veintiocho.
Taehyung.
Ya se me hizo costumbre pensar en la reina. Se que estoy cometiendo un gran pecado pero no lo puedo impedir. La amo, es tan dulce y linda, que mis ojos se cautivan solo de verla. ¿Y ella? ¿sentirá lo mismo por mi? Es que cuando la veo en el jardín siento que me mira de la misma manera que yo la miro a ella, incluso un día me sonrío, me puse tan nervioso que me eché a correr.
— Sargento Kim, lo llama el rey— me sorprendí un poco, él nunca me ha llamado, yo nunca he cometido algún error ¿para que me querrá?
Entré al Palacio detrás de mí superior e hice la reverencia al Rey YomGuk.
— Me han dicho que eres el mejor guerrero que tenemos en nuestro ejército— no hice ningún movimiento me quedé con mi cabeza gacha.
— No lo sé su majestad, solo hago mi mejor esfuerzo por defender mi país y a mi rey.
— Eso me gusta, por eso a partir de ahora serás mi guardia personal— de la sorpresa me atreví a mirarlo a los ojos.
— ¿De verdad?— asintió con una sonrisa ladina.
— ¿Cuando haz visto a un rey bromear con una decisión?
— Muchas gracias su majestad, haré mi mayor esfuerzo, lo protegeré con mi vida.
— Ya retírate, el señor Oh te llevará a tu habitación allí encontrarás el uniforme y las armas adecuadas— me levanté del suelo hice la última reverencia y seguí al señor.
Estaba muy feliz, ahora viviendo en el palacio podré ver más seguido a la reina y quizá pueda intercambio algunas palabras con ella, deseo oír su voz.
— Aquí es tu habitación, tienes prohibido ir a la habitación del rey o de la reina sin que te llamen, ahora puedes salir del Palacio cuando quieras, ya no eres un guardia cualquiera ni estás al mando de nadie solo del rey y mío claramente.
— Si señor— realicé la reverencia hacia mi superior.
— Me retiro.
Es genial el uniforme, es muy elegante y la armadura es de un buen metal. Sin dudas es mi mejor día.
Cuando me coloqué el uniforme decidí salir a dar un recorrido, nunca había entrado al palacio solo conocía el jardín y porque allí era donde hacia las guardias.
No lo podía creer, los dioses oyeron mis plegarias. Ahí estaba ella, tan linda como una flor, tomando té en la terraza con vista al lago. Al coincidir mirada con ella hice una reverencia y cuando alcé mi mirada ella me invita a acercarme. Dudé al dar el primer paso, pero, no puedo rechazar un pedido de una reina ¿no?
— Buenos tardes su alteza— dije al llegar a ella.
— ¿Como estás Kim Taehyung?— guau, se sabe mi nombre.
— Muy bien y más ahora que descubrí que la hermosa reina sabe mi nombre— suelta una risita.
— Como no saberlo, todos lo mencionan.
— No lo sabía.
— Me alegra que alguien tan valiente como tú estará a cargo de mi protección y la del rey, es un gran alivio— con delicadeza lleva la taza de té a sus labios y da un corto sorbo.
— Daré mi vida por su protección...y la del rey.
— ¿Y... Eres casado?
— No su alteza— enarca una ceja.
— Que milagro, serias un buen partido para cualquier chica.
— Yo... Yo ya debo de irme, gracias por permitirme hablar con usted.
— De acuerdo, después podemos continuar la conversación— no me lo creo, ella quiere seguir conversando conmigo.
— Me despido.
Me la seguí encontrando, cada vez que lo hacía ella me detenía y sentía como si me coqueteara, realmente me ponía muy nervioso y decidí ignorarla para no seguir cayendo en sus coqueteos.
Hoy el rey me pidió que la escoltara a la casa de una de sus cuñadas. Quería visitarla y hacerle algunos regalos debido a que acababa de dar a luz.
Ella se veía un poco triste y no me atrevía a preguntarle, no quería sobrepasar mis límites.
Cuando veníamos de regreso ella se asoma por la ventanilla del carruaje y me observa.
— ¿No notas mi tristeza?— cuestionó con un poco de enojo.
— Si mi señora.
— Entonces ¿por qué no me has preguntado?— me sorprendió un poco su molestia.
— No tengo la suficiente confianza para preguntarle de su vida su alteza, tampoco me corresponde hacerlo.
— Yo te doy permiso de preguntarme todo lo que quieras saber de mi, te doy toda mi confianza Taehyung— me quedé algo asombrado.
— Entonces dígame que le sucede ¿por qué está triste?
— Odio al rey, no soporto que me toque le tengo asco— no supe como responder a eso— Todas las noches me obliga a estar con él y me maltrata cuando lo rechazo, ya no lo soporto más— ver sus lágrimas me hizo contagiar de su angustia.
— No sé cómo ayudarla su alteza...
— Hazme feliz Kim Taehyung, yo te quiero a ti.— mis ojos casi se salen cuando la escuché.— Yo podré soportar a ese maldito si tú me consuelas.
— Alteza ¿qué está diciendo?
— Lo que escuchaste Taehyung estoy enamorada de ti— entonces soy correspondido, esto es una locura.— Siempre que te veía en el jardín me hacías tan feliz, me olvidaba del rey y de toda esa pesadilla que vivía, tu me transmitías tanta paz y ahora que estás tan cerca, quisiera que me hicieras feliz no sólo viéndote sino dándome un poco de amor.
— Lo siento alteza, yo... yo no puedo traicionar al rey.
— ¿No sientes nada por mí?— bajo mi cabeza y no respondo— Supongo que no, olvida entonces mis palabras.
Después de ese día ella no me coqueteo más ni me dirigió más la palabra, me ignoraba y comencé a creer que ya se había olvidado de mí existencia pero no fue así. Apareció de la nada en mi habitación muy tarde en la noche, lloraba mucho y me pidió que la abrazara yo con temor lo hice.
— Solo pido que hagas esto por mí, solo con esto me conformo no me lo niegues.
— Lo haré su alteza— sentía mucha pena por ella y la amo tanto que no me importa la traición al rey.
Así pasamos varios días, y mientras más pasaban los días más amor y celos sentía. Ya no quería que se reuniera con el rey ya no quería que la maltratara ni que la humillara, quería escapar con ella y vivir nuestro amor.
Hoy me tocaba nuevamente presenciar una de las crueldad del rey sanguinario. Está vez mataría a dos ancianos porque robaron unas mazorcas de maíz de la plantación del Palacio, no veía la necesidad de matarlos, con meterlos a la cárcel tenían. Así hizo también con un niño y una madre que morían de hambre y no tuvieron de otra que robar. Cada día crece más mi odio por él, ver esa mirada tan frívola a la hora de ordenar la ejecución me hace desear su muerte.
— ¿Crees que soy cruel?— me preguntó agarrándome de mi ropa— Crees que no se lo merecían ¿verdad? Pero estás equivocado, el que traiciona al Rey YomGuk ¡lo paga con su vida!¡Escuchaste!— sus ojos estaban tan abiertos que podía ver las pequeñas venas rojas, parecía querer matarme.
— Señor si me permite, iré a ver a mi familia hoy en la tarde.— no me aterrorizan sus gritos, realmente me dan igual, por eso le cambié de tema.
— Si, haz lo que te venga en gana— me suelta y se sienta en su trono, subiendo su pie al brazo de este— Procura regresar al anochecer, te mandaré a llamar.
— Si su majestad.
Salgo en cuanto pude y busco mi caballo. No iba a ver a mi familia, me iba a encontrar con la reina cerca del río donde las señoras lavan la ropa, ella iba a estar disfrazada como una. Tenía algo muy importante que decirme, seguí decía la carta que me envió.
Cuando llegué, el alma se me fue al verla agarrada por unos guardias. Al parecer todo fue una trampa, el rey a descubierto todo, maldita sea.
— Creías que podías seguir engañando al Rey.— ríe mi superior— Que estúpido fuiste chico, si no hubieras cometido tal pecado hubieras llegado muy lejos.
— Ella no tiene culpa de nada, déjenla— me agarran dos guardias— Fui yo quien la engañó.
— No importa lo que digas el Rey ordenó la ejecución de los dos, así que vamos.
A empujones nos llevan al palacio y nos detienen en la zona de ejecución. Ella me miraba con lágrimas en los ojos y no dejaba de susurrar "lo siento"
— Trataré de salvarte, tranquila.
— Fue por mi culpa, lo lamento— sollozaba.
— No, yo fui el culpable.
— ¡Cállense!— grita el rey al llegar frente a nosotros.— ¿Tengo cara de idiota?¡¿Díganme?!¿Creían que me podían engañar? ¡Ustedes son los idiotas!
Yo seguía buscando la manera de sacar la navaja de mi cinturón pero era imposible, además vi arqueros en la altura, de aquí no hay forma de escapar. No me importa morir, solo me importa ella y tengo que buscar la manera de rescatarla.
— Disfrutaste los minutos que estuviste con ella ¿verdad? Pues ahora te toca verla morir— dijo jalando de mi cabello hacia atrás.
— Eres un maldito, un rey no se comporta como tú, no tienes sangre real en tus venas— da un golpe en mi cara.
— ¡Mántela!— el dolor que sintió ella lo sentí yo en mi corazón al ver las tres flechas atravesar su pecho.
— ¡No!— grité al verla caer al suelo— ¡Maldito perro inmundo¿No era tu esposa?!
— Una traidora lo que era ella— me intento acercar a su cuerpo aún estaba viva quería decirle que la amaba, pero terminé siendo arrastrado por el Rey— Y de ti me encargaré yo mismo, tendré la satisfacción de matarte con mis propias manos, maldito traidor, no será hoy no te preocupes ¡Llévenlo al calabozo!
Mis ojos llenos de lágrimas no se apartaban del cuerpo ensangrentada de la reina, era inevitable sentirme culpable, si me hubiera resistido ella todavía estuviera con vida, si la hubiese podido defender seguiría viendo su hermosa sonrisa pero ahora.... ahora la perdí para siempre y no le pude decir que...la amo.
— Camina— es tanto el enojo y el odio hacia el rey que en estos momentos sólo pienso en matarlo.
Lo haré y si después tengo que morir lo hago, ya no me importa nada.
De camino al calabozo logré cortar la soga que ataba mis manos con la navaja que escondía en mi cinturón. Luché contra los cuatro guardias y logré escapar muy mal herido.
Conseguí un caballo y logré escapar hacia otro pueblo. Allí pude vendar mis heridas y luego tuve que huir ya que habían guaridas del rey buscándome.
No hice estancia en ningún pueblo, tenía que evitar que me atraparán así poder recuperarme e ir a matar al rey. Sin embargo estando en el bosque me caí del caballo debido a la alta fiebre que tenía, quedando totalmente inconsciente.
Al abrir mis ojos veo a SokWa, un anciano con el cual me siento tranquilo, siempre que visitaba su templo me llenaba de paz. Es monje en un templo de las montañas, al parecer me encontró en el bosque, que gran alivio que haya sido él.
— ¿Cómo estás?— me senté en mi lugar y me auto-revisé.
— Estoy bien— me sentía sano a pesar de mis heridas, era extraño— ¿Cuantos días llevo aquí?
— Cuatro— se pone de pie y enciende unos inciensos— Aquí los guaridas no te encontrarán no te preocupes.
— De igual manera no puedo quedarme mucho tiempo no quiero meterlo en problemas— me puse de pie y comencé a buscar mis vestiduras.
— Eso no pasará Kim Taehyung, estando conmigo nada te ocurrirá.
— ¿Cómo puede estar tan seguro?
— Solo confíe en mí, yo no soy tu enemigo soy tu amigo y te ayudaré.
Allí pasé varios días, descubrí que ese monje no es igual a los otros este tiene...¿magia? Realmente no sé qué es, es una especie de poder o conexión con lo sobre natural. También supe que él me conocía de antes, era amigo de mi padre y cuando nací el predijo todo esto pero mis padres no le creyeron.
En la décima noche que pasaba en el templo comencé a escuchar extraños sonidos que me estaban preocupado. Me levanté para averiguar por la ventana de dónde provenían y me encontré con varios guardias del rey rodeado el lugar.
Rápidamente me levanté y fui a despertar al anciano, este ya estaba despierto y me miraba con suma preocupación.
— Hijo, no creo que puedas salir de aquí con vida.
— Lo haré.
— Toma esto— coloca en mi cuello un colgante— No mereces dejar la vida así tan fácil, quiero que vuelvas a vivir y que te amen tanto como tú amaste, este talismán te dará viva, si te asesinan regresarás a la vida 500 años más tarde y si te quitas la vida vivirás luego de 5 días.— no entendía nada pero guardé sus palabras en mí cabeza.
— Me iré ahora SokWa, gracias por cuidar de mi, siempre lo tendré presente.
No tuve oportunidad de mover ni un dedo, enseguida me apresaron. Siento el colgante en mi pecho y recordé las palabras del monje, tenía que salvarme de esta y por eso intenté arrebatarle el arma a uno de los guardias pero este terminó enterrándome su espada en mi estómago.
— Sun... SunHye— era lo único que tenía en mi mente, ese nombre que no recordaba a quien pertenecía.— Jung SunHye.
Se ha repetido la misma historia, Kim Taehyung...
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ff, que largo me ha salido.
Se preguntarán ¿para que este capítulo tan tonto? Pues quería que conocieran la historia de lo sucedido en el pasado, además de que algunas lo pedían. Pero bueno, también era necesario para poder continuar con el próximo capítulo. Espero que estén entendiendo <3
Ya queda menos, chiquillas :'(
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