Las lágrimas caen suavemente por mis mejillas rojizas mientras observo el paisaje desde la ventana del ferrocarril. No puedo evitar pensar que aún podríamos haber arreglado todo, pero inmediatamente me arrepiento de mis pensamientos.

¿Cómo arreglar lo que ya estaba más que roto?

Todavía recuerdo las cómicas escenas que solíamos ver sentados en nuestro sofá, abrazados y quizás sintiendo un poco del amor que nunca fue suficiente.

Nunca fue suficiente porque así lo quisimos.

¿Qué era el amor si estaba más que muerto en nosotros?

Estábamos vacíos, dolidos, perdidos.

Éramos animales nostálgicos de espectáculo.

Siempre creí ciegamente en tu persona, en tu esencia, en tu alma...pero siempre lograste quitarme una pizca de mi confianza y amor cada día, y con ello, también se iba una pizca de mi ser.

Todavía recuerdo nuestros momentos felices bajo aquel árbol de Acacia que estaba en el jardín. A veces pensaba que aquel árbol mantenía nuestro amor sano, que nuestro amor estaba en las fuertes raíces de aquel árbol.

Quizás nunca debimos cortarlo.

Pero, insististe. Quizás no querías seguir cuidando nuestro amor todos los días.

Quizás no era lo tuyo.

Todavía recuerdo tu expresión completamente petrificada cuando aquella velada, confesé haberte visto envenenando mi copa de vino.

Me seguía preguntando el por qué.

También recuerdo el inquietante sonido de tu respiración cuando confesé que había cambiado las copas y que me marcharía ese mismo día, sin aparente dolor ante la situación, pero aun así muriendo por dentro.

Intentaste pedir ayuda, pero ya era tarde, la vida había hecho su trabajo.

Las lágrimas de cristal empañaban tus azules ojos e inundaban tus mejillas con desgano. Toda tu cara se había pintado de un blanco pálido, esperando lo peor. Te aferraste a tu vida sin futuro, pero no te sirvió.

Quizás te lo merecías.

Ver tu cuerpo blanco tirado en la alfombra me hizo sentir extraño, y algo dolido.

Quizás todo podría haber sido diferente.

Pero, a pesar de haberme causado tanto dolor en el alma, te perdono. Pero jamás llegarás a escucharlo.

[aclaración] : es un one shot.