Estoy escribiendo esta carta con miedo. El motivo de escribirlo es... no lo sé.

  Tengo miedo de verte ¿sabes? Caer otra vez en tus encantos que me maravillaron la primera ver que te vi. Tengo miedo de enamorarme de ti otra vez y que otra vez sea todo una mierda.

  Tengo que fijarme la idea en mi cabezota revuelta de que eres mi ex y que no puedo volver contigo porque sería cagarla nuevamente.

  Y no, aunque me digas de que cambiarás o aunque prometa yo cambiar, ambos sabemos que no lo haremos.

  Lo bonito y que atesoro mucho son todos los recuerdo felices que hicimos. Gracias.

  No me había divertido tanto en un relación y espero que tu también lo hayas hecho. Sigo pensando que no era la chica indicada para ti.

  Terminamos mal, no te dije lo que realmente quería decirte y espero que me perdones. Mentía al decirte que te amaba.

  Me daba mucha ilusión cuando me dijiste que querías casarte conmigo. Con la euforia del momento, te dije que sí. Nunca lo hicimos, menos mal, porque estoy segura que ambos seríamos infelices.

  Con el paso del tiempo me había entrado el miedo. Me decías que me amabas, que querías pasar cada momento conmigo. En serio, empezaste a... agobiarme. Me pedías que siempre esté contigo, para siempre.

  Tienes un serio problema, no tienes que ser tan asfixiante con una persona que quieres solo por el hecho de que has sufrido en otras relaciones amorosas. Terminarán huyendo de ti, como yo.

  Tengo el impulso de colocar a cada rato lo siento debido a que esperabas mucho de mi y no pude darte absolutamente nada, literal... nada. Solo recuerdos bonitos y a la vez dolorosos.

  O al menos yo los siento así.

  Me pongo a recordar y entro en modo depresivo, y bien fuerte. Estaríamos felices y juntos si no fuera de que saldría una relación realmente tóxica.

  Te sigo pensando, pero me pongo melancólica al hacerlo. ¿Qué me has hecho? Odio recordar algo bonito porque de la nada apareces tu.

  Me pregunto siempre si estarás bien, tengo tus cosas ya guardadas solamente falta que me ponga los ovarios e ir a dejarlos a casa o dartelo en la Universidad. No tengo la confianza de verte a la cara y decirte Oye, toma. Gracias por todo y lo siento.

  La que intenta odiarte,

Ilda