🌿Todo por ella🌿
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Hola chicxs amantes del Levihan ¿Cómo se encuentran? Voy les vengo con un pedacito de infancia entre estos dos.
Sin más preámbulos disfruten la lectura ✨
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Hanji era una pequeña niña de 8 años, un poco rebelde y muy curiosa, ella quería saber toda la información que su aún pequeño cerebro pueda captar.
Actualmente se encontraba en el recreo dibujando a un insecto que había encontrado en el patio de su colegio, nunca antes lo había visto y se había quedado maravillada con los llamativos colores de este mismo.
- Seguro papá me ayude a saber qué tipo de bicho es este - Se dijo para si misma la niña con una gran sonrisa en su rostro, mientras comenzaba a hacer más detalles en el dibujo.
Comenzó a anotar en el dorso de la hoja el comportamiento y los datos que había recolectado del insecto y luego comenzó a dibujarlo desde otra perspectiva, un poco más difícil.
Cuando estaba en la parte más complicada del dibujo una pelota de tela se estrelló en su cuaderno lo cual hizo que el mismo volara de sus manos para caer al suelo, llenándose de lodo y arruinando todo lo que había hecho.
- Hey tonta - Se escuchó de sus espaldas y Hanji con una expresión enojada en su rostro volteó para observar al propietario de esa pelota.
- Si, vos rarita - Acotó otro niño a su lado - Podés hacer algo bueno por tu vida y pasarnos el balón.
Hanji enojada suspiró y recordó lo que le había dicho su padre.
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✨Flashback✨
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-¿Y esos rasguñones Hans? - Preguntó el hombre arrodillado junto a la castañita mientras limpiaba su mejilla con un trapo húmedo y desinfectante.
- Fueron de nuevo esos niños - Respondió enojada mientras su expresión se volvía sombría y se paraba bruscamente - La próxima vez que los vea voy a darles un buen puñetazo en la cara. Para que aprendan a no molestar a Hanji Zöe.
- No Hanji - Exclamó el castaño tomando los hombros de su hija haciendo que vuelva a sentarse - Por más malos y desesperantes que sean, incluso si son unos despreciable seres humanos y no tengan ninguna razón para molestarte, vos no tenes que golpearlos.
-¿Por qué? - Preguntó con un puchero en sus labios la niña.
- Porque eso significaría que te estás rebajando a su nivel, vos sos mucho mejor que ellos y no tenes porque golpearlos.
-¿Entonces qué tengo que hacer para que no me molesten?
- Simple, ignoralos o hace como que no existen - Habló con una sonrisa el mayor - Vas a ver qué se aburren y no te molestan más.
- Esta bien, voy a intentarlo.
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✨Fin Flashback✨
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Tomó entre sus manos la pelota, se la arrojó a los niños para que pudiesen seguir su juego y volvió su vista hacia su ahora arruinado dibujo, se arrodilló junto a su cuaderno y lo tomó con el dedo pulgar e índice, quitando la mayor cantidad de lodo que podía.
Estaba tratando de alejar su enojo e impotencia al no poder hacer nada contra esos niños cuando de pronto sintió un fuerte golpe en su cabeza.
El golpe fue tan fuerte que la hizo caer hacia adelante, estrellando su rostro contra el barro y entre tanto revuelo el insecto que la niña estaba investigando se fué.
- Uy, perdón, fallé al arco - Dijo entre risas uno de los niños y el otro soltó una sonora carcajada, tomándose el estómago en el proceso.
- Yo creo que eso fue mejor que darle al arco.
La niña se limpió un poco el lodo del rostro y observó aportando sus labios los lentes en la tierra, toda esa mala suerte más hasta de hacerla sentir mal y excluida incluso llegaba a darle risa entonces comenzó a reír bajito mientras lágrimas caían de sus ojos.
Comenzó a temblar levemente mientras llevó sus manos a su cara y seguía riendo entre llanto aún sin levantarse del piso.
- ¿Que le pasa? - Preguntó completamente confundido el niño mientras se rascaba su nuca frenéticamente.
- Creo que se está riendo, a ver, vallamos a ver qué le pasa - Habló su compañero con una sonrisa triunfal y los dos se acercaron hasta la pobre Hanji que continuaba sollozando a risas - Hey rarita, ¡estás loca!
Y al escuchar eso Hanji se paró y volteó enfrentando a los dos niños, tenía toda la cara cubierta de restos de lodo y lágrimas cayendo por sus mejillas, sin mencionar que su frente se encontraba roja por el fuerte impacto contra el suelo.
-¿Cual es su problema conmigo? - Preguntó la castaña tratando de que su voz no salga rota.
Ella no lo entendía, su padre le había dicho que se iban a aburrir de molestarla, pero pasaba el tiempo y esos chicos seguían molestandola tan solo por hacer lo que a ella le gustaba, eso la hacia enfurecer y no podía simplemente quedarse callada.
-¿Que cual es el problema? Fácil, no lo hay - Habló feliz uno de los niños burlándose y mirando arrogantemente a la pequeña - Tan solo es divertido ver cómo sufren los raritos como tú ¿Verdad?
Y volteó a ver al otro niño, dándole la palabra, este estuvo a punto de responder cuando un puño se estampó en su cara, lo cual lo hizo volar al suelo un par de metros.
El primer niño se puso en guardia y creyendo que había sido la castaña quien golpeó su compañero volvió a mirar hacia adelante notando la expresión sorprendida de esta misma y cuando quiso ver a su amigo otra vez sintió una fuerte patada que lo tiró al piso.
Miró hacia arriba buscando a quien lo había tirado encontrándose con la mirada intensa de otro niño, este tenía el cabello azabache y desordenado, y los ojos rasgados, luego de poder mirarlo bien vió como este pasó una pierna por encima de su torso sentándose sobre él de manera que podía observarlo de frente.
Y después de eso, sin darle tiempo a reaccionar el chico misterioso comenzó a golpearlo sin tener en cuenta que el otro bully vino por atrás e intentó ahorcarlo pasando un brazo por su cuello.
El niño azabache reaccionó a la velocidad de la luz y revoleó por encima suyo al chico tirándolo fuertemente en el suelo también.
Se paró y se sacudió sus prendas para después observar sin expresión a los dos niños en el suelo - Espero que eso les enseñe a no molestar a los demás - Habló firmemente y se arrodilló al lado de los dos niños que habían comenzado a llorar por el dolor de sus golpes y el haber sido humillados por un desconocido.
-¿Les gusto eso?- Preguntó el azabache con ironía y mirándolos con desprecio, los bully's negaron repetidamente - Entonces no hagan lo que no les gusta que les hagan a ustedes porque algún día va a venir alguien más fuerte y los va a lastimar como yo lo hice ¿Entendieron?.
- Si sí, lo sentimos, lo sentimos mucho.- Se disculparon los niños mientras lloraban escandalosamente.
- No los quiero ver molestando de nuevo a esta niña ni a nadie más porque puedo darles una golpiza otra vez.
Después de amenazarlos miró a los alrededores probablemente asegurándose de que nadie haya visto la escena que se había formado y sin ni siquiera esperar una respuesta de la niña a la que acababa de salvar o incluso asegurarse de que se encuentre bien, el defensor de Hanji comenzó a caminar alejándose del lugar.
Al ver esto la castaña reaccionó y corrió hasta el azabache agarrando su mano y haciendo que el mismo se volteara en su lugar para observarla. Sus miradas se cruzaron y la niña con un leve rubor en sus manchadas mejillas tomó ambas manos del chico.
- Tus manos están lastimadas - Afirmó mientras con sus pequeños dedos tocaba los nudillos lastimados del azabache - Dejá que te cure - Pidió la niña y sin esperar una respuesta de parte contraria arrastró consigo al niño llevándolo dentro de la institución.
Llegaron a lo que ante los ojos del niño parecía ser un salón de clases y Hanji le indicó sentarse en una silla del lugar, el obedeció y se sentó junto a un banco que estaba un poco apartado de los demás.
La niña sacó de una mochila alcohol y unas vendas para poder cubrir los nudillos lastimados del niño, se arrodilló frente a él y comenzó a lavar las heridas con una servilleta que guardaba en su bolsillo.
De pronto sintió una caricia en su mejilla y levantó la mirada sorprendida, ahí fue cuando vió que el chico estaba pasando un pañuelo por su rostro suavemente.
- Aún tenés lodo - Le dijo y continuó con su tarea, haciendo que la niña sintiera sus mejillas enrojecerse.
-¿Nos conocemos de algún lado? - Preguntó ella mirándolo y el azabache negó guardando su pañuelo.
- No, es que ví que estaban molestándote y tuve que hacerlo - Anunció mirando a su mano que estaba siendo atendida y frunció el entrecejo - No soporto a esa clase de personas.
- Gracias por defenderme - Agradeció ella con una sonrisa sin apartar la vista de esas pálidas manos para poder terminar de vendarlas lo más rápido posible, por más que este disfrutando la presencia de un completo desconocido no podía usar eso como excusa para que se quede. De seguro tiene mejores cosas que hacer, pensó ella.
- No agradezcas - Habló el azabache y se levantó de la silla girando su muñeca y mirando con una pequeña sonrisa de lado sus ahora vendados nudillos - Gracias por esto, no era necesario.
- No hay de qué, es lo menos que podía hacer - Anunció la pequeña al mismo tiempo que se acercaba al chico y lo miraba cuestionante - ¿De qué clase sos?
- Ninguna, no estudio aquí - Afirmó y se volteó comenzando a caminar hacia la salida - Defendete de esos niños, de seguro no te molestan por un tiempo, pero volverán y no voy a estar siempre para golpearlos, tenés que ser fuerte - Aconsejó aparentando no estar preocupado y abrió la puerta dispuesto a volver de donde vino.
- Espera. ¿Cual es tu nombre? - Preguntó la niña envuelta en la curiosidad y atrapada por los hipnotizantes ojos celestes de ese niño, tal vez podrían volver a verse.
- Levi, solo Levi - Dijo y luego se fué sin aclarar ni agregar nada más cerrando la puerta tras de sí.
La castaña se quedó anonada por el aura de seguridad y misterio de ese niño y aún con la clara imagen de el chico en su mente recordó su cuaderno y volvió corriendo al lugar donde había dejado este y sus lentes.
Los dos niños ya no estaban, pero sus cosas sí, tomó los lentes limpiandolos lo mejor que pudo y agarró su libreta buscando una hoja blanca para comenzar a bocetear una figura humana.
Con el paso de los minutos una imitación del niño azabache comenzaba a aparecer en esa hoja, lo más recalcado en esa ilustración eran sus claros ojos rasgados, su mirada penetrante, su expresión tan característica y ese cabello azabache que lucía tan rebelde junto con esa fría aura.
No había quedado como la castaña lo había imaginado pero el tan solo ver el dibujo del chico le hacía volver a ese momento en el que salvajemente apareció y comenzó a golpear a los bravucones como si no hubiera un mañana, con el único fin de defenderla a ella.
Anotó su nombre con la mejor caligrafía que pudo y sonrió ante su obra maestra, Levi, es un lindo nombre y sin duda lo definía a la perfección. Solo quería volver a verlo nuevamente para poder devolverle el favor algún día.
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Bueno gente bonita, hasta acá el one shot de hoy. Dígame ¿Que les pareció?
El próximo que suba será uno en dos partes ya que me quedó bastante extenso. Aún estoy viendo los detalles y arreglando la redacción.
Recuerden que si tienen alguna idea para que escriba o algún momento que se les pase por la cabeza de ellos, ustedes avísenme.
Recuerden comentar y votar para que hayan más partes, sus opiniones siempre me animan a continuar 😊✨ los amo ❤️
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