La señora Gruttebel  se sentó sobre su Rekan, Cazca, el más grande y fuerte de la actualidad según me susurro Yaboth mientras me sentaba.

― Ya que es preciso que todos mis estudiantes estén al mismo nivel o que por lo menos conozcan lo básico de la Krealogía ― miro a Yaboth de reojo y a otro estudiante bastante grande que se encontraba en una de las esquinas del salón.

― Y como tenemos un Necvir en clase, veo preciso un pequeño repaso ― continuo la profesora ― Aenor, ¿Cómo se llaman los grupos en los que se dividen las criaturas? Y explícanos un poco de cada uno.

Se escucho uno que otro suspiro de alivio, al parecer no todos disfrutaban de participar de la clase. Aenor se encontraba al lado derecho de Sora, se levanto y sin perder el tiempo hablo ―El primer grupo es el de los Crope-lich, criaturas corpóreas de las cuales hacemos parte; el segundo es… los Inper-liche, criaturas incorpóreas que existen en el plano alterno a nuestro mundo y que no pueden cruzar a nuestro plano.

― ¿Quieres decir que los Crope-lich si podemos cruzar al otro plano? ― pregunto la profesora con su desdeñosa actitud.

Aenor se quedo callada por unos segundos, la note nerviosa y la compadecí. No me podía imaginar nada mas incomodo que ser interrogado por esa señora. La vi mirar en mi dirección, desvié la mirada pero al momento entendí que miraba a Sora en busca de ayuda. Su amiga y cómplice se paso el dedo pulgar por el cuello con gran disimulo y al terminar saco la lengua.

― ¿Cuándo…   m o r i m o s? ― contesto  la intranquila alumna ― ¿me estas preguntando o estas afirmando? ― arremetió Gruttebel.

―Cuando morimos ― grito la joven. Los labios de la profesora se arquearon y una leve sonrisa apareció en su rostro. Se levanto y con un ademán le indico que continuara.

― Y el último grupo es el de los Doppel-lich, que son los que habitan entre los dos planos ―

Terminado el resumen, Aenor se sentó con una gran cara de gratitud hacia su querida amiga, y un poco más calmada suspiro mirando a sus apuntes.

― ¿Quién diría que le terminaremos entregando el mundo a adolescentes irresponsables que ni se aprenden tres simples cosas, que mediocridad, que mediocridad ― exclamo la profesora.

― Trozard, ¿nos podrías dar dos ejemplos de cada grupo? ― pregunto enojada al notar que había un alumno que no se encontraba prestándole atención.