En mis vacaciones siempre recurría a visitar a mi abuela Ruby y pasar todo el verano con ella. Me encantaba escuchar sus leyendas del mar, caminar por la playa y hacer castillos de arena.

Un día estaba caminando y me encontraba un poco aburrido ya que había ido a buscar a mi amigo Jorge para jugar con la pelota en la playa y me lleve la sorpresa que no se encontraba en su casa. Lo espere por un rato y me vine a pie desde su casa hasta la casa de mi abuela que estaba a un Kilometro de distancia. Mientras caminaba pateaba la pelota y en una de esa al llegar a la parte de atrás de la casa de mi abuela, golpee sin querer la punta de una botella que estaba medio enterrada en la arena. La tome y Salí corriendo hacia la casa en busca de mi abuela.

En ese entonces tenía trece años y la ansiedad de creer que esa carta estaba destinada para mí se hizo presente y esperaba que esa leyenda fuera cierta.

Mi abuela se mecía en su mecedora cuando yo llegue a su lado.

—¡Abuela! ¡Abuela! ¡Mira lo que encontré!— Dije nervioso extendiendo la botella.

—Déjame ver— Murmura recibiendo la botella y la observa y nos damos cuenta que tiene algo adentro.

—¿Crees que sea una carta para mí?— Pregunto con ansias.

—Si fuiste tú la que a encontró, entonces si debe ser destinada para ti— Susurra mi abuela con una sonrisa.

Mi abuela destapa la botella y saca un papel que esta enrollado amarrado con una pequeña cuerda, y me la extiende para que yo la lea. Tomo el rollo de papel y camino hasta llegar a los escalones, le quito el lazo y la desenrollo la nota mientras mi corazón late con prisa al momento de leerla.

Hola, soy Nicole y tengo doce años. Mis amigos me dicen Nikky y me gusta leer, escribir, nadar y jugar en la playa con mis amigas. También me encanta ir de pesca con mi padre y disfruto en ver los atardeceres en la orilla del mar.

No sé si sepas la leyenda de Poseidón de que si escribes una carta y la tiras al mar, este con sus corrientes la llevara a su destinatario. Espero que esta carta llegue a ti y pueda conocerte y ser tu amiga y recibir tu carta algún día.

Solo recuerda que tenemos solo cuando la luna está en su punto de ser llena y cuando lo es, solo son de 3 a 4 días en que las corrientes pueden llevarlo a su destino, sino se pierde en el mar.

Hoy es junio 15 del 2004, espero que no demore en llegar.

Gracias, Nikky

—¡Abuela! Es de una niña y dice que quiere conocerme— Le entrego la carta a mi abuela y ella la lee.

—Al parecer la niña conoce la leyenda— Susurra y yo asiento — ¿Piensas escribirle?— Me mira y pregunta.

—¡Claro abuela! Me gustaría escribirle y saber si la leyenda es de verdad—

—Bueno entonces que esperas—Dice mi abuela —Solo tienes dos días antes que termine la luna llena o si no debes esperar hasta el otro mes— Abro los ojos y corro hasta donde está la botella con su tapón.

—Entonces debo apresurarme y escribirle— La miro —Según la fecha es de dos días, solo espero que no tarde y logre llegar— Digo.

—No te preocupes cariño, las corrientes del mar se encargaran de que llegue a tiempo— Mi abuela me sonríe y salgo corriendo hacia e interior de la casa para poder empezar a escribir mi carta.

Hola soy Alexander pero me dicen Alex. Tengo Trece años y vivo en Madrid pero mi abuela mi abuela vive en toda la costa de valencia.

Me gusta jugar futbol, salir en bici con mis amigos y visitar a mi abuela en vacaciones que es donde encontré tu carta.

Mi abuela me cuenta esas grandes historias del mar, una de ella fue la historia de Poseidón y no lo creí verdadera hasta que llego tu carta. Espero que podamos ser amigos, solo tenemos un día para que llegue tu carta.

Cuídate, Alex

—Listo abuela ya termine— Mi abuela toma la carta y sin leerla la enrolla y la amarra con el pequeño lazo que venía la otra metiéndola en la botella y tapándola.

—Ahora debes ir hasta la orilla y pensar en aquella niña que te escribió y lánzala fuerte al mar— Asiento y salgo corriendo hasta llegar a la orilla y hacer lo que ella me dijo.