🎶ÚNICO🎶
Habían sido días complicados después de que la banda más exitosa de la historia del K-pop, BTS, haya anunciado una pausa como grupo para que cada integrante se dedicara a sus carreras en solitario, especialmente para Park JiMin.
El chico ha tenido que lidiar con mucho odio sin fundamentos desde que debutó en el grupo, agregándole también la presión mediática, no sólo de la prensa, también de las fans. Aunque hay muchas y muchos que lo respaldan y defienden con uñas y dientes, ha sido difícil para él ignorar todos esos comentarios, pero sin duda, los que más le afectan, son los que hablan sobre su supuesta relación con Jeon JungKook, integrante también del grupo. El problema es que la mayoría de esos comentarios son negativos donde básicamente no aceptan su relación pese a que ellos no han confirmado nada. Si bien han tenido interacciones en público que no dejan mucho a qué pensar, al final se quedan en especulaciones.
Con todas esas mareas altas en la carrera de JiMin, éste decidió aprovechar el descanso grupal para trabajar en su primer álbum en solitario. Al inicio se dio cuenta que las heridas de ese pasado donde muchas personas atacaron su físico dejaba de pesar a medida que trabajaba en su música. Básicamente, compuso canciones sobre esos sentimientos tan amargos que enfrentó y cómo eso lo volvió alguien más maduro, fuerte y seguro de sí mismo.
Estaba siendo un proceso bastante reconfortante para él, sin embargo, al principio no se dio cuenta que su relación con JungKook se estaba debilitando. Y es que ambos tenían agendas bastante apretadas que casi no les daba tiempo para hablar, para tener esas citas a escondidas en el departamento que compartían, ni tampoco se veían. Las cosas empeoraron cuando JungKook tuvo que viajar a Qatar para su presentación en el mundial, pero antes de eso trabajó en la canción y eso demandó mucho de su tiempo. Por otra parte, JiMin también estaba muy ocupado con los productores e incluso viajó a Estados Unidos. Preparaba una colaboración con TaeYang, además de practicar su técnica de baile para mejorarla aún más.
Con todo eso fue inevitable que el punto de quiebre no llegara. JungKook, por su parte, sentía muy distanciado a JiMin, pero tampoco quería atormentarlo. El problema es que a veces pasaba mucho tiempo solo y su cabeza pensaba de más. Se sentía vacío y creía que su Mochi no tenía ningún interés genuino en recuperar su relación o evitar que no se viniera para abajo. Al principio ambos decidieron vivir separados, pero una cosa llevó a la otra y al final, JungKook decidió terminar la relación que había durado casi 7 años y que mucho les había costado a ambos. El pretexto; ya nada era igual y sentía mucha presión por parte de los medios, de la empresa y de las fans.
JiMin sintió que la lanzaban una cubeta de agua fría, porque precisamente en este momento de su carrera, donde estaba haciendo una especie de catarsis con su música, necesitaba mucho de su JungKookie, sin embargo, respetó su decisión y lo dejó ir sin tener la intención de olvidarlo o dejarlo de amar. No podría y no porque estuviesen en la misma banda, más bien porque tuvieron una larga historia donde habían sobrevivido a situaciones más difíciles y ahora parecía que no podían con este pequeño bache. Realmente en este tiempo no perdió la esperanza y nuevamente decidió usar la música para desahogar sus sentimientos e intentar curar su corazón roto. Así que tomó una guitarra y comenzó a componer la melodía que pudiese expresar un poco de lo llevaba en su interior.
Esa canción no estaba contemplada para el álbum inicial, pero aun así quería incluirla dentro de su trabajo, porque estaba siendo parte del proceso de sanación, sin embargo, aún no sabía qué escribir exactamente. Justo ahora se encontraba en el estudio intentando componer la letra, escuchaba una y otra vez el demo del instrumental de la canción, pero su mente estaba en blanco. Pese a que en estos últimos días no había parado de pensar en JungKook, no se le ocurrió nada y el tiempo se le estaba terminando. Tenía sólo dos semanas para terminar esa canción, de lo contrario, no sería incluida en el álbum.
Sintió muchas ganas de llamar a JungKook, pero al final y como siempre, se detuvo. No quería incomodarlo porque sabía que en estos días estuvo un poco ocupado en sesiones de fotos para Calvin Klein. Realmente no se habían distanciado tan abruptamente, de vez en cuando se preguntaban cómo estaban y cosas por el estilo, sin embargo, ambos deseaban hablar más y si era posible verse. Se extrañaban y a veces lloraban por su ausencia que les estaba sofocando. Pero ninguno de los dos se atrevía a decirlo. Así que las cosas se quedaban igual que siempre.
Después de un rato, JiMin decidió que volvería a casa. Se sentía cansado y estresado. Guardaba sus cosas cuando escuchó que alguien abría la puerta del estudio donde estaba.
—¿Quién es? —preguntó sin mirar hacia la puerta.
—Soy yo, JiMin-ssi.
Esa voz hizo que su corazón se acelerara y su respiración se detuvo al tiempo, incluso perdió la conciencia de sus manos y dejó caer al suelo su cuaderno de composición. ¿Cuánto tiempo pasó exactamente desde la última vez que lo vio y pudo escuchar su voz? Prácticamente desde el día en que terminaron y han pasado casi dos meses. Lo ha extrañado, ya lo sabía, pero ahora entiende qué tan grande es el vacío que dejó cuando terminó lo que tenían. No va a negar que quiere correr y abrazarlo, pero no se siente muy seguro. Sólo pudo actuar natural.
—Oh, hola, JungKook— respondió dedicándole una mirada fugaz.
El corazón del pelinegro se encogió al ver que JiMin ya no le hablan por su apodo cariñoso. Han pasado tantos días que lo ha extrañado en demasía, más a aquellas noches en que lo recibía con la cena lista y con un montón de abrazos y mimos. No sabe cuando dejaron de hacer eso, pero pensó que tal vez ya no podrían recuperar nada de lo que tenían, por eso terminó la relación, porque creyó que era mejor huir antes que enfrentar y arreglar las cosas.
—¿Estabas trabajando? —preguntó al tiempo que entraba en el estudio y se apresuró a recoger el cuaderno de JiMin.
Sus ojos se encontraron por unos cuantos segundos, pero el pequeño siempre era quien perdía la batalla de miradas, por eso sólo tomó su cuaderno y desvió su atención a terminar de acomodar sus cosas en la mochila.
—Sí— musitó— estaba componiendo.
—Lo siento, no sabía que estabas ocupado— habló con timidez— Y... ¿puedo ver lo que estabas componiendo?
¿Cómo podría decirle que estaba intentando componer la letra de una canción que básicamente habla de él? Por alguna razón siente que debe decírselo, pero sería una forma de mostrar su vulnerabilidad y no quiere hacerlo, no en este punto.
—Aún no tengo nada— respondió— Sólo tengo el instrumental de la canción— agregó al tiempo que colgaba su mochila en los hombros.
—¿Quieres que te ayude, JiMin-ssi? —preguntó poniendo esos ojos de cachorro que tanto le gustaban al mayor.
Era difícil tener que encarar esa parte de JungKook que siempre había sido su debilidad. ¿Y cómo iba a decirle que no? Si se moría de ganas por pasar tiempo con él y que mejor que componiendo una canción sobre sus sentimientos. No podía negar lo que su corazón le pedía a gritos, no cuando se trata de la persona que más ama en la vida. Su JungKookie, aunque éste haya decidido dejarlo cuando las complicaciones llegaron. No entiende cómo es que en este punto no le ha pedido el divorcio, pero una parte no quiere que lo haga, porque estúpidamente aún conserva la esperanza de que lo busque para arreglar las cosas.
🎶"¿Qué debería decir?"🎶
🎶"¿Y cómo puedo hacerlo bien?"🎶
—No es necesario— negó y se encaminó hacia la puerta.
—Por favor— JungKook lo detuvo de un brazo— Déjame ayudarte, JiMin-ssi.
"¿Por qué mierda sigues llamándome así?"
"¿Qué no te das cuenta que me lastimas?"
Era bastante difícil tener que compartir la misma habitación con JungKook y si continuaba llamándole por su apodo cariñoso, era mucho peor. JiMin era débil ante él, porque lo ama con locura, es el amor de su vida y lo conoce mejor que nadie. Aunque quisiese negarse a lo que le pide, sabe que no puede hacerlo sólo porque su corazón es tonto y necesita a su JungKookie, aunque sea por escasos minutos.
—De acuerdo— se rindió y se giró para mirarlo— ¿Qué propones?
El rostro de JungKook se iluminó inevitablemente al igual que sus ojos. Esbozó esa linda sonrisa de conejito que tanto enternecía a JiMin. También era su debilidad. Bueno, todo en ese pelinegro lo era. Sabe que puede convencerlo de hacer cualquier cosa. Sabe que le seguirá el paso a donde quiera que vaya y que lo amará pese a los errores que pueda cometer. JungKook es su todo.
—Recientemente compré una botella de vino— sonrió travieso— Podemos ir a mi departamento, tomamos unas cuantas copas y ya veremos qué hacemos con la canción.
Si lo analiza con detenimiento, JiMin sabe que no es una buena idea, no cuando aún está demasiado vulnerable debido a la situación. Un amor de más de siete años no se le va a olvidar de la noche a la mañana, si no es que nunca. Además, sigue siendo su esposo y por lo que puede ver, aún porta su anillo. ¿Debería sentir esperanza? Es decir, él ya no lo carga consigo porque era bastante doloroso tener que mirarlo todos los días. Sería como un maldito recordatorio de que su matrimonio se estaba yendo al carajo, por eso optó por guardarlo en el cajón de su buro. Pero, ¿será que JungKook nunca se lo quitó?
—Si hay vino— sonrió con complicidad— definitivamente voy.
Estar en el departamento de JungKook que alguna vez fue suyo también, le hacía sentir nostálgico a JiMin. Sabía que no ha avanzado mucho desde la ruptura y los pocos pasos que dio los ha retrocedido en menos de una hora. Pero realmente no le importa, no cuando se trata de su Kookie.
Llevan aproximadamente una hora charlando sobre otros temas. Aunque al principio trataron lo de la canción, al final terminaron hablando sobre las cosas que han hecho en los últimos meses, claro está que ambos ya estaban al tanto de sus cosas. Siempre terminaban enterándose de manera indirecta, ya sea por los otros miembros o por el staff, pero nunca se quedan atrás. Aunque estén separados ellos continúan viéndose como su mayor prioridad.
Después de varias copas de vino las risas los invadieron. JungKook siempre ha disfrutado de hacer reír a JiMin sin importar el lugar o el tiempo, porque disfruta del timbre precioso de su risa, además de la forma de su sonrisa y como sus ojos desaparecen en el proceso. Al verlo en ese estado tan puro y genuino, recordó exactamente por qué se enamoró de él. JiMin seguía siendo su mundo. El problema es que hizo las cosas mal y ahora que están separados, tiene miedo de decirle que se arrepintió dos segundos después de haberlo terminado.
¿Cómo decírselo?
—No hemos hecho nada de la canción— decía JiMin entre risas— Dijiste que ibas a ayudarme.
De la nada relajó su rostro e hizo un puchero que hizo hiperventilar a JungKook. El mayor bien sabía que eso le volvía loco y conseguía manipularlo a la perfección. Tal parecía que seguía siendo su más grande debilidad porque le miraba los labios con mucho esmero, completamente inmerso en sus pensamientos. JiMin sintió cosquillas en su estómago, porque sabe perfectamente qué pasaba después de que el pelinegro le mira los labios de ese modo. Y no va a negar que también muere de ganas por sentirlo. Después de todo, ambos estaban muy acostumbrados a estar juntos casi todo el tiempo.
—¿No vas a ayudarme? —volvió a preguntar.
—S-si— consiguió decir.
Enseguida, JungKook agitó la cabeza y se puso de pie yendo a tomar la guitarra que tenía guardada en el armario. JiMin lo observó caminar y le invadió un sentimiento cálido en su interior. Se sentía como si nunca hubiesen terminado y ahora sólo estaban haciendo lo mismo de siempre; cantar juntos.
El pelinegro volvió y se sentó a un costado de él sobre el sofá y le dedicó una sonrisa de conejito, como las que le gustan. Se contemplaron mutuamente sintiendo un sinfín de emociones intensas que amenazaban con hacer explotar la bomba que llevan dentro. Es demasiado estar juntos en el mismo lugar, pero no poder estar o hacer lo de siempre, era peor de doloroso. Era duro tener que ver al amor de su vida a los ojos y no poder besar sus labios. Aunque su conexión era sumamente poderosa, ahora no podían descifrar sus pensamientos mutuamente. O tal vez era el miedo a descubrir que no compartían el mismo sentimiento.
🎶No soy muy bueno en estas cosas🎶
—Dime— JungKook rompió el silencio y llevó su atención a las partituras— ¿qué tienes en mente?
No había forma en la que JiMin pensara en mentirle a JungKook sobre lo que quería para esa canción. Nunca le ha mentido y mucho menos cuando se trata sobre sus sentimientos. Ahora está en un dilema, pero en todo caso ¿qué tendría de malo decirle? Es decir, terminaron hace unos meses, quizá ya no eran tan compatibles. Puede hablarlo ¿no?.... no, no puede, ¿a quién quiere engañar? Sólo lo dirá y ya. No habrá explicaciones.
—Sobre ti— musitó— y lo que siento— completó.
El corazón de JungKook latió frenéticamente en su interior con muchas ganas de arrojar la guitarra en algún lugar y lanzarse a los labios de JiMin para rogarle que lo perdone por ser tan imbécil y pensar que ellos ya no tenían remedio. ¡Mierda! Debe decirle lo mucho que lo ha extrañado y que jamás, pese a que terminaron, ha pensado en pedirle el divorcio. Eso no va a pasar nunca.
—Pero es sólo una canción— se apresuró a decir JiMin— no es nada importante, es... quiero canalizar unos cuantos sentimientos dentro de la música. Nada más que eso.
Fue difícil para JungKook poder ocultar la sensación amarga que se generó en su interior debido a las palabras de JiMin. Sus ojos oscuros se apagaron, al igual que la media sonrisa que traía dibujada en su rostro. Sólo pudo bajar unos cuantos mechones de cabello para ocultar sus ojos cristalizados y comenzó a tocar la guitarra con la melodía que JiMin había compuesto. Éste notó el cambio tan repentino que hubo en el semblante del contrario, era difícil no darse cuenta cuando algo le aflige si ha compartido más de una década con él. Pero decidió ignorarlo antes que enfrentarlo.
—🎶¿Qué debería decir? ¿Y cómo puedo hacerlo bien?🎶
El sonido de la voz de JungKook sacó al mayor de sus pensamientos y duelos mentales. No cantó más, sólo esas palabras, pero fue suficiente para que su corazón se rompiera y sus ojos se cristalizaran, pero lo que más le afectó fueron las palabras que usó y que luego apuntó en el cuaderno. ¿Por qué le hacía esto? Se volvía completamente complicado tener que compartir el mismo aire con él si lo pone en esa situación.
🎶"Ya sé que es obvio"🎶
Sentía que no debería estar ahí ni tener que hacer esto con JungKook. La herida de la ruptura aún estaba fresca y ahora se siente estúpido por creer que aún tienen un futuro juntos. ¿Por qué no le ha pedido el maldito divorcio? Tuvo que hacerlo desde el momento en el que decidió terminar. Debió dejarlo a deriva en la soledad y tal vez así hubiese sido menos doloroso. Sin en cambio, ahí estaban, componiendo juntos, con sus corazones cayendo y sus lágrimas a punto de salir.
—¿No viene nada a tu mente? —preguntó JungKook sin mirarlo.
—🎶No soy muy bueno en estas cosas🎶— cantó JiMin.
Aún sin poder levantar la vista y sin quitar el mechón de cabello de sus ojos, escribió la parte que cantó el mayor y cantó ambas estrofas para ver si quedaban. Resultó que se complementaban a la perfección. Continuó tarareando tocando la guitarra intentando echar a volar su mente, el problema es que sólo podía ver un montón de recuerdos de aquellos ayeres compartidos con JiMin. Recordó lo feliz que fue a su lado e incluso aquellos momentos cuando lo rechazaba porque no quería aceptar que era bisexual. Fue difícil esa época, pero no se arrepiente de nada, aún cuando su relación de casi siete años se haya venido para abajo.
🎶"Pero te diré estas palabras"🎶
Continuaron así por un rato, con la tensión siendo muy palpable en el aire. No lograban avanzar después de esas estrofas y JiMin necesitaba tomar aire fresco. Caminaba de un lado a otro pensando en qué más podría agregar o si solo debería dejar las cosas así. Tal vez no es buena idea agregar esta canción al álbum, ya que sería algo muy personal. Aunque esta contando su historia a través de su música, bien sabe que esta parte de ella es un secreto para el público, pero también siente esa necesidad de descargar todo lo que siente, quizá, de ese modo, pueda darse el valor de pedir el divorcio y terminar con esto de una vez por todas.
—Deberías sentarte y tomar otra copa de vino— le habló JungKook al tiempo que dejaba la guitarra a un costado.
—No es momento de descansar— respondió y pasó una mano por su cabello— necesito terminarla.
—Pero si continuas estrenándote más, las ideas no van a fluir correctamente— dijo y sirvió una copa de vino para dársela a JiMin.
El mayor se tomó el líquido de un trago sin quitarle la mirada a JungKook, detallando específicamente su cabello. Sabía que estaba más largo y amaba la forma en que se quebraba, teniendo esos rizos oscuros que ha tocado muchas veces. Ahora le invaden unas ganas repentinas de acariciarlo y jalarlo como solía hacerlo en aquellos ayeres.
Volvieron al sofá para relajarse un poco. JungKook nuevamente le preguntó sobre su álbum para ayudarlo a disipar su tensión. Lo conocía perfectamente y sabía que le gustaba trabajar duro y a veces sin descanso. Era demasiado exigente consigo mismo, siempre buscando ser perfecto en todo lo que hace. Esa fue una de las cosas que le enamoró y que también admira; su resiliencia es algo que lo caracteriza y lo hace único. El problema es que a veces excede esos límites llevándolo a tener problemas de salud. Aunque ha hablado muchas veces con él sobre ese tema siempre es en vano, porque JiMin hace lo que mejor considera para él.
Pasado un rato, JungKook volvió a coger la guitarra y tocó las notas varias veces para ver si encontraba algo más que pudiese encajar con la canción. JiMin hacía lo mismo mientras escuchaba la melodía, pero no estaba siendo fácil, no cuando en su memoria tenía demasiados recuerdos que eran felices, pero que ahora dolían.
🎶"Porque no quiero que sean tomadas a la ligera"🎶
Ninguno de los dos decía nada, solo estaban ahí tarareando de vez en cuando, acumulando cada vez más esas palabras que querían decir, pero que sus miedos les obligaban a callar. Ambos podían sentir esa inquietud, la desesperación por querer arreglar las cosas. JungKook sobre todo, necesitaba pedirle perdón, porque se siente con esa responsabilidad, pero no sabe cómo acercarse. Ya ni siquiera lo siente, aunque lo tiene a un costado. Han pasado muchos días, ¿por qué debería perdonarlo? Fue un mal esposo al abandonarlo de esa forma y no basta con que sienta arrepentimiento.
🎶"Espero que seas más feliz"🎶
JiMin cantó de nueva cuenta la única estrofa que tenían y eso hizo voltear a JungKook. Al instante, sus ojos se encontraron con muchas emociones desbordándose de ahí mismo. Inconscientemente, JungKook dejó de tocar la guitarra mientras que JiMin tenía las manos hechas puños. La tensión volvió a crecer de nuevo llevándolos a compartir los mismos pensamientos y emociones. Ambos necesitaban decirlo, pero ¿cómo?
Los ojos de JungKook viajaron a los labios del mayor siendo demasiado evidente con sus intenciones. No se daban cuenta, pero no estaban demasiado lejanos pues, en medio de la inconsciencia y ese deseo de tener más contacto físico, hacía que sus cuerpos se acercaran cada vez más. Necesitaban acabar con esto de una vez por todas o darle un mejor inicio.
—🎶Ya sé que es obvio🎶
Nuevamente cantó JiMin sin dejar de mirar los ojos oscuros del menor que tanto le gustaban. Sentía que el nudo en su garganta no lo dejaba respirar y si no lo decía explotaría pronto, y no quería hacerlo frente a él.
—🎶Pero te diré estas palabras🎶
JungKook completó y dejó caer la guitarra en el suelo.
"A la mierda todo"
Eso fue lo que pensó antes de acercarse a JiMin para besarlo.
Al principio el beso fue torpe, reflejando entonces que ambos tenían miedo de lo que hacían, pero después se dejaron llevar y sincronizaron a la perfección, como siempre. No había prisa ni tampoco les importaba el tiempo, disfrutaban de sus bocas con lentitud y esmero. Aunque sus lenguas jugaban un poco, se mantenían en el mismo ritmo y comenzaban a deslizar sus manos para poder tocarse porque la necesidad de sentirse, después de estos meses, era más grande que cualquier miedo que hubiesen sentido hacía unos minutos.
Mientras se besaban, se daban cuenta que las cosas no habían cambiado. Su amor seguía intacto al igual que el deseo desmesurado que los caracterizaba. JungKook se preguntaba ¿por qué lo dejó? Si lo ama con locura, esa es toda la verdad. Es suyo, desde el primer momento en que pudo tocarlo y le hizo el amor, lo fue. Siempre lo será, porque se lo juraron mutuamente frente a un altar completamente a escondidas del público. JiMin es su mundo y puede que ahora sea la última oportunidad para hacer las cosas bien.
🎶"Cada vez que tropecé y caí"🎶
Las emociones que invadían al mayor en ese momento eran muchas. El hecho de que JungKook tomara la iniciativa del beso lo era todo para él, porque creía que aún lo quería como antes. Se sentía como si no se hubiesen separado, aunque el sentimiento de vacío no se llenaría con un simple beso. Ambos lo sabían. JiMin, específicamente, necesitaba todo de su aún esposo. Por esa razón, sin deshacer el beso, se incorporó para montarse encima de él siendo tomado por los brazos de éste para ayudarle. Fue entonces que el beso aumentó de intensidad y sus lenguas tomaron el mando de la situación. Sus cuerpos se movían ligeramente para crear un poco de fricción y cercanía. Se pegaban mutuamente y sus manos también habían entrado en el juego.
JungKook se permitía tocar la piel de JiMin por debajo de su ropa yendo directamente a sus pezones para estimularlos. Los gemidos no se hicieron esperar, mucho menos los del mayor quien siempre se dejaba llevar por lo que sentía y JungKook se deleitaba siempre al escucharlo. Le excitaba mucho, todo su ser reaccionaba ante esos sonidos melodiosos y ante los toques también. Ambos sabían cómo satisfacerse, cómo complacerse mutuamente, han sido tantos años de relación que se habían adaptado a la perfección. Ellos eran uno solo, una sola vida.
—JungKookie— gimió JiMin sin separarse del beso por completo.
—Mi JiMin-ssi— acudió de la misma manera, pero con voz ronca.
El pelinegro cambió la posición recostando a su mayor sobre el sillón, ahí fue donde rompió el beso para bajar hasta su abdomen, levantó la prenda que lo cubría y comenzó a besar las partes que podía alcanzar. Al sentir la humedad de la boca de JungKook, la espalda de JiMin se curvó gimiendo sonoramente y maldiciendo sin vergüenza. Sus manos fueron a parar a la cabellera oscura del menor para enhebrarla y acariciarla. Éste tomó de los pantalones para bajárselos un poco y así poder besar esa parte baja donde se tomó varios minutos disfrutando de su olor y de su sabor que tanto había extrañado.
🎶"Tú siempre estuviste ahí para darme tu mano"🎶
Las pulsaciones de ambos se aceleraban rápidamente al igual que sus deseos. No se habían tenido en este par de meses que habían pasado y eso los hacía sentirse demasiado ansiosos. JungKook, sobre todo, cargaba con un poco de esa culpa, pero más que eso, la necesidad de recuperar lo que es suyo, su lindo esposo que lo ha acompañado durante todo este tiempo. Sabía que no era tarde para recuperarlo, aunque al principio pensó que ya no había vuelta atrás, el hecho de que quiera escribir una canción sobre sus sentimientos hacia él es una señal de que aún lo ama.
Incluso las cosas eran mejor. Se atrevían a asegurar que sus caricias provocaban demasiado, tanto como los besos que se daban, eso sólo afirmaba el hecho de que ambos querían volver a estar juntos, que no habían olvidado nada y JungKook quería encargarse de crear mejores recuerdos para JiMin besándolo como lo hace. Tratándolo como un rey, como siempre lo ha hecho.
Sin mucho esfuerzo, cargó a su mayor para llevarlo al dormitorio y lo dejó caer delicadamente sobre la cama que por mucho tiempo fue de los dos. Nuevamente harán el amor ahí, porque los dos están muy seguros de que eso quieren, por esa razón, se desnudan mutuamente quedando solamente en ropa interior. JungKook se detuvo un momento para admirar las bragas rosas de JiMin, curiosamente, traía puestas esas, las mismas que le compró y que tanto le encantaban. El mayor lo sabía, por eso sonreía orgulloso al tiempo que mordía su labio inferior. El pelinegro sintió cosquillas en su estómago al ver esa imagen tan erótica de su esposo, se veía tan hermoso y sexy mostrando su lado sensual para provocarlo, aunque sabía que no había necesidad de ello, porque bien podría caer ante sus encantos con tan sólo mirarlo. Y JiMin siempre utilizaba eso a su favor.
Volvió a juntar su cuerpo con el contrario tomando sus labios, esta vez siendo un poco más agresivo. El mayor lo recibió con la boca ligeramente abierta para invitarlo a meter su lengua ahí dentro y así lo hizo. Entraron en una lucha mutua e infinita por comerse las bocas, de jugar con sus lenguas y morder cuanto quisieron y necesitaron. En ese momento, aunque tenían esa sensación de haberse echado de menos, no recordaban que se habían separado y que no se vieron durante muchos días. Lo único que importaba era hacer el amor como acostumbraban la mayoría de las noches. Cada caricia y cada beso eran la prueba de que su amor estaba intacto y tal vez más fuerte que nunca.
Una mano de JungKook comenzó a deslizarse hacia abajo hasta que pudo meterla dentro de las bragas de JiMin para acariciar su miembro. Le encantó sentir como ya escapaba un poco de líquido pre seminal y acarició la punta con su dedo pulgar, todo eso sin dejar de besarlo y absorbiendo sus lindos gemidos que tanto le volvían loco.
🎶"Ahora yo seré quien te sostenga a ti"🎶
Después de un rato, se incorporó para deshacerse de su bóxer sin dejar de mirar a su lindo Mochi. Volvió a su lugar acomodándose entre sus piernas y tomando las bragas rosas para deslizarlas hacia afuera. Se tomó un momento para acariciar sus muslos y besarlos con devoción. Quería apreciarlo y detallar sus facciones sin importar que las conociera a la perfección. Para sus ojos, JiMin siempre será el ser más hermoso del mundo. Perfecto y único. No está dispuesto a dejarlo ir de nuevo.
Los gemidos se esparcían por la habitación. Ambos estaban en el punto de no retorno, con sus emociones yendo y viniendo sin que pudiesen controlarlas. El mayor comenzó a sentir desesperación y muchas ganas de tomar el control, así que jaló a JungKook para pegarlo a su cuerpo y se giró para quedar encima de él, enseguida comenzó a balancear sus caderas creando esa fricción excitante entre sus miembros. Mientras tanto, el pelinegro lo miraba embobado y orgulloso, sin embargo, no aguantó las ganas y se incorporó para besarlo con desesperación, al tiempo, acariciaba su espalda y bajaba una mano hasta donde estaba su entrada. Tanteando con un poco de torpeza, pero consiguió meter uno de sus dedos para empezar la estipulación.
—¡Mgh! —gimió JiMin— Me encanta que tus dedos sean tan largos.
—Hay algo que tengo que es más largo que mis dedos— se burló al tiempo lo estimulaba con más fuerza
—Dame un poco de eso— volvió a gemir.
—Todo lo que quieras— sonrió.
Se acercó a sus labios para volver a besarlos posesivamente. Disfrutó del sabor a vino que emanaba su boca y que se combinaba con su bálsamo de cerezas. Era una maldita delicia. Era como una droga, una de su uso exclusivo. Y en tanto hacía eso, metió un segundo dedo sin avisar y yendo de lleno a hacer tijeras. Eso le regaló más de un suspiro y pequeños gemidos que volvió a tragar con su boca. Acariciaba la lengua contraria de forma tan obscena, pero que a simple vista no se vería. Sus cuerpos se pegaban cada vez más evitando que quedara lo más mínimo de espacio entre ellos.
Para JiMin, pese a que era placentero sentir los dedos largos de JungKook, siempre era un infierno tener que esperar a que lo estimulara lo suficiente. Si por él fuera ya se hubiese dejado caer sobre su polla, pero sabía que no lo iba a dejar, porque siempre era así de cuidadoso, aunque era muy rudo y le encanta cuando le da nalgadas, mordidas e incluso lo aplasta contra la cama. Sin embargo, estaba seguro de que hoy se portará como todo el romántico que es y quiere seguirlo, porque el tiempo fue demasiado sin poder besarlo y eso le está matando. Ahora necesitaba conectar con él de nuevo y poder vibrar con las emociones a su lado. Necesitaba amarlo y dejar que lo amara, además de sentir la certeza de que esto no es un simple encuentro.
🎶"Para que cuando sientas ganas de llorar no te tropieces y caigas"🎶
—¿Estás listo, JiMin-ssi? —preguntó JungKook en medio del beso.
—Para ti... siempre— jadeó.
El pelinegro retiró los dedos y dejó que JiMin se acomodara. Lo observó detenidamente mientras introducía su polla; la forma en que sus ojos se volvían blancos y como mordía su labio inferior. Se dedicó a disfrutar de como lo apretaba y se dejaba caer lentamente, justo como la primera vez que hicieron el amor. Jamás va a olvidarlo, porque fue la primera vez de ambos y hoy se sentía casi igual.
Cuando JiMin terminó de meter la polla de JungKook en su interior, éste se dejó caer sobre la cama tomándolo de las caderas. Se permitieron contemplarse unos momentos hasta que el fuego de su interior se expandió intensamente. El pelinegro incitó a su esposo a moverse y éste lo obedeció. Al principio inició con esa manera tan sensual de mover sus caderas, con sus ojos conectados a los contrarios. Sentía como sus paredes eran estiradas por el miembro de JungKook y cómo también le rozaba su punto. Se sentía tan bien, tan pleno, tan lleno, que ya no importaba más cualquier mal entendido que hubo entre ellos, pues seguían estando conectados y sus cuerpos aún respondían simétricamente.
JiMin se aferró a los pectorales de JungKook para tener un mejor soporte y así comenzar a dar saltitos. A ratos inhibía sus movimientos y volvía a su balanceo sensual de cadera. La habitación se había llenado de gemidos por parte de los dos, acompañados del sonido del golpeteo de sus pieles. JungKook necesitaba más, así que atrapó al mayor para pegarlo a su cuerpo completamente, elevó su pelvis y comenzó a follarlo mientras lo oía gemir en su oído. Esa era una de sus posiciones favoritas, porque de ese modo lo sentía cerca y que conectaban mejor.
🎶"Incluso al pasar el tiempo..."🎶
JiMin sentía que su punto estaba siendo tocado al igual que JungKook, pero no podían terminar de ese modo y no en ese instante, por eso disminuyó la velocidad de sus estocadas y lo besó apasionadamente amasando sus bonitos mofletes que tanto como le gustaba. Acarició su espalda, mordió su labio inferior y le besó el cuello para después dejar marcas donde todos pudiesen verlas.
—Salta un poco más— pidió JungKook con voz ronca.
—Te gusta cuando te monto, ¿no es así? —decía mientras se incorporaba para acomodarse de nuevo.
—Así es, mi amor. Me encanta— sonrió mostrándose muy sexy.
No sabía si era la emoción del momento, pero JiMin necesitaba saber una cosa muy simple. Tal vez era normal que JungKook le hablara cariñoso cuando hacen el amor, pero ahora, aunque estuviesen sumergidos en el océano del placer, puede que sea el momento de hablar unas cuantas cosas, sólo para estar seguro.
—¿Me extrañaste, JungKookie? —habló con voz melosa al tiempo que aumentaba la velocidad de sus saltos.
—Claro que sí— jadeó y lo tomó de la cintura para ayudarlo a saltar.
En el rostro de JiMin se dibujó una sonrisa satisfactoria dejándose hacer por las manos del pelinegro. Sus saltos hacían que la punta llegara exactamente donde debía. Esta vez comenzó a sentir como el orgasmo se arremolinaba en su vientre. Comenzaba a tener espasmos en su cuerpo y su piel se erizaba al tiempo. Quería detenerse, pero era más el deseo de poder correrse que prolongar el momento. Sin embargo, decidió retarlo un poco.
—Así que m-me extrañaste— habló con dificultad— Demuéstramelo.
JungKook lo detuvo abruptamente y con un ágil movimiento se giró para tumbarlo en la cama. JiMin gimió porque el miembro del pelinegro había salido de su interior, pero enseguida volvió a sentirse lleno cuando se introdujo de nuevo con una sola estocada. Comenzó de nuevo a mover su pelvis de manera sensual, pero yendo directamente al punto del mayor para tocarlo. Tomó sus muslos y los acarició tanto como pudo mientras le dedicaba una sonrisa traviesa.
—¿Con esto es suficiente? —preguntó JungKook con voz ronca.
—No— gimió— quiero más.
JiMin detalló las facciones de su esposo y se perdió en su cabello oscuro y desordenado. Su frete estaba cubierta de sudor al igual que su cuello. Desvió la vista hasta su brazo tatuado y sintió una sacudida en su interior. No podía creer que otra vez lo tenía ahí, encima de él, follándolo intensamente y demostrándole que lo ama. Le hace sentir que el pasado doloroso durante esos dos meses ya no importa. El único momento en el que debe concentrarse es en este donde se lo hace salvajemente y lleno de amor. Puede verlo en su mirada dulce y oscura, en cada estocada que le da. Y ahora que lo besa apasionadamente sin haber bajado sus piernas de los hombros. JungKook ama que su esposo sea así de flexible y que no emita queja alguna, al contrario, siempre lo ve disfrutándolo y también puede oírlo en esos gemidos agudos y sonoros.
🎶"... ¿seguirás siendo la misma persona que eras cuando nos vimos por primera vez?"🎶
Continuó estocándolo y besándolo al tiempo hasta que se vacío en su interior, ambos invadidos con algo más que la excitación de ese momento. Los dos sabían que esto no era simple sexo de viejos amantes o un desliz. No. Ninguno iba a negar que se extrañaban y que se deseaban incluso más que antes. Por esa razón fue fácil sucumbir ante sus instintos y deseos que llevaron reprimidos durante dos meses. Sin embargo, aunque había sido fantástico hacer el amor de nuevo, eso no solucionaba nada. No podían arreglar su situación solo con sexo salvaje, ambos estaban conscientes, pero antes de hablar decidieron mantenerse en silencio disfrutando de la calidez de sus cuerpos sudados y temblorosos por el reciente orgasmo.
JungKook se había girado sobre la cama y subió el bello cuerpo de JiMin al suyo pasando su mano tatuada por su fina espalda, justo donde estaban dibujadas las fases lunares. Recuerda cuando lo acompañó a hacerse ese tatuaje, aunque moría de celos verlo recostado boca abajo y con el tatuador tocándole la piel, al final, disfrutó mucho del producto. Se regocijo al ser el único que podría observar el bonito tatuaje mientras lo folla en cuatro. Pensar en eso le dio una idea, misma que hizo que su erección despertara de nuevo. JiMin enseguida fue consciente de eso y con una sonrisa pícara comenzó a frotarse encima de su esposo.
—¿Tanto me extrañaste, JungKookie? —inquirió con voz melosa al tiempo que se incorporaba para montarlo y así frotarse mejor.
—Por supuesto— gruñó y lo tomó de las caderas para incitarlo a ir más rápido dedicándole una mirada muy oscura y lasciva— pero sabes ¿qué es lo que más extraño?
—¿Qué es? —gimió.
—Cuando te pones en cuatro para mí.
El mayor dejó salir una risita entrecortada. No había dejado de moverse sobre el regazo de JungKook y no quería dejar de hacerlo, pero la imagen de ser follado en cuatro le invadió de inmediato provocándole una sacudida en su interior.
Se deslizó a un costado y, cuidando que todo pasara frente a la vista del pelinegro, comenzó a dejar caer su torso curvando su espalda eróticamente y dejando su trasero pomposo al aire con su entrada palpitante. Llevó uno de sus dedos y la acarició lentamente haciéndolo gemir agudamente, mientras tanto, JungKook lo observaba aún acostado sobre la cama, totalmente embobado y excitado por ese espectáculo. Definitivamente amaba con locura a su JiMin descarado, obsceno y totalmente atrevido. Era suyo. Era una imagen pornográfica que sólo él podía ver y disfrutar. Sólo él podía meter su dedo en esa entrada como ahora lo hace. Metía y sacaba sin haber dejado su posición. Se sintió tan importante estando acostado y follando a su esposo con uno de sus dígitos, observando cómo era tragado y como con ese lograba estimular y hacer delirar al que tenía empinado sobre la cama. JiMin no quería suplicar, pero era necesario. Sentía que su orgasmo estaba cerca. Mucho muy cerca.
🎶"Si tú y yo permanecemos juntos..."🎶
—¡Mgh! ¡JungKookie! —suplicó— Quiero correrme d-de nuevo.
—Y lo harás— apoyó con voz ronca sin dejar de jugar con sus dedos— más de una vez, mi amor.
Se levantó en un movimiento rápido y estocó duramente el trasero del mayor iniciando con un ritmo intenso, desesperado, hambriento y salvaje. Aunque en la primera ronda fue rudo, no quita el hecho de que también fue cariñoso, porque dos meses separados ameritaba completamente hacer el amor para volver a conectar. Ahora que lo habían hecho, solo quedaba seguir a sus instintos primitivos que exigían por una buena corrida en pareja, una intensa.
Las manos de JiMin se aferraban con fuerza a las sábanas e incluso las mordía con la boca, estaba tan ensimismado en el placer que sentía que no se dio cuenta cuando su cuerpo se dejó caer completamente sobre la cama. Para no perder el ritmo, JungKook acomodó sus manos a los costados del mayor y continuó golpeando sus nalgas con la pelvis de manera muy certera y yendo directamente a su punto. Y por la forma en que JiMin gemía, sabía que estaba dando justo en el blanco y siendo muy feroz con sus movimientos. Pronto se dejó caer con los codos para terminar de empalmar su cuerpo con el contrario.
Cuando el mayor sintió la respiración de JungKook en su oído, gimió aún más al tiempo que una sensación agradable le recorría. Era esa maldita cercanía que tanto anheló tener con él durante estos dos meses. Era ese aliento y ese olor a dentífrico combinado con vino que tanto le encantaba. Al igual que sentir la calidez de ese cuerpo que bien podría cubrirlo como si fuese una cobija. Y la sensación de sentirse lleno por ese miembro y por la esencia que expulsa en su interior dándole la gloria y el cielo al mismo tiempo. Con nadie más ha sentido eso y lo sabe, por esa razón, se ha quedado con él durante casi siete años que llevan de relación y más de una década si consideran lo que llevan de conocerse. JiMin lo amó desde el primer momento en que lo vio y puede que éste igual lo haya hecho, pero le fue más complicado descubrirlo. Ahora no tiene nada que reafirmar, pues sabe que fue un tonto al creer que terminar era la mejor opción. Y no fue necesario tener este sexo pasional para que pudiese entenderlo, porque cuando lo estaba terminando, sabía que cometía un error. Sin embargo, ahora lo tiene y lo está haciendo suyo, aunque salvaje, pero sin perder el amor y la devoción que siente por él. Ahora, JiMin es un completo desastre gimiendo sobre la cama y aguantando el orgasmo para irse a la par de JungKook.
Sus cuerpos nuevamente estaban perlados de sudor y eran adornados por varias marcas que ellos mismos se encargaron de hacer. Cuando el momento de la liberación llegó, el pelinegro pasó sus manos por debajo del cuerpo de JiMin y lo abrazó con fuerza sin dejar de estocarlo, hasta que ambos se corrieron en su totalidad. Gimieron por lo alto y creían que este ha sido uno de los mejores orgasmos que han tenido. Naturalmente se debía a la sofocante ruptura y a la ausencia mutua. Pero ya todo eso estaba en el pasado. Al menos eso era lo que querían creer.
Cuando la habitación quedó en completo silencio después de haber regulado sus respiraciones, JungKook salió del interior de JiMin y se incorporó ayudando a éste para que se fuera a su par. Se metieron bajo las sábanas y se abrazaron con fuerza, sus rostros muy cerca observándose con una sonrisa alegre y reconfortante.
🎶 "...como siempre lo hemos estado"🎶
El pelinegro deslizó su mano hasta el muslo de JiMin para subirlo al suyo y así tener más cercanía e iniciando con un camino de caricias que viajaban desde ahí y recorrían toda su espalda. El mayor soltaba suspiros con sus ojos cerrados disfrutando de esa sensación y del aliento que chocaba contra su nariz, todo eso bajo la atenta mirada del contrario que también disfrutaba de tocar esa bella piel suave y orgulloso de sentir como se erizaba al tacto. La vista del rostro sereno de JiMin también era algo que le estaba encantando. Se sentía como un amanecer despertando a su lado. Y lo amó, incluso más que el primer día.
—Sigues siendo muy hermoso— habló JungKook en un hilo de voz.
—¿Tú crees? —inquirió el mayor curvando una sonrisa juguetona.
Cuando abrió los ojos, se encontró con los contrarios que parecían más oscuros de lo normal y con cierta luminosidad en ellos, parecía que querían llorar. JiMin compartía ese sentimiento, pero más que eso, las dudas incesantes de querer saber todo. JungKook, principalmente, siendo motivado por eso, acercó su rostro para besar esa nariz de botón que tanto le gustaba, de manera suave y sutil, pero dejando un poco de calor en ella. Después conectó su frente con la contraria sin tener la capacidad de abrir los ojos para encarar de manera correcta sus errores.
—Perdón— susurró— tomé la decisión por los dos y ni siquiera te di la oportunidad de arreglar las cosas, porque sé que querías hacerlo... tus ojos me lo decían.
Sorpresivamente sintió como sus labios eran presionados con mucho cariño por unos pomposos y suaves. Sabía que era una respuesta clara, una que le reconforta mucho, porque su mayor miedo sigue siendo perder a JiMin.
—No tienes por qué pedir perdón, JungKookie...
—Claro que sí— contradijo y lo tomó de las caderas para subirlo encima de su cuerpo continuando enseguida con sus caricias— Siempre soy imbécil, pero ahora más que nunca, porque tú me necesitabas y yo sólo...—desvió la mirada al no saber qué más decir.
🎶 "incluso un desierto podría convertirse en un océano"🎶
JiMin lo tomó el rostro de su esposo y lo obligó a mirarlo. Le dedicó una sonrisa para reconfortarlo, seguido de un beso esquimal muy tierno que los hizo volar. Hasta algo tan simple como eso los hacía sentir bien.
—Dime algo— pidió con ojos expectantes— ¿Qué ha sido esto... un desliz, sólo un momento o...?— se detuvo y mordió su labio inferior.
—Siento mucho que te haga sentir de ese modo, JiMin-ssi— acarició la mejilla de éste— Tú no eres sólo un momento en mi vida. Nunca lo has sido— dejó salir una risa nervioso— Sigues siendo mi esposo... aunque te pedí que terminaremos, jamás pasó por mi mente pedirte el divorcio.
JiMin sentía que aquella pequeña semilla de esperanza que yacía en su interior comenzaba a crecer. Y se maldijo internamente por no cargar con su anillo como JungKook lo hacía. No respondió, porque su mente estaba en blanco, sólo pudo esconder su rostro en la curvatura del cuello de éste mientras sus labios mostraban una sutil sonrisa de felicidad.
—JiMin-ssi— volvió a llamarlo sin dejar de acariciar su espalda— ¿Por qué no me detuviste?
El mayor se quedó unos cuantos segundos en su pequeño escondite intentando buscar una respuesta a eso, pero no sabía exactamente qué, es decir, no esperaba que JungKook preguntara algo como eso, pero si quieren llegar a algún punto, si era muy necesario hablar todas las inquietudes que yacían en su interior.
—Porque yo no...— se incorporó para poder verlo a los ojos— porque tú parecías muy decidido y yo, bueno... nunca he cuestionado las cosas que haces, creí que de verdad estabas dejando de amarme y pensé que lo mejor era no obligarte a quedarte conmigo.
—Tú siempre haces todo por mí ¿no? —habló con voz nostálgica— Siempre te preocupas por mí y yo... me siento todo un imbécil porque te pedí que termináramos, evidentemente, sólo pensando en mí sin saber que me iba a arrepentir en cuanto cruzaste la puerta y no te volví a ver, hasta hoy.
JiMin lo observó por unos segundos y después le dedicó un beso dulce en la mejilla para calmar sus angustias. Siempre ha sido el más sensato de los dos, él menos impulsivo, tal vez hasta él más sensible, pero siempre termina demostrando que es más maduro y entero a la hora de tomar sus decisiones. Una vez más le demuestra que lo ama puramente al haberlo dejado ir, porque tal vez parecía que tenía la certeza de que volvería. Y si fue así no se equivocaba, JungKook siempre busca la forma de estar cerca de JiMin.
🎶 "Deseo con todo el corazón que siempre estemos juntos"🎶
—¿Por eso nunca te quitaste el anillo? — lo acarició del rostro.
—Sí— musitó— yo... sigo siendo tuyo, JiMin-ssi.
Ambos sonrieron y se unieron un beso suave y lento disfrutando del tiempo y de esa forma tan cariñosa en la que sus lenguas se acarician, con sus manos viajando a sus pieles, tocando con parsimonia, tratando de grabar en su mente la sensación que les provocaba estar de ese modo, reconciliados. Porque eso hacían, ¿no?
—Te amo— susurró JungKook en medio del beso.
Fue entonces que las emociones de JiMin se dispararon y sus miedos se inhibieron. Fue difícil creer en la idea de que JungKook ya no lo quería y que tal vez tendría que esperar o pedir el divorcio en algún momento. Gracias a los cielos no tuvo que ser así y ahora podía estar entre sus brazos y ser besado por él, por sus dulces labios que tanto le encantan.
—¿Volverás al departamento? —preguntó al tiempo que abandonaba sus labios con dificultad.
—¿Tú quieres que vuelva? —enarcó una ceja mostrando una sonrisa burlona.
—Pero qué pregunta— bufó rodeándolo de la cintura e incorporándose para que quedara sentado a horcajadas en su regazo— Te acabo de hacer el amor dos veces— se acercó para morder su labio inferior— y me faltan unas cuantas. ¿Eso no es suficiente respuesta para ti?
JiMin quiso responder, pero fue interrumpido nuevamente por los labios de JungKook dejándose llevar al instante por estos y por sus manos que no se inmutaban en lo absoluto. Suspiraba profundamente y se aferraba a la cabellera oscura de su esposo en busca de profundizar el beso. Sus miembros comenzaban a frotarse otra vez sacándoles gemidos a los dos, fue entonces que el mayor se detuvo, porque aún tenía cosas que hablar.
—Estuvimos separados dos meses y yo, bueno... ¿Cómo decirlo? — sopesó unos segundos— ¿No es muy pronto para retomar lo que teníamos?... JungKookie, yo... no soportaría que me dejaras una vez más— habló con nerviosismo.
—Mi amor, pero si seguimos siendo esposos y yo no quiero esperar más tiempo— le puso ojos de cachorro— dos meses fueron un maldito infierno... yo tampoco soportaría estar lejos de ti otra vez, pero...—se detuvo y bajó la mirada— si tú no quieres volver, lo voy a entender completamente.
—¿Qué te hace pensar que yo no quiero volver? Eres muy idiota, JungKook— bufó.
—Entonces...
—Desde hoy me quedo contigo— sonrió con gracia.
El pelinegro no se inmutó en tomar los labios de su esposo succionando el inferior con mucha fuerza. Lo acarició y lo pegó más a su cuerpo como si tuviera miedo de que alguien se lo quitara. Le entregó todo en ese beso y se encargó de dejarle muy en claro con eso que no iba a dejarlo de nuevo. Hablaba muy enserio cuando dijo que vivió un infierno, tal vez por esa razón bebía demasiado, porque a veces sentía que no podía con el vacío en su cama. Cada vez que entraba a su vestidor y veía el hueco donde estuvo la ropa de JiMin derramaba unas cuantas lágrimas al sentirse un completo imbécil, justo como lo había llamado.
Continuaron besándose estando en la misma posición mientras hablaban sobre otras cosas. Planeaban ir al departamento del mayor para recoger sus cosas y traerlas de vuelta. No había nada que se los impidiera, ni siquiera la misma empresa, ellos siempre han hecho lo que desean. La prueba estaba en que se casaron y nadie se enteró hasta dos años después.
🎶 "En el frío invierno tú fuiste como un día cálido de primavera para mí"🎶
—¿Podemos seguir con la canción, JungKookie? —preguntó JiMin haciendo un puchero.
—¿No lo podemos dejar para después? —lo besó fugazmente— Quiero hacerte el amor otra vez— expresó con voz ronca.
—Me vas a tener todos los días— sonrió juguetón—por favor— volvió a hacer otro puchero— debo terminarla en menos de dos semanas o si no la dejaran fuera del álbum.
JungKook sonrió enternecido y completamente hipnotizado por los encantos que emanaba su esposo. Aunque era dos años mayor, era la cosita más adorable del mundo, pero también una fiera sensual en la cama. Lo ama de verdad, es el amor de su vida.
—Entonces, ¿estará en el álbum? —dijo acariciando su espalda.
—Sí— asintió emocionado— les diré que te acrediten en la canción como compositor y también puedes cantar conmigo— sugirió con sus ojos más brillantes que nunca.
Aunque la idea de colaborar con JiMin en una canción que fuese de los dos era algo que siempre ha querido, sabe que puede ser un peligro y más si es una como esa que es demasiado personal. Está consciente de que el mundo allá afuera no aprueban su relación, si bien no son todos, esa parte que está en contra se ha encargado de humillar y atacar a JiMin de todas las formas posibles. Siempre tiene que sentirse impotente de no poder defenderlo públicamente.
Ellos no ocultan su relación por órdenes de la empresa, es por su seguridad, porque no quieren que las personas dañen lo más hermoso que tienen ni tampoco que se tomen el derecho de opinar y asegurar cosas que ellos no saben. JungKook quiere proteger a JiMin siempre, pero si sacan esa canción donde lo acrediten como compositor y de paso como cantante, puede ser una bomba nuclear. Y no quiere llegar a esos extremos.
🎶 "Siempre los atesoraré con mucho cariño, todos esos momentos que pasamos tú y yo juntos"🎶
—JiMin-ssi, no te sientas mal por lo que voy a decir, pero no me acredites en la canción, por favor— pidió con la mirada hacia abajo.
El brillo de los ojos del mayor comenzó a apagarse lentamente. Sintió una ligera opresión en su pecho, pero intentó relajarse un poco. Es decir, acaban de retomar su matrimonio, así que JungKook debe de tener una buena razón para pedirle eso.
—¿Por qué? Tú la estás componiendo conmigo, además es lo que siento por ti— hablaba con voz temblorosa— ¿por qué me haces esto, JungKookie?
—Mi amor, no me mal interpretes— le acunó el rostro con ambas manos y le dejó un besito en su nariz— lo que siempre he querido es hacer música contigo y cantar juntos una canción de los dos, pero piénsalo un poco— lo exhortó con la mirada— si Army se entera que compusimos esa canción juntos, nos va a llover de todo. Si nuestro matrimonio ha durado es porque ha sido un secreto y créeme, yo soy el más interesado en salir a la calle tomando tu mano y que todo el mundo sepa que eres mío, pero hay cosas que no están a nuestro favor.
—Pero no puedo dejarte fuera de la canción, es injusto, JungKookie. Debe haber alguna forma.
Bajó la mirada y el pelinegro sólo pudo abrazarlo. Odiaba provocarle ese tipo de sentimientos. Odiaba no poder darle lo que se merecía. Odiaba tener que mantenerlo como un secreto. Odiaba no poder hacer todo lo que le pide. Aunque en algún punto la relación se volvió complicada y los celos de ambos, sobre todo los de JungKook, los llevaban a tener muchas discusiones y pese a que terminaron durante dos meses, ellos seguían insistiendo sin importar que tan cansados están de ocultarse, es más fuerte el amor mutuo que se tienen. Y si es así, ¿por qué no pueden cantar una canción de los dos? Debe haber algo que puedan hacer.
🎶 "Cariño, no te vayas, quédate a mi lado"🎶
—¿Qué te parece si canto los coros? —propuso tomándolo de la barbilla para alzar su mirada— De ese modo puedes acreditarme y nadie tiene que saber que tú y yo escribimos esa canción, aunque lo van a suponer, pero no tendrán las bases suficientes para atacarnos— hizo una pausa y rodeó a JiMin por la cintura— Sólo quiero seguir protegiéndote, ¿de acuerdo? Siempre te llevas la peor parte y yo no quiero que sufras... ya no más.
Era un momento tan significativo para el mayor ser arropado de esa forma por parte de su esposo. Que le demuestre que todavía tiene mucho interés en seguir protegiéndolo, lo cual sería gracioso porque es dos años menor, pero siempre ha sido así de cariñoso tomando ese rol de novio sobreprotector, celoso y... ligeramente posesivo... poquito... casi nada... sabe que es porque lo ama genuinamente y por la situación en la que se encuentran. Así que tiene razón; deben proteger lo que tienen.
—Si es la única forma en la que puedes estar dentro del álbum, entonces lo haremos así— consintió y le dejó un piquito en los labios—también podría ser una canción sorpresa— desvió la mirada en un gesto pensativo.
—¿A qué te refieres con eso?
—Es muy simple— sonrió— Nadie sabrá de la existencia de esa canción hasta que salga el álbum y las personas que lo tengan en físico podrán escucharla. Es decir— aclaró su garganta— no será lanzada en plataformas digitales, sólo estará en el álbum.
JungKook sonrió conmovido por la expresión emocionada de JiMin en su rostro. Esta consiente de que su primer álbum en solitario le hace mucha ilusión y ser parte de el, aunque sea de esa forma, significa mucho. Sería como un sello personal de los dos, algo que no se podría borrar con nada. Sería algo mejor que un tatuaje; era una promesa de amor eterno.
—Me parece bien— asintió con su típica sonrisa de conejo— entonces... vamos a terminarla.
🎶 "Para que, para ti, quien vio a mi pequeño ser como algo más grande y fuerte, pueda darte tanto como lo que me has dado."🎶
JiMin fue el primero en levantarse sonriendo con luminosidad, tomó su ropa interior y una camisa de JungKook para vestirse casi al tiempo que salía de la habitación. Éste observó cada uno de sus movimientos con un profundo sentimiento calidez en su interior al tener de nuevo esa vívida imagen de JiMin usando su ropa para cubrir su desnudez. Está loco por él.
—¡JungKookie! —chilló el mayor desde la estancia.
—¡Ya voy, cariño!
Fue una madrugada muy productiva donde, después de haberse reconciliado sobre la cama, lograron obtener la inspiración que les hacía falta para terminar la canción. Y cuanto todo estuvo hecho, hicieron el amor de nueva cuenta sobre el sofá y después volvieron a la habitación completamente desnudos, besándose y acariciándose, llevando el fuego de la pasión hasta que el primer rayo del sol se asomó por su habitación.
🎶 "y pueda mantener mis promesas contigo"🎶
Semanas después, cuando el álbum fue lanzado, la canción fue descubierta. Enseguida muchas fans la asociaron a una relación amorosa entre ellos dos, y otras a que era una canción dedicada a Army. De hecho, las dos opciones quedaban muy bien y cualquiera podría creer la que quisiera. Aunque los comentarios de odio no se hicieron esperar, al final, JiMin y JungKook ignoraron todo, incluso se soltaron un poco más.
Aunque el tiempo de promoción fue difícil, sobre todo para el pelinegro. Aún peor con esa coreografía tan sensual que su esposo realizó para sus presentaciones. No iba a negarlo, se sintió muy celoso, pero cuando lo tuvo por fin entre sus brazos, se encargó de demostrarle quién era el único para él.
🎶 "No te preocupes, me quedaré a tu lado"🎶
El álbum de JiMin fue todo un éxito rotundo, no sólo en Corea del Sur, también en otros países. Logró lo inimaginable. Rompió récords, ganó premios, incluso fue número uno en el Billboard. Él había hecho historia. Pero aún más importante que eso, recuperó su matrimonio, a su JungKookie, quien lo apoyó mucho semanas previas al lanzamiento de su álbum. Incluso canceló compromisos sólo para dedicarse a él, aunque fuese en la lejanía.
Ambos estaban bien. Mejor que nunca, de hecho. Nuevamente lograron superar un prueba difícil.
¿Quién diría que sólo necesitaban vino, sexo vainilla y LETRAS para una canción?
🎶 "No sabemos qué es lo que nos espera"🎶
🎶 "Es aterrador, pero incluso si tenemos miedo, nunca olvides que estamos juntos"🎶
🎶 "Ya sé que es obvio, pero te diré estas palabras para que no sean tomadas a la ligera"🎶
🎶💜💛 ¿F I N?💛💜🎶
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