En aquel extraño sueño me encontraba perdido con la sensación de que buscaba algo.

Caminaba entre las personas y de vez en cuando creía verte,

A lo lejos o de muy cerca, hasta incluso sentirte pasar pasar al lado de mi,

Y, haciendo caso omiso ante esto, segui con mi búsqueda a ciegas, en la que no desconocía mi objetivo,  hasta que sentí una nueva sensación en mi la cual me hacía sentir inseguro,

Desolado, perdido, acechado, en peligro...

Comencé a correr sin saber a dónde iría o hasta donde llegaría.

La confusión venía conmigo, el miedo venía tras nosotros y la lógica había sido arrasada por nuestros pasos.

En aquel sueño comprendí todo y me detuve.

En mi búsqueda que parecía inexplicable, ansiaba encontrarte y, aunque te veía pasar, no me atrevía a detenerte, por miedo de que me hubieras rechazado.

El miedo se volvió un infante asustado que solo corría hacia mi por un miedo aún mayor; ambos terminamos perdidos por las mismas razones.

Y ahora me encontraba siendo perseguido implacablemente por la inseguridad de que no habrá otra oportunidad.