó satisfecha al saber que estaba en el cuatro lugar en las notas de su año.

—Se escucha bien un cuarto lugar ante tanta competencia académica— dijo Madame Longbottom.

—Mis niñas siempre han sido académicamente sobresalientes— contestó el señor Evans.

Petunia sonrió y Lily se ruborizó.

Hermione se posicionó en el primer lugar a la par con Heir Malfoy.

Lucius y Narcissa sonrieron ante la mención de su hijo como entre los primeros lugares.

—¡Bien por la niña de cabello de nube!— se emociono Edith.

Pansy y Daphne estaban contentas con su nota. La que celebró como si se hubiera ganado la lotería fue Eowyn.

—Siempre fue un completo desastre académico— dijo sonriendo— Tal vez las materias muggles no eran lo mio.

Muchos en la Gran Comedor rieron.

Sus notas todas eran satisfechas

Cuando llegó el momento de partir se le fue entregado un papel que advertía que no utilizaran la magia durante las vacaciones.

Muchos chicos de familia se burlaron, solo eso afectaba a los nacidos de muggles, ellos bien que podían hacer magia dentro de las protecciones de sus hogares.

El viaje del tren fue tranquilo, Cordelia estaba leyendo la señora Dalloway mientras Hermione leía un libro de tradiciones mágicas.

Eowyn escuchaba música en su Walkman mientras admirada el paisaje, Pansy y Daphne revisaban un catalogo de vestidos y accesorios.

—Al fin— dijo James— Vacaciones.

—Esperemos que sean unas vacaciones tranquilas— suplico Lily.

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En la estación de trenes, se encontró con Lady Narcissa y Lord Malfoy.

Lady Cissy la abrazó cariñosamente mientras le extendía una invitación para el verano.

Cordelia respondió que debería consultarlo con su tía. Invitación también extendida hacia Hermione y Eowyn.

—También debería hablar con mis padres— dijo Hermione.

—¡Con gusto!— accedió Eowyn— Y seria aun mejor si no tuviera que regresar a Wools.

—Si, que jamas regrese a esa ratonera— dijo Bellatrix.

—Ustedes necesitan un mejor sistema de acogida de niños mágicos— comentó Edith.

Muchos Lords pensaron en eso.

Severus también pensó igual, bueno, él estaba atrapado en esa casa por la sumisión de su madre, él solo esperaba la oportunidad perfecta para llevarse a su madre lejos del animal que era Tobías

Lord Malfoy le indicó de la prueba de herencia en Gringotts, y Eowyn aceptó la ayuda de Lord Malfoy, aun si eso le daba el nombre del hombre sin rostro en su vida.

—Tal vez pueda sacarle algún tipo de pensión por estos años— le murmuró discretamente Eowyn a Cordelia.

Bueno, la menos le estaba viendo la ventaja.

—Si, que le saque dinero al imbécil— comentó una Hufflepuff.

—Demandar una manutención retroactiva suena una buena opción— comentó Ted haciendo uso de sus conocimiento en leyes muggles.

Las tres cruzaron la barrera, Cordelia avanzó unos cuantos metros hasta que vio a su tía Petunia y Dudley, detrás de ellos estaba una pareja de castaños.

Cordelia miro por su hombro como Hermione sonreía y Eowyn ya se había ido.

Empujó su carrito hasta su tía y primo. Tía Petunia abrió sus barcos y Cordelia se refugio en ellos, su tía le llenó la cara de besos y Dudley le dio un abrazo.

Lily suspiro, por muchos que Petunia y ella tuvieran sus diferencias, al fin su niña estaban en los brazos de Petunia a salvo.

—Usted debe ser la tía de la señorita Potter— dijo el padre de Hermione extendiéndole la mano a su tía— Mi nombre es Richard Granger y ella es mi esposa Eliza.

—Es un gusto— aceptó el saludo tía Petunia— Cordelia me ha escrito de su hija.

—Estamos agradecidos con Cordelia— dijo la señora Granger— Ayudar a nuestra Mimi a adaptarse al mundo mágico y guiarla.

—Awwwwww— dijo Euphemia— Que lindo cariño a su hija. Así como mi precioso Jaime—miró a James.

James se encorvó un poco sonrojado.

Luego intercambiaron números para estar en contacto durante el verano. Cordelia y Hermione se abrazaron despidiéndose.

Cordelia salio de la estación a lado de su tía y primo.

—Fin del capitulo— cerró el libro Edith, cogió su cantimplora para guardarla en su mochila y se dio cuenta— ¡Se acabaron todo mi puro!