Querido Ian:

Al igual que las  hojas que han cogido el ocre agitado del tiempo, he comprendido que a medida que tengo estas cartas en mis manos, van pasando semanas, y tal vez años. Pero sigues tan presente después de todo. Después de pernoctar con la nostalgia durante tanto tiempo, decidí que la única manera de saltar era domar al tiempo con las manos. Intentar que con la melena de león, las fauces de mi interior se abrieran, y no fuera tan dificil abrir mis sentimientos. Aunque claro, después de pernoctar en aquellos coches grises de calefacción, arcaica, pero escuchando David Bowie, Siouxie and The Banshees, Buzzcocks, The Stones and The Forest, y todas esas bandas que inspiraron a Warsaw a constituir su propio imperio, en los Rob Records. 

Warsaw, que fue como un ave fénix de alas cenicientas y de fuego fugaz antes de ser Joy Division. 

Aquellas 400 libras que supusieron el principio de todo.

Las escalas grises del escenario.

La entrevista: " ¿ Os gustan the Buzzcocks?"

Seguro que pensaríais " ¿quién diablos hace esa pregunta?" aún puedo oír a Rob Gretton · " una chica francesa. Supongo que nos dejará mejor que esos pringados que hablaron la última vez"

Mis nervios a flor de piel, cuando Rob Gretton dijo " la próxima" ¿qué se supone que tendría que decir para lograr supurar las entrañas y abrir los rincones más escondidos de Joy Division y su cantante, Ian Curtis?

"¿ Qué opináis de la música?  ¿ es bonita?"

La respuesta fue bastante opaca, para mi gusto, Ian, tenías una manera de dar respuestas que abrían pequeñas cadenzas en mi corazón, y me dejaban con ganas de conocer todas tus versiones. Todas las opiniones que te merecía Manchester, el mundo, la música, y sobre todo tu versión sobre la música de Joy Division. Pero tú debías tener la pensión completa en tu cabeza, tú eras el que escribía las canciones, realmente eran poemas. Y tal vez nada era lo que imaginabas y por eso escribías, y por eso querías hacer música. Y eso era lo que yo quería conocer en esa en trevista.

¿Y qué hay de las canciones de Joy Division?"

Quizá, debí hacer un tachón en mi vida esa noche, no pernoctar en aquella casa de Manchester. Volver con Isabelle y hacer como si no te hubiera conocido. Como si no hubiera conocido a mi alma gemela, que parecía extender las alas hacia mí, y acogerme durante la duración de aquella entrevista. Protegiéndome con cada mirada. Luego, escuchamos Low de David Bowie, todos se quedan dormidos en un sueño profundo, con principios de Arquímedes en la punta de sus lenguas, y algo a punto de nacer en sus bocas. Todos menos tú y yo, Ian.

Por alguna razón nos dejamos llevar por el Insomnio.

Y decidí hacer como que Candidate no llegó a mi corazón pulverizado de emociones, a aquella chica Belga que se había hecho pasar por una periodista. Tal vez fui una oportunista, o alguien con suerte. Tal vez debí cerrar la puerta inmediatamente conforme se me ponía en bandeja. Pero no tuve valor.

Y cuando las manos sudan, sabes de alguna manera que esa emoción te va a hacer un vagón de montaña rusa.

Que te va a hacer vivir intensamente, desde que te levantas hasta que te acuestas, o que te va a matar, hasta que solo queden de ti cenizas, y un poso del que nadie sepa nada.

Annik.