Capítulo 11
—Yo quiero leer— pidió Lily. El señor Potter le entregó el libro.
Luego del baile de Yule, Cordelia se había dedicado a sus estudios. Lady Narcissa fue amable en dejarla usar su estudio privado para que Cordelia pudiera hacer sus tareas.
Sirius hizo una meuca, era tedioso hacer tareas en vacaciones
—Es un niña muy responsable— dijo Lady Potter con una sonrisa.
—Si, mejor que tener que hacer todo al ultimo momento y apurado.— dijo la señora Evans.
James miro hacia la copa frente a el, sabiendo que el dejaba todo para ultimo momento.
Era una suerte que el método de estudio de Hermione le sirviera a Cordelia. Además, como el método involucraba post it y usar diferentes colores, Cordelia estaba más que encantada.
Así que lo que le quedó de tiempo libro pudo terminar el libro interesante que Sammy Smith le había regalado.
Una habitación propia, de Virginia Woolf se sintió como si estuviera iluminada.
Cordelia pudo hacer conexión con el texto con las normas del mundo mágico. Un punto esencial de en el ensayo de Woolf era que las niñas podrían tener una libertad total a la educación y que no era exclusiva para los varones.
—¿Y por que no le tendríamos?— dijo Lily muy seria. — Una chica también puede tener la preparación académica al nivel de un chico.
—O asistir a semanarios y talleres— agregó Petunia.
—¿Haz asistido a algunos, Petunia?— preguntó Narcissa interesada.
—Cursos de mecanografía— contestó Petunia— Y mi especialidad en la preparatoria fue en contabilidad.
—¡Yo también fue bachiller en contabilidad!— dijo Edith sonriendo— Quería decantarme por el normal unificado, pero me deje convencer por madre y termine en contabilidad.
—Lo bueno de eso es que podremos manejar cuentas básicas y son ayuda de terceros— le sonrió Petunia.
Recordó una vez en clase de primaria como una compañera de ella decía de que grande quería ser cirujana, pero el maestro de historia solo rio y le dijo que mejor pensará en enfermería, que era más apto para una chica.
—Hijo de perra— dijo indignada una Ravenclaw, toda su mesa la volteo a ver sorprendidos. —¿Qué? Solo dije verdad, ese es un cerdo misógino. Como si los hombres pudieran ser cirujanos.
Estaba segura que si su maestro conociera a la señora Granger, ella de seguro se cruzaría de brazos frente a el con una mirada de seriedad.
Otro punto interesante era saber que antes las mujeres escritoras deberían firmar sus obras en anónimo o con seudónimos masculinos. ¿Acaso el mundo le tenia miedo a voz firme e ideas de una mujer?
—Las mujeres firmaban sus libros sin nombres— dijo indignada Bellatrix.
—Janes Austen firmo anónimamente las primeras ediciones. Las hermanas Brontë firmaron como los hermanos Bell— contestó Lily molesta— Frankenstein fue atribuido a Percy Shelly solo por el prologo aunque fue Mary quien escribió. Mary Ann Evans firmo como George Eliot, y a pesar de que se sabe que es una mujer aun sigue publicando sus libros como ese seudónimo.
—Vaya que intensa— comentó Sirius.
—Por supuesto que soy intensa— contestó Lily— Es una injustica a la literatura.
—Mejor continua cariño— le dijo la señora Evans sabiendo que su hija era capaz de ponerse a debatir ahí mismo.
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A Cordelia le gustó mucho el té.
Té de menta, Té de manzanilla con algo de miel o leche.
—El té de orégano es bueno para el malestar estomacal y los dolores del periodo— dijo Edith— Me han salvado de retorcerme del dolor esos días.
—¿Enserio?— preguntó Alice. Edith asintió con la cabeza.
Pero probar té de rosas era algo completamente nuevo y con el primer sorbo supo que se este se convirtió en su nuevo té favorito.
—Deberías probarlo, querida Petunia— le dijo Narcissa— Es un cariño al paladar el té de rosas.
—Se escucha encantador— dijo Petunia.
Lady Narcissa la invitó al té en compañía de sus hermanas. Cordelia saludó a ambas y los ojos le brillaron cuando notó al bebé en los brazos de Lady Bellatrix.
—Bebé— Cordelia había extendido sus brazos ante el bebé de cabello negro.
—Su nombre es Corvus—dijo la Bellatrix con una ligera sonrisa.—¿Quieres sostenerlo?
—Awwww bebés— dijo Edith pensando en bebé. —Son adorables, cuando no lloran.
—El olorcito— comentó Marlene.
—Es una repuesta hormonal— dijo Severus aburrido— Es su manera a de permanecer a salvo y ser cuidado.
Cordelia asintió con entusiasmo, el bebé Corvus río en sus brazos y tomó con sus regordetes dedos el collar de perlas de los Evans.
Y así se quedó. En toda la charla con las tres damas, Cordelia sostuvo al bebé mientras con cautela tomaba té y comía un poco de este pastel de crema que fue servido.
—Cordelia, ¿Sabias que el esposo de Andy solía ser un nacido de muggles?— dijo Lady Narcissa— Aunque se volvió a New Blood.
Edith miró sorprendida a Ted.
—¡Amigo mío!— sonrió aplanante ella mientras levantaba los brazos.
—Eres muy divertida— dijo Nymphadora.
—Gracias, linda muñequita— sonrojo Edith.
Walburga miró a la chica, por la magia que la envolvía , se amoldo a las diferencias culturales.
Era agradable a la vista, y tenia buenas caderas para un par de bebés.
¿Qué estaba esperando el inepto de su hijo mayor para cortejarla como era debido?
Notó como la atención e la señorita Luzardo se dirigía en el patético amigo de Sirius. ¿Pettigrew era?
—¿En serio?— preguntó Cordelia jugando con los dedos de Corvus.— Mis amigas Hermione y Eowyn también están aprendiendo los protocolos y tradiciones para convertirse en una New blood.
—Vaya. Dos chicas— dijo Lady Narcissa — Hace años que no se escucha de algún mago o bruja que quisiera volverse un New blood.
—Tienen grandes baches educativos— soltó Edith encogiéndose— Al aparecer Latinoamérica tiene un mejor sistema educativo mágico. Solo digo
—Ted puso mucho esmero en sus estudios— siguió la señora Andrómeda— Cuando lo modificó fue a pedir mi mano de inmediato.
—Pensé que desmayaría por la mirada que padre le daba en toda la cena— comentó Lady Bellatrix bebiendo un sorbo de su té.
Narcissa y Bellatrix sonrieron burlonamente al recordar lo pálido que estaba Ted en esa cena. Andrómeda las miro seria.
—Ted le agrado a nuestros padres— sonrió Lady Narcissa— Aunque hizo todo bien, solo en la cosa más importante tu y Ted decidió hacer los que le dio la gana.
—¿Qué paso?— preguntó Cordelia.
—Andy y Ted decidieron escaparse como dos pajaritos enamorados al condado de Kent para casarse ellos dos solos porque había lluvia de estrellas — dijo Lady Malfoy con cierto tono acusatorio.
Pero por la sonrisa cínica y maliciosa de la señora Tonks, Cordelia supo que no se arrepentía de nada.
Druella Black soltó un suspiro molesto. Aun estaba indignada por lo que hizo su hija mayor, era su primera hija en casarse y ella quería presumirlo con una gran fiesta.
—Al menos no es un sangre sucia— pensó ella.
—Cissy, tu solo estás molesta porque no tuviste voz o voto sobre el vestido de novia de Andrómeda— secundó con una sonrisa igual a Lady Bellatrix.
—Era un feo vestido— Respondió a Lady Narcissa bebiendo más té.— ¿Qué bruja de la casa Black en su historia se casa con un vestido que compró en una tienda muggle?
—Yo— sonrió la señora Tonks antes de comer otro bocado de pastel.
—El vestido más horrendo de la vida— dijo Narcissa— Feo y sin gracia.
—Ya supéralo, Cissy— contestó Andy.
—Me asegurare que Nymphadora tengo un hermoso vestido de novia— respondió— Me lo debes.
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Llego el fin de las vacaciones de invierno y era momento de regresar a Hogwarts.
Lady Narcissa se estaba despidiendo de ella mientras la abrazaba y la tomaba de las manos deseándole buena suerte en los exámenes.
Cordelia se despidió con cordialidad de Lord Malfoy y agradeció su placentera estancia en Malfoy Manor.
Cuando vio a Hermione acercarse con su baúl y una mochila detrás de su espalda una sonrisa se instauró en el rostro de Cordelia.
—Espero que haya disfrutado sus vacaciones en Houston, señorita Granger— sonrió Lady Narcissa.
—Fueron unas buenas vacaciones — respondió Hermione— Espero en otra ocasión conocer las zonas mágicas.
—Es mejor visitar el New York mágico— respondió Lord Malfoy — La biblioteca de New York tiene un pasadizo escondido solo para los magos. Tienen textos de todas partes del mundo.
—¿Cuál de todas de todas?— preguntó Lily bajando el libro.
—La principal— contestó Lucius— En el tercer piso hay una pintura de las colinas de Salem, ahí está la entrada a la parte privada para los amigos.
—Queremos llevar a Severus que lo conozca— sonrió Narcissa
—Eso suene fascinante — sonrío Hermione. Cordelia sabía que Hermione amaba a los libros más que nada.
Por eso una copia de un libro de runas envuelto en papel con mariposas dibujadas había sido una buena opción de regalo.
—Vaya que es intuitiva— dijo James— Es complicado dar regalos.
—Por eso mejor regalar dinero— dijo Edith— Ahí uno se compra lo que quiere.
—¿No seria un poco grosero?— preguntó Peter.
—No mucho— contestó ella.
Cordelia, Hermione se despidieron de los padres de Heir Malfoy para luego buscar un compartimento. Luego llegaron Daphne y Pansy quienes abrazaron a Hermione.
Ya las cuatro, Hermione abrió la mochila y le extendió a cada un paquete envuelto en papel dúo cromático.
—Espero que les gusten— dijo esperanzada Hermione.
Las tres abrieron sus regalos y Cordelia se quedó muda. Una Holiday Barbie de ese año, con el vestido verde terciopelo y piedras en la parte superior.
—Ahhh una Holiday— dijo una niña de Hufflepuff un poco celosa.
—Esa son las más bonitas— sonrió Petunia.
Daphne había recibido una Barbie bailarina, Hermione acertó al recordar que Daphne suele practicar en el verano ballet.
Pansy una barbie de vestido rosa con flores en la parte superior.
—¿Y que tal?
—¡Es hermosa!—dijeron Daphne y Pansy al mismo tiempo. Ambas le entregaron a Hermione su regalo.
Daphne le dio broches para el cabello y Pansy una bonita pulsera con charms de estrellas.
—Las estrellas son bonitas y misteriosas— dijo Lily.
—Tus ojos son como estrellas— sonrió como un bobo James. Sirius rodeo los ojos asqueado.
—¿Eowyn también tendrá una muñeca?— alzó una ceja Pansy.
—Las cuatro sabemos que Eowyn no es de muñecas— rio Hermione— Pero se que le encantara su regalo.
Cordelia sonrió y miró por la ventana. Ya estaban camino a Hogwarts.
—Fin del capitulo— dijo Lily cerrando el libro.
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