Sentir

Cual angosto terreno,

cual mar embravecido,

me veo sacudida por mi tempestad.

Callo y soporto el día a día,

viéndome derruida,

sintiéndome hundida.

Trago el nudo que me enmudece,

libero mi voz y mi individualidad,

avanzo, florezco; crezco.

Un muro invisible me recibe

chocando contra él con brutalidad,

y entiendo... comprendo...

Silencio un sollozo,

un fuerte lamento,

nacido a causa de mi tormento.

Reprimo el suspiro

que se gesta en mi interior,

cobrando infinita fuerza que me colma de dolor.

Me abrasa lentamente,

desesperado por salir,

por ver la luz y sentir el aire.

Sentir...

Me detengo sin pretenderlo,

no tengo control sobre mí;

has llegado, estás aquí.

No quiero verte, sentirte,

pensarte o recordarte.

No quiero saber de ti.

Cuando vienes así,

arrollando todo a tu paso,

me destrozas y no soy más que añicos.

Retazos de algo que una vez fui,

pedazos de un ser quizá feliz.

Ironías del destino, ¡debe ser así!

Acomete contra mí y acaba ya conmigo,

pues no puedo, no aguanto más.

No soy capaz.

Realidad, ¡dichosa realidad!

Me apoco ante tu presencia

y ¡tan solo deseo escapar!

Vivir en un mundo ficticio

en el que me pueda alojar

a la espera de que el futuro llegue.

De que venga a por mí

un futuro brillante y condescendiente

que me permita ser quien soy,

que me deje de mis cenizas resucitar.

Ponle fin a mi tortura,

déjame agonizar en paz

para ver si así, algún día,

puedo hallar mi libertad.