Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

꧁༒𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 5༒꧂

.❅──────✧❅✦❅✧──────❅.

Necesitaba saciar la necesidad de ser tocada por un hombre. Mi mamá siempre decía que debía entregarle mi virginidad a un hombre a quien yo quisiera con el corazón, pero la virginidad estaba en los altos estándares hoy en día.

No se trataba de nada preciado, al menos no para mí.

«Pero... si no es nada preciado, ¿por qué aún la conservas?» pensé para mi misma.

-¿Qué hacías ahí dentro? -insistió Damesse, mientras respiraba en mi oído.

-Tengo una relación secreta con el cantinero -respiré pesadamente cuando él pasó la lengua por el lóbulo de mi oreja, haciendo que apoye mi nuca en su hombro.

-Es un poco mayor para ti, ¿sabes? -indagó nuevamente, mientras corría mi cabello con su mano al otro hombro y respiraba de mi cuello, causando un hormigueo en mi piel.

-La edad es solo un número, Marco. -contesté a su pregunta.

-¿Dices que el tamaño no importa? -cambió de tema, mientras rozaba con sus labios húmedos mi piel sensible. Recordé la cantidad de miembros masculinos que había visto en Morbis Desire, pero ninguno había captado demasiado mi atención -¿O sí es importante, Corina? -volvió a preguntar en mi oído, con esa voz vibrante que hacía erizar toda mi piel.

-N-no estoy segura -respondí con mi voz entrecortada, mientras imaginaba a este hombre en Morbis.

-Responde, ¿qué hacías en un lugar como ese a estas horas? -volvió a apretar mi cintura, apoyándome contra su miembro endurecido y no pude evitar soltar un jadeo.

Apreté mis uñas en mis palmas, para evitar las ganas de tocar su cabello y saborear su piel.

Putas hormonas adolescentes.

-No me harás caer, Damesse, soy inmune a tus encantos -respondí mientras él pasaba su lengua por mi cuello y succionado una pequeña porción de piel.

-No quiero hacerte caer y yo no soy inmune a los tuyos, Corina -respondió pasando una mano por debajo de mi brazo, apoyándola sobre mi pecho y aparentándome contra él un poco más -, pero tus latidos dicen que no te falta mucho para caer.

Un sonido de sirena, me hizo recobrar la cordura rápidamente y Damesse se detuvo con sus movimientos, volteando el rostro para ver quien había interrumpido el calentamiento y yo agradecí a la patrulla policial.

-Es mi hermano, ¿qué carajos hace aquí? -murmuró, mientras quitaba sus manos de mi cuerpo -, ve a casa que yo lo arreglo -informó mientras se bajaba de la motocicleta y luego yo repetí su acción.

Sin mirar atrás, caminé el poco trayecto hasta casa, pasando por el portón y atravesando el jardín, mientras esquivaba el agua de los aspersores.

Puse la llave de la cerradura, mientras los rayos de luz atravesaban el cielo parcialmente soleado.

-¡ASÍ TE QUERÍA AGARRAR! -gritó mi tía Magda, haciéndome pegar un salto del susto mientras entraba al recibidor.

-¡TÍA! -saludé eufórica, mientras quitaba mis manos del pecho luego del susto -¡Estás guapísima! -hablé mientras me acercaba a ella para darle un abrazo de bienvenida, su perfume dulce invadió mis fosas nasales y su perfecta forma física me impresionó.

-Gracias, hija -agradeció ella, abrazándome de lado -. Acabo de llegar, tus padres dijeron que saliste con tus amigos -comentó mientras me dejaba muchos besos de lápiz labial marcados en mi mejilla.

-¿Y tu media naranja? -pregunté buscando detrás de ella a su futuro esposo -, no me digas que ya te separaste. -pregunté con burla, entrecerrando los ojos mientras me alejaba con una expresión dramática.

-No seas bruja, Corina -respondió dándome un golpe en el hombro -, él vendrá con sus maletas cuando salga del trabajo -informó ella, mientras iba a su maleta.

-Muero por conocer a mi futuro tío, tendrá que tener mucha paciencia porque pienso hacerlo pasar por la prueba de fuego esta noche -respondí con malicia, mientras me ganaba una mirada reprobatoria de Magda.

-Toma -dijo colocando delante de mí una caja -, ¡Feliz cumpleaños, hermosa!

Sonreí y le di un abrazo en señal de agradecimiento. Abrí la caja y dentro me encontré con unas botas.

-Tía estas son... -dije sorprendida, al ver el último modelo de las botas para correr en motocicleta.

-Sí, son esas que me dijiste la última vez cuando hablamos de eso y las compré en mi último viaje -respondió con un atisbo de tristeza, mientras yo cerraba la caja y la hacía a un lado.

-Tía, ¿qué te hace creer que tienes que dejar de viajar? -pregunté recordando lo feliz que era ella con su hobby.

-Es hora de sentar cabeza, Cori, ya no soy joven -respondió ella con una sonrisa - y este es el indicado.

Miles de cosas cruzaron por mi cabeza, pero principalmente me preguntaba por qué debía abandonar lo que más le gustaba solo por complacer un estereotipo infligido por sus antepasados.

-Si fuera el indicado, debería acompañarte en tus sueños -respondí, mientras me sacaba los zapatos para andar descalza.

-No es por él -contestó suspirando -. Tiene un buen trabajo ahora en la ciudad y no voy a detenerlo, como tampoco me detiene a mí, pero debo establecerme -respondió con una sonrisa que le marcaba unas pequeñas arrugas en sus mejillas -date una ducha y baja a desayunar, por ser tu cumpleaños deberás contarme ¡TODO!

Luego de una pequeña conversación, corrí a mi habitación para darme una ducha y mientras me daba un baño, me preguntaba por qué sonaba mejor cantar en la ducha, que en cualquier otra parte de la casa. Como así también él por qué de destapar los bailes exóticos mientras me aclaraba el shampo, pero me creía una diosa del baile erótico mientras de fondo sonaba alguna canción interpretada por Michele Morrone.

Volví a la cocina ya vestida con la ropa más vieja que había encontrado en el armario, que casualmente era la más cómoda de todas.

Desayuné con mi tía que se encontraba en la cocina, vestida con ropa deportiva. Me sorprendía como con su edad, tenía la vida activa, se veía tan linda y joven.

-¿Estás lista para esta noche? -preguntó mientras le daba un sorbo a su café -, tu mamá preparo una verdadera fiesta ahí fuera -informó señalando el patio trasero con un gesto de cabeza.

-Nunca estoy lista para estas fiestas -contesté con mal humor -. Por cierto, ¿y mi madre?

-Salió con tu padre cuando yo llegué -afirmó mientras yo miraba la notificación que acababa de llegar a mi móvil, las personas publicaban felicitaciones en mi perfil de Facebook e Instagram -, yo también voy a salir -informó poniéndose de pie -va a venir más tarde mi futuro esposo a traer sus cosas, si estás aquí ¿Podrías abrirle?

-Por supuesto, tía -asentí -aquí estaré.

Magda salió por la puerta delantera, mientras yo me recosté en el sofá a "descansar" la vista, la consecuencia fue que me quedé dormida por al menos unas tres horas.

Desperté con el sonido del timbre del portón delantero, con mi cabello desordenado y un hilo de baba en mi mejilla.

-Maldita sea -maldije al recordar que vendría mi futuro tío. Marqué el botón para desbloquear el portón de entrada y corrí al espejo en la pared junto a la entrada para acomodar mi pelo y limpiar mi baba.

Pronto el timbre de la puerta principal volvió a sonar, haciéndome irritar. Coloqué bien mi camiseta desgastada y me apresuré a abrir la puerta.

-Lo siento, me dor... ¿Damesse? -mi sorpresa y disgusto se plasmó en mi rostro al ver a Marco con maletas a sus lados, apoyando su trasero en la barandilla detrás de él.

-¡Sorpresa! -habló, con su habitual sonrisa varonil y sexy, recorriendo mi cuerpo con sus ojos.

-Estoy ¿so-sorprendida? -pregunté, mientras él tomaba las maletas y yo me apartaba de la puerta.

-No te lo esperabas, ¿Verdad? -soltó las maletas en la entrada, luego de pasar y deambular con la mirada mi casa.

-Por supuesto que no me esperaba que el futuro esposo de mi tía, sea quien hace unas horas me estaba tocando -repliqué con enojo mientras cerraba la puerta y me alejaba.

Él volteó y me miró con regocijo.

-Creo que estas... -dijo acercándose a pasos lentos cuando me detuve -confundiendo las cosas.

Paró justo delante de mí, su camiseta negra se adhería a la perfección a su torso, mientras me observaba con atención.

-No estoy confundida, no puedo creer que haya dejado que mi futuro tío me toq...-antes de terminar con mi parloteo, Damesse me silenció mis labios con su estúpida forma de hacerlo, tapando mi boca con sus manos.

-No soy tu futuro tío, Corina, soy cuñado de Magdalena -informó mientras destapaba mis labios y miraba mis ojos -. Solo estoy haciéndole un favor a mi hermano.

No pude evitar dejar ir un suspiro de alivio.

-Gracias a Dios -dije con mi cuerpo más relajado, mientras me alejaba de él y caminaba hasta el sofá -, por poco pensé que su futuro esposo la engañaba conmigo -sonreí con alivio.

-Algo me dice que estás aliviada -notó en mí la felicidad que me daba la noticia, no yo sabía que podía hacerme tan feliz.

-Por supuesto, mi tía no merece a alguien que la engañe -declaré mientras me acercaba a la escalera -. Vamos, te muestro donde dejar esas cosas -avisé mientras él tomaba las maletas y se acercaba.

Señalé la habitación contigua a la mía, en la que se hospedaría mi futuro tío con Magda y dejó todo junto a la cómoda.

-¿Esta es tu habitación? -preguntó señalando la puerta cerrada.

-No, esa habitación es de mi hermana gemela que está recluida -sonreí con diversión.

Él caminó dos pasos, acercándose a la barandilla y apoyándose en ella.

-Dos como tú...-murmuró desviando su vista a la puerta -eso sería sexy.

Otra vez esa bendita sonrisa.

-Bueno, ella tiene una deformación y por eso está recluida y no sale -repliqué con una sonrisa, mientras me acercaba a él -. Y estoy segura de que ella tampoco estaría interesada en vos.

-¿Por qué no me das una oportunidad? -preguntó con su rostro serio, mientras mantenía sus brazos apoyados en la barandilla.

-Demasiado grande para mi gusto -sonreí sin apartar mis ojos de los suyos.

-Pensé que la edad era solo un número, o... ¿Te refieres a que sería demasiado grande para ti? -preguntó con descaro.

-Me refiero que a tu edad, pasaste por muchas cosas que yo no he experimentado aún -contesté dejándolo con sorpresa -y no quiero perderme nada por atarme a una persona -continué, recordando como mi tía dejaba de hacer lo que más le gustaba, solo por complacer a personas que ya ni siquiera existían.

-Buena respuesta -declaró, enderezándose -, pero no me conoces, ¿por qué piensas que yo voy a prohibirte hacer algo?

-Justo es eso, Damesse, no te conozco -caminé para bajar las escaleras y cuando estuve a punto de bajarlas, Marco habló en mi oído.

-Una carrerita, el que llegue abajo primero gana -declaró bajando a toda velocidad, haciendo que yo lo siga de cerca.

Cuando estuve a punto de pisar el ante último escalón, resbale y los brazos de Marco me detuvieron casi cuando estuve por tocar el suelo con mi rostro.

Sus brazos me rodeaban y sus ojos penetrantes, me observaban.

-Putos libros de Wattpad -murmuré -así comienzan todas las historias de amor -declaré con molestia.

-¿Sí? -preguntó con su encantadora sonrisa -, ¿Y cómo terminan?

-Tendrías que solt...-antes de que termine de hablar, él me había dotado y corría rápidamente para la puerta de salida mientras reía audiblemente.

-¡La pagarás, Marco Damesse! -bramé mientras corría a toda velocidad para atraparlo.

-¡Eres muy lenta, Corina! -gritó mientras subía a su motocicleta y la encendía, yéndose a toda velocidad.

-Lindo atuendo para andar por el vecindario -habló mi mamá detrás de mí haciéndome asustar.

-Hay madre, había un maleante en la casa -dije dramáticamente mientras caminaba a la entrada con mi madre a mi lado.

-No seas tonta, es el hermano del prometido de Magda -informó ella, sin entender mi broma.

Lo bueno de mis padres era que jamás juzgaban a las demás personas y tampoco se creían mejor que otros solo por ser adinerados. Simplemente, aceptaban mis amistades y al resto de las personas.

-Entró a robarme, ¡lo juro! -insistí actuando mientras mi mamá me daba un abrazo de lado y me daba un beso en la coronilla.

-Felices dieciocho, hija -felicitó mamá, mientras atravesamos la sala e íbamos al comedor donde se sentía un aroma rico.

-¡Pastel de papas! -grité eufórica cuando vi lo que habían servido -contratar una chef Argentina fue lo mejor que hicieron, madre -declaré tomando asiento.

-Bueno... ¿Y esta noche a quienes invitaste? -preguntó con curiosidad mientras se llevaba el tenedor a la boca.

-A los de siempre, ma -informé -. André y Pam -ella asintió con duda -, ¿Qué pasa? -indagué con la boca llena.

-Corina Mostrangelo, ¡tus modales! -habló con un atisbo de sonrisa.

-¿Qué pasa, mamita linda? -volví a preguntar cuando tragué.

-Ya tienes dieciocho, sabes que si tienes novio o algo así podrías contármelo, ¿verdad? -interrogó mientras yo asentía.

-Voy a empezar la universidad, no tengo tiempo para pensar en novios o "algo así" -respondí imitando su tono en las últimas dos palabras.

Ella solo asintió con algo de duda, mientras terminábamos de almorzar y yo me despedía para ir a mi habitación.

Caminé hasta mi móvil y busqué información en Internet de clases para dominantes, quería estar informada de como se hacían las cosas porque tenía claro de que quería volver a ver al hombre que estaba de rodillas frente a mí, pero también quería información de lo que se debe y no hacer en un momento con el sumiso.

Había una clase para el día siguiente, en la tarde, hice el pago de la cuota por clase y dejé el móvil sobre la cama para prepararme para la noche que me esperaba.

Quién iba a decir que esta noche sería de pura sorpresa, como un regalo caído del cielo, o una maldición salida del mismísimo infierno.

Cuando él atravesó la entrada de casa, sentí como se paralizaba mi sangre.

.❅──────✧❅✦❅✧──────❅.

~ sǝʇuǝɹǝⅎᴉp sǝsod uǝ ouᴉƃɐɯᴉ ǝʇ ɐun ɐpɐɔ uǝ ...sɐʅʅǝɹʇsǝ sɐʅ ɐʌɹǝsqO ~

.❅──────✧❅✦❅✧──────❅.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro