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El sentimiento de tristeza y de amargura habían quedado atrás luego de llegar a la casa de los Jeon. A pesar de ser tarde y haber tenido una agotadora jornada de trabajo, los señores Jeon lo habían tratado con amabilidad, incluso le ofrecieron más pizza, pero lamentablemente en su estómago solo pudo entrar una pequeña tajada. Ahora, Jimin solo podía sentirse feliz mientras esperaba en la habitación de Jungkook, sentado de piernas cruzadas sobre la cama.

Rodeado de paredes grises y muebles de color negro, en vez de sentirse intimidado por la gama de colores oscuros predominantes, se sintió cómodo y bastante curioso por ver cada detalle del lugar.

Eso era lo que causaba Jungkook en él, un gran confort, pero también una gran curiosidad.

Un click se hizo escuchar y no pasó mucho para ver a Jungkook salir del baño, vistiendo una camisa blanca y unos shorts cómodos. El chico se le quedó mirando de igual forma.

—Te queda bien —dijo, corto preciso, pero que hizo sonreír a Jimin.

—Lo dices porque es tu pijama —rodó sus ojos al ver al mayor encogerse de hombros, para luego darle la espalda y dejar su ropa a un lado—. Me queda un poco grande, pero está bien, muchas gracias por prestarme tu pijama, Kook —este asintió—. ¡Cierto! Ya le avisé a mamá que me quedaría aquí, lo más probable es que siga en el quirófano, pero no se molestará porque eres tú.

—Bien. ¿Lado derecho o izquierdo?

—Izquierdo. Izquierdo —ese era su lado, pero solo asintió, echándose en el otro lado. Eso era algo que Jimin no tendría que saber—. ¿Sabes? Hace tiempo no me quedo a dormir en casa de alguien. ¿Tú hace cuánto no haces una pijamada?

Jungkook dejó caer su cabeza de lado sobre la almohada y cerró sus ojos. Jimin imitó su acción, colándose bajo las sábanas, pero manteniéndose despierto del lado que apuntaba el rostro del contrario.

Se veía cansado y no podía imaginarse lo cansado que fue el día para él también. Aún así, veía sus cejas pobladas relajadas, sus pestañas rozando su piel, sus labios de un suave color rosa entreabiertos; veía su rostro buscando la tranquilidad y aquello le pareció bonito.

—Creo que hace dos años —respondió Jungkook, su tono de voz había bajado unas cuantas octavas, logrando que cierto corazón ajeno se agitara un poco—. Casa de Yoongi.

—¡Eso es mucho tiempo! —los ojos de Jimin se abrieron en grande mostrando su sorpresa—. Cuando decía que hace tiempo no hacía una pijamada me refería hace tres semanas.

—Jimin.

—¿Sip?

—¿Ya te sientes mejor?

El rubio sonrió a pesar de que no pudiera verlo, enternecido por su genuina preocupación.

—¡Por supuesto! Después de todo lo que comí hoy quién no estaría bien —se animó a hacer una pequeña broma.

—Jimin —volvió a llamarlo y el mencionado hizo un pequeño sonido de confirmación, encantado de escuchar cómo sonaba su nombre en labios de Jungkook—. ¿Puedo hacerte otra pregunta?

—¡Claro!

Entonces Jungkook abrió sus ojos, y cuando se encontró con la profundidad que estos implicaban, la sonrisa en su rostro se congeló.

Y la pregunta que menos esperó, llegó.

—¿Desde hace cuánto tiempo te sientes solo?

Los labios de Jimin se sellaron, lo hicieron al darse cuenta que no podía mentir, no cuando Jungkook lo observaba detenidamente, cuando en sus ojos pudo ver un brillo de preocupación en ese rostro tan serio. Apartó su mirada, sintiéndose cohibido y luego se dio la vuelta, dejándose caer sobre la fama y posando su mirada sobre el techo blanco, como si ello pudiera solucionar todos sus problemas.

—No... no lo sé —su voz tembló un poco ante las dudas que lo agobiaban—. Creo que me siento así desde que era pequeño. Nunca conocí a mi papá, así que solo tenía a mi mamá, pero ella siempre ha trabajado —exhaló con cierto pesar, dejando descansar sus manos sobre su pecho—. Siempre tuve personas alrededor mío, niñeras, amigos, profesores. Todos fueron buenas personas que me querían, que me cuidaban y me trataban bien, pero el vacío nunca se iba.

Una mueca amenazaba con curvarse en los labios de Jungkook, pero lo que no se veía en sus gestos, se veía en su mirada. Era la primera vez que veía a Jimin así, que veía más allá de esa luz que siempre mostraba, encontrándose con un corazón herido, afectado.

Era la primera vez que veía el otro lado de Park Jimin.

—¿Nunca hablaste de esto? —preguntó Jungkook sin dejar de mirar su perfil—. ¿Nunca dijiste cómo te sentías?

—¿No has escuchado el dicho "callado te ves más bonito"? —dijo con una pequeña risa deslizándose entre sus labios, pero cuando giró a ver el rostro del mayor, tal vez no fue la mejor broma que pudo decir—. No quería molestar ni causar problemas —confesó finalmente—. Si estoy bien, los demás estarán bien. Además, si digo que me siento solo a pesar de tener a muchas personas conmigo se malinterpretaría y cualquiera se molestaría.

—Nadie tendría porqué minimizar tus problemas —Jungkook frunció su ceño—. Eso solo lo hace la gente basura que...

Un repentino bostezo interrumpió sus palabras. Jimin volvió a sonreír, acomodándose de lado para poder mirarlo.

—Parece que alguien está muy cansado —canturreó.

—Perdón si no es la pijamada que esperas —inhaló y luego exhaló con fuerza, cerrando los ojos por un momento—. El trabajo me dejó agotado.

—Ni siquiera esperaba tener una pijamada hoy, así que no te preocupes, estoy feliz de tener una contigo hoy.

Las cosas definitivamente habían sido diferentes a lo esperado y Jimin se preguntaba cuán más diferentes podían ser.

Relamió sus labios sintiéndose repentinamente nervioso, fue como si el corazón comenzara a latirle un poco más rápido. Observaba el rostro de Jungkook, tranquilo, bonito, y al ver que su respiración se volvía más lenta, se apresuró en hablar antes de que este quedara dormido.

—Uhm... ¿Kook?

—Dime, Minnie.

Sus mejillas instantáneamente se pintaron de un suave color rosa, sintiendo un cosquilleo en su estómago. Tal vez se debía al sueño el porqué Jungkook estaba siendo más suelto al hablar y lo llamaba por ese apodo que solo usaba cuando hablaban por mensajes, pero se sentía bien.

Más que bien.

—B-Bueno... Yo ya te hablé de mí y te conté eso que me molesta y no se lo he contado a nadie —su voz se escuchó nerviosa, pero se obligó a no apartar la mirada—. Yo me preguntaba... Me preguntaba si tú también tienes algo que te molesta y tal vez no se lo has dicho a nadie.

Hubo un silencio que lo hizo sentir ansioso, pero al cabo de unos segundos Jungkook lo rompió.

—Tal vez soy un poco como tú.

—¿Como yo? —preguntó un tanto confundido—. No lo entiendo.

—Mis padres también fueron ausentes gran parte de mi vida —comenzó a contar—. Siempre estaban fuera de casa, trabajando y trabajando. Pero además de eso, nunca fueron amorosos conmigo. Quizás hayan cambiado con el tiempo, digo, fueron amorosos contigo —Jimin intentó sonreír, agradecido, pero le costó—. Pero me hubiera gustado que fueran así desde un principio, ahora... Ahora es difícil.

—¿Es por eso que te cuesta mostrar tus emociones?  —la pregunta salió de los labios de Jimin sin poder pensarla bien, solo dejándose llevar por la nostalgia y pesar que reinaba en el lugar.

De pronto, Jungkook abrió sus ojos, tomándolo con sorpresa, pero estrujando su corazón cuando vio el reflejo de su alma en ellos.

No sé mostrar emociones —aclaró—. No sé cómo hacerlo sin sentirme incómodo o extraño al hacerlo.

—Oh.

Jimin recordó aquel día en el que chocó con Jungkook, él no era de las personas que hacía diferencias o juzgaban a los demás por cosas insignificantes, pero no podía negar que sintió temor cuando se dio cuenta de la persona con la que había chocado. No le tomaba importancia a los rumores, pero eso no significaba que no los escuchara. Jungkook era alguien popular, su rostro y su estatura le impedían pasar desapercibido, además de ser inteligente y ser bueno en los deportes, pero así como era popular por eso, también lo era por lo que se decía acerca de su personalidad.

Desinteresado, amargado, un tanto asocial e incluso difícil de tratar. No era un bravucón, pero muchos decían que tenía la actitud de uno, si no fuera por aparente repele a las demás personas, lo más probable es que ya se hubiera metido en alguna pelea con los demás alumnos.

Pero Jungkook era todo lo contrario.

Absolutamente todo lo contrario.

Jimin vio una vez más el rostro del mayor y luego de ello solo pudo pensar con el corazón. Se movió entre las sábanas y sus brazos se estiraron para tomar el cuerpo ajeno entre ellos.

Jungkook se sorprendió cuando de repente tuvo a Jimin junto a él, abrazándolo con fuerza mientras escondía su rostro en su pecho. Sus piernas desnudas se tocaron y el corazón dentro de su pecho juró desaparecer.

—Está bien, Kook —dijo en un murmullo, con esa voz suave que siempre lo cautivaba—. No tienes que esforzarte por ser algo que no eres, yo entiendo tus formas de querer y créeme que son más que perfectas.

Porque todo estaba en las buenas acciones, en los detalles. Todo estaba en la compañía, en la comprensión, en la sinceridad y en la atención.

Había mil maneras de demostrar cariño a alguien y a Jimin particularmente le gustaba la forma de querer de Jungkook.

De pronto, Jimin sintió un beso corto sobre su cabeza, tomándolo por sorpresa y con la guardia baja. Unos fuertes brazos lo rodearon y la calidez estalló como luz dentro de su pecho.

—Eres un ángel, Jimin —murmuró con su mentón sobre la cabeza y sus dedos comenzaron a acariciar los cabellos rubios mientras miraba hacia la pared—. Y los ángeles también lloran y se sienten solos, así que no te fuerces a ser feliz para otros. Eres perfecto aún cuando las piezas de tu corazón no estén completas.

—Kook... —Jimin tuvo que morder su labios interior cuando sintió un repentino nudo en su garganta.

—Estaré ahí para verte sonreír y cuando quieras hablar hasta quedarte sin aire y también estaré ahí cuando busques consuelo y solo quieras a alguien que te escuche y te acompañe cada vez que te sientas roto.

Puede que esa noche Jimin haya llorado un poco, liberando pequeñas lagrimas traicioneras que no pudo guardarse más para él.

Y puede que Jungkook lo haya abrazado hasta quedarse ambos dormido, sintiendo su corazón tranquilo después de mucho tiempo

"Estaré ahí para ti, para recoger tus pedazos cada vez que sea necesario y comenzar de nuevo todas las veces que quieras, pero juntos."

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