01
«Tengo algo que decirte, vamos a encontrarnos»
No sé cuanto llevaba dejando ese mensaje a diario en la contestadora de Luhan, supongo que mucho tiempo, tanto que perdí la cuenta y ahora de un día a otro, me encuentro aquí, en esta pequeña cafetería, porque al levantarme en la mañana, al escuchar los mensajes de mi propia contestadora ha saltado la voz de Luhan, mi amado Luhan. Llevaba tantos meses sin escucharlo que un par de lágrimas resbalaron de mis ojos cuando escuché que por fin aceptó reunirse una vez más conmigo. Aunque ahora aquí, sentado solo en una mesa para dos, me siento raro.
¿Cómo será cuando lo tenga frente a mi?, Si hay un silencio ¿será incómodo o será como los silencios que nos solían envolver? aquellos en donde me recostaba sobre su pecho y él acariciaba mi cabello, que en aquel tiempo era de un color rosado que le encantaba.
Aun cuando regreso en el tiempo no sé en qué momento las cosas se desmoronan, yo ya no era suficiente para Luhan, solo era un joven tonto (y creo que todavía lo soy) y él estaba repleto de esperanzas y sueños en los que yo no parecía encajar.
¿Qué pasará cuando lo vea hoy? ¿Habrá cambiado algo? ¿Soy lo suficiente para mi amor? ¿Debo decirle que todavía lo quiero demasiado, casi con locura? No sé si será justo para él.
«ahora tengo que dejarte ir»
Eso le había dicho yo cuando lo enfrenté aquella vez, aquel día en que la verdad se estampó sin piedad sobre nuestras caras, sin anestesia, sin previo aviso, yo lloré, él lloró, los dos nos rompimos.
—¿Por qué me dices esto Sehun?, ¿por qué debemos terminar? —me preguntó con una expresión que hacía que mi corazón se desgarrara.
—Sabes que es la única opción que nos queda, o me vas a decir que esto que tenemos no va de mal en peor —mi voz se quebró durante la última palabra pero aún así intentaba ser firme.
—Podemos trabajar en esto Sehun, lo resolveremos —me dijo intentado armar su mejor sonrisa (falsa)—, tú y yo podemos contra todo, Sehun.
—No hagas eso Luhan, no hagas una sonrisa falsa, no me des falsas esperanzas, no me hagas querer deshacer lo que te dije, no hay nada más que yo pueda hacer por ti —le dije dando dos pasos hacia atrás, rechazando su abrazo—, es la única manera de hacerte feliz.
—¡No digas eso Sehun! ¿Cómo te atreves a decir que sería feliz sin ti? ¡Te amo! —me dijo con molestia en su voz, pero sé que estaba molesto por el dolor que sentía.
—¿Has sido completamente feliz últimamente? —le pregunté, él solo se quedó callado—. Ves Luhan, no lo has sido.
—Solo he estado un poco bajo de ánimos, pero te aseguro que el que me dejes no hará que suban —me dijo y una lágrima se escapó de mis ojos.
—El que me quede tampoco —le dije mascullando cada palabra—, solo tengo 19 años, solo soy un estudiante universitario, solo soy otro chico, tu tienes 24 eres hermoso, prodigioso, no puedes desperdiciar la mejor parte de tu vida por esperarme a mi, habrán más chicos, pero no más oportunidades para seguir tus sueños, vas a ser actor, es ahora el mejor tiempo para hacerlo, deja de rechazar oportunidades por mi, viaja, trabaja, triunfa pero conmigo no podrás hacerlo —le dije tomando mi chaqueta del perchero—, te dejo ir, para que puedas sonreír algún día, así podrás ser feliz— le dije y ya las lágrimas eran demasiadas las que rodaban por mis mejillas.
—¡No te atrevas a buscarme nunca más Oh Sehun, no te atrevas a querer dañar mi corazón de nuevo! —me gritó llorando, aún cuando cerré la puerta de aquel apartamento escuchaba su fuerte llanto y se que él estaba pegado a esa puerta, escuchando mi horrible llanto también. Sé que estuvimos horas llorando contra esa puerta, pero también sé que ni yo toqué, ni el abrió. Y así fue como lo último que escuche él, de su boca, en vivo y en directo, fueron esas bruscas palabras.
Y no puedo decir que con el tiempo dejaron de ser bruscas y dolorosas, porque estaría mintiendo.
El primer mes estuve bien, hice lo correcto, quería lo mejor para Luhan; el segundo mes extrañaba su risa, sus palabras, su esencia, la manera en que me hacía sentir, en el tercer mes empecé a salir con gente nueva, y me encontré con que solo estaba buscando a alguien quien me hiciera sentir justo como él lo hacía. Fue inútil, no hay dos personas iguales, nadie me hacía sentir tan amado. En el cuarto mes empecé a rechazar a cualquiera que me pidiera una cita, me había resignado a que no me volvería a sentir tan amado otra vez, al quinto mes dejé de salir de mi casa, y lloré por Luhan cada día, soñé con él cada noche, y dormía con su camisa todo el tiempo, aquella que dejó en mi casa la primera vez que me hizo suyo, aquella que me quedaba ridículamente pequeña pero que de igual forma adoraba; al sexto mes lo extrañaba tanto que me embriagué para dejar de pensar en él, pero lo terminé llamando en la madrugada, nunca respondió, después solo me dedique a beber durante muchas muchas noches y también me dediqué a dejar mensajes en su buzón, lo quería ver, lo quiero ver. Creo que he cometido un gran error al dejarlo, creo que lo extraño más de lo que lo quiero y eso es una gran cantidad de dolor que se acumula en mi mente.
«recuerdo nuestros buenos momentos. Días llenos de risa y diversión. Estoy lleno de recuerdos que son tan preciosos, aunque no quiero»
Por más preciosos que sean mis recuerdos la idea de que sólo son recuerdos cruza mi corazón como si fuera una ballesta, pero simplemente no puedo dejar de recordar cosas.
—¿Sehun? —dí un pequeño brinco sobre mi asiento—. Lamento asustarte— me dijo con su peculiar sonrisa.
—Por un momento pensé que no vendrías, que te arrepentiste y te diste cuenta de que sólo era una perdida de tiempo salir conmigo —le solté aquello de una sola vez, sin respirar, Luhan solo rió y se sentó en la silla frente a mi—, pensé que solo me veías como el callado hermano menor de Minseok.
—Hey, si pensabas todo eso ¿por qué me invitaste a salir? —me preguntó seriamente.
—Lo hice para desahogar lo que sentía y porque Jongin dijo que no me podía seguir guardando estos sentimientos, que debía dejarlos salir —le confesé con algo de miedo.
—¿Te confieso algo ahora yo, Sehun? —me preguntó y asentí rápidamente—, siempre me has parecido hermoso pero pensé que salías con ese chico, cada vez que iba a tu casa él también estaba ahí y cuando le pregunté a Minseok ¡me dijo que si salían! —me confesó con una expresión que me causó risa.
—Vaya, tal vez paso mucho tiempo con Jongin o tal vez mi hermano realmente no me conoce.
—Minseok vive con la cabeza en las nubes —me dijo y ambos nos reímos, sonará extraño pero en aquel momento creí que nuestras risas hacían una bonita combinación—. No podía existir una manera en que te dijera que no a la invitación que me hiciste —me dijo y acercó su mano hasta la mía; juro que sentí mucha euforia cuando la tomó, fue una de las mejores sensaciones que he sentido en mi vida—, te conozco hace muchos años, y eres un chico realmente tierno e inteligente, dos cosas que me gustan demasiado.
Por un momento casi pierdo la voz, pues me sentí en shock, el chico más hermoso que había visto en mi vida me había dicho que le gusto demasiado, mi corazón palpitó a un ritmo tan rápido, como si estuviera haciendo spinning, o surfeando o corriendo una maratón, me sentí con la adrenalina a tope.
Me sentí.
En tiempo pasado.
No sé si esas sensaciones vuelvan a mi.
He llorado tantas lágrimas recordando nuestra primera cita, también he empezado a reír como loco en medio de las lágrimas, porque me parece irónico que mis mejores recuerdos me duelan tanto pero aún así me gusta volver a recordar como un masoquista.
También me atormento yo mismo como un tonto, como el tonto que soy. A veces imagino a alguien ganándose el corazón de Luhan, y me da tanta furia, como si fuera algo real y no sólo una suposición.
Mis amigos dicen que eso está mal, demasiado mal.
Y yo lo sé. Pero no puedo dejar de amar a Luhan, no puedo presionar un boton que apague mis sentimientos por él. Me siento egoista, quiero crear más recuerdos. Más recuerdos buenos, pero que no duelan.
Como los viernes, los cuales eran noche de películas, ahora los viernes son noches de películas repetidas, todas las que vi con él, pero ahora solo las veo yo, y ya ni siquiera me concentro en la trama, solo recuerdo los comentarios de Luhan, porque ¡demonios! hablaba mucho durante las películas y a veces me hacía spoilers sin querer.
También recuerdo que solía burlarme de esas frases que salían en los libretos que estudiaba Luhan, que decían un el amor era la droga más fuerte. Pero ahora sé que es verdad, y no tengo la necesidad de probar alguna droga para saber que ninguna causará tanto estrago en mi como lo hizo el amor.
«me había aferrado a ti, durante tanto tiempo»
Algo así le dije una vez en uno de los mensajes más tristes que dejé en su contestadora, recuerdo que lo dejé el día que se supone sería nuestro aniversario de tres años, estaba llorando tanto que no sé si se entendió algo de lo que dije.
Descubrí que había armado un patrón de vida alrededor de Luhan y lo desarmé sin analizar las malditas consecuencias.
Recuerdo como eran los primeras salidas, aquellas citas inocentes, miradas cómplices cuando Luhan iba a mi casa a ver a Minseok, caminatas a lo largo del centro comercial, también recuerdo cuando Luhan me esperaba cada viernes en la puerta de la escuela cuando terminaba la jornada y así hizo hasta el día en que me gradué, cuando lo vi llorar entre las muchas personas que habían en el auditorio, me dijo que se sentía orgulloso. Recuerdo la época donde sufrió de celos, creo que pudo matar a Jongin con la mirada, solo que yo lo calmaba, porque él era el único en mi corazón y eso fue lo que yo le demostré cada día, incesantemente.
Mis días consistían en amar a Luhan, lo amé tanto que se me olvido amarme a mi mismo, se me olvidaron mis prioridades, porque solo lo veía a él como lo mayor prioridad.
Me aferré tanto a él que cuando lo deje ir, muchos trozos de mi se quedaron con él. Es común escuchar a mis amigos decir que extrañan mi sonrisa y mi humor peculiar, es común escuchar el latido de mi corazón cuando es de madrugada y todo está en silencio y no puedo dormir y entonces me pregunto ¿por qué aún late con normalidad? Si me duele tanto, tanto que parece que tuviera una grave enfermedad.
«el brillante futuro que buscamos juntos, lo sé, ya no se puede»
Ese era mi mayor pensamiento durante las primeras semanas de ruptura, el otro era aquella conversación... Aquella donde fantaseabamos con un futuro juntos.
—Podemos tener una casa en la parte alta de la ciudad, donde tengamos una vista preciosa —me dijo Luhan mientras miraba uno de esos programas de remodelación de casas que tanto le gustaban—, con un pequeño jardín interno, ¿tú quieres uno así, no?
—Claro, y me gustaría una piscina grande, donde podamos nadar todos los días, así podré broncear mi piel —le dije mientras observaba su mano hacer caricias sobre la mía.
—A mi me gusta tu color de piel actual, te hace ver... tan delicado y puro como eres —me dijo y le sonreí como respuesta—. La casa debe tener 4 cuartos, justo como esa — me dijo apuntando la tv—, el de visitas, el nuestro, uno de un rosa pálido para la niña y el otro de un azul cielo para el niño; en nuestro cuarto podríamos tener un pequeño balcón y ta...
Pero yo había dejado de escuchar y casi me ahogo con mi saliva—. ¿Un niño y una niña?— le pregunté sorprendido, no sabía que el pensará en esas cosas también.
Me miró y abrió los ojos de par en par—. Lo lamento Sehun, pueden ser dos niños o dos niñas, como tú quieras, que grosero de mi parte no preguntarte antes sobre esto —me dijo y me eché a reir—, ¿Qué te causa gracia? No me digas que no quieres tener niños, para mi está bien pero imaginate adoptando niños, regalándoles un futuro... — Luhan no pudo seguir hablando porque pegué mis labios a los de él y lo callé. Cada palabra que decía me enamoraba y me ilusionaba más.
—Claro que quiero niños —le dije—, pensaba que era el único iluso que soñaba con un futuro juntos, pensaba que era un inmaduro.
—No, mi amor —me dijo y me dio un beso—, no es inmaduro, al contrario, hay que tener mucha madurez para imaginar ese tipo de cosas y querer que de verdad pasen, te estás imaginando atado a alguien de por vida —me dijo dándome otro beso—, me gustaría estar atado a ti de por vida.
¿Qué estoy haciendo?
¿Qué le voy a hacer a Luhan?
¿Qué me voy a hacer a mi mismo?
Casi puedo sentir como entro en pánico y las lágrimas bajan de mis ojos, no estoy amando a Luhan, no lo estoy haciendo. Estoy amando recuerdos. ¿Por qué no me estoy preocupando de su actual vida? ¿Por qué le voy a hacer esto?
Meto mi cara entre mis manos y comienzo a llorar, lo voy a joder todo. Se supone que amo a Luhan. Al igual que la tierra se endurece después de la lluvia, el dolor es temporal. ¿Por qué no lo puedo soportar?
No puedo llegar y arruinar la vida actual de Luhan. Eso no es amor. Eso es egoísmo. Ni siquiera sé si será igual que antes, antes de que rompiera nuestros corazones, nadie puede ser exactamente igual después de eso, y yo estoy buscando a mi Luhan, a mi querido Luhan, al Luhan de mis recuerdos, al Luhan que sonreía peculiarmente, el que besaba la cicatriz de mi mejilla siempre, el que me mandaba mensaje cada vez que salía y al final ponía "P.d: te amo más que ayer", el que me ayudaba a estudiar las cosas de la universidad aunque no entendiera ni un poco, el que me presumía con todos sus amigos y se ponía especialmente cariñoso conmigo cuando estábamos junto a Jongin (los celos siempre le ganaban un poco a mi Luhan), el Luhan que era mi complemento, mi otra mitad.
Lo amo, lo amo tanto, pero lo tengo que dejar de amar.
Porque ya no es correcto, el amor no siempre es la respuesta ni la opción más brillante. Algunas veces es como cavar una tumba para dos. Y quiero que Luhan brille, si lo amo en este momento lo debo dejar seguir adelante y me debo dejar seguir a mi mismo adelante.
Tal vez debo empezar a amarme más a mi mismo y darme una oportunidad de avanzar.
«algún día conocerás a alguien que te haga más feliz y te de esa clase de amor que mereces»
Algún día Luhan, lo harás. Y te amara con cada hueso de su cuerpo y con cada segundo de su respiración y lo más importante, te acompañará hasta el final, la única cosa que yo no soy capaz de hacer, la única cosa que realmente quise hacer, pero es solo un sueño.
Y hay sueños que te atan más que unas cadenas, y hay realidades que te liberan, espero liberarme.
Rebusco en mi mochila un bolígrafo, y agarro la servilleta frente a mi.
Intento escribir y la mojo con lágrimas.
Intento con otra, y me tiembla la mano, pequeños recuerdos de mi besando a Luhan hacen que me sienta débil.
Intento nuevamente en otra, y termino arrugandola por frustración. Los ecologistas se molestarían conmigo por esta cantidad de servilletas desperdiciadas. Luhan era ecologista... ¡Demonios, debo hacer algo bien por él aunque sea una vez!
Me pongo a llorar con fuerza, no me importa que la gente se me quede viendo, necesito llorar justo ahora, necesito llorar una última vez por Luhan, una última vez.
Quiero estar así horas, muchas horas pero me doy cuenta de que Luhan puede entrar por esa puerta en cualquier minuto así que tomo una servilleta nueva, respiro profundamente y me calmo, tomo el bolígrafo y trato de hacer que mi mano deje de temblar.
«aferrarme a ti sería peligroso, lo sé, así que me esforzaré por alejarte de aquí.
El tiempo que pasamos juntos, nuestros preciosos recuerdos, los dejaré ir. Así podrás sonreír algún día»
Pongo mi firma, algo movida, ya no me quedan fuerzas para seguir escribiendo, me levanto, recojo mis cosas rápidamente y le doy la servilleta al chico que estaba de turno.
—Dale esto a Luhan— le digo y me mira con una ceja levantada—, será el chico más hermoso que veas entrar por esa puerta, tiene un lindo acento chino y unos ojos que hipnotizan.
El chico asiente y le dejo una buena propina para que haga bien lo que le pedí.
Salgo por la puerta, sin mirar atrás y aún cuando he pasado un par de negocios, puedo escuchar la campanilla de aquella tienda sonar, indicando que alguien entra, pero no miro hacia atrás.
«te dejaré ir»
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