Personaje que no haya salido en la película
El mal había sido vencido en el Santuario.
Saga de Geminis había muerto.
Pero esta historia no es sobre él, sino sobre su hermano menor.
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Un fuerte dolor cruzo por todo su cuerpo.
Fue tan desgarrador que incluso cayó al suelo, exhausto.
-¿Qué es este terrible dolor que recorre todo mi cuerpo?- preguntó un hombre de cabello negro y ojos con heterocronía.
-Acaso ¿acaso este dolor que desgarra mi corazón es una señal?- se preguntó respirando con dificultad. Una cosa era el dolor físico por todo su cuerpo, pero aparte de eso un dolor atravesó su ser. Dijo su corazón de forma metafórica porque ese dolor lo golpeo de una forma que no podría describir. Tal vez fue un golpe a su alma o a sus sentimientos, no podía estar seguro.
Se toco el pecho a la altura del corazón y frunció el ceño.
-¿Saga?- habló en voz alta- este vacío que siento ahora ¿es por qué tú ya no estas en este mundo?- se pregunto bajando la cabeza.
-¡Tonto!- exclamo con ira- ¡Esto sucedió porque fuiste débil!- prácticamente escupió mientras la colera tomaba el control de él.
-Si me hubieras escuchado, si hubiéramos matado a Athena y tomado el control juntos, ahora gobernaríamos la tierra y tú no habrías muerto- dijo apretando la mandíbula- creo que este demuestra que tú eras el hermano débil- hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa.
-Bueno, ahora es mi turno hermano mayor- dijo sujetando el tridente de Poseidón- yo triunfare en donde tu fallaste, yo cumpliré mi ambición y seré el gobernante de la tierra y el mar ¿oíste Saga?- una sonrisa se formo en su cara.
-Mírame Saga, mira como triunfare- dijo antes de soltar una fuerte risa.
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Mientras tanto, cerca de Cabos Sunión.
Una pequeña mariposa sobrevolaba el paisaje cerca de la costa hasta acercarse a una figura misteriosa, que reposaba cerca de un acantilado.
-Así que ya termino todo ¿eh?- hablo una voz femenina un tanto aguda.
La figura se delineo mejor y dio paso a una mujer de facciones infantiles con una armadura oscura sumamente ostentosa.
Esta, quien miraba hacia el cielo, dirigió su mirada hacia la mariposa y estiro la mano hacia ella.
La mariposa voló en círculos hasta que se poso sobre uno de los dedos de la figura femenina.
Esta miro a la mariposa por un rato, hizo un gesto con la cabeza y con un movimiento de la mano, en la que sostenía a la mariposa, la hizo desaparecer.
-No es lo que yo deseaba lograr- hablo la mujer con frialdad- sin embargo, no todo fue un fracaso- pensó en voz alta mientras miraba hacia una parte especifica de Cabos Sunión.
-Pues parece que todavía tengo un comodín que no esperaba poder usar- dijo antes de teletransportarse.
La figura femenina apareció en la playa, buscando con la mirada.
-¿Dónde esta?- se preguntó antes de sentir un fuerte cosmo a sus espaldas.
-Veo que sobreviviste- dijo sin necesidad de voltear para saber con quién hablaba- admito que ese es un hecho que no esperaba, el destino si que debe tener un plan muy poderoso para ti como para salvarte de una muerte casi segura- dijo con un tono divertido.
-Y yo veo que tú todavía sigues tan cómoda, como si no hubieras jugado con la vida de personas a placer- escucho la voz de ese hombre que, al igual que su hermano, dejo para morir.
-Soy una diosa, todo lo que hago es correcto y justo- respondió ella con soberbia- no es mi culpa que hayas sido tan tonto como para negar mi ayuda, la ayuda de una divinidad- dijo volteando a verlo con una sonrisa se suficiencia.
El hombre, de cabello negro largo y de ojos con heterocronía, la miro desde su lugar, sobre una roca, y apretó el objeto que estaba en sus manos con fuerza.
-¿Acaso quieres atacarme? ¿Kanon?- preguntó la figura femenina divertida al notar los movimientos y ese cosmo agresivo que provenía del humano.
Como diosa que mueve el destino, ella podía fácilmente intuir que ese humano desdichado deseaba acabar con ella.
Aunque Kanon tratara de negarlo y ocultarlo, incluso de sí mismo, en realidad era alguien muy transparente en cuanto a los deseos de su corazón.
Es por eso que lo dejo encerrado en esa prisión. Por mas que Kanon gritara que mataría a Athena y mataría a su hermano por encerrarlo, era muy obvio para cualquiera que solo hablaba de dientes para afuera.
-Tu nombre es Ker ¿no es así?- dijo Kanon saltando de la roca y acercándose a la figura femenina.
-Veo que lo recuerdas, estaba casi segura de que lo olvidarías considerando que estarías ahogándote en ese lugar- comentó como si fuera una anécdota divertida- ¿en serio planeas atacarme?- preguntó sin dejar de sonreír.
-¡Te enseñare a no meterte con hermanos como nosotros!- grito Kanon en colera atacando con el objeto de sus manos.
-No seas necio, jamás podrás herirme, soy una diosa qu...- Ker enmudeció cuando sintió un ardor en su mejilla.
No fue hasta que sintió una sensación de calor correr por su mejilla es que pudo espabilar y finalmente prestar atención en el arma con el que la atacó.
-No puede ser, ese es- dijo conmocionada al ver el tridente de Poseidón en manos de un simple mortal.
-¿Ya lo reconociste?- preguntó Kanon con una sonrisa sádica- así es niña, es el auténtico tridente de Poseidón-
Ker solo miro con horror mientras veía como una punta del tridente estaba manchado de color rojo y luego toco su herida en la cara.
Su piel ardió con el toque y su rostro se deformo cuando vio la línea de sangre.
Lo miro con odio y desprecio.
-Parece que los dioses no son tan ¿cómo decirlo? Perfectos ¿verdad?- se burló el humano mirando tambien el corte que le provoco a la diosa.
-¡Como te atreves!- grito la diosa totalmente desquiciada, tirando a la basura su imagen estoica, impávida y perfecta de diosa.
-Y veo que eso no solo aplica a las heridas físicas- comentó Kanon con mucho interés.
Al parecer los dioses no solo pueden sangrar, sino que tambien pueden ser heridos en el ego.
-¡Maldito humano!- ladró Ker fuera de control- ¡haz cometido un pecado imperdonable!-
-Ja, como si mi vida no hubiera sido ya un martirio gracias a ti- se burlo Kanon apretando la quijada- ¡esta es mi venganza niña!- grito tomando vuelo para volver a atacar, esta vez apuntando al pecho.
Tal vez eso no la mataría, tal vez si, pero igual la atacaría en ese punto.
Si era cierto que los dioses hicieron a los humanos a su imagen y semejanza valía la pena intentar atacar a donde mas dolor causaba en los humanos. Además, tenía curiosidad si esa armadura que llevaba la diosa tambien era resistente.
Aunque lo importante era hacer sufrir a esa niña tonta que jugo con la vida de su hermano, y la suya por supuesto-
El tridente choco, pero no contra su objetivo sino contra la piedra que estaba detrás de la figura femenina.
Ker se había desvanecido.
-Cobarde- dijo Kanon frunciendo el ceño mientras miraba en todas direcciones para buscarla. Esa era su oportunidad de vengar a su hermano mayor, no iba a descansar hasta tener justicia por todo el dolor que ambos vivieron. La dominación del mar y la tierra podía esperar un poco.
Por su parte, Ker se materializo a buena distancia de Kanon, pero sin perderlo de vista.
-Ese maldito- mascullo la diosa tocándose otra vez el rostro- solo te dejare vivir en esta única ocasión porque aún eres útil para mis planes- dijo chasqueando los dedos, lo que provoco que Kanon cayera desmayado.
-Disfruta el corto tiempo que todavía tienes en este mundo humano, porque en cuanto tu alma llegue al reino de mi señor Hades, me asegurare de reservarte un castigo especial para ti por haber cometido el inexcusable crimen de haber hecho sangrar a una diosa. Si crees que lo que vivió tu hermano fue horrible, no imaginas el infierno que tengo preparado para ti- eso ultimo lo dijo con tanto odio que hasta se podía escuchar como le rechinaban los dientes.
-Papillon- hablo Ker en voz solemne.
Una mariposa voló frente a la deidad.
-Vámonos a casa, no tenemos mas que hacer en la tierra hasta dentro de unos meses, cuando venga a recoger a ese desagradable humano- con esas palabras, la diosa se desvaneció en compañía de la mariposa.
Lo que la diosa que es capaz de mover los hilos del destino es que la vida del humano que la hirió no terminaría como ella esperaba, pues Athena intervino por él al final de la batalla contra Poseidón y le dio una segunda oportunidad para seguir viviendo y peleando por la Tierra.
Kanon fue el hombre que lograba escapar de los enredos que el hilo del destino tenía para él desde que nació y no se detuvo hasta que él mismo le dio fin, en sus propios términos y por sus propias razones.
Tal vez por eso es que ni muerto cayo en manos de la diosa. Su alma fue libre de ella mas allá del reino de su amo, el dios Hades.
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Y por fin termine, espero que les haya gustado.
Por favor, no olviden votar y comentar.
Los veo en otro de mis fanfics.
Hasta la próxima queridos lectores.
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