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Capítulo 9

Los pasos del caballero resonaban por todo el pasillo con un eco metálico durante su rutina de escolta, parecía estar preocupado. Hace tan solo unas horas había regresado a la capital de Clastinia un escuadrón de la caballería real con el cadáver del joven rey, el último héroe de los humanos. La caballería Cruzó a través del rastrillo de la muralla del palacio hasta las proximidades de una de las escalinatas, enseguida el sonido de los cascos de las monturas resonaron cerca del pórtico, levantando la arena tras ellos. La emperatriz Clorodoci fue la primera en recibir a su hijo fallecido cuando fue llevado hasta el interior del edificio y sus manos tocaron de forma instintiva la piel pálida de su rostro.

- Durante mucho tiempo los hijos de la casa de Beneduss han luchado con devoto contra la raza de los mestizos, y ahora parece que nos ha abandonado.- Musitó con la voz desgarrada por el dolor de la pena acumulándose en el pecho, sus ojos vidriosos y enrojecidos por las lágrimas contemplaban la inexpresiva mirada del joven humano que yacía entre sus brazos, tumbado e inmóvil, y con un suspiro cargado que acabó en un sollozo llevó las manos sobre los párpados para cerrarlos con las yemas de los dedos.

Finalmente había sucedido lo que toda la corte temía, ella no quería aceptarlo, pero era demasiado tarde. Un guerrero valeroso y con un perfecto dominio en el manejo de la espada no podía morir, no tan pronto, no de esa manera. Era reconocido por traer victorias a los reinos humanos con la ayuda de sus tropas, pero lo que realmente le daba el título de "Héroe" fue el hecho de dar caza a la Corva que se refugiaba en los páramos de los picos helados de Eaglorn, cuando el sequito de mestizos que defendía la torre de su rey traidor todavía no había enloquecido y transformado en los Yutrox que ahora lo moran. Al alzar la vista, vio los restos de la armadura destruida que apenas cubrían su cuerpo, promesa de alianza entre los humanos y Beneduss, el dragón de las cinco garras.

- Murió con honor, luchó hasta el final contra los mestizos.- Señaló uno de los caballeros que había traído llegado junto al escuadrón

- ¿Con qué derecho reclamaron la vida de mi hijo defendiendo lo que le pertenece, tierras levantadas y defendidas por nuestros padres y para nuestros descendientes?

El caballero no respondió y se limitó permanecer cabizbajo antes de retirarse con el resto de los soldados. Pronto fue sabida la noticia por los reyes humanos de Leunos y aquel día dejaron encendidas las hogueras en lo alto de los reinos

El joven caballero volvió en sí cuando oyó el rechinar de la puerta al abrirse y la princesa Zoe se había asomado tímidamente por el respaldo de la puerta de su habitación. La joven llevaba encerrada en sus aposentos durante varios días seguidos debido a sus estrictos estudios y todavía no sabía la noticia de la muerte de su hermano, tenía las palabras en la boca pero no se atrevía a compartírselas, ya que ella compartió muchos momentos de su vida con su hermano y se vería muy afectada.

- Deja de hacer ruido, me estás desconcentrando y no puedo leer con calma.- ordenó la joven con voz de disgusto.

- Disculpe mi señora.- Respondió el caballero y de forma inmediata se plantó de espaldas a ella para montar  guardia frente a su habitación. – ¿A mi princesa le gustaron los libros que me pidió?

- Son realmente interesantes.- Respondió Zoe todavía inclinada junto al marco de la puerta. –Creo que estoy descubriendo algo grande.- Habló aún más bajo mientras contenía una repentina emoción, y vigilando si alguien se acercaba aun sabiendo que su guardián lo notaría primero, abrió un poco más la puerta para mostrar un libro de cuero maltrecho con extraños grabados en la portada que más que letras parecían símbolos. – El lenguaje antiguo de los monarcas novicios es enrevesado y hace parecer cada frase como un acertijo, pero finalmente creo que estoy descubriendo el misterio que rodea el mestizaje.-

Al escuchar aquello, el caballero no pudo evitar desviar brevemente la mirada hacia el libro y por un momento vaciló de nuevo por contarle la dura noticia, ya que aquel libro que le trajo fue uno de los tesoros que su hermano trajo del territorio de las corvas.- Le pido que tenga cuidado, algunos de los libros que me pidió traer del archivo prohibido vienen de los dominios de la torre que conquistó su hermano.

- Solo hago lo que ninguno de los escribas ni hechiceros del palacio se han atrevido a llevar a cabo.- Replicó frunciendo el ceño.- Creen que es suficiente con guardar los libros bajo llave, pero solo hacen que acumulen polvo mientras los años pasan y siguen insistiendo que la solución sigue siendo el exterminio.- Añadió con un brillo de pena en su mirada.-Debe haber otra manera, sé que la hay, pero solo necesito tiempo.-

Aquello entonces despertó la piedad en el corazón del caballero, y a pesar de que la preocupación y la duda divagaban entre sus pensamientos, quiso respetar la decisión de su princesa y solamente asintió en silencio. – Confió en que así será.-

Zoe sonrió a su caballero, dejando el libro a un lado para abrazarle, y descansando su rostro sobre el material metálico de su armadura, solo llegó a decir: – Gracias por apoyarme, Asgard.-

El caballero la correspondió acariciando sus cabellos. Recibió aquel afecto como si fuera el primero, ignorando por un momento todas sus preocupaciones que como guardián tenía a cargo.

- Dile a mi madre Clorodoci que no iré a más fiestas de gala.- Señaló repentinamente- Quiero pasar más tiempo con mi hermano porque él se pasa demasiado tiempo en el bastión con los soldados.-

Aquellas palabras le hicieron un nudo en la garganta y ocultó su tristeza bajo la capa de hierro de su casco y el intentando decir algo tartamudeó. 

- Es que  ya estoy cansada de que me presente candidatos para llevar a cabo un matrimonio contra todo pronóstico.- Añadió de sopetón. – No soportaré que me llamen la esposa del rey cuando nací para ser reina. Además, no me siento a gusto si tampoco no estás cerca.-

- Así será, mi señora.- Respondió el caballero

La joven humana asintió sonriendo, y cerró la puerta frente a ella con un suave chasquido, dejando al caballero con las palabras dando vueltas en su cabeza.

                                                                                               . . . . . . .

Aquella misma tarde, cuando el caballero acabó su guardia, se dirigió hacia la sala del trono de la emperatriz para comunicar la decisión de la princesa, pero durante su llegada escuchó una fuerte discusión entre la emperatriz y los miembros de la corte, y prefirió quedarse al margen junto a los guardianes que rodeaban la sala.

- ¿Por qué el rey fue a una ubicación tan peligrosa? Nunca se había alejado tanto de las fronteras del reino- Replicó uno de los miembros de la corte-

-Alguien le guió hacia una trampa mortal y fue víctima de una emboscada organizada por las Corvas y el resto de los blasfemos de Suneuss.- gritó uno de los presentes mientras se alzaba de golpe. –

- ¿Pero quién le daría esa clase de información? ¿Acaso los exploradores han abandonado su lealtad al reino?

- ¡Hay traidores en nuestras filas!- Interrumpió una voz entre los miembros de la corte que desató la ira y el miedo, lo que inmediatamente causó que todos los presentes hablaran entre ellos.

Finalmente alguien de los presentes al estallar en cólera empujó hacia el centro de la sala a un soldado con aspecto malogrado, él tropezó a punto de caerse, pero logró mantenerse de pié a tiempo, su armadura estaba llena de golpes y rasguños y sus ojos asustados recorrieron la sala y miraron a los presentes reflejando la mirada de las mil yardas. – ¡Tú fuiste el único superviviente de la emboscada, debes ser el culpable de todo esto!

- ¡Por Beneduss, mi lealtad siempre ha estado firme! Ni siquiera sé cómo permitieron que yo siguiera con vida. – Exclamó el caballero al borde de la desesperación.- Cuando escapé llevé el mensaje al reino lo antes posible para avisar a los guardias.- Informó con pesadez- Y al regresar junto al batallón al lugar de los hechos, las Corvas ya no estaban. Solo tuvimos que traer a los cuerpos de vuelta... -

- ¡Hablas como un traidor que ha sido descubierto!- Exclamó otro de los caballeros al tanto que desenvainaba su espada al mismo tiempo que los presentes entraron en escándalo exclamando. – Muerte al traidor.-

- ¡Cerrad la boca!- Exclamó la emperatriz Clorodoci mientras se levantaba de golpe del trono, entonces un profundo silencio se hizo presente en la sala, porque los presentes que se encontraban allí quedaron asustados.- Yo soy Clorodoci, hija de Leonard, señora de Clastinia y dirigente de todas las tierras de Leunos, y vosotros sois la caballería real de la casa de Beneduss, comportaos como tal y dejad de faltar al respeto al lugar que estáis pisando.- Añadió con cólera desatada.- Antes de seguir buscando a dedo a un culpable, tendremos que comenzar con las investigaciones, porque si no, no quedará nadie en esta sala.-

En mitad del silencio, el capellán Kenar entró de golpe a la sala real y descolgó por encima de todos los presentes, cuando llegó al centro del recinto, ausente de la discusión que se estaba llevando a cabo, saludó a la emperatriz con una reverencia y mientras que su cabeza ascendía hacia arriba, dijo: - El traidor no se encuentra en esta sala.- y diciendo esto sacó del interior de su ropaje una mano cercenada que lanzó al suelo. – Desde un principio se me hizo extraña la información que el cuerpo de exploradores había entregado al rey, y que este la tomara por verídica tan deprisa.- Señaló mientras daba vueltas alrededor de la sala mientras quienes se encontraban en ella no le apartaban la mirada. -Después de la tragedia yo empecé a ver todo esto como traición, así que reuní a mis mejores hombres y tomé cartas en el asunto. – Añadió mientras se cruzaba de brazos.- Y sin avisar a nadie porque de alguna manera no quería alertar al traidor, investigué a cada representante de las legiones que está aquí presente, y os puedo asegurar que en esta sala no hay traidores.-

Haciendo una pausa, dirigió la mirada a la emperatriz.- Luego hablé con los miembros de la nobleza que tenían algún contacto con aquella ubicación, y no hallé indicios. Fue el cuerpo de exploradores en donde encontré muchas sospechas, así que finalmente los junté a todos, y empecé a pasar lista, obligando que todos se quitaran los cascos y las armaduras, pero había uno que no me encajaba. - Indicó quedándose quieto manteniendo la mirada clavada en el suelo.- Su nombre no estaba en la lista, y cuando empecé a interrogarle, el intentó ponerse de pie, así que mis hombres y yo lo sometimos, queríamos saber quién era él y que hacía entre nosotros si su nombre no estaba en la lista. Todo pintaba muy raro, hasta que vi algo extraño en sus uñas, un color que se me hizo familiar.- Especificó mirando la extremidad que yacía en el suelo.

- Hace muchos años antes de ser capellán de asesinos de mestizos, fui enviado junto a una escolta pequeña a proteger un pueblo, resumiendo, en este pueblo, hubo una familia cuyo patriarca desapareció por razones misteriosas por mucho tiempo, de un momento a otro el patriarca regresó. Él se comportaba de manera extraña, ya que no recordaba el nombre de su esposa ni de sus hijos, era escriba, así que dudé de que tuviera problemas de memoria, cuando lo acorralamos con nuestras preguntas, cada vez que le interrogábamos, sus palabras sonaban más dulces en nuestros oídos, como si nos estuviera convenciendo con su coartada, pero vi algo raro en sus uñas, y a lo que le pregunté, porque tenían ese color, se sintió muy acorralado y cambió su forma a una Ninfa. Torpemente intentó atacarnos, pero fue abatido. Aquellas uñas que vi ese día son las mismas que vi en ese miembro de exploradores, así que mi señora, caballeros, no había traidores en nuestras filas, solo sucia sangre corrupta.

Tras unos segundos de silencio, la tensión se extendió en el ambiente hasta que uno de los dirigentes de las legiones se saltó a exclamar.

- ¿Insinúas que nuestros hombres no son lo suficientemente capacitados para retener a esas alimañas mestizas?- Refutó con indignación

- Yo no insinuo nada, caballero superior, solo descubro los hechos, por eso estoy aquí. Mientras vosotros estáis en la comodidad de Clastinia yo hago el trabajo sucio de mantener a raya a la sangre corrupta de ahí fuera que mora y se arrastra por el fango. – Criticó duramente.- Después del letargo de Beneduss hace 400 años, salió del subsuelo una primera generación del mestizaje conocida como los "titanes" de entre 3 y 4 metros de altura, sospechamos que esta generación proviene de un reino subterráneo desconocido para nosotros. Lograron conquistar por sorpresa al reino humano de Verossa, y luego lo llamaron Olgan. Años más tarde muchos de ellos se adaptaron a nuestra raza, siendo la basura que conocemos hoy en día. En este momento tienen grupos de resistencia reunidos contra nosotros y una horda que sigue creciendo.- Informó acercándose a él hasta pararse en frente suya- Y cuando sus fuerzas armadas estén lo suficientemente preparadas, atravesarán nuestras fronteras y atacarán los reinos.- Explicó, haciendo seguidamente una breve pausa, vio entonces que el caballero no respondió y el suspiro que salió de su boca se profundizó mientras desviaba la mirada al resto de los caballeros presentes - ¿Ahora yo os pregunto, realmente estáis lo suficientemente capacitados para retenerlos?

Una pesada pausa se hizo presente, las personas a las que se dirigió Kenar quedaron igualmente sumidas en un absoluto silencio. Pero para sorpresa de todos, un grito desgarrador proveniente del superviviente a quienes todos habían acusado hace unos segundos había roto el silencio, aquel hombre se retorcía sobre sí mismo de dolor mientras empujaba a un lado a quienes encontraba en su camino y poco a poco sus gritos de dolor se tornaban en chillidos agonizantes. Todos los que se encontraban cerca de él se apartaban rápidamente, menos Asgard, que fue el único que se atrevió a ayudarle.

- ¿Qué es lo que te pasa? – Preguntó con la ligera esperanza de recibir una respuesta conforme le tendía la mano.

El hombre, presa del dolor y del pánico se abalanzó sobre él hasta el punto de casi tirarlo al suelo, durante unos angustiosos segundos después de intentar mantenerlo erguido, Asgard se percató de que en la piel de aquel tipo se asomaban unas venas profundamente oscuras que escalaban hasta el cuello, sus ojos se habían ennegrecido hasta el punto de cubrir las escleróticas, y con un último grito de muerte terminó desplomándose entre sus brazos.

Los presentes no daban medito a lo que acababa de ocurrir, cuando Asgard tumbó al hombre fulminado en el suelo él tampoco entendía nada, ya que al igual que el resto de presentes también estaba confundido, pero mientras dejaba el cuerpo sobre el suelo, un pequeño detalle llamó su atención, una marca en el cuello de origen extraño que rápidamente reconoció, ya que mostraba las mismas formas de letras con aspecto de símbolos que había visto en el lomo del libro que le había mostrado Zoe.

                                                                                        . . . . . . .

La sala del trono había quedado vacía cuando la emperatriz Clorodozi dio por terminada la reunión, los caballeros y miembros de la corte abandonaron el palacio sobre sus caballos y carruajes y una vez más la calma trajo paz a los pasillos del edificio. Cuando el caballero finalmente se acercó a las puertas de la sala real para entregar el mensaje de Zoe, vio a Clorodozi con un aspecto frustrado y cansado, descansaba su rostro sobre la palma de su mano mientras su consejera trataba de calmarla con palabras dulces.

- No se preocupe mi señora, pronto encontrarán una solución.-

En aquel momento Asgard supo que no debía interferir en la poca paciencia que quedaba en la emperatriz y nuevamente abandonó la sala del trono para esperar otra ocasión. Su preocupación aumentaba por la situación crítica del reino que podría amenazar la seguridad de la realeza, enfrascado en sus propios pensamientos caminó por uno de los pasillos del palacio para reiniciar su guardia. Fue entonces cuando se percató de una figura oculta bajo su túnica negra que se escurrió rápidamente entre los pasillos. Decidido a seguirla, inició una carrera tras ella para darle alcance, aquella presencia sin embargo pareció ser más rápida que el caballero ya que por un momento logró perderse de vista en una vuelta de la esquina. Cuando Asgard llegó corriendo a la terraza, se asomó a la barandilla mientras veía a aquella figura desapareciendo entre los tejados del palacio.

                                                                                                     . . . . . . .

Cuando la breve reunión se había dado por finalizada y Don Corvo abandonó la sala real, Jessen sospechaba sobre la suerte que podría correr la Resistencia de Briateno si llegaban a entrar al bastión de los Silentes, él sabía que Don Corvo estaba tramando algo, y aquello no era bueno, consciente de que la vida de Yuri también estaba en peligro, abandonaron la sala real hasta llegar a las afueras del castillo en un silencio sepulcral. Cuando bajaron hasta la escalinata que daba a los jardines reales, Yuri se giró a ellos cansada de tanto secretismo retirándose la máscara que con tanto interés le habían puesto.

- ¡Trabajáis para Don Corvo todo este tiempo y no me lo dijisteis! Fuiste cómplices del secuestro de mi hermana y no hicisteis nada para evitarlo- Exclamó con rabia mirando sobretodo a Jessen, y viendo que ninguno de ellos se atrevió a decir nada, su cólera aumentó - ¡¿Cuál es la verdadera razón por la que me trajisteis aquí?!- Añadió enfurecida.

Jessen bajó la mirada con resignación y mientras caminaba entre los árboles de la senda, se detuvo para dirigirse hacia Serona y Otto un momento.

- Necesito que nos dejéis un momento a solas.-

- ¿No irás a decírselo?- Observó la mestiza asustada

- Ella necesita saberlo – Respondió

Los dos mestizos mostraron una mueca de desaprobación, sobretodo Serona, quién miró con recelo a Yuri antes de retirarse. Jessen pareció bacilar por un momento cuando se dirigió a Yuri, pues la mirada de la mestiza exigía todas las respuestas que le habían estado ocultando.

- Nuestras misiones de rescate a mestizos eran cada vez más arriesgados y teníamos los recursos escasos, llegamos a pasar largos períodos de miseria, por eso no nos pareció una mala idea trabajar como mercenarios para Don Corvo cuando nos ofreció el título de la "Resistencia de Briateno". Todo iba perfecto y nuestras vidas se facilitaron notoriamente, pero sospechaba que el fin de llevar a mestizos sin hogar ni ninguna clase de amparo al refugio de Misgrit no era tan bueno como nos lo pintaron, porque desaparecían misteriosamente, y muchos de ellos abandonaban el refugio  con la promesa de tener una mejor vida por sus problemas de salud o de movilidad, pero nunca regresaban. A pesar de mis sospechas no quise meterme demasiado porque velaba por la seguridad de mi grupo, nosotros ya estábamos involucrados en esto.- Miró a la mestiza haciendo una pausa y suspiró pesadamente cuando volvió a hablar. – Pero lo peor es cuando vino ella.-

Yuri pareció ver a Jessen titubear cuando sus ojos de se deslizaron sobre su rostro con incertidumbre, aquellos recuerdos lo carcomían mientras parecía recordar a alguien, frustrando volvió la mirada al horizonte.

- Tenía tu tono de piel y la misma mirada indomable, de mestizaje de conejo. Ella no sabía luchar pero tenía gran valentía, demostraba siempre un carácter fuerte y una constante necesidad de ayudar a los demás, ya que tuvo un pasado muy difícil, y aquello creció en ella cuando perdió a sus seres queridos. Yo sabía que si se quedaba en el refugio no iba a estar a salvo, así que le aconsejamos que se viniera con nosotros en secreto. Ella demostraba un gran interés en la antigua orden de los caballeros caídos del "Crew Codex", ya que confiaba que algún día los blasfemos de Suneuss iban a ser derrotados y la cólera de Beneduss sería calmada. – Sonrió tristemente cuando alzó la mirada.- Uno de aquellos días, durante nuestra partida por los mares de Leunos, Don Corvo se personó en nuestro barco sin verlo venir, como si se hubiera teletransportado de la nada. Parecía de noche por los cuervos que cubrían el cielo y sus graznidos ensordecían nuestros oídos. Estaba enfurecido y nos amenazó con matarnos a no ser que le entregáramos a la mestiza. En aquel momento tuve miedo por lo que podría suceder. Pero la mestiza dijo que accedería a irse con aquel monstruo, pero sabía que probablemente aquello significaría una brutal muerte para ella, porque como ya he dicho muchas veces,  Don Corvo es muy conocido por su crueldad, entonces quise dar mi vida en su lugar.- Se llevó una mano al rostro mientras recordaba toda la escena.- Pero Don Corvo rechazó la oferta y replicó:

- Te encargarás personalmente de ella, y para que no se repita usarás mi puñal.- Señaló arrojando al suelo el arma que  desenfundó de su cinto.

- No daba medito a lo que debía hacer, pero lo que más me sorprendió es que ella accedió, me dolía el hecho de tener que matarla, en mitad de una inquietud dolorosa le clavé el puñal de Don Corvo y vi como su pecho se imbuyó en llamas mágicamente  quemándome la mano con la que sujetaba el mango del arma, la chica cayó al suelo sin vida en sus ojos y apenas podía ver su rostro por las lágrimas que derramaba, destrozado solté el arma y me derrumbé a su lado.

A pesar de la terrible situación que tuve que experimentar, Don Corvo solo se dignó a decir:

- Este será el castigo por tu desobediencia, pero estoy siendo piadoso. Vosotros no podeis deliberar sobre la vida de los mestizos sino vuestro señor, no habrá una próxima vez.

- Aquellas palabras me llenaron de rabia, quería vengar a aquella mestiza, pero en aquel momento solo estuve callado sin poder hacer nada. Cuando pensaba que todo ya había acabado, Don Corvo abandonó su humanidad y se transformó en una gigantesca mutación de cuervo que hizo temblar el barco, agarró el cadáver que todavía seguía en llamas y lo devoró de un bocado, aquello nos aterrorizó a todos. Finalmente abandonó el barco volando llevándose a todas esas aves tras él, todavía no dábamos medito a lo que acababa de suceder.-

Jessen se quedó en silencio cuando terminó de hablar se retiró el vendaje que ocultaba las quemaduras de sus dedos.

- ¿Y por qué no simplemente huiste antes de tener repetir la historia de nuevo?- Preguntó Yuri bajando la mirada

- Estaba asustado, sabíamos demasiado por lo que era probable que Don Corvo iba a matarnos.-

- ¿Antes que condenar a cientos de mestizos engañados con vuestra "misión de rescate" de pacotilla?- Replicó decepcionada y hizo una breve pausa – Tú no amabas a esa chica.- Añadió con rechazo hasta que  negando con la cabeza  le miró entornando la mirada.

- Si la amaba.-

- ¿Cómo pretendes demostrarlo, eh? ¿Condenando a una muerte segura a cada uno de esos mestizos aun sabiendo su destino? ¿Cometiendo el mismo error una y otra vez mientras sigues bajo el Yugo de un asesino con la tonta esperanza de que algún día todo se resolverá por si solo? No seas estúpido.- Escupió Yuri con desprecio y finalmente le dio la espalda para marcharse.

- ¿A dónde vas? – Preguntó Jessen con voz temblorosa

- Dejo el grupo, que cada uno salve su pellejo como quiera.- Respondió de sobremanera tirando la máscara a un lado, ignorando seguidamente los gritos y advertencias de Jessen hasta desaparecer entre las sombras de los árboles.

                                                                                         . . . . . . .

Después de que Anuk inspeccionara las paredes de las murallas de piedra de la mazmorra con el tanteo de su mano, se percató de que había zonas más debilitadas debido al deterioro por el paso del tiempo, y sosteniendo su collar de tela adornado con un sencillo colmillo de zorro, invocó una garra de fuego con la que comenzó a destrozar la pared a base de golpes, al abrir un boquete, suspiró con cansancio mientras su cuerpo desprendía un vapor rojizo.

- Vale, podemos seguir.-

 Nene entretanto iba mirando detrás de su espalda con el recelo de que pudiera aparecer otro sirviente de la Corva desde las profundidades de los pasillos, pero tras ellas solo quedaban los cadáveres calcinados de los desdichados que se interpusieron delante de Anuk.

- No te preocupes tanto, esta fortaleza está dedicada a los aprendices del "Aquelarre Silente" de las Corvas, ellos no son tan fuertes ni peligrosos como los hechiceros bien entrenados.- Observó mientras salía al exterior de la fortaleza a través del hueco que había hecho, frente a ella se abría un profundo bosque todavía más sombrío y tenebroso que el anterior desde el que se escuchaba toda una fauna en plena convivencia. – Pero tenemos que irnos rápido, la Corva de este castillo no tardará en venir.-

Nene al salir detrás de ella tropezó por la herida de su pierna sobre la arenisca del suelo, interrumpiendo el avance de Anuk y el Flaw, que este chilló revoloteando sobre ella.

-¿Qué hacías herida teniendo un compañero Flaw?- Inquirió la mestiza zorro volviendo tras sus pasos – ¿Le pusiste ya un nombre? – Volvió a preguntar

- ¿Un nombre? ¿No, por qué?-

- Poner el nombre a un Flaw sella la unión y lo convierte en aliado, pero ya no tendrás que preocuparte por eso porque ahora me pertenece a mí.- Indicó sacando una fruta parecida a una cereza brillante del morral que colgaba en su cintura y lo entregó al Flaw, este devoró la fruta con júbilo y su cuerpo emitió un fugaz destello.

- Chiiii- Gritó la criatura descendiendo hasta Nene, y con las energías renovadas usó sus diminutas manos para curarle la pierna.

- Frutas deltas, solo crecen en sus madrigueras, se usan para alimentan su maná.- Informó Anuk

Nene se levantó mirando al Flaw con sorpresa e intriga, puesto que durante todo ese tiempo que estuvieron juntos nunca había logrado lo que en unos pocos segundos hizo Anuk.

- Aquí acaba nuestro periplo juntas, vuelve de dónde has venido o continua tu camino.- Le mandó la mestiza mientras tomaba en su mano al Flaw.- En nombre de la reina de la hondonada de las hadas y del valle de las antiguas flores, te llamarás Lera y nuestra amistad perdurará.- Recitó Anuk en una oración, pero para su sorpresa entre ellas saltó una fuerza eléctrica que las separó de golpe. – Me has mentido, ya creaste un vínculo con el Flaw, ahora tendré que matarte.- Sentenció dando una patada a Nene en el estómago que la tumbó en el suelo y levantó la mano contra ella.

- ¡Espera! ¡No he hecho nada, ni siquiera le puse nombre!-

Pero un graznido monstruoso detuvo el ataque de Anuk contra Nene, y esta miró hacia las profundidades de la mazmorra previniendo la proximidad de la Corva.

- Resolveremos esto después porque si me entretengo contigo acabaremos todos muertos.- Señaló retirándose del cuello el colgante. – Si crees que los Flaw solamente sirven para la sanación, te equivocas, tienen una enorme sensibilidad con la naturaleza, son capaces de canalizar los espíritus de animales vivos y darles forma. – Diciendo esto entregó aquel colgante al Flaw, y este sonrió, comenzando a brillar entre risas y sonidos alegres hasta que a su lado apareció entre chispas de luz y electricidad el espíritu de un zorro gigante que se materializó en el aire y levantó la cabeza para emitir un tauteo en forma de ladrido ronco y áspero que resonó en el bosque haciendo eco. Anuk lejos perder más tiempo en aquel lugar maldito, subió sobre el lomo del animal y detrás de ella se subió  Nene contorpeza.

- Llévanos a donde te retienen, voy a sacarte de ahí.- le ordenó

La criatura inmediatamente brincó con agilidad entre las sendas del bosque con el Flaw detrás emitiendo chillidos y sonidos de protesta, pero durante su avance fueron sorprendidos por encapuchados con máscaras de  cuervo que los comenzaron a seguir saltando ágilmente entre las copas de los árboles, sus ojos afilados y sangrientos los miraban con un aire depredador mientras las acechaban entre las sombras de los árboles.

- Maldita sea nos encontró el escuadron silente- Inquirió Anuk desconcertada

- ¿Quiénes? ¿Supongo que son peligrosos verdad?- Preguntó Nene con inquietud

- ¿Quiénes van a ser? Mira no me entretengas con tus preguntas estúpidas, niñata, solo tienes que entender que son peligrosos, y no pararan de perseguirnos hasta matarnos, ya viste lo que le hicieron a tu amiga.-

Cuando aquel grupo armado se lanzó sobre las mestizas, una niebla oscura se cernió encima del gran zorro, dificultándoles la visibilidad.

- ¡Sujétate!- Ordenó Anuk queriendo evitar un ataque cruzado.

Durante el estrés de la situación, mando al zorro a saltar sobre las copas de los árboles para darles esquive, en ese momento una gran cantidad de ramas y hojas chocaron sobre ellas, dejándoles rasguños y pequeños cortes. El Flaw a pesar del acelerón de la criatura, logró alcanzarlas y se lanzó a los cabellos de Nene para esconderse. Sin embargo aquellos encapuchados treparon ágilmente sobre los árboles y comenzaron a lanzarles cuchillos arrojadizos que herían al zorro, y uno de ellos cruzó peligrosamente en la mejilla de Anuk, viendo el riesgo de la situación cuando los guerreros se aproximaron, Anuk canalizó su energía en una mano para lanzar un golpe de alma con aspecto de zorro que rujió con un tauteo y su fuerza invisible arrojó lejos de ellas a los persecutores.

- Si siguen hiriendo al espectro, este se debilitará hasta desvanecerse, ¡Corre veloz, Adara!- Exclamó Anuk al espectro del zorro y cuando los guerreros venían a por ellas de nuevo este se impulsó para dar un gran salto hasta tomar una distancia considerable de ellos, aterrizando sobre un montículo de piedra y siguió su carrera, pero la habilidosa agilidad de los encapuchados los hizo alcanzarlos enseguida y les lanzaron nuevamente una oleada de cuchillos que terminaron por derribar al zorro, este se desvaneció en forma de ceniza y las dos mestizas cayeron de cabeza sobre los matorrales, enseguida se levantaron y corrieron en dirección a un llano abierto, donde a lo lejos podían verse las murallas de Olgan y frente al reino un camino empedrado lleno de caravanas de mercaderes, mestizos de otros territorios en busca de una nueva residencia y soldados montando guardia. Cuando los guerreros cuervo salieron del bosque detrás de las mestizas, uno de ellos extendió sus brazos para detener a sus compañeros y comenzó a empujarles hacia atrás.

- ¡Nos tienen miedo!- Exclamó Nene al ver a los guerreros adentrarse en la espesura del bosque.

- No lo celebres tanto niña, si se retiraron fue por algo, porque realmente estuvimos a punto de morir.- Diciendo esto observó detenidamente el reino.- Si Adara nos trajo aquí debe ser porque está encerrado en algún rincón de Olgan... Tenemos que entrar y encontrarlo.-

- Podríamos escalar la muralla para colarnos.-

- No seas estúpida, para empezar la muralla es demasiado alta y obviamente va a estar bien vigilada por los guardias.- Señaló con desaprobación - ¿Al menos sabes luchar?-

- No... ¿es importante?- Inquirió mientras el Flaw se asomaba entre sus cabellos

- Ahg..Como puedes ser tan jodidamente inútil.- Se quejó llevándose una mano al rostro y luego miró al flaw con enfado. – ¿Y cómo puede ser que pretendas quedarte con ella y no conmigo? Cuanto desperdicio de potencial... ¡Ten pon seguro que acompañándola acabarán matándote!-

- ¡Chiii chií! – Gritó el Flaw asustado por la fuera de las palabras de Anuk mientras que Nene se echaba a un lado ofendida.

- Tu amistad con esta niña te hace tan estúpido como ella.- Dijo finalmente y volvió la mirada a la entrada de Olgan – Tengo un plan.- Indicó. – Entraremos en una de esas caravanas.-

- Pues vamos a preguntar entonces.- Señaló Nene adelantándose a Anuk para aproximarse a una de las últimas caravanas de la fila de mestizos que esperaban su turno de entrada, aquella gente hablaba entre ella mientras más adelante estaban los guardias vigilando la entrada. Cuando llegó al asiento delantero, Nene se encontró con un mestizo  de cabra vestido con una gran túnica raída que le cubría medianamente el rostro con la capucha.

- ¡Hola perdona! ¿Podría dejarnos entrar en el interior de su caravana para pasar al reino?-

- ¡Pues claro que no! ¿Es que no tenéis pase? Seguro que sois unas sucias bandidas.- Protestó el tipo

- ¡No lo somos! Solo estamos de paso.- Exclamó Nene

- Claro que lo sois, y voy a entregaros a los guardias.- Indicó

Y conforme se giraba para bajarse se encontró el puño de Anuk en el otro lado arreándole un golpe en la cara que lo noqueó.

- Chii chiii.- Gritó el Flaw queriendo ayudar al mestizo inconsciente, pero Nene lo atrapó en el aire entre sus manos y se metió al interior del carruaje a través del telar. – A él no, es malo.-

Anuk le arrebató la túnica al tipo para equipársela y lo arrojó a uno de los laterales del camino, ocupando seguidamente su lugar en el asiento delantero, viendo el comportamiento del Flaw, negó con la cabeza antes de cubrírsela con la capucha. – Deberás al menos educarle para que sepa reaccionar a una situación de combate, de ahora en adelante es lo que vas a encontrarte, no sé de dónde vienes pero es un milagro que hayas llegado hasta aquí con vida.- Indicó usando las riendas para mandar al caballo avanzar por la fila. – Deberías realmente plantearte entregarme al Flaw, tu incompetencia lo expone constantemente al peligro.-

- ¿Hace falta que me lo sigas repitiendo? Sí, no se luchar. ¿Y qué con eso? ¿Acaso tienen que resolverse los problemas solo con la violencia? ¿Acaso la vida solo se reduce a eso? – Exclamó agobiada.

- Mira niña, me estás empezando a cansar, si quieres metete debajo de una piedra.-

- ¡Ni hablar! No me gustan los bichos- Protestó Nene

- Es que te mato.- Exclamó Anuk asomándose al interior de la cabaña para agarrar a Nene del cuello, la mestiza empezó a gritar y dar patadas al carruaje y lo tambaleó violentamente hasta que logró zafarse de ella y le lanzó al flaw a la cabeza, este rebotó sobre casco por el golpe y cayó a un lado.

- ¡Ya! Déjame en paz.-

Anuk se quiso meter para golpearla de nuevo, pero se vio sorprendida al ver una guadaña para la siega guardada en la caja de herramientas del anterior propietario del carruaje.

- ¿Qué tenemos aquí? – Dijo con voz complaciente conforme agarraba el mango de la herramienta.

- ¡No conseguirás nada matándome!- Gritó Nene alejándose de ella.

- Calla inútil, ¡voy a empalarte como a una brocheta!- Exclamó levantándose para lanzarle un golpe en diagonal que a duras penas la mestiza logró esquivar

- ¿Todo en orden? – Inquirió una voz desde fuera del carruaje que detuvo a Anuk, y esta alertada se giró hacia el guardia que se había acercado a ellas, dándose cuenta de que toda la gente de la fila estaba mirándolas con una mezcla de expresiones que variaban entre la incomodidad y el miedo.

- Claro, solo tengo unas ratas muy molestas en mi almacén.-

- ¿Puedo ver el pase, por favor?- Preguntó el guardia pacientemente

- Eh, claro, lo tengo aquí.- Indicó Anuk buscando entre los bolsillos de la túnica y para su sorpresa no encontró nada. – Mierda.- Susurró para sí misma con un repentino sudor frío, pero al desviar la mirada, se encontró con la mano de Nene asomándose a través del telón mientras sostenía el pase, con los nervios todavía a flor de piel, ella rápidamente lo agarró para enseñárselo al guardia.

- Aquí lo tienes.-

El guardia miró el pase y luego alzó su lanza para levantarle el casco con la punta del puyon, luego sacó del bolsillo y miró una hoja con un retrato de una persona en busca y captura y volvió a examinar a la mestiza, causando que aquellos segundos fueran eternos para ella.

- Estamos buscando a un ladrón problemático que está causando problemas entre los ciudadanos, avísenos si se topa con él.-

Anuk volvió a respirar profundamente y agitó las riendas del caballo para cruzar la entrada de la muralla. Cuando finalmente se encontraron entre las calles de Olgan, Nene salió del carruaje de un salto junto al flaw, encontrándose a Anuk equipándose la guadaña.

- ¿Cómo te llamas?- Le preguntó

- Nene.-

- Mira Nene, vas a quedarte dentro del carruaje y me vas a esperar hasta que vuelva.- Le ordenó mientras agarraba al Flaw de un manotazo. – Te devolveré a tu estúpido Flaw en cuanto regrese con mi amigo y luego no volveremos a vernos nunca más. ¿Entendido?-

- Entendido.-

- Muy bien, y recuerda, NO TE MUEVAS DE AQUÍ.- Repitió con insistencia antes de retirarse, dejando finalmente a Nene sola en mitad de un reino del que solamente había oído hablar.

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