― Soy Sófocles, uno de los genios de tiempo y he sido enviado por ti para volver a guiarte aunque se suponía que todavía no debíamos encontrarnos…

El ser me agarro entre su enorme mano derecha y coloco su pulgar sobre mi quijada.

 ― Hijo de Abel, tienes el poder que muchos han buscado y solo…

Movió mi cabeza de derecha a izquierda y viceversa mirando desde distintos ángulos la marca en mi cuello. En eso logre ver como Sora se encontraba estática sin posibilidad alguna de evitar que el Anagiga me inspeccionara.

― No es aun momento de que lo sepas,  ahora debes conocer lo básico. Primero a ti mismo, segundo a tus Rekan y seguido a tus amigos; la academia y el mundo se te irán presentando por lo que no debes afanarte por lo que va a ocurrir.

Las luces se empezaron a apagar ya prender de manera desenfrenada, los acompañantes del Anagiga desaparecieron, luego Sófocles y acto seguido volvió todo a la normalidad en el lugar.

― Se me olvido decirte, tu hermano te manda saludos.