Thalassa Stewart, Andrómeda Jackson, Orión Black, Harry Potter, Ronald (Ron) Weasley y Hermione Granger charlaban acerca del torneo de los tres magos. Thalassa, la rubia del grupo, les decía que ella y Orión no estaban saliendo. Ni Andrómeda se creía eso. 

―Y por eso, yo y Orión no estamos saliendo ―acabó Thalassa. 

Andrómeda soltó una carcajada, ganándose algunas miradas de quienes estaban cerca del sexteto. 

―Por favor, Thals, sólo besense ―miró a Thalassa y a Orión divertida, y más cuando éstos se sonrojaron. 

De repente, una caja apareció en el regazo de Dumbledore, y, luego de una charla con McGonagall, decidieron que debían leerlos. Al escuchar el título del libro, Thalassa gritó que no lo leyeran. Andrómeda se contuvo las ganas de pegarle con una silla. ¡Los iban a descubrir? 

―Y ¿por qué? ―preguntó McGonagall. Sospechaba de los tres chicos; había algo raro en ellos. Nunca iban a Hosmeade con la escusa que era supestamente "peligroso". 

Thalassa se sonrojó y le hizo señas a Dumbledore para que lea. 

―Prólogo.