Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Les fleurs de Belgique.


December 1999                                                             Brussels.

El lápiz se queda clavado de punto en el papel, intento no quebrarme, desangrando mis sentimientos, abriendo mi oscuridad, a la luz del día.

Hace tiempo que quizá yo no existo para nadie, que si no reciben mis cartas nadie me recuerde, así, cómo cabe esperar que alguien me dedique un pensamiento entre tantas calles marchitas, hace tiempo que los tulipanes murieron en los basureros de Amsterdam.

Y a medida, que observo las torres góticas, esas divinidades flamígeras coronando Bruselas, cada vez que camino por un lugar, esperando no ser reconocida, por lo que creen que fui, sino por lo que fui en realidad. Me debato entre el dolor viviendo en penumbra, y las tardes de pura nostalgia, rumiando los recuerdos, o reptando entre las paredes del pasado como una víbora.

Hace tiempo que en la radio no ponen nada conocido, nada nuevo, todo son suburbios de lo que va a ser la década de los 2000. Todos realmente tendrán opiniones al respecto, y honestamente, yo no me creo ninguna de ellas.

No paro de pensar en esos tiempos en los que trabajaba en la embajada de Bélgica. Me mudé a Londres, y todo cambió definitivamente en mi vida.

Si pudiera volver a atrás, quizá sólo lo haría para retroceder en el tiempo, y admirarlo desde los pies del futuro, desde la otra mirada, más sincera, y ver si mi yo más maduro cambiaría algo de ese Imperio tan callado, que ya no suena.

Entonces recordaré aquel billete de autobús que cogí en Manchester para ver a Ian, y tal vez recordaré los billetes que me dio mi madre cuando yo me fui, y ella me deseó suerte, apenas moviendo los labios. Esas libras que no sabían nada ni de Londres e Inglaterra que se me cayeron de las manos y los bolsillos cuando lo conocí.

Quizá recordaré el metro o el tren, esas pintadas de Lou Reed que hicieron historia de un metro plasmado en una fotografía.

Y dejaré el resto de mis pensamientos a Ian, como me recogió aquella vez en el puerto, aquel beso frente al mar, y esas miradas en un abrazo continuo en los asientos de atrás, tan plasmados en nuestra historia de amor, que no nos dimos cuenta de que había eco detrás de ese vehículo, Debbie, Natalie, Joy Division.

Y que yo siempre sería recordada en la prensa como la amante de Ian Curtis, y no con el título de " entrevista a Joy Division cambió la vida de Annik Honoré e Ian Curtis" .

Nadie habló nunca de que quizá nos cambiamos la vida el uno al otro, que yo esperé cada noche una llamada suya, y que él conmigo no era ese Ian tan atormentado.

Confesó lo que le incendiaba, confesó lo que le dolía. Su última carta podría haber sido vista como la declaración de amor histórica. No sé qué habría sido de nosotros, él me prometió que su matrimonio estaba roto cuando yo lo conocí, y tal vez fuera así.

El amor nos desgarra, y tal vez nos hizo salir de las coordenadas del metro, o de la autopista de nuestra vida. Nos destrozó, pero creo que nunca habrá algo tan bonito como enamorarte de como nunca creerías enamorarte.

Amar primero, amar siempre, esa era la lección de vida que me dejó Ian, que me quiso, dejándome varios huecos en su corazón, a pesar de que por ley estaba adherido todavía a su esposa.

Esa mirada después de aquel concierto en Londres, aquellos ojos azules que yo me guardé en el blanco de mi camisa, y los anillé en mis bolsillos, para que fueran el espejo que siempre fuera conmigo.

Sé que soy suya, sincera e irremediablemente, así como sé que no pertenezco a nadie, así como que he olvidado el Manneken Pis, y mi bandera.

Igual que recuerdo a Manchester como se parpadea.

Honestamente, Annik Honoré.









Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro