Un par de días han pasado desde que morí, aunque Bobby dice que el tiempo aquí y el de abajo eran completamente distintos, no he parado de preguntarme en qué estará Sam o si ya han pasado años desde mi partida, también me pregunto si está bien o si siguió siendo un cazador... Desde el fondo de mi corazón, esperaba que no se haya quedado estancado en esa vida.

Las noches solían ser cortas, nunca había dormido tan tranquilo, cuando vivía, solía tener un ojo cerrado y el otro abierto, por si existía la posibilidad de que nos atacaran mientras dormíamos. Ahora todo era distinto, incluso los aromas que llegaban a mi; a veces iba a comer con mis padres, teniendo una conexión que nunca antes habíamos tenido, algo parecido a esa cena que tuvimos los cuatro cuando papá volvió y mucho antes de que mamá fuera asesinada por... Antes de que muriera por segunda vez. A veces, iba a pasar la noche con Boby y nos tomábamos unas cervezas y comíamos de la tarta que nos preparaba su esposa, Karen; siempre venía un pensamiento regular a mi mente, ojalá Sammy estuviera aquí para disfrutar de tener dos familias con las cuales pasar el rato y sentir esa calidez que siempre nos faltó, esta vida normal que no era para nosotros, aquí... Aquí si lo era.

Me tardé un poco en encontrar un sitio para mi, un lugar al cual llamar hogar, estaba acostumbrado a los moteles y aquí no existía el búnker, así que dormía dónde mis padres o donde Boby, a veces dormia en mi hermoso Impala, papá me lo había cedido completamente a mí, ya que dejó de ser de él hace muchísimo tiempo... Aún así, el sentimiento de soledad venía de vez en cuando, todos los que perdí debido al oficio estaban aquí, tenía a mi familia pero... Me faltaba algo... Desde que llegué no he podido ver a Jack, aunque por la forma en que me porté con él... Lo comprendía, ahora me arrepiento, claramente que es parte de nuestra familia, es un Winchester... Solo esperaba que las noches en dónde más solo me sentía y me ponía a rezar, me escuchara; no sé cuántas veces le he pedido perdón... Y en cuanto a Cass...

— En que piensas tanto —

Estábamos con Bobby viendo una casa, era hermosa, tenía un tejado rojizo vibrante, sus paredes eran de concreto liso y de un color mármol brillante, el jardín estaba algo descuidado pero nada que yo no pudiera arreglar, el interior era inmenso, contaba con dos pisos, en la planta baja estaban la cocina, un pequeño baño para visitas y estaba la sala de estar, también ocupaba gran parte de la casa, contaba con una chimenea de ladrillos algo vieja y con alguna que otra grieta. He dormido en peores lugares, créanme, he dormido hasta sobre orina de perro.

— Es una casa hermosa —

— ¿Pero? — me miró con los ojos entrecerrados, esa particular mirada de Bobby con la que te sientes juzgado.

— Pero nada... Solo es hermosa. Para ser una casa en el cielo, está algo descuidada. Jack debería contratar a mejores arquitectos para estos trabajos — traté de bromear pero Bobby no se rió.

— Es la décima casa que visitamos, Dean — me quedo en silencio — Mira... Sé que esto no es lo que esperabas al morir, ni siquiera estoy seguro si esperabas llegar al cielo — Touché — Pero esto es mejor a vivir solo en un cuarto apartado, siendo tú única compañía reviviendo solo recuerdos...

— Lo sé, Bobby... Es sólo que... —

— No está Sam, ni Cass... Ni Jack... Lo entiendo... Pero como te dije, aquí el tiempo pasa distinto, quizás mañana Sam aparezca y sería lindo que su estúpido hermano no se estuviera comportando como un idiota siempre — trago saliva.

— Tomaré esta casa — digo como un niño pequeño que fue regañado.

— Bien, ahora mueve tu culo y haz que aparezcan muebles. Cómo nunca tuviste una casa, aparte de la de tus padres siendo un niño, está casa no se ocupará sola — arrugo el entrecejo confundido.

— No comprendo que es lo que debo hacer... ¿Muevo mi varita mágica y digo abradacadabra? —

Bobby no respondió de inmediato, negó con su cabeza y con frustración pasó su mano por su cara. Cómo no obtuve respuesta moví mis manos como he visto en las caricaturas, tratando de que así aparezca algo pero no daba efecto, sigo intentando con todo lo que conozco, incluso trato de tirar telarañas con mis manos como spiderman.

— ¿Es una broma... No? —

— Dijiste que hiciera aparecer algo, pero no me dices como. Soy nuevo en esto de estar muerto de manera permanente, Bobby — menciono un poco frustrado.

— Solo tienes que imaginar un mueble y este va a aparecer — Una voz juvenil aparece a nuestras espaldas, con Bobby nos sobresaltamos y luego abro mis ojos con sorpresa.

— Jack... —

— ¿Ese es Jack? — pregunta mi segunda figura paterna y yo asiento, recordando que el Bobby que conoció a Jack había sido el del otro universo donde los angeles iban ganando.

— Hola, Dean. Hola, Bobby — nos saluda con su sonrisa usual y con su mano levantada.

— A qué debemos el honor de que nos visite Dios — Bobby lo mira con un poco de desconfianza, las viejas costumbres no cambian.

— Por favor Bobby, dime Jack... Ya nos conocimos... Bueno, conocí a tu otro tú... — seguía siendo el mismo con esa expresión inocente en su rostro.

— Bueno, Jack... ¿Acaso infligimos alguna regla del paraíso? —

— Para nada — Jack desvío su mirada a mi, por mi parte no podía verlo a los ojos así que me puse a ver cualquier otra cosa — Dean...

— Yo no fui — tragué saliva y recibí un golpe en la cabeza por parte de Bobby — ¿Y eso por qué fue?

— Por idiota, mira a pobre chico, vino a verte a ti. Los dejaré solos — Refunfuñando sale de la casa.

— Sigue siendo el mismo — Jack avanza unos pasos hacia mi y yo retrocedo, no me sentía intimidado por su nuevo cargo y por su poder, me sentía algo... Avergonzado.

— Ya sabes, los viejos cascarrabias no cambian... — suelto una risa nerviosa.

— Dean... No hay rencores... — sonríe — Sé que todo lo que le dijiste a Sam sobre que no soy de la familia y esas cosas... No son ciertas ahora...

— Jack, de verdad lo siento — solté el aire retenido.

— Lo sé, ahora que soy Dios puedo escuchar las plegarias de todos y no solo eso, puedo ver sus más profundos sentimientos y deseos — Ahora es él quien mira hacia otro lado buscando algo.

— Entonces... Jack, por qué estás aquí —

— Vine a darte la bienvenida, Dean — seguía sin mirarme.

— No me mientas, ya llevo unos días aquí... Habrías venido antes... O bueno, eso creo... Tampoco estoy molesto — empiezo a desvariar y el suelta un suspiro.

— Venía a ver si Cass estaba aquí — su confesión me deja sin habla y arrugo el entrecejo.

— Por qué estaría aquí —

— Oh, leímos tu carta... ¿Dean? — no dejo que termine de hablar y salgo de la casa, pasando por un lado de Bobby.

— Dean — me llama pero lo ignoro.

— ¡Dean! ¿Qué ocurre? — me grita Jack saliendo detrás de mí.

— Que ocurrió — lo interroga Bobby.

— No lo sé, solo le dije que con Castiel leímos su car... — me devuelvo enseguida para cubrirle la boca.

— Silencio... Solo... No digas nada más — me sentía avergonzado, se suponía que no tenía que leerla.

—  Más que leerla, escuchamos lo que decías mientras escribías —

Este chico... Me daban ganas de golpearlo en la cara.

— Si me golpeas ni tú lo sentirás... Ya no tienes cuerpo, Dean — dice poniendo esa gran sonrisa inocente.

Me da un tic en el ojo, de verdad quería golpearlo. Me aparto y noto como Bobby reprime una risa. Paso mis manos por mi rostro, me sentía frustrado con una mezcla de vergüenza; el recuerdo de aquella carta y su contenido no debería haber sido leída... O bueno... No debieron escuchar lo que pensaba mientras la escribía. Espera un momento... Si Cass sabía que dice aquel papel miserable... Por qué aún no...

— Cass cree que si se presenta frente a ti, no podrás soportar la vergüenza —

— Jack... Deja de escuchar lo que pienso — lo fulmino con la mirada, eso lo hace retroceder un poco, pero solo un poco, aquella sonrisa tonta seguía ahí.

— Dean, para nadie es secreto lo que tú y Cass tenían — Bobby palmea mi hombro volviendo a la casa junto al nuevo Dios.

— Espera... ¿Qué? Pff ¿Lo que teníamos? No teníamos nada —

Los sigo a la casa pero me detengo en el portico, sin entrar. Pongo una mano en mi pecho, mi corazón  estaba palpitando con mucha fuerza... No estaba seguro como funcionaba si no tenía cuerpo, por lo que asumo que tampoco tengo corazón...

— ¡Aunque no tengas cuerpo sigues sintiendo como si estuvieras vivo! ¡Tanto físico como psicológico! — grita el niño desde dentro de la casa.

— ¡Jack, que te dije! —

Después de un par de discusiones más, Jack me ayudó a "amueblar" mi nuevo hogar, no era tan difícil como sonaba. Aún así, no podía esperar a que Sammy viniera acá arriba para que viera nuestra nueva casa... Copié muchos detalles de la casa donde vivíamos con nuestros padres, pero la mayoría de cosas aquí adentro las había sacado del búnker, después de todo... Ese se había convertido en mi lugar, se había convertido en ese espacio al cual podía volver.

Habiendo terminado con la decoración, Bobby se marchó a su casa, diciendo que Karen lo esperaba para cenar, intenté irme con él, todas las noches la esposa de Bobby preparaba tartas de manzana y yo no podía perderme eso, pero me lo impidió, según él necesitaban tiempo a solas, la imagen me hizo poner una mueca de desagrado que me hizo ganar un golpe en la cabeza.

— Yo también debo partir — se despide el niño.

— Jack, espera... — dudo un momento.

— Cass vendrá a verte tarde o temprano, no debes preocuparte —

— No es eso — me sonrojo, si era eso.

— Dean —

— Ya vete a hacer tus cosas de Dios o que se yo — lo despido.

Después de que se va me quedo completamente solo en aquella casa, trago saliva y camino al refrigerador para tomar una cerveza antes de ir a la cama; una de las cosas que descubrí en cuanto llegué... Era que no me podía embriagar aquí arriba.

O eso había pensado, pero nunca había bebido tanto como aquella noche, ojalá alguien me hubiera detenido.