La Siguanaba
La Siguanaba es un espectro que se les aparece a los hombres que vagan por la noche, y son a los que tienen mal comportamiento, los seduce para luego revelarse como un monstruo que tiene cabeza de caballo (o una calavera, según otras versiones)...
La Siguanaba (también llamada Sihuanaba, Siguamonta, Cigua, Cegua, Caballona, Chuca, Sucia, Macihuatli, Matlazihua y Xtabay) es un espectro del folclore latinoamericano que, según la tradición popular, se les aparece a hombres trasnochadores o infieles en la forma de una atractiva mujer desnuda o semidesnuda, pero con el rostro oculto. Cuando los hombres se le acercan, la fantasmagórica mujer les muestra su faz, que resulta ser la de un caballo (o la de una calavera en algunas variantes), por lo que termina enfermándolos, enloqueciéndolos o matándolos del susto.
Se cree que el mito pudo haber sido introducido en el Nuevo Mundo por los españoles durante el período colonial, quienes lo habrían usado para ejercer control sobre las poblaciones indígena y mestiza de la región.
Posible origen
Aunque el origen de este ser podría ser un misterio, realmente tiene sus orígenes en la época prehispánica en México (o bien pudo haberse originado en México y Centroamérica al mismo tiempo). Posiblemente, puede tener sus orígenes en la Huasteca que está en la costa del golfo de México. En general, los huastecos eran un pueblo rico en folclor e imaginación mítica para crear diosas de la fertilidad y de la lujuria, con gran prevalencia de cultos fálicos y de deidades conectadas a la vida sexual. Una de sus diosas era Cihuacóatl, la cual representaba a la fecunda Madre Tierra y era conocida por muchos nombres, y su culto se originó en la Huesca de Veracruz.
En la mitología mesoamericana, la diosa Cihuacóatl siempre daba gemelos y protegía a la mujeres al dar a luz para salvarlas de la muerte.
También, posiblemente, esta leyenda podría también tener sus orígenes en varias mitologías de Mesoamérica. En la mitología azteca, por ejemplo, se menciona sobre las Cihuateteo quienes, según la leyenda, eran diosas que fueron mujeres que murieron durante el parto y atacaban limitadamente a la gente, principalmente a los hombres, en las encrucijadas de caminos y cabe mencionar que tenían una especie de mutación o eran seres antropomorficos y la Siguanaba sería una especie. El término «cegua», que se utiliza para dedominar a este espectro en Guatemala, Costa Rica y Nicaragua, viene de ahí, de «cihuateteo»; respectivamente, también tiene su origen en el étimo cihuatl que significa 'mujer', o también proviene del étimo siguán que significa 'barranco'. Se cree que también es una contracción de ceguanaba.
Igualmente, podría tener su origen en varias deidades o fantasmas de diferentes mitologías como la Matlazihua, entre los zapotecos; la Metztli, entre los mesoamericanos; y la Xtabay, entre los mayas lacondones. Siempre se la identifica con el inframundo, la muerte, el pecado y la lujuria. En el caso de Xtabay (o Xtabal), esta diosa lacandona se identifica como un espíritu malo con la forma de una hermosa mujer cuya espalda tiene forma de árbol hueco. Al inducir a los hombres a abrazarla, los vuelve locos y los mata. La Matlazihua, en tanto, era una deidad de la muerte, que, según los zapotecos, destruyó a un millón de indígenas porque según ella tenía el plan de volver a comenzar con la creación del mundo, también se encargaba de llevar a las almas al Mictlán (el infierno mesoamericano de los nahuas); era llamada en ese entonces Mictecacíhuatl, y era esposa de Mictlantecutli, el Señor de los Muertos.
Finalmente, Metztli, en la mitología mexica, resignaba al dios que se convirtió en la diosa de la luna. En las culturas nativas de América las deidades nativas eran asociadas a elementos del entorno. La imagen de la deidad superior era representada, en algunas ocasiones, por el sol; y la figura femenina, por la luna. La relación de los nombres no es nada extraño en las distintas culturas indígenas, además se le asociaba una mascota serpiente que en su estómago llevaba el agua del cielo.
También la leyenda parece tener una relación con el nahualismo. El nahualismo es, según la leyenda mesoamericana, un tipo de manía que tienen los brujos o espíritus en transformarse o cambiar de forma, principalmente en animales.
A la llegada de los conquistadores españoles, la leyenda fue mezclada con leyendas europeas sobre mujeres que seducen a los hombres. Como las Lamias y las Empusas, por ejemplo, quienes pertenecen al folclore europeo, las cuales son demonios que se les aparece a los hombres bajo la forma de una bellísima mujer de piel blanca y suave y cabello rubio, el cual siempre se lo peinan con un peine; estas mujeres atrae a los hombres y los invita a acercárseles y cuando están cerca se convierten en bestias abominables que los matan devorándolos o chupándoles la sangre.
También se dice que los españoles usaron la leyenda de la Siguanaba para ejercer el control en las zonas indígenas y mestizas. Asimismo, también se cree que los españoles pudieron haber inventado la leyenda para eliminar el mal comportamiento del hombre; e incluso se dice que pudo haberse originado de cuentos donde mezclan a humanos con los animales. A esta transformación antropomorfica de la leyenda de la Siguanaba (como mujer con cara de caballo) se debe a la impresión de los indígenas por la llegada del caballo a América. De igual forma, se cree que también que la temática seducción son claramente de origen ibérico, ya que está inspirada en la tradición judeo-cristiana importada de Europa.
Igualmente, usaron a las diosas huastecas para crear nuevos mitos y leyendas como por ejemplo la Siguanaba. Así, las diosas, dadoras de riquezas y vida, pasaron a otros pueblos, y a la Cihuacóatl se fue transformando en la leyenda que todo latinoamericano conoce: la Llorona.
A la llegada del cristianismo, el origen de la leyenda dió la variante que en realidad se trata de una manifestación demoníaca, pues se debe que cuando llegaron los españoles y vieron que adoraban a sus dioses, pensaron que estaba adorando al diablo. El origen demoníaco de este ser indica que es una cría de Lilith (conocidos como los lilims) que sale de los infiernos y ronda por todo Latinoamérica, o que es el diablo, Baphomet u Orobas.
Leyenda
Según los relatos populares, la Siguanaba se aparece como una atractiva mujer desnuda o vestida con un camisón blanco translúcido, casi siempre de espaldas a su víctima. Se la ve usualmente bañándose en tanques públicos, pilas, ríos u otras fuentes de agua artificiales o naturales, aunque también puede estar lavando ropa. Suele seducir a los hombres que salen a la calle durante las noches oscuras y sin luna, a quienes desvía de su camino para finalmente hacerlos caer de algún precipicio.
En Guatemala, la Siguanaba se presenta como una hermosa mujer de pelo largo y muestra su rostro hasta en el último momento, cuando se revela que es el de un caballo o un cráneo humano. La víctima es generalmente un hombre infiel, quien, si no muere del susto, se vuelve loco. En ocasiones el espectro puede adquirir la apariencia de la novia de un hombre para engañar a este y apartarlo de su camino.
A veces también se les aparece a niños pequeños, ante quienes adopta la apariencia de la mamá para atraerlos. Una vez que la Siguanaba los toca, los niños enloquecen y son conducidos al campo, donde el espectro los abandona a su suerte.
En otras variantes, la Siguanaba no tiene rostro de caballo ni está necesariamente de espaldas, sino que se aparece como una mujer con el rostro cubierto por una larga cabellera. Cuando muestra su cara, se trata en efecto de uno de mujer, pero horrible y desfigurado. El espectro, además, tiene los pechos largos y caídos hasta las rodillas, largas uñas y cabello desaliñado. Los resultados de la visión son igualmente trágicos. Se les presenta siempre a hombres infieles.
Cuando un hombre ha caído víctima de la Siguanaba, se suele decir que esta lo ganó o jugó.
En Costa Rica y Nicaragua, según la leyenda, la Cegua es un ser monstruoso que se aparece de noche por caminos solitarios a los hombres mujeriegos que viajan solos, generalmente a caballo (o en automóvil o motocicleta, en relatos más modernos), bajo la forma de una hermosa muchacha. Es descrita como una joven muy linda, blanca (o morena, según la versión), de rostro ovalado, ojos negros y grandes, largo pelo rizado de color negro y boca preciosa, con labios rojos como sangre, con una voz divina que arrulla como canto de sirena, y de cuerpo con curvas pronunciadas, esbelto y tentador. Va vestida de negro completo o de blanco y en algunas ocasiones, con un vaporoso vestido de color rosado, y en otra versiones, con un lujoso vestido de época.
En la versión nicaragüense, además, podría llevar puesto sobre el rostro un delicado velo. Al verla, ella convencería al varón de que la suba a su caballo. El hombre, al voltear la cabeza para contemplar lascivamente a la joven, se encuentra con que realmente ha subido a su caballo a un espectro que, donde tenía cabeza de mujer, ahora presenta una calavera de caballo cubierta con carne podrida (o el de una calavera, según otras versiones), ojos fulgurantes, un hocico cavernoso repleto de enormes dientes averiados y un aliento hediondo y putrefacto. El monstruo, entonces, se aferra fuertemente al jinete. El caballo, que parece darse cuenta de lo que lleva encima, echa a correr en galope salvaje sin que nadie pueda contenerlo. Se afirma que aquellos que al montar a la doncella han tenido malas intenciones mueren todos y se los encuentra tendidos con los ojos abiertos y saltados; los otros quedan inútiles para toda la vida. Existen también un par de historias donde la Cegua se presenta no como una mujer, sino como un niño que llora a la vera del camino o cerca de un río, y cuando el jinete lo levanta y lo sube al caballo para calmarlo, se da la horrible transformación. Cuenta la leyenda, en la versión nicaragüense, que se puede saber que está cerca ya que emite un hondo silbido.
Variación regional
Si bien el espectro es en esencia el mismo, su nombre varía de país a país (aunque sea solo en su escritura). Su aparición y los resultados de esta son, sin embargo, similares de una nación a otra.
Costa Rica
En Costa Rica, a este espectro se le conoce con el nombre de Cegua, un espectro (coloquialmente, espanto) que se caracteriza porque su cara es la de un caballo muerto en estado de descomposición. En este país, la Cegua es un mito presente más que todo en el ámbito rural. Aunque sus acciones son eminentemente las mismas que en el resto de Centroamérica (sobre todo en lo relacionado con su hábito de bañarse por la noche), la Cegua costarricense presenta la peculiaridad de que a veces también se aparece entre manadas de caballos, montada en uno de estos, con lo cual siembra el pánico. Otra versión importante es que la Cegua también puede aparecerse en la forma de un niño que llora desconsoladamente a la vera del camino, luego de lo cual se transforma en el monstruo con cara de caballo. Para algunas personas, la Cegua es la manifestación del diablo o de Baphomet, aunque esta es una versión menos conocida. En la versión costarricense del origen del personaje, se creía que la Cegua era una joven libertina que había sido maldecida por su madre cuando la chica había intentado pegarle, al negarle ésta el permiso para ir a una fiesta.
Según otras versiones de la leyenda, la Cegua se aparece de pronto en el camino pidiendo a algún hombre que la lleve en su caballo (motocicleta o en auto, según los relatos más modernos), argumentando que va al pueblo más cercano y no hay hombre que se resista a tan hermoso cuerpo y dulce ruego, pero una vez que sube en ancas al caballo su cara se transforma en la de una horrible bestia similar a la de un caballo relinchando.
En la provincia de Guanacaste, también en Costa Rica, la Cegua, además de aparecerse a los hombres en los caminos, también podría aparecerse en los bailes y fiestas de los pueblos, en donde coquetea con cuanto hombre se le acerca. Aquel que logra conquistarla, la acompaña al descampado de la pampa guanacasteca, y bajo un frondoso árbol de guanacaste, entregarse a sus amoríos, hasta que bien avanzada la noche, cuando el hombre por fin intenta besarla, ocurre la metamorfosis. La manera de huir o escapar de ella es ponerle o mostrarles semillas de mostaza, a la Cegua le gusta mucho las semillas de mostaza; al llegarle el olor, la Cegua deja de perseguir a su víctima y pretende comer las semillas, pero como sus manos se convirtieron en cascos de caballo, vomita su alma al no poder hacerlo; así la víctima está salvada.
Nicaragua
En Nicaragua, también se le conoce como Cegua. Según la tradición, la terrible Cegua que espanta a los hombres sería realmente una bruja traicionada, la cual está en busca de venganza en contra de los mujeriegos trasnochadores. Se dice que para que este personaje adquiera su grotesca apariencia, primero tiene entrar en la oscuridad de la noche a un maizal, donde hace un pacto con el señor de las tinieblas (Diablo). Luego ella realizaría un ritual en donde vomitaría su alma en un guacal o vacija, para perder su alma y con ello poder empezar su transformación, con lo cual adquiriría poderes demoníacos. Así, a través de los poderes demoníacos, puede convertir su cara en la de una yegua esquelética; sus cabellos se vuelven como el pelo del maíz y sus dientes como los granos de mazorca podrida. Además de eso, el resto de su cuerpo se transforma: sus piernas se vuelven tan largas y robustas como las patas traseras de un caballo, sus pies se hacen más grandes y lo mismo ocurre con sus brazos, dándole a ella una gran fuerza física y velocidad, que le asegurarán no dejar escapar a su víctima.
Cuando el trasnochador no es precavido, la Cegua primero lo emboscaría, jugando con él, para luego atormentarlo pero sin matarlo inmediatamente. El espectro se apodera del hombre y le muerde la mejilla dejándole la marca de picaflor e infiel. Se dice que todos los que la ven terminan locos, ya que al dejarlos ir, cuando estos son encontrados por alguien, se les ve en su cara el terror de haberla visto, sus ojos desorbitados también con una fuerte fiebre y otros síntomas, como la diarrea. De esto se expresa el dicho popular nicaragüense "andar jugado de Cegua". Posteriormente, la víctima casi loca, antes morir, lo único que dice es: ¡La vi, la vi!
Se dice también que la Cegua no es sólo una, sino varias ceguas que incluso pueden cooperar para no dejar escapar a su víctima.
En el departamento de León, el espectro tiene una versión local, el cual se dice anda en busca de un hombre que la quisiera y cuando se encuentra con uno, les hace tomar de sus pechos extremadamente grande, gritándoles: "Toma tu teta... toma tu teta...", sin parar. En otra versión, el origen del fantasma de esta mujer es una parodia de la llorona. Se dice que fue una mujer que perdió a su hijo y por ello llevaba senos extremadamente grandes. O también, en otra segunda versión, fue la hija de una familia rica que era hermafrodita y por ello era despreciada por muchos hombres. Cuando murió, regresó con los pechos extremadamente grandes en búsqueda de algún que la quisiera. De ese modo, la mujer vaga en busca de hombres (niños según otras versiones) para luego decir ''Tomá tu teta" y luego obligarlos a tomar de sus tetas.
En otras regiones del país también se le conoce como Mocuana y se dice que se le aparece a los enamorados o a cualquier hombre que cabalgan en caballo y les pide que la lleven y se transforma en un espanto horrible. Y no es necesario que tenga cara de caballo.
El Salvador
La leyenda salvadoreña de la Siguanaba cuenta que existió una vez una mujer llamada Sihuehuet, nombre que significa 'mujer hermosa'. Sihuehuet era campesina de origen, pero usó sus encantos femeninos, además de brujería, para seducir al príncipe nahua Yeisun, hijo de Tláloc, desposarlo y convertirse así en princesa. De esta relación nació un niño al que llamaron Cipitío.
No obstante, una vez casada, su marido se fue a pelear una guerra. Sihuehuet, aprovechando la soledad, tuvo amoríos con otros hombres y descuidó la crianza del niño. Sin embargo, la perfidia de la mujer alcanzó su máxima expresión cuando, para hacerse con el poder, convirtió a su esposo Yeisun en un monstruo mediante una poción mágica y reclamó el trono de este para uno de sus amantes.
Yeisun quedó convertido en un gigante de dos cabezas que acosó a los invitados a una fiesta palaciega, pero un guardia se enfrentó a la criatura, la venció y la mató. Tláloc, padre de Yeisun, finalmente se enteró de lo que su nuera había hecho, se lo contó al dios Teotl y le pidió ayuda a este. Teotl, por ende, maldijo a Sihuehuet convirtiéndola en la Sihuanaba ('mujer horrible'). Ella sería hermosa a primera vista, pero observada de cerca se convertiría en un horrible ser que espantaría a sus víctimas y las haría despeñarse de barrancos alejados de la población. Fue condenada a vagar por el campo y a aparecerse a hombres que viajan solos en horas nocturnas.
Se dice que se ve de noche a orillas de ríos, lagos y otras fuentes de agua (aunque también cerca de basureros y barrancos), donde se la encuentra lavando ropa y buscando a su hijo, Cipitío, a quien Teotl le concedió la juventud eterna como castigo para ella por no haberlo cuidado como toda buena madre. Otra versión cuenta que era una deidad llamada Sigüet (Sihuet o Zihuet), diosa de la luna, le había sido infiel a Tláloc con Calaméo, el dios lucero de la mañana; con quien tuvo un hijo, el Cipitio. Tláloc, al descubrir la infidelidad y sientiendose despechado, maldijo a Sigüet llamándola Sihuanaba. Ella degradó de ser una deidad a un ser errante o alma en pena, condenada a perseguir a los hombres, sobretodo a los enamorados.
República Dominicana
En República Dominicana, a este espectro se le conoce como la Ciguapa. En este país, la Ciguapa es una criatura mítica femenina, similar a una mujer india, que camina con sus pies vueltos al revés. Emite alaridos similares al titeo de la perdiz. Sale de noche, al borde de las corrientes de agua, y puede embrujar a los hombres. De todos modos, con la ayuda de un perro blanco, la Ciguapa puede ser atrapada en las noches de luna llena, aunque es tal su pena por su cautividad, que acaba muriendo. También se dice que cuando las mujeres no se encuentran en sus cocinas se roba la sal que se encuentra allí. Además, es una criatura muy extraña.
Colombia
En Colombia la Siguanaba es un mito poco conocida, y de ella no se sabe mucho. Según la versión colombiana, la Siguanaba aparece en los llanos, y vaga por la colonia. Cuando un hombre se le acerca, le da siempre la espalda y habla con él, hasta voltearse revelando una cara de calavera, similar al de un caballo y ojos de fuego. También se le aparece a los jinetes por la noche, les pide que la suban al caballo y, luego de un rato, se transforma en una horrible bestia. Según la leyenda, la Siguanaba se le aparece por lo general a hombres solteros o que no quieren casarse por la iglesia.
México
En México, la leyenda de la Siguanaba está presente en casi todo el país, mayormente en todo mesoamérica, donde la llaman Macihuatli, Matlazihua, X'tabay, X'tabal o, popularmente, "Mujer cara de caballo"; e incluso algunos la relacionan con la Llorona.
Existen múltiples testimonios y relatos sobre este espanto. Todos tienen en común que sólo se deja ver por la noche por caminos o lugares solitarios, mostrándose a hombres trasnochadores, fiesteros, mujeriegos o borrachos, o todo eso al mismo tiempo.
Se deja ver como una mujer de cuerpo atractivo, muy bien formado, siempre de espaldas o alejándose, con la cara cubierta totalmente ya sea por su cabello o por un gran velo...
Invariablemente, la víctima se siente fascinado y atraído por la bella mujer, a la cual decide seguir o acercarse a ella llenándola de piropos e insinuaciones de todo tipo, color e intención...
Ella siempre hace caso omiso y trata de ocultar aún más su rostro lo cual siempre provoca la insistencia de la víctima, hasta hacer voltear a la mujer llevándose el susto de su vida, pues la mujer tiene una cabeza de caballo y de ojos rojos. A veces pronuncia frases como "¿aún te parezco bella?" o "a mi también me gustas mucho". La víctima da un alarido de terror y huye de ahí lo más rápido que sus piernas le permiten, ya sin los efectos del alcohol; y jurando nunca más beber... Aunque hay casos en los que la víctima queda "tocada" y muere poco después pese a los intentos de la familia de "llevarlo a limpiar" o "curarlo de espantos".
Como puedes ver, ésta aparición cumple un papel aleccionador que trae una consecuencia para un comportamiento específico, no es como la famosísima llorona que provoca terror a quien quiera que tenga la desgracia de toparse con ella o escuchar su famoso alarido, no importando el género, edad o cualquier otra característica. La Siguanaba, o la mujer con cara de caballo, es un ente que se encarga de cumplir con él, o sino, de las clásicas recomendaciones de la abuela o la madre a los jóvenes varones: "no salgas a deshoras y pórtate bien".
Cabe mencionar que a veces la cabeza de ella varía, no solo puede ser la de un caballo, sino que también puede ser la de un perro, un cerdo, un rostro de anciana, una calavera o un rostro desfigurado y sangriento. Igualmente, la cabeza de caballo también varía, puede ser la de un caballo común, una calavera de caballo, puede ser putrefacta, puede ser una cara con carne podrida o una cara de caballo con piel.
El origen de la Siguanaba en México tiene sus orígenes en Mesoamérica (el centro y sureste de México), relacionada con una diosa azteca de la luna, que sería, talvez Metztli; en Oaxaca es una deidad de la muerte, conocida como la Matlazihua o Mictlatecihuatl; en Nuevo León como una mujer que fue víctima de brujería o magia negra; en suroeste como deidad del suicidio, conocida como Ixtab o Xtabay; y en Nayarit como una diosa que fue maldecida por su esposo, el dios Tláloc.
En Nayarit, hay una versión similar a la versión salvadoreña. Según la versión nayarita, fue una mujer o una diosa de la luna que era esposa del dios Tláloc, con quien tuvo un hijo, el cual trataba mal, lo abandonó y le fue infiel a su esposo, quien, tras descubrir sus malas acciones, la maldijo llamándola Sihuanaba, que significa 'mujer horrible'; siendo condenada a vagar por el campo, apareciéndose a los hombres como una mujer hermosa y para cuando estos se acercaran revelaría una espantosa cara de caballo.
En Coahuila, este terrible espectro que espanta a los hombres sería en realidad una mujer que recibió una maldición o fue víctima de brujería, magia negra o un ritual satánico, por eso sería un ser maligno o una entidad demoníaca que busca "venganza". En preferencia, se les aparece a los lujuriosos, fiesteros, mujeriegos o borrachos...
En Nuevo León, cuentan que se le ve por las carreteras de noche en busca de castigar a los machistas, parranderos, mujeriegos, lujuriosos o a cualquier hombre que anden de malos pasos para darle muerte. Asimismo, se dice ocasiona accidentes.
Otra versión cuenta que fue una hermosa joven que recibió una maldición, convirtiéndola en este ser. Condenada a estar con su cuerpo de mujer y su cabeza de caballo. La joven sería normal pero cuando se le acercaran se transformaría su cara en el de un caballo y todos huyeran del susto, así nunca encontraría el verdadero amor y estuviera sola para siempre.
En la Ciudad de México, según los mexicas, la Macihuatli fue una deidad de la luna, Metztli, quien pena la traición de su esposo Tláloc. Otras versiones apuntan que fue de pésimo comportamiento, razón por la que fue maldecido por el propio esposo o por su suegro a vagar como un fantasma caza hombres.
En la actualidad, en algunas versiones, es descrita como una mujer con cráneo semejante al de un caballo y con patas de caballo, la cual es hermosa a primera vista, pero de cerca es un ser monstruoso. En las leyendas coloniales ésta asustaba al trasnochador, al violador o la mujer que anduviera en malos pasos llevándolos a barrancos para luego darle muerte.
En Oaxaca, se cuenta que la Matlazihuatl fue una deidad "zapoteca" de la muerte, conocida antiguamente como Mictlatecihuatl. Según la antigua creencia, cada cosa que se le pedía a la diosa Mictlatecihuatl era como pedir un día o año más de vida y se encargaba de recolectar las almas de los difuntos para llevárselos al inframundo, también era esposo de Mictlantecuhtli, el señor de los muertos. Tambien se cree que es el alma en pena de una mujer que era cruel y asesina, y vaga en este mundo a modo de castigo. Se dice que este espectro castiga los malos actos, o pecados, de la gente, pero generalmente se le aparece a los hombres (que serían los borrachos, mujeriegos, fiesteros o a los que abandonan a sus familias). Se les aparece como una mujer hermosa -de raza mestiza-, que los atrae hacia un barranco y cuando se le acercan ella revela su rostro de caballo (o calavera humana, según otras versiones; aunque también la mayoría de veces nunca se le ve la cara), que hace que el hombre caiga en el barranco -conduciéndolos al suicidio- y en las espinas para que mueran desangrados, aunque hay veces que cuya víctima sobrevive, despierta en las espinas, adoloridos y sin recordar nada de lo sucedido. Hay otras versiones que dicen que la Matlazihuatl se baña en los ríos de Oaxaca y quien invade su espacio sufre las consecuencias.
En Aguascalientes, dentro de la cuidad de Calvillo, se cree que la mujer cara de caballo fue una bella mujer que le era infiel con muchos pretendientes (o con su amante, según otras versiones). Pero, un día, el marido la descubrió haciendo unas de sus infidelidades con su amante, quien, en un estado increíble de celos mató a su amante. A ella, en tanto, la amarró las manos con una cuerda y, sosteniéndola junto a caballo, echó veloz carrera. Esto hizo que la pobre mujer se lastimara muy grave y su rostro se le desfiguró, el cual tenía aspecto de caballo. Las heridas fueron tan graves que terminó muriendo. Desde entonces se dice que, por las noches, se puede ver caminar a una atractiva mujer que seduce a los hombres de mal comportamiento (en especial a los hombres infieles), a modo de castigo; para luego revelar que tiene cara de caballo. En la plaza de la ciudad, hay un monumento de la Mujer Cara de Caballo, del cual muchos de los habitantes desconocen la leyenda y su origen.
En el sureste de la república y San Luis Potosí la llaman la Xtabay o Xtabal, que es, según la leyenda maya, un espíritu maligno que habita en las ceibas y seduce a todo aquel que se acerque en algunos de estos árboles. También está relacionada con una diosa maya, dominada como Íxtab, que era la diosa de los ahorcados, esta última premiaba a los suicidas con el cielo; pero, con la llegada del cristianismo, ahora es la castigadora de los ya mencionados.
Una segunda versión cuenta que fue una princesa maya, llamada Sululay, hija de del gobernador Halach Huinic, la cual se había enamorado de un joven guerrero, ambos se veían en un árbol de ceiba. Y que era enviada por la nieta de una bruja, quien la hechizo matándola inmediatamente. Luego, abandonaron el cuerpo en el monte. Aunque hay otras versión que dicen que aquel guerrero era un ayudante de la bruja para que la ayudara a matar Sululay.
Y bien, sea como sea el origen de la Xtabay, se dice que es una mujer que se aparece en los árboles de ceibo, que peina su larga cabellera negra, esperando a que un hombre se le acercara y comenzar a seducirlos, para después revelar su verdadera identidad: de aspecto demoníaco y cara con rasgos de caballo (cara desfigurada o una cara de mujer pálida con ojos amarillos y lengua de serpiente, según otras versiones). A veces los deja ir, los cuales se vuelven locos o, en otras ocasiones, mueren del susto. A veces, se le ve como una castigadora de borrachos, mujeriegos e infieles, a cuales elige porque son más fáciles de engañar y atrapar.
Una versión importante, es la versión concana de Querétaro de la Siguanaba, donde se dice que se aparece en un lago, por abajo de un puente, el cual se le conoce como el "Puente del Sapo", ahí se dice que la Siguanaba aparece como una mujer bellísima que se baña desnuda para atraer a los hombres, y siempre da la espalda. Los hombres al acercarse comienzan hablar mientras intentan ver su rostro, muchos se desesperan después de un rato de esperar verle la cara; por lo que muchos la jalan, dejando ver que, aquella mujer que se suponía que tendría una bella cara, tiene una cabeza de caballo que les sonríe malévolamente, por lo que muchos huyen. Y el espíritu demoníaco se queda para continuar su "ritual de conquista". Muchos, por las noches, temen y evitan pasar por ahí por tal que les salga la horroroza aparición y temen que la leyenda sea cierta.
Finalmente, está la versión chiapaneca. En esta última versión, se le conoce como la "Tisigua" o "Tishanila". En algunas regiones o lugares es considerado como un espíritu maligno y en otras como un espíritu benigno. Se dice que es la esposa del Sombrerón. Se dice que aparece a los hombres que son infieles, se baña en cualquier lago y cuando estos se acercan ella revela un rostro de caballo endemoniado (o un rostro desfigurado según las versiones más conocidas) que los mata o los deja ir. Muchos de los desafortunados que la han visto cambian para siempre. Muchos de sus familiares notan que ya no comen y ve que, en un rincón o en donde sea, se les ve sentados o parados esperando a la Tisigua o Tishanila. En Escuintla, también en Chiapas, se cuenta además que la Siguanaba puede aparecer en los caminos pidiendo que los motociclistas la suban y, luego de un rato de andar, se transforma en un monstruo con la cabeza de caballo putrefacta con los ojos en ardiente carbón. En otras regiones se le conoce como la Yegualzíhuatl quien, al igual que la versión maya y oaxaqueña, embruja a los hombres con su hermoso cuerpo, ella siempre los conduce para un barranco y luego empieza a tirarlos al precipicio al hacer que estos caigan por el barranco -conduciéndolos al suicidio-. Se dice que ven que la mujer, en vez de caminar, va flotando por el aire, pero no le dan tanta importancia al querer alcanzarla.
Panamá
En Panamá, a este ente se le conoce como la Mujer Empollerada y se dice que castiga a los hombres mujeriegos y borrachos, se les aparece en los campos cuando estos cabalgan o, en los relatos más modernos, en las carreteras cuando estos conducen.
Se le describe como una mujer de gran belleza que está muy empollerada, y muy bien peinada; por eso le llaman así.
Cuando estos la suben, comienzan a avanzar hacia el supuesto destino de la mujer y luego al voltear a verla, ven que la mujer ya no tiene bonito rostro, sino que tiene el rostro de calavera humana.
El origen del fantasma cuenta que fue una mujer que se suicidó porque su novio o amante le fue infiel.
Guatemala
La variante guatemalteca del mito dice que a la Siguanaba generalmente se la encuentra lavándose el pelo con un guacal de oro y peinándoselo con un peine del mismo metal precioso. Se cuenta, asimismo, que vaga por las calles de la ciudad de Guatemala, donde acosa a hombres enamorados.
La leyenda de la Siguanaba es más común en la capital, en Antigua Guatemala (capital colonial) y en los departamentos orientales del país, donde el mito goza de más popularidad entre las poblaciones ladinas que entre las indígenas. En dichas áreas, la apariencia más común del espectro es la que lo describe con cara de caballo. Se les aparece a hombres infieles a modo de castigo.
En San Juan Comalapa existe una versión kaqchikel de la Siguanaba que describe esta como una mujer de enormes ojos brillantes y pezuñas en vez de manos. Lleva un vestido igual de brillante que sus ojos, luce una larga cabellera y espanta en el tiradero de basura local tanto a niños desobedientes como a maridos borrachos.
En Jutiapa, en los poblados cercanos al lago de Güija, la leyenda describe al espectro como uno que puede tomar muchas formas, aunque la más común es la de una delgada y atractiva mujer de larga cabellera que se baña en las riberas del río Ostúa, lo que no impide que también se aparezca cerca de otras fuentes de agua o incluso en caminos solitarios. A los lujuriosos se les presenta simplemente como una mujer hermosa, mientras que para los enamorados adquiere la apariencia de la amada. En San Juan La Isla, por ejemplo, se cuenta la historia de un hombre que fue a encontrarse con su esposa, que venía a caballo de El Salvador. Dice el relato que, luego de un buen rato de cabalgar el marido a la par de su mujer, esta de pronto se bajó del caballo y reveló que era la Siguanaba. También se cuenta que el espanto se aparece en las noches de luna a jinetes que transitan por caminos desolados, a quienes pide que la lleven en sus caballos. Cuando un jinete accede a llevarla, después de un buen rato de cabalgar, la Siguanaba muestra sus uñas, que son unas horribles garras, y su rostro, que es el de un caballo. La visión causa que los incautos jinetes mueran de pánico. Los pocos que logran huir se extravían en el campo.
Se dice que hace muchísimo años, antes de la llegada de los españoles, existió una bella mujer a la cual se le obligó y eligió para ser la esposa de un cacique que le doblaba la edad, a cual rechazó por otro hombre de su misma edad. El cacique, despechado, ahogó a su enamorado y a ella la encerró para convertirla en un monstruo. Ella logró escapar. Y se dice que vaga angustiada intentado revivir al que tan amó.
Otra versión cuenta que era una mujer muy bella la cual se había casado con un hombre borracho que, además, era mujeriego. Éste siempre la maltrataba y traía cualquier mujer a su casa. Una noche, mientras éste volvía a su casa bien borracho, vio a su mujer en un río peinandose, cosa que lo puso celoso y la agarró a golpes. Y eso la mató, cuyo espíritu regresó para vengarse y así lo hizo. Al marido se le encontró muerto arriba de un árbol todo espinado, el cual cayó de ahí debido a la descomposición. Se dice que desde entonces, por las noches, se le ve a la mujer peinando su cabello en los ríos, quien está en busca de venganza de los mujeriegos y borrachos. Cuando estos se acercan, pueden ver su rostro desfigurado que se asemeja al de un caballo.
Al igual que la versión nicaragüense, también se dice que la Siguanaba no es un solo ser, sino que también existen varias y no faltan historias hombres que afirmen que en su juventud había atrapado a una y la hicieran prisionera.
Honduras
Se le conoce como Cigua o Sucia (o también llamada Vieja, Chuca o Cipota). Según la tradición, la Sucia era una muchacha muy bonita que vivía con sus padres, a los que siempre ayudaba en los trabajos de la casa, entre ellos lavar la ropa en el río.
Cuando la muchacha tenía 15 años, un joven bien trabajador y de buena familia se enamoró de ella y pronto fue a pedir la mano de la muchacha. Los padres de ella aceptaron de inmediato pues sabían que era el mejor partido para su hija y se pusieron de acuerdo en la fecha del matrimonio.
El día de la boda, estando los novios en el altar el Sacerdote les solicitó que entregaran su fe de bautismo, requisito que ella no pudo cumplir porque no estaba bautizada.
Ante el incumplimiento de este requisito, el cura se negó a realizar el matrimonio, esto a pesar de las súplicas de los familiares que solicitaban que en el mismo acto la bautizara y luego la casara.
Al no poder casarse con su amado, la joven entró en una profunda depresión que casi la llevó a la locura. Al verla en ese estado, su novio perdió toda esperanza de casarse con su amada y se olvidó de ella.
La muchacha, en su profunda tristeza decidió nunca quitarse su traje de novia, iba y venía a todos lados con él puesto. Un día que estaba en el río lavando la ropa, se enteró que su amado se iba a casar con otra.
La noticia fue el tiro de gracia para ella, el dolor que sintió fue tan grande que en ese mismo momento se volvió loca y, como si estuviera poseída por algún demonio, salió corriendo dando horrendos gritos de dolor, se paró frente al acantilado y saltó al vacío muriendo al instante. Se dice que desde entonces el espíritu de la muchacha vaga errante en busca de su enamorado.
Se cree que por esta razón se le aparece en los ríos y riachuelos vestida de blanco especialmente a los hombres tunantes o machistas que deambulan borrachos por estos sitios, aunque también suele espantar también a cualquier persona.
Para atraer a los hombres, la Sucia se presenta como una mujer hermosa o se transforma en la figura de la novia o enamorada del hombre que por andar borracho corre feliz hacia ella y cuando está cerca se convierte en un espanto horrible que enloquece al verla.
Se dice que también se aparece con su pelo hacia enfrente tapándose el rostro y la persona que logre verlo se vuelve loco. En el norte de Honduras, donde también se le llama Cegua o Cigua, cuentan que se aparece en las playas por las noches...
Venezuela
En Venezuela, a este fantasma se le conoce como Sayona. La Sayona es un mito muy popular en los llanos venezolanos y está presente en casi todo el país.
Según la tradición, la Sayona es un espectro que se le aparece a los hombres mujeriegos, borrachos y fiesteros, se les presenta como una mujer hermosa que cubre su rostro con un velo, la cual los invita a caminar para luego pedir un cigarrillo, quien lo hace puede ver con la luz que la mujer tiene rostro de calavera -normal o desfigurado, según otras versiones-, ojos rojos y colmillos, dándose cuenta que habían caminado junto a un demonio; la cual termina matando o, si no mueren del susto a ver esta cara, volviendo locos a estos. A veces la Sayona lanza un terrible alarido que puede ser escuchado hasta lejos de la zona.
La historia cuenta la desgracia de una mujer de nombre Casilda o Meliza, que tenía un hijo y esposo quien era incapaz de serle infiel. Ella se iba todas las mañanas a bañarse a un río, ahí la espiaba un hombre de muy mala fe, mentiroso y mujeriego que andaba enamorado de ella. Un día Casilda lo descubrió, a lo que el hombre le dijo que le venía advertir que su marido la estaba engañando con su propia madre, por lo que Casilda se puso extremadamente celosa.
Entonces Casilda prendió fuego a su casa con hijo y marido dentro, luego fue a la casa de su madre quien le dijo que nunca la había engañado pero no resultó nada, pues Meliza la atacó con un machete.
Su madre, en la agonía de muerte, la maldijo siendo condenada a vagar sin rumbo apareciéndose a los hombres como una mujer hermosa y cuando se le acercaran y cuando están cerca se convertiría en una calavera de ojos rojos y colmillos de león y una largas garras. Otra segunda versión cuenta que Meliza fue una mujer casada que la rodeaban los chismes que le implicaban. Un día, uno de esos chismes llegó demasiado lejos. Pues llegó a los oídos de su esposo que ella le era infiel. Su esposo no había comprobado esa veracidad, por lo que, en vuelto en celos, fue a su casa donde estaba su hijo y esposa; le pidió explicación sobre su supuesta infidelidad, pero no le había creído. Entonces le prendió fuego a su casa. Pero Melissa aterrada pudo escapar y olvidó a su hijo, quien murió carbonizado junto a su desgraciado esposo. Desde entonces el ánima de la Sayona ronda por Venezuela en busca la venganza eterna.
En Margarita, se le conoce también como la Chinigua, se dice que es el espíritu condenado de una mujer, que valida de su belleza, muy promiscua, coqueteó en el mundo con los hombres y a ninguno le entregó su corazón y cuando murió no fue recibida en el cielo y fue devuelta a la tierra para que se enamorara de verdad. La Chinigua cuando se enamora de los hombres los persigue por todas partes y los va desganando y enflaqueciendo, hasta que los mata y se los lleva para el otro mundo.
Ecuador
En Ecuador existe una leyenda muy vinculada a la Siguanaba, a tal punto de ser considerada como "la versión ecuatoriana de la Siguanaba": se le conoce como la "Dama Tapada". Los orígenes de la Siguanaba tendría lugar en el siglo XVIII en Guayaquil (puerto principal de Ecuador).
Se dice que la Dama Tapada es un ser de origen desconocido, que se aparecía a partir de la medianoche a los hombres borrachos que frecuentaban en callejones no muy concurridos.
Al estar cerca de la Dama, se dice que despedía a su entorno una fragancia agradable y, por ello, casi todos los que la veían quedaban impactados y estar cerca de ella. Hacía señales para que la siguiesen y, en trance, las víctimas accedían a la causa, pero ella no permitía que se les acercara lo suficiente. Así, los alejaba del centro urbano y en lugares remotos empezaba a detenerse. Posteriormente, cuando las víctimas se le acercaban a descubrirle el rostro, un olor nauseabundo contaminaba el ambiente y, al ver su rostro, apreciaban un cadáver aún en proceso de putrefacción, el cual tenía unos ojos que parecían destellantes bolas de fuego.
La mayoría de las víctimas morían con convulsiones y botando espuma por la boca, algunos por el susto y otros por el pestilente hedor que emanaba el espectro al transformarse. Muy pocos sobrevivían y en la cultura popular los llamaban tunantes. Y así termina todo Desde aquellos acontecimientos, hay quienes dicen que posteriormente aún transita por los callejones por las noches en las calles de Ecuador.
La Siguanaba en la cultura popular
La Siguanaba, como ser mitológico legendario popular, ha aparecido en grandes obras dentro de la cultura popular latinoamericana como leyenda tradicional en Latinoamérica, principalmente en las obras centroamericanas.
En mayo de 1944, el escritor costarricense Carlos Luis Sáenz publicó un poema titulado «La Cegua», acerca del encuentro de un campesino con este fantasma. En el libro «Leyendas costarricenses», compilado por Elías Zeledón Cartín, aparecen tres relatos sobre este personaje: «La Cegua del Poás» (1975), del costarricense Guido Álvarez Navarro, «La Tzegua» (1961), por el escritor guatemalteco Máximo Soto Hall, y «Carlos y la Cegua», cuento publicado por «Tico Tales»; y es mencionado en el mismo libro, en el relato «Yo y la larva», de Mario González Feo. Igualmente, en «Leyendas ticas», también de Elías Zeledón, se recopilan cuatro historias sobre el personaje: «Reminiscencias», de Domingo Monge Ramos; «Asombrado por la Segua»; de José J.Sánchez S.; «Los fantasmas de antaño», por Ernesto Ortega; y «La Segua», por Jaime Granados Chacón. Alberto Cañas Escalante, reconocido autor de teatro costarricense ―que escribió obras tales como En agosto hizo dos años, Algo más que dos sueños, El luto robado y El héroe―, escribió la obra La Segua. En Honduras, la Siguanaba también aparece en varios libros llamado Cuentos y Leyendas de Honduras, escritos por Jorge Montenegro; y en Cuentos nicaragüenses por Pancho Madrigal.
Cómic
La obra «Leyendas costarricenses en novela gráfica», de los historietistas Oscar Sierra Quintero y Ronald Díaz Cabrera, incluye una versión de esta leyenda en forma de novela gráfica. La Cegua fue uno de los personajes que aparecía en el cómic «Kadejos», de la revista K-Oz Cómics. En él aparecían versiones de las leyendas costarricenses adaptadas en forma de superhéroes y supervillanos.
Cine y televisión
La Cegua como leyenda costarricense ha estado presente en varios programas y miniseries de ese país, así como en la película de 1984 La Segua, inspirada en la obra de Alberto Cañas; donde incluso se utilizó una máscara que recreaba la cabeza de caballo putrefacta para las escenas más inquietantes. También aparece en la película hondureña titulada Cuentos y Leyendas de Honduras, basado por el famoso y difunto escritor Jorge Montenegro. Asimismo, se ha utilizado a la Siguanaba para promocionar la película y el folclore hondureño al disfrazar a una mujer de este personaje.
En la radio
Jorge Montenegro hizo también una radiovisora titulada Cuentos y Leyendas de Honduras, donde habla sobre las leyendas que se hablan en el país, y la Siguanaba también tuvo su participación como personaje principal. El programa estuvo al aire de los 80's hasta el 2015. Luego también entraron a la radio los cuentos y leyendas de Nicaragua por parte de Pancho Madrigal, junto con la leyenda de la Cegua. También aparece en algunos relatos de La Mano Peluda, donde dicen que la llaman "La Xtabay".
¿Existe la Siguanaba?
Como se ve en diferentes descripciones de cada país, la Siguanaba es descrita de diferentes maneras pero su modus operandi es el mismo: cazar a los hombres. Muchos son los países y personas que afirman haberla visto. Mientras que algunos afirman que no existe o no es real, muchos están convencidos y afirman de que sí es real. En Youtube, una cadena de internet más populares a nivel mundial, existen algunos videos que captaron a este monstruoso personaje.
Hay un video donde una cámara de seguridad en Guatemala capta a una entidad vestido blanco y de pelo largo que caminan semi-lento (cosa que hace un fantasma al caminar), quien se pone a mirar fijamente a la cámara por unos segundos. Su aspecto se ve luminoso y su rostro es semejante al de un caballo. Y de repente, la entidad decide retirarse. También se asegura que puede tratarse de la llorona.
También hay otro video que fue grabado en Honduras. Ahí se ve a unos cuantos individuos jugando de noche, mientras que el que estaba grabando grabó y se percató que al fondo se vió correr a una mujer con un vestido blanco. Muchos afirman que se trata de la Sucia, como se le conoce a la Siguanaba en ese país.
En Konchem, Yucatán, México, hay otro video donde se capta a una silueta negra que camina como si nada hubiera pasado, mientras que los testigos se aterran y gritan aterrados antes la aparición que se asegura que es la Xtabay (como se le conoce obviamente a la Siguanaba en el sureste del territorio mexicano).
Por último, también existe otro video que supuestamente fue grabado en una carretera de Caracas, Venezuela. El video nos muestra la aparición materializada de una mujer vestida de blanco que empieza a levitar y brillar en la carretera. Algunos afirman que se trata sobre la aparición de la llorona, pero no se escucha ningún chillido como los provoca la llorona. Aunque también se asegura que se trata de la Sayona (como se le conoce más a la Siguanaba en Venezuela).
Otra evidencia, por así decirlo, es una foto donde se capta una silueta de una mujer fantasma en plena luz del día, de la cual se dice que se trata de la Siguanaba o la Cegua.
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