—¿Sabes que podría fundir el arma antes de que siquiera le dispares? —tampoco estaba muy segura de eso, pero si he logrado controlar el viento y el agua, puede con todo.

—No podrás —dijo la maestra— nadie puede controlar los cuatro elementos, ni siquiera tú, hay un límite y un pago que debes dar para todo, ya que esto se trata de equilibrio, debes dar para recibir, así que será mejor que te entregues a menos que quieras que tú amiga sea el pago por tu estupidez.

— Está bi...

—Mátame —dijo Cameron está vez— mátame, sé la maldita villana de este cuento, demuéstrame que no eres tan inútil, estúpida y necesitada de atención como creo que eres Sofía, mátame.

—¡Que te calles o te pego un tiro!

—¡Hazlo de una buena vez!

—Llévensela al templo mejor —dijo la maestra— ahí esperaremos tu respuesta.

Arrastras se llevaron Cameron y tomaron a cinco personas del pueblo para que luego una ráfaga de balas agujereara sus cuerpos.

—Solo una pequeña advertencia

En menos de nada desparecieron de mi vista y yo, me sentía sola, destruida, y más que nada furiosa e impotente. Poco a poco, comencé a desatar a cada habitante del pueblo, mientras que a los cadáveres los tapamos con sábanas que buscaron en sus casas.

—Entrégate —dijo un señor que no tenía pinta de querer hacer amigos— si te entregas nadie más va a morir.

—Si me entrego deberán postrarse a una diosa cruel y sin escrúpulos.

—Pero es mejor que morir, nosotros amamos a la diosa —contraatacó.

—¡Su maestra, acaba de matar a cinco personas solo por querer! —este tipo, o se calla o lo callo— si ella es capaz de esto, ¿qué piensas que hará luego de mi muerte?

—Pero aun así...

—Pero aun así nada, si usted desea morir por sus ideales hágalo, yo no me pienso entregar.

—Si te entregaras tendríamos a una mejor maestra, Sofía es una gran chica, mucho más de lo que serías tú.

Este tipo no está viendo las cosas con claridad, Sofía jamás tendrá mi poder, la diosa solo la convenció de ello para llegar los rápido posible a mí.

—No me entregaré —repetí.

—Entonces nosotros lo haremos.

De un momento a otro estaba tumbada en el suelo con más de la mitad del pueblo alzándome mientras nos encaminamos al templo, mis manos las tenía inmóviles por las fuertes sogas que usaron. Al llegar al templo, el pueblo se dirigió directo al salón de rituales dónde me dejaron caer al suelo, haciendo que me lesionara una pierna dejándome con cojera, en el salón estaban la maestra, sus lacayos y mi amiga amarrada de manos y arrodillada.

—Veo que el pueblo decidió por ti.

—Deseamos a una mejor diosa, es por eso que la trajimos.

Cómo pudieron me arrastraron y me dejaron arrodillada frente a la maestra

—No teníamos que llegar a estos extremos si te hubieras entregado.

Un golpe me hizo voltear la cara hacia la derecha luego otro directo al estómago y otro nuevamente a mi rostro, la sangre ya me empezaba a llenar la boca por lo que debía escupir.

—¿De dónde sacaste ese collar? —pregunto algo alterada la diosa.

—De su madre —dije con una risa.

Otro golpe me hizo golpearme la cabeza con el duro sueño de piedra

—¿¡En dónde lo encontraste!?

—Ya me acordé, lo saqué de su abuelita.

—Bueno, ya que no me piensas decir, no te importa que me lo quede.

—Atrévete y te mato.

—No lo harás, porque estarás muerta para cuándo lo intentes —tomó el collar por el dije y lo arrancó de mi cuello para ponérselo ella.

—Ya me darás su poder, ¿cierto? —pregunto Sofía detrás de ella. No había notado su presencia hasta ahora.

—Eres una ilusa —dije jadeante— te mintió.

—Ya cállate —dijo haciéndome notar el arma que se mantenía en su cadera— cállate o mato a tu amiga.

—Hazlo adelante —dijo Cameron altanera— conviértete en asesina.

—Ya cállense las dos —dijo la maestra está vez con una sonrisa— ya tengo lo que deseo, así que póstrense y adórenme.

Todos estaban confundidos menos yo, todos son ilusos por haber confiado ciegamente en alguien. Algunos se arrodillaron y otros aún estaban dubitativos.

—Que lo hagan he dicho —seguidamente se escuchó el sonido de alguien ahogándose, un pueblerino quién cayó muerto— a menos que quieran que alguien más muera.

Todos obedecieron está vez con miedo en sus rostros.

—¿Que estás haciendo? Este no era el trato —dijo Sofía.

—Todo fue mentira —dije— solo fuiste una herramienta para llegar a mí.

—Ya cállate.

—Solo digo verdades.

—Que te calles.

—Debes estar desesperada por atención si estás dispuesta a ver a toda esta gente morir solo por poder.

Un disparo. Me tragué el grito de dolor que quiso salir de mi garganta al sentir el disparo en mi pierna, gracias a dios fue en la pierna que tenía lesionada y no en la otra.

—Dije que cierres la boca.

—Axel solo para que lo sepas, estás aquí por un ritual, pero no es necesario hacerlo a menos que mueras, soy la maestra más poderosa justo ahora, por lo que si tú mueres lo seguiré siendo, pero mientras vivas jamás llegaré a mantenerlo —dijo la maestra—. El traerte aquí fue solo para acrecentar mi poder, yo podría tener más poder y tú morías, era una doble ganancia, pero ya que no quieres cooperar solo queda el morir.

—Pero mi trato.

—Tu trato no vale de nada si ella está muerta, tampoco te iba a permitir obtener su poder, a una niñata que no hace más que atravesarse en mi camino.

Le quitó el arma a Sofía y me apuntó a la cabeza.

—¿Últimas palabras?

—Ninguna de la que seas digna de escuchar.

—Qué triste

Escuché como le quitó el seguro al arma, luego un par de pasos y luego. El estruendo de un disparo. Abrí los ojos y lo primero que veo es el cuerpo de Cameron luchando por su vida; las lágrimas salen solas sin capacidad de control, solo lloro al ver cómo a Cameron se le escapa la vida.

—Corre —dijo en un susurro— corre y no te detengas.

No quería dejarla ahí, pero sabía que debía irme antes de que me mataran a mí también.

—Lástima que la chica se haya atravesado.

Solté el cuerpo de Cameron que justo ahora se encontraba luchando, pero aún con vida.

Y corrí lo poco que me permitía la pierna lastimada antes de escuchar otro disparo, la sangre comenzó a salir de mi abdomen como si fuera un gran chorro y luego otro disparo, ese mi hizo caer al suelo con la respiración agitada; la sangre salía con más rapidez con cada segundo, ahora mi pecho dolía por el balazo, y ya eran tres heridas, mi pierna, abdomen y pecho.

La sangre comenzó a ahogarme hasta el punto de luchar por el aire, hasta que finalmente no sentía nada, no sentía ni mis pies, ni el frío del suelo, ni las fuertes pisadas que daba la diosa de la emoción. Solo sentía una profunda tranquilidad y luego... Nada.

—Ahora que ya terminamos con un problema, sigamos con el otro.

Tomó a Sofía y la arrodilló frente a ella.

—No es necesario tener testigos, solo a alguien para contar lo que pasó aquí

Disparo tras disparo, cada aldeano caía muerto por los disparos propinados a su cabeza, hasta finalmente quedar tan solo nueve personas, entre ellas Sofía.

—Únanse a mí, adórenme cómo la diosa primera y única del mundo.

Nadie respondió.

—Entonces... ¡Mueran!

El sonido de un disparo sonó, más nadie cayó muerto. Nadie sabía que pasaba, solo que la bala desapareció y que, a pesar de todos los intentos, ninguna bala logró salir disparada. La maestra después lo intentó con su poder, más el agua no siguió sus órdenes, parecía ser una simple mortal.

El dije comenzó a brillar de una manera única, una luz que solo podía ser generado por el poder de un espíritu.

—Esto se acabó —dijo una voz detrás de ella— no puedo seguir permitiendo que mates a esta gente.

La maestra se dio la vuelta lentamente para encontrar a Axel flotando en el aire, con los ojos completamente blancos y una corona que adornaba su cabeza; ella de diamante puro.

—¿Por qué dudáis de lo que miran sus ojos? —pregunto Axel. Con su mano palpó la herida de su abdomen, demostrando que ésta estaba completamente sana.

—Tú estás muerta, esto no es posible.

—Yo decido lo que es posible o no, soy a la que rezan en sus peores momentos, a la que admiran y a la que temen.

—Tú estás muerta —volvió a replicar la maestra, como si fuera un mantra para convencerse a sí misma.

—Pide perdón pequeña maestra, ¡pide perdón por todos tus pecados, arrodíllate y pide clemencia!

—Jamás lo haré.

Con un movimiento de su mano, la maestra calló arrodillada, como si sus piernas fueran controladas por otra persona, solo le quedaba esperar, esperar el final que seguramente llegaría muy pronto. Pero no quería morir.

—Le pido al agua que me dé fuerzas, que me permita salir de aquí, que me permita irme sana y con la fuerza renovada, con la fuerza para derrotar a este demonio que observo.

—Pide auxilio al espíritu del agua todo lo que quieras, pero no te ayudará, ahora solo le responde a una persona y tú no eres digna para tal honor.

—Ayúdame señora, ayúdame ahora que te necesito —dijo bañada en lágrimas al notar que no funcionaba.

—Te veré en el infierno...

Dijo antes de ver cómo la maestra moría, múltiples hemorragias inundaron el cuerpo de ella, la sangre bañaba el piso, salía por sus ojos nariz y oídos, y le dificultaba respirar. Poco a poco el agua de su sistema fue usada como un arma, su cuerpo se fue inflando por los líquidos retenidos, y comenzó a vomitar cada vez más sangre. Para al finalizar su cuerpo cayó inerte, sin una gota de sangre que le quedara, su cuerpo había sido drenado de todo líquido que pudo haber tenido.

Y ahora todos veían con miedo y asombro a Axel.

—¿Quién eres tú? — pregunto Sofía

—Levántense hermanos, reúnanse con nosotros en este día — Los cuerpos de los muertos comenzaron a moverse, la sangre que había sido derramada comenzó a regresar al cuerpo de las víctimas para cerrar las heridas, y poco a poco comenzaron a despertar; todos sin falta incluyendo a Cameron, quién veía a su amiga flotar por los aires — ¡yo soy aquello que adoran y que odian! ¡Soy la espada flameante que les permite matar al enemigo! ¡Soy las que les otorga el milagro de la creación en el momento de la concepción, soy la vida y la muerte, yo soy!... ¡El quinto espíritu!

Mucho tiempo después aún se cuenta su historia, la historia de como una simple chica se convirtió en algo extraordinario, la que encontró dentro de una caja sin tapa ni bisagras oro, la que se convirtió en el quinto espíritu.

Aquella que era capaz de controlar los cuatro elementos más el suyo propio, la luz y la oscuridad, que tendría el poder sobre el umbral de la vida y la muerte.

¿Pero quién es el malo en realidad?

¿La chica por hacer de todo por mantenerse viva?

¿O la maestra que solo seguía órdenes?

Porque todo fue un plan cuidadosamente elaborado.

Elaborado por cuatro personas que juraron alguna vez no entrometerse en asuntos mortales, pero que jugaron con la vida de otros para crear algo mucho más poderoso que ellos. Porqué sí, el verdadero villano en esta historia son los espíritus principales.

El agua manipuló a la maestra, de manera que se sintiera más poderosa que el resto, que se sienta privilegiada y segura de su objetivo, objetivo que le fue dictado para asesinar a una niña de solo diecisiete años y sustraer su poder.

El aire le dio los primeros poderes a Axel, le enseñó que era especial, que era única y que no había nadie comparado con ella. El fuego empujó a Sofía al rencor y la desesperación, la empujó a ser cruel con el mundo que la rodeaba y buscar pase lo que pase su propio beneficio.

La tierra encontró el ritual, ritual que no funcionaría en ninguno de los casos posibles, ya que era falso, el verdadero ritual había sido destruido hace mucho tiempo por ella misma, solo había sido una trampa para convencer a la maestra y llevar a Axel a aquel templo en el que moriría.

Porqué sí. Ya estaba planeado su muerte, pero por una razón diferente. Ella debía morir para exponer su verdadero ser. Debía dejar atrás su cuerpo terrenal y tomar el lugar que le correspondía, como reina del mundo espiritual y dueña del umbral entre los mundos. Pero claro que, todo es cuestión de puntos de vista, solo necesitas conocer el punto de la historia que más te convenga para hacer que el resto crea en ella.

Porque como anteriormente se había dicho: Todos somos los villanos en la historia de alguien, pero si seremos los malos, disfrutemos nuestro rol y al menos, seamos un villano memorable.

Javierguzman23