A veces me rehusó a explotar y me comprimo, como una bomba egoísta, pensadora, sufrible...

Huyendo de todo aquel quién pueda escucharme,

Dejando a mis palabras moribundas,

Descomponiéndose lentamente cual cadáver,

Hasta ser otra víctima más de la súplica sin rescate.

Pues, solo pido igualdad, eso y nada más...

Migajas de pan que, indiferentes, engullen las aves, sin pensar en quien no comerá; anímales salvajes son, sí, pero sus acciones parecieran ser una imitación inocente de las nuestras. 

Exijo que observen la ética en sus acciones, la verdad oculta en su pensar.

Ciego se proclama aquel que acepta que ya no podrá ver más; ciego se convierte aquel que ignora la verdad...

Hemos vuelto ciega a la moral, difamado a la integridad.

De la igualdad, hemos creado una dictadura...

¡Oh, pero que crueldad!

Más no podría rogar más,

Cuando solo pido igualdad

Eso y nada más...