La llorona
—¡Bienvenidos, fantasmas! a su programa favorito «leyendas venezolanas», con su presentadora predilecta —Calisa se autoseñaló—, programa que sigue emitiéndose abiertamente al público y aún no está expropiado —sonrió y observó a su lado, el foco encendió e iluminó a una muchacha—. Bienvenida.
— Muchas gracias por invitarme —asintió cortésmente.
— Bueno —comenzó la presentadora—, estás aquí para darnos a conocer tu historia... adelante.
— Ehh... si —Yubiritsaida pasó un mechón de cabello tras su oreja y tomó un poco de calor para poder hablar—, mira, yo estaba estudiando 4to año y mi novio me pidió la prueba...
— ¡Eso no queremos saberlo! —le interrumpió incómoda—. Lo de la llorona —pidió apretando un tanto sus dientes, manteniendo la sonrisa.
—Ajá, bueno, yo tengo una buena relación con mis vecinas, aveces hablamos, comemos poltios, vamos a comprar, entre otras cosas... el punto es que un día en la casa de la vecina Yankeily se comenzaron a escuchar unos lorriqueos de una señora, en esa casa siempre hay peo, siempre, parecen una telenovela... como decía, es que yo vine y me asomé por la ventana, como resultó ser que era de noche no se veía mucho, entonces X, verga, cada vez los quejidos se escuchaban más fuertes y decían kike: "mis hijos"... vertale, pero que yo recuerde la Yankeily no tiene hijo (que yo sepa)... pero bueno uno nunca sabe, no voy a entrar en detalle, la cosa es que en eso escucho que se meten el patio y la tipa llorando y en eso se escucha de la casa de la Yankeily: "¡COÑO E LA MADRE, UNO QUIERE DORMIR Y ANDAN LLORANDO, CÁLLATE!". Me cagué, la del patio no era la Yankeily, y por estos lados no se espanta desde hacía un buen tiempo, bueno ¿qué te digo? la vieja del frente dice que aveces escucha cosas por la noche, pero ese es el Danyerson que siempre llega tarde y trata de no hacer ruido, el punto es que sentí una presencia, a lo que me giré: ¡VERTALICACION YANLEINE ¿QUE HACEI AQUÍ?!- pa mátalo, era mi hermano mirándome con cara de preocupación «es que tengo ganas de ir al baño», me dijo. Que molleja, nodoja, este coñito si es, porque pa colmo que me asusta que se me iba a bajar la tensión, no se sabe limpiar, y adivinen quien lo tiene que limpiar, está que está aquí... bueno, total que lo de los niños era la vieja de atrás gritando porque estaba borracha y se saltó la cerca y la parte más triste fue...
—¿Pasó algo extraño después? —preguntó Calisa.
—Ojalá —puso los ojos en blanco un momento—, me tocó limpiar a mi hermano, pero bueno, es todo.
—Gracias por contarnos y por aceptar venir —afirmó la presentadora.
—Gracias a ustedes por invitarme, adiós.
—Hasta otra entrega —despidió.
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