Suspiros de la Luna:
Díganme atrevido, pues lo soy, he de usurpar tus contornos con mi mirada que vaga por ellos, revelando misterios, yendo a donde otros no, o simplemente, como mortales ante obras celestiales, te miran asombrados, admirando tu cuerpo.
Y tus ojos se posan en los míos, temerosos e incrédulos, pestañeando incontables veces, pues estando entre la penumbra noche podría tratarse de un sueño, un engaño o una vil ilusión de mi mente.
La haría añicos si me hiciera semejante tortura...
¡Incluso si, por el contrario, ella me hace añicos a mi, sería un placer perderme en una ilusión que se asemeja solo a ti!
Y no es un sueño, sé que no.
Siento el roce de tus dedos que se entrelazan con los míos, tu respiración junto a la mía; suspiro y me alivio porque no estoy soñando.
Me dejo caer a orillas de la cama, como un náufrago que por fin dio con la orilla de la playa, y desde allí te observo;
Imponiendo tu superioridad sobre mí, como una diosa, mirándome solo a mi.
¡Dichoso soy de que me veas y dichoso soy de verte!
Acércate a mi y acaba con mi desesperación, calla mis suplicas que aclaman tu amor...
Y en un suspiro, se dio a luz una colisión fugaz, superior en todos los aspectos al Big Bang: la unión de mis labios y los tuyos que tanto anhelaban poder sentirse el uno al otro.
La habitación era testigo de nuestro cálido amor, las sabanas se retorcían por el frio y ansiaban nuestro calor...
Y tú, osada mujer que ha hecho un caos en mis pensamientos, abandonas el hogar que te di en mis labios y te abalanzas a la cama, te posas por encima de las sabanas y estas parecieran alabarte como una reina y no difiero contra ellas.
Ven lo mismo que yo veo, y quieren tenerte tanto como yo deseo tenerte.
Y desde las sombras te observaba,
Agradeciendo a la ventana que me brindaba ese haz de luz que te hacia visible ante mis ojos, cubriéndote con una tenue luz azul,
Debido a la cortina que se elevaba con el viento; suspiros de la luna que te miraba con pasión desde el cielo.
Pero eres mía, y ni siquiera la noche, las sábanas o la luna podrán arrebatarte de mis brazos.
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