Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Después de unos días de trabajo intenso en los cultivos del refugio de Misgrit, la vida comenzó a ser más tranquila para Nene. Su convivencia con el resto de mestizos en aquel entorno natural de una extraña belleza no tardaron en asentarla en sus costumbres. Cada tarde regresaba a lo alto de las copas de los árboles para observar el horizonte del océnao que se cernía a lo lejos del refugio, una ruta desde la cual había llegado a partir de las tierras humanas de Eaglorn junto a su hermana Yuri. A ella le gustaba preguntarse cuanto se había alejado de su antiguo hogar, recordando su vida pasada en la pequeña casa del bosque donde todo era distinto y la vida era de otra manera. Otro de los motivos de preocupación que se enfrascaban en sus pensamientos a Nene era y hacia donde podría haberse dirigido su hermana, convencida de que el refugio era un peligro, había emprendido su camino hacia otro lugar lejos de este, ¿alguna vez volverían a encontrarse siquiera?

Una de esas tardes donde el sol se hundía en la lejanía de las montañas enquistadas y el leve brillo de sus rayos pintaba la superficie de las olas que se dirigían hacia la costa, Nene miraba el escenario fascinada por contemplar tan bello juego de colores y levantó una de sus manos para tratar de alcanzar el cielo, mientras su compañero Flaw observaba atento aquello que la mestiza hacía desde el escondite de sus cabellos.

- ¡Neneee!- Exclamó la voz de Bhala desde lo más bajo de las copas de los árboles– ¡La cena ya está hecha, baja a comer!-

- ¡Ya voy!- Respondió la mestiza al instante, y se dejó caer dejando el aire silvar sobre su cuerpo y hacer volar al Flaw por la corriente de aire. En mitad de la caída, atrapó con sus manos la primera rama grande que encontró en su camino, doblándola con su peso mientras se balanceaba hacia la siguiente que tenía más abajo para usarla de soporte en su siguiente salto antes de aterrizar sobre el suelo. El Flaw llegó poco después desde las ramas de los arboles soltando un sonido de protesta antes de volver a sentarse sobre su hombro.

- te gusta mucho usarme de asiento- observó la mestiza mientras le daba una baya que había recogido durante sus paseos por el bosque, el Flaw recogiéndola con sus diminutas manos, se escondió de nuevo entre sus cabellos. 

-¿Sabes? me alegra mucho que nos hayamos hecho amigos- Señaló Nene durante su avance por el bosque. - Sé que no nos entendemos bien, pero cuidaremos el uno del otro.- Explicó al final dandole pequeñas caricias en la cabeza, aquello emocionó al Flaw y comenzó a festejar su amistad con unas mágicas chispas eléctricas.

Iniciando entonces Nene su regreso por los senderos del bosque, alcanzó a Bhala mientras esta la esperaba apoyándose junto al tronco de uno de los árboles.

- ¿Por qué siempre vienes aquí? Una vez Verna tardó toda una tarde en encontrarte, y sabes que a ella no le gusta perder el tiempo.-

- Me gusta el bosque.-

- Pues no debería gustarte tanto, aunque la guardia de Don Corvo vigila los alrededores del refugio, algunas veces los seres del bosque han llegado hasta las fronteras. ¿Entiendes el riesgo que supone eso?

Ante aquella advertencia, Nene paró en seco, cruzándose de brazos y señaló con su índice al Flaw que engullía su deliciosa baya entre el escondite de sus cabellos plateados.

- Si me pasa algo él os avisará.-

- Boba.- Maulló su compañera.- No sabes ni lo que puedes encontrarte.-

- Si lo sé.- Señaló Nene con seguridad, llamando la atención de Bhala, en ese momento abrió el morral que tenía atado en la cintura para mostrar una gran variedad de frutas y setas de colores brillantes muy llamativas y apetitosas. – ¡Hay un montón de estas por el bosque! ¿No es increíble?-

- Pero Nene, ¿cuánto te has alejado?- Inquirió Bhala sorprendida

- Hasta la costa.-

- ¡Eso está muy lejos! ¿Y si te pasa algo? No podríamos ayudarte.- Espetó todavía más abrumada

- Estaré bien, no te preocupes.- Señaló mientras volvía a atarse el morral y le tomó de la mano para tirar de ella al echar a correr en dirección hacia la aldea. – Venga, ¡Vamos a cenar!

- ¡Pero no corras tanto!-

. . . . . . .

Las dos mestizas llegaron a la casa de ceniza cuando el sol había acabado de ocultarse. A esta hora del día, la gente del pueblo empezaba a entrar en sus hogares y encender el fuego de las chimeneas para resguardarse del frío. Mientras tanto en el exterior, como algunas otras noches de luna llena, los árboles despertaban de su sueño y sus ramas se iluminaban de una luz dorada resplandeciente que dejaba caer pequeños copos dorados a sus alrededores que atraía a las hadas a jugar con ellos.

- ¡Ya estamos aquí!- Avisó Nene conforme atravesaba junto a Bhala el umbral de la puerta

- Por fin llegáis.- Dijo Sussu mientras llevaba la olla del guisado a la mesa del Salón – Casi comemos sin vosotras.-

El Flaw al descubrir la cesta de frutas que había junto al resto de platos y vasos, saltó desde los cabellos de Nene para alcanzar uno de ellos, sin embargo la mestiza de búho lo atrapó en el trayecto de un manotazo.

- ¡Esperate a que nos sentemos!- Le riñó

- ¡Chiiii!- Chilló disgustado golpeando con sus puños la mano de su captora.

- ¿¡Cómo!?- Exclamó una voz desde el interior de la cocina y una Verna furiosa saltó al salón empuñando un cucharón que parecía estar estrangulando, detrás de ella, Bhala se asomaba desde el marco de la puerta masticando un pedazo de pan.

- ¡Nene! Te dejamos expresamente claro que no te acercaras a la costa. – Exclamó mientras la apuntaba con el artilugio de cocina. – Como vuelvas a irte tan lejos la próxima vez te corto las orejas.

- Está bien, no me iré lejos- Respondió Nene escondiéndose detrás de Sussu para que no cayera sobre ella la furia del cucharón. – Traidora.- Susurró mirando a la otra mestiza de reojo.

- Por favor, vamos a comer ya, tengo mucha hambre.- Suplicó Sussu mientras soltaba al Flaw, este al encontrarse furioso por haber sido atrapado, comenzó sobrevolar chillando sobre las mestizas con sonidos de protesta.

- Si no fuera por Nene no cenaríamos tan tarde todos los días.- Señaló Bhala conforme tomaba asiento en uno de los lados de la mesa. – Le gusta perderse demasiado por el bosque y luego es difícil encontrarla.-

- ¿Ahora todo es mi culpa?- Se quejó la mestiza tomando de la cesta una fruta que devoró de un bocado.

- Deja de protestar y ve al pozo a traer agua.- Ordenó Verna mientras le ponía sobre las manos un balde de agua hecho de madera desgastada por el uso. – Bhala tiene razón, siempre haces lo que quieres.- Añadió cruzándose de brazos.

- ¡Agh, está bien! Ahora traigo el agua.- Exclamó saliendo a paso rápido del salón con el cubo, el Flaw al ver que su compañera se iba, voló hasta ella, dejando a las tres mestizas solas en la casa de ceniza.

Cuando las sombras de la noche recibieron a Nene en las calles de la pequeña aldea, la luna estaba casi en lo más alto de la bóveda celeste, iluminando con su luz plateada los tejados y las copas de los árboles del refugio. A esta hora todavía podía verse el brillo de las estrellas tintinear en el aire mientras las plantas del suelo brillaban con luz propia, mostrando con su presencia el camino hacia el pozo del lugar.

- Esas mestizas tendrían que aprender lo que es realmente perderse por el bosque.- Susurró Nene conforme ataba el cubo desde su asa con una cuerda que colgaba de la polea y lo bajó a la oscuridad del pozo hasta escuchar el sonido de un chapuzón. – ¿Verdad que si?- Preguntó al Flaw mientras tiraba de la cuerda para subir el balde lleno de agua. La pequeña criatura saltó desde su hombro para posarse sobre el muro de roca y ver lo que hacía Nene.

-¡Chii!-

Cuando finalmente terminó de subir el balde, lo dejó a un lado del Flaw para desatarlo, pero el sonido de las hojas al romperse detuvieron ese trabajo y la mestiza alzó la vista hacia la foresta desde donde provenía el ruido, de golpe pensó en las palabras de Bhala sobre las criaturas que se acercaban hasta las fronteras del refugio y una sensación de intranquilidad se le instaló en el pecho. Por un instante el miedo le hizo razonar que lo mejor sería alejarse, pero cuando vio la figura de una conocida que se asomaba desde detrás de las sombras de los árboles, sus ojos no dieron medito, la presencia de su hermana había aparecido después de varios días para saludarla entre la maleza e hizo un gesto con la mano para que la siguiera.

- Nene, he vuelto.- Susurró sin detener el zarandeo de su mano

- ¿Yuri? ¿Qué haces aquí?- Inquirió Nene conforme dejaba el pozo a un lado para acercarse. – Pensaba que no te gustaba este lugar, que querías irte.

- ¡Chii!- Exclamó el Flaw con un tono alertado y voló hasta Nene para tirarle de los cabellos.

- Encontré un lugar en el bosque donde viviremos mejor que en este refugio aislado y asustadizo, allí podrás ir a donde te plazca y tomar todo aquello que desees.-

- Pero aquí tengo una familia, y tú también podrías tenerla si te quedaras conmigo.- Señaló Nene conforme se quitaba de encima al Flaw con el brazo.

- Nosotras no tenemos familia, Nene, toda esa gente que ahora vive a tu alrededor son solo desconocidos que han asumido el papel de ser tu familia, por eso no debes fiarte de ellos.- añadió extendiendo su mano hacia ella.- Yo seré tu familia, déjame cuidarte y te daré todo lo que necesites, pero solo si vienes conmigo.-

- Si voy contigo, ¿podré volver algún día?- Inquirió Nene mientras acercaba su mano hacia ella

- Por supuesto, pero no querrás quedarte-

- ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en este lugar?-

Pero para sorpresa suya, la mano de Yuri la agarró de sopetón del brazo para tirar de ella hacia la boca del bosque y las sombras de los árboles la rodearon conforme exclamaba un grito de sorpresa.

- ¿¡Yuri que haces!?-

- ¡Llevarte a donde perteneces!-

Pero el graznido de los cuervos interrumpió las palabras de Yuri y una figura vestida de negro se dejó caer desde uno de los tejados de las cabañas hasta la espalda de Nene haciendo volar por los aires al Flaw que había estado intentando ayudar a Nene. Inmediatamente la mano del sacerdote sujetó del hombro de la mestiza para impedir que fuera arrastrada por Yuri hacia el interior del bosque. En mitad de aquella sorpresiva aparición que enmudeció a ambas chicas, el sacerdote extendio su mano hacia yuri y formuló unas palabras que rompieron como si fuera cristal el hechizo del disfraz que traía puesto, mostrando el verdadero aspecto de una criatura extravagante y humanoide de cuatro lánguidos brazos y un sombrero de mago con forma de seta que nacía de su cabeza, y desde donde brillaba una fina joya roja con un ojo grabado en ella que parecía observar a Nene fijamente.

- Largo.- Ordenó Don Corvo -por esta vez te perdonaré, pero a la próxima conocerás la furia del fuego.-

- Yuri...- Musitó Nene mientras observaba aquella extraña criatura desaparecer corriendo entre los arbustos.

- Eso no era Yuri- Replicó Don Corvo con calma.- se conoce como ninfa del bosque, una criatura que se transforma en todo aquello que ve hasta el punto de parecer idéntico.

Nene bajó la mirada pero sin apartarla del camino por donde había escapado aquella criatura, convenciéndose de que todo lo que había visto y oído era solo parte de una ilusión, pero aun así le costó asentir. En aquel momento el Flaw agotado por tanta vuelta, voló hasta Nene para esconderse entre sus cabellos.

- Eres demasiado influenciable.- Observó Don Corvo mientras apartaba la mano de encima del hombro de la mestiza. – Vas a tener que aprender a razonar por ti misma para no dejar que te engañen de nuevo.-

- ¿Crees que estoy en el refugio porque me dejé influenciar?- Preguntó Nene con aspecto meditabundo mientras le dirigía la mirada

- Te lo dije en su momento y deberás volver a recordarlo para no dejarte consumir por las sombras de la duda.- Señaló mientras descansaba una mano en su espalda para guiarla de vuelta hacia el interior de la aldea.- El círculo divino te trajo a este lugar porque quería protegerte.- Reiteró con fuerza alzando un brazo en dirección al templo que se levantaba desde lo más alto de la aldea.

Aquellas palabras resonaron en la mente de Nene, que alzó la vista hacia el cielo para ver la silueta de aquel edificio cuya estructura era coronada con la esencia de la luna.

- Dime por favor ¿Qué es el círculo divino?

Al escuchar aquella pregunta, el sacerdote pareció meditar su respuesta detenidamente, finalmente ocultándose bajo su túnica negra, le dio la espalda haciendo planear su capa en el aire con el giro de su cuerpo y la adelantó caminando en dirección al templo. - Ven conmigo y te lo explicaré.-

Ambos mestizos avanzaron a través de las calles de la aldea hasta dejar las pequeñas cabañas atrás y llegar a la zona más alta del monte, una vez Don Corvo encendió una antorcha y ambos atravesaron la entrada del templo por el pasillo central Nene también se sobresaltó de ver la estructura interior ricamente decorada con emblemas y estatuas dracónicas, aquellas formas de piedra vigilaban desde lo alto los pasillos compuestos por dos filas de bancos que miraban el altar custodiado por dos grandes estatuas de aspecto bestial. El sacerdote llegando a las proximidades del altar señaló con el índice la cúpula de bóveda abovedada de ladrillo octogonal construida en la parte más alta del templo desde donde podía observarse una enorme imagen que se dividía en diferentes franjas. La primera y más próxima a ellos representaba un mundo natural donde aparecían cinco dragones conviviendo con los humanos en una escena pacífica, sin embargo, la izquierda y derecha mostraban la guerra con monstruos luchando contra humanos y dragones, y entre los dragones uno era plateado y desprendía un aura negra a su alrededor, ambas en escenarios diferentes, el derecho con las montañas, y el izquierdo sobre las nubes. Finalmente la más alejada y última a escena estaba colmada de castillos y murallas custodiados por la presencia de un sol amenazante y dos pálidas lunas que flotaban sobre un mar con aquel dragón plateado encerrado en sus profundidades.

- El Circulo Divino.- Introdujo Don Corvo mientras iba señalando las diferentes escenas grabadas con la mano.- Está formado por semidioses dracónicos que han convivido entre nosotros a lo largo de nuestra historia, aquellos seres habían sido marcados con el poder y responsabilidad de cuidar el equilibrio y la vida de las criaturas que lo habitaban, y en aquel momento se les conocía como los cinco dragones antiguos: Natruss, el Dragón que guarda la morada de los vivos y muertos, Ikaruss, un dragón nacido en forma de espíritu que gobierna los elementos naturales, Cicluss, el dragón que cuida del correcto ciclo de vida de las criaturas, Beneduss, el dragón imperial de cinco garras que gobernaba al resto de semidioses, y finalmente Suneuss, el dragón plateado de la consciencia del bien y del mal.

- ¿Dragones?- Interrumpió Nene.- ¿Estás diciendo que el círculo divino está formado por dragones?-

- Así es, a diferencia de nosotros, ellos son criaturas primogénitas completas.- Respondió mientras devolvía la mirada hacia la mestiza. -Este círculo divino pasó por diferentes etapas desde la Antigua Era de la Luna a la actual Era del Sol donde sucedería su conocida ruptura  por el enfrentamiento entre los humanos y los semidioses dracónitos.  

Viendo que la mestiza había clavado su mirada en los frescos de las paredes, Don Corvo se dispuso a explicar tranquilamente la historia que los rodeaba

Durante la Edad de la Luna, el dragón plateado quiso enfrentarse a sus hermanos y desató la primera guerra, causó la muerte del dragón Cicluss, y cuando estaba cerca de la victoria un ataque por sorpresa dirigido por Beneduss le trajo la derrota. Fue encerrado y sellado bajo el océano, y los mestizos fueron perseguidos.   Natruss e Ikaruss sin embargo no estuvieron de acuerdo con la decisión de Beneduss de destruir a la raza mestiza, lo que desencadenó una segunda guerra conocida como la guerra de fuego, aquella guerra fue peor que la primera y acabó causando que todos los dragones terminaran en un largo  letargo, pero la bendición de Natruss e Ikaruss sigue vigente, cuidando de nuestra estirpe.

- Pero Don Corvo ¿Cómo aparecieron los mestizos?- Preguntó Nene al apartar la vista de los grabados de la cúpula.

- No puedo decírtelo.-

- ¿Pero por qué?- Insistió Nene

- No estás preparada para saberlo.- Respondió impacientando aún más a la mestiza

- ¡Pero quiero!- Exclamó, haciendo resonar un eco en las paredes del templo que acabaron perdiéndose en un murmullo.

- No, no quieres.- Respondió de forma cortante mientras afilaba su mirada y su semblante parecía haberse ensombrecido, en aquel momento había dejado a un lado el aspecto amable que hasta hacía unos segundos ella había conocido. – Agradece que yo sea generoso de no contártelo.- Aquella respuesta inquietó a Nene, quién vio al sacerdote acercarse hacia ella con la antorcha alumbrando la mitad de su rostro ensombrecido, aquella sensación que percibió emanar de él acabó asustándola y quedó inmóvil del miedo hasta que para sorpresa suya una mano descansó sobre su espalda para guiarla de regreso al exterior del templo.

- Es hora de que vuelvas junto a los tuyos en la casa de ceniza.- Indicó amablemente antes de encerrarse tras las puertas del templo, el sonido del portazo despertó al Flaw, quién con semblante cansado se sentó sobre el hombro de Nene.

- ¡Ah!- Exclamó la mestiza.- Que tenía que llevar el cubo de agua a casa.- Añadió echando a correr y lanzando por los aires al pobre Flaw que solo quería descansar.

- Chiii.- Chilló la criatura, mientras volaba tras la mestiza trabajosamente para alcanzarla de nuevo.

Después de una carrera por la aldea, Nene regresó a la casa de ceniza con el balde de agua que había zarandeado de un lado a otro salpicando el suelo en el camino y entró abriendo de un portazo la entrada

- ¡Traigo el agua! – Exclamó mientras el Flaw llegaba fatigado detrás de ella y aterrizaba sobre un florero.

- Llegas tarde.- Señaló Sussu mientras se asomaba desde el sofá del salón.- Nosotras ya hemos cenado sin ti.-

- ¿Otra vez perdiéndote por el bosque? – Añadió Bhala apareciendo detrás de la mestiza de Búho – Verna te va a cortar las orejas.- Se burló llena de sorna

- ¡No he ido al bosque! Lo prometo.- Exclamó Nene con firmeza

- ¡¡Nene!! – Gritó Verna mientras saltaba del salón con aspecto diabólico. – Voy a tener que enseñarte por las malas a cumplir con las normas de esta casa.-

- ¡Verna, por favor!- Suplicó la mestiza dejando caer el balde al suelo – Escúchame, no fui al bosque, solo al pozo, entonces se acercó a hablarme una conocida que en realidad no era ella sino un monstruo que intentó arrastrarme al bosque, y entonces... ¡AHH!-

. . . . . . .

A la mañana siguiente Nene despertó con dos chichones en la cabeza además de tener el estómago vacío, y se levantó de la cama casi arrastrándose del cansancio. Cuando se asomó por la ventana de su cuarto, vio como el resto de sus compañeras de la casa de ceniza estaban trabajando los cultivos de las inmediaciones del refugio junto con otros aldeanos para recolectar las frutas y verduras maduras de esta temporada.

- Hasta para despertarme se me hace tarde.- Musitó mientras se deslizaba desde el marco de la ventana hasta el suelo y se quejó del dolor de cabeza poniéndose las manos encima, el Flaw que había estado descansando sobre una de las almohadas, al verla dolorida, bajó hasta ella para ayudarle a aliviar el dolor. - ¡Chii, chiii!- Exclamó mientras lanzaba pequeños polvos mágicos al aire y danzaba bajo su brillo dorado.

- Déjame, merezco este dolor.- Musitó desanimada mientras dejaba pasar el tiempo tumbada mirando los brotes de hierba que crecían en los huecos del techo de madera. Sin embargo a pesar del cansancio que cargaba, decidió llenarse de determinación y se levantó de golpe lanzando nuevamente al Flaw por los aires para alzar la voz diciendo. – ¡Les demostraré que puedo dar más de mi misma!- Exclamó saliendo de dos zancadas de la habitación y esta vez el Flaw para alcanzarla se lanzó en picado a sus cabellos, escondiéndose entre ellos.

Cuando Nene salió a las calles de la aldea, tomó una cesta de mimbre que había apilada junto al resto sobre el carro para la cosecha y se acercó corriendo al lugar donde había visto a Bhala.

- ¡Holaa!- Exclamó Nene mientras saludaba con una mano hasta llegar frente a ella.

- Vaya, Nene, como de costumbre tarde.- Maulló la mestiza mientras dejaba en el suelo la segunda cesta cargada de tomates.

- ¡Trabajaré el doble!- Exclamó con determinación y comenzó a arrancar también tomates para apilarlos en su cesta.

- Oye, estás cogiendo los tomates verdes.- Señaló ceñuda.- Ve mejor a otra parte ya que aquí casi está revisado.-

- Ah, es verdad, ¡gracias!- Exclamó Nene mientras se alejaba corriendo a buscar los tomates más rojos.

- Que desastre de chica.- Musitó conforme la veía alejarse

Mientras Nene caminaba recogiendo tomates para llenar la cesta, alzaba la vista de vez en cuando para ver al resto de mestizos trabajar al igual que ella, unos llenaban cestas de lechugas, otros de zanahorias, incluso de patatas.

- Que bonito lugar.- Observó sonriente conforme trabajaba con la cosecha.

- Nene.- Nombró la voz de Ugo al verla acercarse hasta donde trabajaba él

- ¡Ugo!- Exclamó la mestiza con tono de sorpresa y saltó a abrazarlo, el mestizo se echó ligeramente hacia atrás sujetándose sobre su muleta mientras descansaba su otra mano con quietud sobre la cabeza de Nene.

- Buenos días, chiquilla.- Saludó

- ¿No te costará trabajar con la cojera?- Preguntó la mestiza mientras se separaba del abrazo.

- Uno aprende a vivir con sus pequeñas molestias. ¿Y qué ha sido de ti últimamente?- Inquirió apoyando su peso sobre el soporte de madera.

- No mucho en realidad, a veces creo que causo muchos problemas a las chicas de la casa de ceniza.- Respondió recogiendo los tomates.

- Wof ¿Puedo saber por qué?- Preguntó el mestizo continuando también su trabajo.

- Pues, igual es porque me despisto demasiado y tardo en hacer las cosas. - Respondió cabizbaja.

- Date unos días, a veces se hace difícil acostumbrarse a los nuevos hábitos.- Aconsejó entornando la mirada. – ¿Puedo decirte una cosa? – Añadió finalmente

- Claro.-

- A veces uno no sabe lo fuerte que es porque no se ha puesto a prueba, inténtalo alguna vez.-

Aquel consejo sorprendió a la mestiza, que enseguida asintió convencida de sus palabras

– Gracias Ugo, lo recordaré.-

- Oye Nene.- Se oyó la voz de Verna al acercarse entre las zanjas de los cultivos a la mestiza. – ¿Has visto a Sussu? Hace un buen rato que no aparece por aquí.

- Uh, pues no la he visto.- Contestó con un gesto de duda mientras el Flaw se asomaba nuevamente entre sus cabellos. – Podrías preguntar a Don Corvo, el suele estar atento de todo.-

- Don Corvo tuvo que marcharse de madrugada hacia Olgan y no creo que vuelva hasta mañana.- Respondió – ¿Crees que podrías ir a buscarla esta vez? Yo terminaré el trabajo por ti.-

- Esta bien, iré a buscarla.- accedió la mestiza dejando la cesta en el suelo para salir de la zona de cultivos y emprender su nueva búsqueda.

- ¿Crees que ha sido buena idea?- Preguntó Bhala al aproximarse a Verna por la espalda mientras cargaba varias cestas llenas de tomates.

- Su habilidad de perderse dará con ella.- Objetó la mestiza de vaca y bajó la mirada hacia la cesta de Nene que estaba llena de tomates decolorados y verdes. – Porque para otra cosa no ayudará mucho...- Observó arqueando una ceja.

- Algún día os sorprenderá.- Interrumpió Ugo conforme terminaba de llenar su cesta pausadamente. – Esa chiquilla tiene un enorme potencial que todavía no conoce.-

. . . . . . .

Mientras tanto Nene había recorrido toda la aldea en busca de Sussu desde las pequeñas cabañas del valle hasta la zona más alta del templo, sin embargo al percatarse de su ausencia extendió su radio de búsqueda y comenzó a investigar los alrededores del bosque y a escalar los árboles más altos para dar con alguna pista de su presencia.

- ¿Has encontrado algo? – Preguntó al Flaw en su regreso mientras ella se sentaba sobre una de las ramas de los árboles, la pequeña criatura sin embargo hizo uno de sus chirridos y voló alrededor suyo antes de acomodarse sobre su hombro. – ah, es verdad, que no me entiendes.- observó con un tono de desilusión y alzó la mirada para observar la pequeña aldea que se perdía entre las copas de los árboles. – A este paso no daremos con ella antes de que anochezca. ¿Alguna idea?-

- Chii-

- Chi, chi chichichi.- Respondió Nene

- Chii-

- ¡Ahh! Es imposible.- Exclamó dando un vote sobre la rama, que incapaz de soportar la presión que ejercía Nene sobre ella acabó rompiéndose y la precipitó con un grito de sorpresa sobre las ramas de un árbol que crecía más abajo.

- Ugh, casi me mato.- Observó llevándose la mano al rostro - ¡Estoy sangrando!- Exclamó al ver su mano ensangrentada.

El Flaw asustado por oler la sangre, voló hasta su mano para curar la hemorragia, sin embargo no encontró ninguna herida y comenzó a investigar alrededor de Nene para buscarla en otra parte.

Creo que esta sangre no es mía.

El Flaw inmediatamente siguió el rastro de la sangre yendo de un lado a otro, y Nene le siguió por detrás bajando del árbol y comenzó a correr junto a él a través del bosque.

- ¡Vamos! ¡Igual es una pista hasta Sussu!- Exclamó la mestiza mientras

Después de una larga carrera El Flaw y la mestiza se adentraron todavía más en las profundidades del bosque, donde los troncos de los árboles eran todavía más anchos y la penumbra más espesa, Nene apenas podía ver más allá de la luz que emitía su pequeño compañero, quién preocupado por la vida de otra criatura, siguió volando veloz hasta aterrizar junto una de las raíces de los árboles.

- ¿La has encontrado?- Preguntó la mestiza soltando bocanadas de aire por la fatiga de haber estado corriendo, pero para su sorpresa el rastro de sangre los había conducido hasta la criatura con aspecto de seta de ayer que se recostaba sobre el tronco de un árbol con una herida fatal en mitad del pecho que no paraba de sangrar.

- Eres tú- Observó la mestiza

La criatura al reconocer a Nene, susurró un hechizo con un lenguaje desconocido que le hizo tomar el aspecto de Yuri.

- Por favor... ayúdame.- Pidió trabajosamente

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro