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✨Este capítulo contiene una parte musicalizada, recomiendo leer con la canción para una mayor experiencia. La marca de inicio para la reproducción es ésta [~~~].

Espero sea agradable de leer. ✨

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¿Alguna vez han escuchado una melodía que los transporta a otra dimensión?

Que les atrapa en una burbuja y les eleva por sobre la realidad consciente, maneja sus emociones y sensaciones a su acomodo, susurrando la fantasía a su parte más primitiva y les arrastra entre sombras a un mundo en donde cualquier cosa puede ser posible; desde un gran pez que surca los cielos con la elegancia propia de una bailarina de ballet, un hada del agua cepillando la espuma púrpura del océano con dedos largos y blanquecinos o una mariposa a blanco y negro aleteando una borrasca en un desierto.

En la imaginación de un oyente, cualquier cosa puede ser posible con el instrumento, acorde y melodía correcta.

Jimin nunca había experimentado lo que llaman un desdoblamiento, siendo esta la única manera de resumir lo que vivió aquella noche recostado en el piso de su ahora antiguo apartamento, pues el mundo que se venía abajo tuvo una pausa y se reconstruyo a sí mismo.

Estaba relajado escuchando música luego de tomar una o dos copas de vino, celebrando entre lágrimas que no podía diferenciar entre la alegría y la tristeza, el paso que había decidido tomar para con su vida.

Cada impulso que se tiene, cada palabra que se dice, cada decisión que se toma, advierte una consecuencia; es cuestión del destino si esta se vuelve positiva o negativa.

Por lo que Jimin nunca pudo imaginar que al sentirse completamente sumido entre el baile mental que tenía con las distintas melodías tremulosas que escuchaba desde las bocinas, fuesen a darle la mayor lección de su existencia.

Fue una casualidad planeada desde el principio de los tiempos, que aquella canción que le provocaba esa vibración en el cuerpo y le erizaba la piel desde la primera vez que la escucho, sonase acallando el mundo por completo. Está le obligaba a desplazar cualquier pensamiento y sensación más allá de la cegante necesidad.

Había sido la canción principal del recital del que le regaló el reconocimiento improvisto que jamás imagino tener, aquella pieza que escuchó por primera vez en el teatro en el que siempre soñó estar y del que sería director.

Era espléndida la forma en que sin un público que quedara impactado por el talento de los músicos o un bailarín que reflejara con movimientos la historia contada por medio de notas, Jimin fuese capaz de, nuevamente, sentir la magnificencia de lo quería su primer y último trabajo en las artes escénicas.

Su nacimiento y muerte.

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El inicio simple con el ajetreo de la familia de cuerdas dibujaron en su mente un escenario oscuro que le consumía las extremidades y el torso, envolviendole con una manta de lo que él percibía como el cielo nocturno y un estallido de fragmentos luminiscentes voraces.

La forma en que cada centímetro era cubierto por el espesor de lo que al principio no se podría categorizar incorrecto o impuro, pero que al final se desenmascaraba como una mano que le ahogaba, arrancandole hasta la certeza de la conciencia.

El bucle giraba y le mareaba, jugaba con él y le mostraba su vida, sus errores y decisiones; en aquel lugar de su mente las palabras tomaban formas y los sentimientos colores. Las paredes se teñian de sueños y los suelos de pesadillas, lo que eran habitaciones se convertían en pasadizos enredados y el entendimiento de la realidad, era sólo una ilusión.

Jimin se vio a si mismo por primera vez, en un pequeño recuadro a su derecha, flotando hacia él con una imagen de un niño que no entendía lo que pasaba y su ropa roida por el pasar del tiempo descuidado, como lentamente mostraba su dolor. El menor estaba escondido detrás de un mueble, con solo la mitad del rostro sucio visible, las sombras adultas que se golpeaban una y otra vez siendo reflejadas en su inocente mirada.

La escena voló, al igual que su corazón. Obligándole a abrir esos pasajes que creía más que olvidados, cerrados.

Jimin quería ayudar, ayudarse a si mismo e intentó con todas sus fuerzas correr tras de lo que aquello representaba, el mensaje oculto tras las imágenes, no obstante, mientras más lo intentaba más imposible parecía ser.

Y eso le era frustrante.

Sin embargo, otro escenario se creó rápidamente, encandilando sus recuerdos, un adolescente fue lo que vio, que corría a una velocidad lenta y la expresión desolada, las manos agarrotadas en cada zancada y la piel cubierta de azul. Aquel que estaba huyendo no miraba hacia atrás, y eso que le seguía con ahinco, no planeaba dejarle hasta terminar con él.

La desesperación le embriago y cuando pretendía estirar su mano con la intención de ayudar, fue consumido por un vórtice inestable y abrumador que le alejaba cada vez más.

Era todo negro de nuevo y frío, muy frío.

Pero algo cambió en el ambiente, una luz, una calidez... Un brillo que comenzaba de algún lugar y le buscaba con desesperación. Ese resplandor le alcanzó y lo que antes veía como manchas inconclusas, se transformaban en sonrisas verdes y amarillas, risas blancas y lágrimas rosadas, abrazos rojos y besos grises... Esa luz modificaba todo y estropeaba en partes iguales.

Arremetia con vehemencia y desordenaba el caos.

Jimin dejó de respirar cuando la luminaria tomó forma frente a sus ojos. Yoongi le miraba con esa sonrisa que sólo él sabía darle.

Luego Yoongi corría, su camino siendo confuso y sin un suelo estable, Jimin intentaba seguirle infructuosamente mientras el mayor solo reía y jugueteaba entre las melodías, perdiéndose en alguna parte.

Jimin sintió ese vacío y cayó de frente quedando en sus rodillas, gritándole a la nada.

Porque era así como sentía su vida sin su luz, como una nada impoluta.

Para cuando volvió en si, estaba llorando, sosteniéndose el torso y apretando su camiseta, casi arrancandola. Se sentía asfixiado y mareado, las lágrimas siendo un impedimento para pensar.

Estaba cansado, pero si no dejaba fluir todo por una última noche, no lo haría jamás.

Así que entre lamentos llamó por una última vez el nombre de Min Yoongi y lo que él trajo a su vida, la pasión que le regalo y la motivación que le dio para seguir con lo que serian sus sueños muertos y metas destartaladas.

Cuando el amanecer estaba por presentarse, Jimin por fin se sumió en un sueño profundo, completamente rendido, tanto que ni siquiera su habitual pesadilla le acompañó.

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De nuevo yo aquí jeje

Este apartado sólo es para dedicarle este capítulo a Minivonne 💜, porque me hiciste llorar con lo que una vez escribiste para mí. Te agradezco de forma más sincera tus palabras.