Jimin tragó grueso al ver que la chica de cabello rojo se detenía frente a él. Sus ojos pasearon por todo el lugar tratando de encontrar algún medio de escape, sin embargo, el sonido de la joven carraspeando su garganta, le devolvió su concentración.

-Me llamó Min Hyejeong- Le dijo, cubriendo sus mejillas por completo de rojo al sentir la mirada intensa de Jimin. -Yo-yo, soy de 4A, tal vez no me reconozcas porque estoy una clase después a la tuya- Su voz se volvía más pequeña con cada palabra. Jimin alcanzó a creer que al final de la oración, su tono sería tan bajo que sólo los perros podrían oírlo - Desde hace un tiempo te he visto y no he parado de pensar en tí. -Sus pestañas ondearon tímidamente, miéntras su corazón latía con fuerza.

Hyejeong amagó sacar algo que había estado escondiendo detrás de su espalda, pero el grito de Yoongi llamándo a Jimin fue suficiente para detener todo movimiento.

-Jimin-ah, vamos a almorzar. Se está haciendo tarde para ir a casa.

Jimin no pudo evitarlo y reverencio ante la chica antes de ir en dirección a su Hyung, susurrando un "lo siento", dejándola ahí, en medio del pasillo con seguramente una carta que contenía sus sentimientos, unos unos que él no podría corresponder.

Yoongi le esperaba despreocupadamente mientras miraba la suela de su zapato.

-Gracias- Le dijo al estar cerca de él, casi conteniendo el aliento.

-¿Porqué? - Yoongi lo miró, esperando que Jimin le agradeciera directamente por evitarle rechazar a una chica. Pero en cambio, Jimin levantó su hombro restándole importancia. -Por esperarme, tengo mucha hambre.

Jimin camino prolijo frente a Yoongi y oculto sus sentimientos, era estúpido no agradecer apropiadamente pero en su mente el mostrar que tenía una debilidad, como no sentirse atraído por las chicas, sería demasiado.

Más si justamente el chico de quien gustaba, era quien recientemente lo andaba sacabando de todos esos apuros con mujeres.

-¿De qué estaban hablando? Se veía muy serio. -Yoongi preguntó tratando de forzar el asunto. Jimin se encogió un poco, disimulando su cobardía, pues era tan malditamente cerrado que sino fuera porque Yoongi se esmeraba en preguntar o ser en extremo detallista, no habría podido saber que la actitud del menor era de pura incomodidad.

-Estaba por declararse - Fue tan seco y hosca la forma en la que lo dijo, que confirmó su sentir.

-Debiste haberme dicho que no y seguido con ella - Le forzó un poco a que hablaran del tema.

Jimin detuvo sus pies y volteo a mirar ceñudo a Yoongi que sólo estaba a unos metros de él. El pasillo en el que andaban estaba complamente solo por la hora que era y los murmullos calmados en las salas de clase contiguas, les daban una especie de burbuja íntima.

-Hyung, soy gay. No tengo ninguna intensión de escuchar la palabrería de personas que, estoy seguro, jamás podré ver como un prospecto de pareja.

Yoongi casi siente su mandíbula caer hasta el suelo, Jimin lo miraba tan seriamente que sabía que sus palabras eran sinceras. Siempre había admirado a las personas que no sentían esa necesidad de endulzar una situación y que con su crudeza, podían encajar todo sin tantas vueltas.

Digamos que por eso le había gustado Jimin.

-Ya veo...

-No por esto quiero que se ponga incomodo conmigo. Estoy siendo sincero para que entienda mi actuar con las personas. Sobre todo con las chicas. -Yoongi solo podía respirar pausadamente antes de sentirse regañado. Jimin era verdaderamente intimidante cuando hablaba cosas de sí mismo, las cuales eran relativamente pocas.

-Esta bien, no es algo que me preocupe o me incomode. -Era cierto, en parte, porque Yoongi también era gay y de alguna u otra forma entendía, más cuando en su caso casi nadie sabía aquello, por ser un tema que no creía era tan trascendental.

-Me alegra- Hizo lo que parecía ser una mueca, similar a una sonrisa - Así que olvidemoslo y vayamos a comer. De verdad tengo hambre.

Con eso Jimin se dio la vuelta y caminó hacia la cafetería, prestándole atención al conjunto de sonidos que hacían las suelas de Yoongi al seguirle.

Jimin se veía duro, pero había confesado por primera vez su orientación sexual y sentía como su corazón repiqueteaba fuertemente en su pecho, con las manos sudandole dentro de los bolsillos del pantalón.

Al menos Yoongi no había huido tal y como pensó, ni tampoco le había juzgado o hecho un mal comentario. Eso era positivo, Yoongi era así, muy amable y atento, de buen corazón a su forma.

Tal vez por eso le gustaba Yoongi.