Legend
Cuenta una leyenda
Que una hembra gitana
Conjuró a la luna hasta el amanecer
Ya había concluido su trabajo, estaba muy agotado y lo único que quería era dormir, pero para eso debía de salir de ese bosque, si bien a él no le molestaba dormir en la intemperie, el prefería una cómoda cama y el calor de una chimenea, además había algo en ese bosque que lo ponía nervioso, no sabía exactamente qué era, pero su instinto le decía que ese bosque era peligroso.
Observando a su alrededor se dio cuenta que ya estaba llegando a la mitad del bosque, solo tenía que cruzar un lago. ¿Un lago? ¿De dónde apareció? no recuerda un lago cuando paso por acá, se supone que solo debería de haber árboles, volteando en todas las direcciones para mirar alguna de las marcas que él había dejado, se dio cuenta que una especie de niebla lo había rodeado, su instinto le decía que no había peligro, pero había algo extraño con ella, parecía un velo, te permite ver, pero a la vez no.
Curioso, sin embargo, no le tomó importancia y siguió buscando las señales que lo guiarán fuera del bosque. estaba a punto de dar la vuelta, pero algo lo detuvo, o más bien, la voz de alguien.
¿Un canto? pero ¿De dónde venía? él no podía observar nada. Caminaba acercándose al lago y entonces lo vio.
Un ser estaba cantando, su voz era tan delicada que parecía una suave brisa.
¿Desde hace cuánto está aquí? no lo sabe, pero algo en su instinto le dice que debe de llegar a esa criatura. pero su cerebro le dice que esté alerta, y es que, nunca lo sintió acercarse y cuando paso por el bosque en camino a su misión tampoco se topó con él, es más, ese lago no debería de estar ahí, si no más abajo y la niebla... Esta niebla era demasiado rara, no posee ningún hechizo o encanto, pero tampoco se sentía como un evento creado por la naturaleza, no se siente como una casualidad.
Así que sacando su daga y agudizando sus sentidos empezó a acercarse. escondiéndose detrás de un árbol, alistando su daga, esperó el momento perfecto para atacar, momento que nunca llegó.
Porque ni bien sus ojos observaron bien a la hermosa criatura, dejó caer su daga. En todos sus años como cazador, nunca le había pasado algo como eso, y es que, jamás en toda su vida vio a un ser tan... tan...
- Hermoso...-susurro el joven de cabellos violetas.
Aquella criatura poseía una grácil figura, la cual movía en un delicado baile, tan hipnotizante que lo dejó embobado.
Aquel ser estaba vestido de blanco, parecía un ángel, pero esos seres estaban extintos en la tierra y los pocos que quedaban no bajaban del cielo. ¿Un demonio? no. Si bien no todos los demonios eran horribles, tenía un aura terrible y aquel ser poseía un halo de inocencia que ninguna magia podría crear. ¿Un hada? no, todas las hadas que él conocía tenían alas. ¿Elfo? Tal vez, tenía su belleza y gracia, pero le faltaba la altura y sus características orejas puntiagudas. ¿Ninfa? puede ser, pero la gran mayoría son hembra y si bien hay algunos machos, y el -por la carencia de pechos- no lo es, es precioso y con cuerpo grácil, pero no exuberante como el de aquellos seres. ¿Un mago o hechicero? Nah. tienen runas tatuadas en sus cuerpos que, si bien se pueden tapar, se siente un fuerte poder viniendo de ellas, pero no se sentía nada viniendo de él.
- ¿Qué eres?
¿Un vampiro? no... está vivo. Su piel es de color porcelana, pero con brillo y gracias a su perfecta visión se da cuenta que posee algunas pecas, las cuales al ser vampiro no los tuviera. ¿Un shifter? pero ¿de qué especie? Todos los shifter poseen algo característico de su especie, colas, orejas, ojos, garra, etc.; y ese ser no posee ningún atributo especial, es más, él parece...
- Humano...
No. Imposible. moriría si pone un pie en este mundo, si bien los seres sobrenaturales pueden ingresar al mundo humano ellos no pueden ingresar a Maggacin, morirían, ya que este mundo se alimenta del maná de los seres que residen aquí y expulsa a todo aquel que no lo posea.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que la hermosa criatura no se fijaba por donde bailaba, cayendo en un descuido al lago. Escuchando el impacto, le tomó medio segundo darse cuenta de lo que pasaba y correr en su ayuda.
No sabe que lo motivó a lanzarse al lago y sacar a la criatura, pero algo dentro de él le decía que debía de ayudarlo. un sentimiento de protección que él no creyó tener, estaba saliendo a flote por aquel hermoso desconocido.
Ni bien lo saca de la superficie, desesperado lo deja sobre la hierba al ver que no respiraba. angustiado empieza a hacerle reanimación, al ver que no funcionaba le hace respiración boca a boca, fue la primera vez que siente unos labios tan dulces. Seguiría disfrutando de ellos, pero su preocupación es más fuerte, así que se concentra en darle algo de oxígeno.
.
.
.
- ¡Ah! - un jadeo seguido de una tos, lo hizo suspirar de tranquilidad.
Ni bien sus ojos se encontraron con los de la criatura, el mundo se detuvo. Fue la primera vez en su vida que él vio de cerca al sol.
Dos perfectos soles lo observaban, tan dorados que era imposible que sean de humano.
Tenía que ser un ángel. ¿pero cómo? es imposible que aquellos seres bajen a la tierra terrenal.
- ¿Quién eres? - no sabe quién fue el que preguntó, si él o el precioso ángel en sus brazos, pero no importaba.
- Yo... - se quedó en silencio, ¿qué le diría? ¿Qué es un cazador? lo asustaría, ¿un mercenario? huiría, ¿vampiro o mago? no importa, igual ambos tienen mala reputación.
Aunque no importo, porque ni bien dejó salir esa sílaba, al segundo el rubio le tapó la boca con sus manos, las cuales eran tan suaves que parecían de seda.
- No importa. Debes irte, es peligroso que estés acá. -dijo con desesperación palpable en su voz. eso lo alertó, su instinto gritaba que lo protegiera.
- Si estás en peligro puedo ayudarte.
- No, no puedes. Solo vete. -dijo empujándolo para que se apartara de él, tenía miedo, pero a la vez, se sentía muy acalorado por estar tan cerca de peli violeta.
- No. Estas asustado, puedo ayudarte, solo dime-
- ¡NO! ¡Nadie puede! solo vete de una vez. -grito -no lo entiendes, tienes que irte. si te quedas, ellos te mataran. -dijo esta vez en susurro con los ojos empapados de miedo.
- ¿Ellos? ¿quiénes? yo puedo ayudarte, solo tienes que-
- No, no puedes.
- Sí puedo, yo-
- No. - dijo mientras descubre su cuello para enseñarselo al peli violeta.
- ¿...Qué? ¿pero... cómo? - se quedó en blanco.
¿Cómo es posible que este hermoso ángel lleve algo como eso? ¿Quién fue el maldito monstruo que le puso alto tan horrendo a tan inocente ser?
Y es que el hermoso rubio portaba en su cuello una cadena, la que para muchos podría pasar como un simple collar, para él, de ojos expertos, siendo unos de los mejores cazadores de Maggacin, sabe que no es así.
Una cadena parecida a un choker, de color plata, pero sabe que no está hecha de ese metal. Lo sabe porque el color es más opaco y que cuando lo tocas no quema, ni corroe.
No, esa cadena está hecha de cyron* un metal antiguo que tiene una particularidad única, y es que cuando se entra en contacto con él, te apagas.
Te vuelves cero, neutro, nada.
Ese metal bloquea tu poder, ya sea magia o animal, se va. No queda nada, antiguamente se usaban para bloquear a los unicornios, pegasos y dragones, y así obtener ya sea su pelaje, sangre, etc. Debido a eso fue prohibido y destruido por los dioses. ya que incluso estos se veían afectados por aquel metal.
Entonces, ¿de dónde lo consiguieron? ¿por qué se lo pusieron a él?
No importa. ya lo descubrirá después, ahora lo que tiene que hacer es llevarse al rubio de aquí sea como sea, y quitarle esa abominación del cuello.
- Ven conmigo.
- No puedo. No puedo hacer nada más que esperar mi muerte. -dijo con la mirada perdida, mientras acariciaba el collar. - pero tú debes irte.
- No. No me voy a menos que aceptes venir conmigo. -dijo terco haciendo el intento de cargarlo, pero el rubio al ver eso retrocedió y lo observó con miedo.
- No te acerques. -le pidió con miedo, no quería temerle al apuesto joven, incluso algo dentro de él le decía que confiara en él, pero después de todo lo vivido, le tenía miedo hasta su sombra.
- No, no me temas, yo solo quiero ayudarte. -imploro el de ojos amatista.
- Entonces no te acerques y vete.
- No me pidas que me vaya, solo quiero ayudarte. yo-
- No puedes! ¿acaso no entiendes? nadie puede. -grito llorando. y es que, ¿quién podría ayudarlo? Es imposible romper esta cadena, solo puede abrirse con su llave, llave que nunca tendría a su alcance. - nadie puede abrir esta cadena.
- Yo puedo. - dijo firmemente el amatista, acercándose a paso lento al rubio.
- Imposible. solo se abre con su llave. y ni tú, ni yo la tenemos.
- Hay otra forma.
- No la hay.
- Sí la hay.
- Imposible, no habido registros de aquel suceso hace milenios, y hasta donde sé, se extinguió.
- Pero y si aún hubiera una fuente-
- No la hay.
- La hay. - dijo parándose cerca del rubio y acercándose a su rostro preguntó- si consigo una forma de romper esta cadena, ¿Vienes conmigo? - dijo mirando directamente a sus ojos.
El rubio no sabía qué responder, y es que si fuera otra persona le diría que no e incluso se reiría en su cara, pero la determinación en sus ojos amatistas lo hacían dudar. iba a decir que deje sus locuras de lado y se fuera, pero al ver lo que sacaba de su abrigo quedó mudo.
- ¿Qué? ¿como? - ¿cómo es posible que él tenga esto? se supone que ya no existía, la última vez que escucho de eso, fue en el tiempo donde este maldito metal era usado, pero desde su destrucción, nunca más volvió a escuchar de aquel líquido. - Lágrimas de luna... imposible, ellas desaparecieron y la luna no ha vuelto a llorar desde que este metal fue destruido. ¿como?
- Vuelvo a preguntar, ¿si rompo la cadena, vienes conmigo? - intentó acercarse más al rubio, pero este de la sorpresa cayó al suelo.
- Imposible... tu... tú puedes...- quería llorar. después de tanto tiempo el por fin podría ser libre, pero, también temía. quiere confiar en el apuesto joven que está frente a él, algo dentro de él le decía que confiara, que el apuesto muchacho no era malo y que solo quería ayudarle.
Tan ensimismado estaba que no se percató de que el muchacho violeta se arrodillaba frente a él y derramaba el líquido sobre la cadena.
Después de 10 años que él vuelve a ver los colores, sentir la magia a su alrededor, escuchar, oler... huele a lavanda.
Crack.
Escucha algo romperse, algo caer, se siente liviano, abre sus ojos dejando escapar las lágrimas que contenía, vuelve a ver su color favorito.
Amatista.
Los ojos de su salvador son de color amatista.
Gracias, gracias, gracias. le quiere gritar, pero tiene un nudo en su garganta que no le deja hablar bien.
- Entonces, ¿vienes conmigo? -Su voz grave es dulce, le habla con delicadeza como si temiera asustarlo y eso lo conmueve.
Después de todo lo que ha vivido, de los años de sufrimiento, no debería de confiar en nadie.
- Si. sí me voy contigo. -dice aferrándose en un abrazo al peli violeta. - llévame contigo.
Pero no puede evitar creer en él.
Fin.
- ¡¿Qué?! ¡¿cómo qué fin?! dónde está mi "y vivieron felices para siempre" -preguntó una niña peliblanca indignada a su rubio padre.
- Princesa, no todos los cuentos terminan con un "y vivieron felices para siempre"
- Pero, pero-
- Además -dijo esta vez su padre pelinegro- esa historia no fue un cuento, si no una leyenda.
- Como algo tan hermoso puede ser una leyenda.
- Las leyendas son hermosas, princesa.
- No, dan miedo o son de monstruos y esta es muy romántica. además ¿no que las leyendas están basadas en hechos históricos?
- Te sorprenderá saber cuánta magia hay en la historia. -volvió a decir el pelinegro mientras tomaba su café. -hizashi, cuanto falta para el almuerzo?
- Ya casi está, solo 5 minutos más y listo. -dijo fijándose en el reloj de la cocina, lugar donde él con su esposo se encontraban conversando antes que su hija Eri llegará a preguntarles sobre dicha leyenda. -Shota, Hitoshi tenía clases extracurriculares?
- No que yo sepa, ¿por qué?
- Es que se me hace raro que no haya llegado ya.
- Mmm. -El pelinegro iba a comentar algo hasta que cayó en cuenta en el calendario. observando bien la fecha, sonrió. - es 06 de septiembre.
- ¿Qué...? oh, - el rubio entendió. - ya veo... Espero que esta vez, sí puedan encontrarse. -dijo con melancolía.
- ¿Qué? ¿con quién papi? - preguntó la pequeña, no entendía porque sus papis se habían puesto tristes de repente.
- Princesa, tú quieres saber porque esta leyenda no terminaba en un "y vivieron felices para siempre". -dijo el rubio mientras cargaba a su hija.
- ¡Si!
- Porque no tiene fin. -respondió su padre pelinegro acercándose a su esposo e hija.
- ¿No tiene fin?
- No, los dioses al ver el amor que se tenían, se apiadaron de ellos y les concedieron un deseo. cuando la luna vuelva a llorar, sus almas renacerán, pero, de ellos depende volver a encontrarse.
- Y volvieron a encontrarse?
- No.
- ¿Cómo sabes? - ninguno de sus padres respondió, solo le acariciaron la cabeza. estaba a punto de volver a preguntar, pero el ruido de la puerta abriéndose la distrajo.
- Llegue. -fue el seco saludo de su hermano mayor.
- ¡Toshi! -saltó de los brazos de su padre, para ir a abrazar a su hermano, podía ser un amargado, pero siempre aceptaba sus abrazos.
- Hey pequeña, ¿cómo te fue en la escuela?
- ¡Bien! ¡papi Hizashi me contó un cuento super hermoso!
- Leyenda princesa, leyenda.
- Sí, si -le restó importancia y se concentró en contarle a su hermano la leyenda- y fin! pero sabes, dice papi shota que ellos no volvieron a encontrarse!
- ¿Enserio?
- ¡Si! no es triste?
- Mmm si, supongo que sí.
- ¿Toshi estas bien?
- ¿eh? sí, solo estoy cansado. -comentó mientras dejaba a su hermana en brazos de su padre rubio.
- Princesa, ¿qué te parece si le traemos a tu hermano esas gomitas de gatito que compramos? -pregunto el rubio después de darse una mirada cómplice con su esposo.
- ¿Pasó algo? -pregunto después de un par de minutos.
- ¿eh? no, nada.
- ... -shota siguió mirando a su hijo mientras bebía su café.
- ... es solo que - vio a su padre sonreír, sabía que tarde o temprano le contaría. - Hoy pasó algo muy raro.
- ¿Raro? ¿raro cómo?
- Mmm... hoy, llego un estudiante nuevo. -empezó a contar con su mirada perdida. - y...
- ¿Y?
- Y no sé, alguna vez sentiste, no se, ¿Cómo que conoces a una persona, pero nunca la viste en tu vida? - dijo mientras miraba fijamente su taza de café. Y es que ese rubio con el que chocó, se le hacía conocido demasiado como para ser solo una coincidencia.
- Mmm... si algunas veces ¿por qué?
- Es que Denki-
- ¿Denki?
- eh... si, Kaminari Denki, el chico nuevo. ¿papá me estás prestando atención?
- Sí, sí, prosigue - aizawa quiere reír, desde cuando su amargado hijo se comporta como un adolescente enamorado. - ¿Cómo es el muchacho?
- ... -su hijo se sonrojo. Deben de darle un premio por no echarse a reír ahí mismo.
- Es rubio y de unos impactantes ojos dorados. -dijo en un suspiro.
Shota estaba a punto de reírse, por lo cursi que sonaba, hasta que cayó en cuenta de la descripción del chico. ¿rubio y de ojos dorados? asombroso, después de casi 500 años al fin esas almas se vuelven a encontrar. Ahora entiende el brillo en sus ojos, la cálida sonrisa y la suave voz con la que habla del joven. Ya puede estar tranquilo al fin, despues de tantos pesares ese par de jóvenes vuelven a estar juntos.
Ahora sí. ¡Fin!
Hello everybody! ¿cómo están? ¿yo? vuelvo de las profundidades namas para esta linda semana <3 Espero que les guste, la verdad no se de donde salió, pero ahí está jajajaja.
¡Nos vemos mañana!
Kisses A. <3
* Metal creado por mi, no existe, creo.
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